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Miles de universitarios regresan a casa para el Día de Acción de Gracias en medio de repunte de la pandemia

Cientos de miles de estudiantes universitarios han regresado a casa para el Día de Acción de Gracias esta semana, cuando los nuevos casos de COVID-19 continúan aumentando en casi todos los estados. Solo tres estados, Vermont, Maine y Hawái, permanecen por debajo de los 20 casos nuevos por cada 100.000 diarios y varios estados están superando los límites de la capacidad de sus hospitales.

Después de que la desastrosa decisión de los administradores de más de 1,900 universidades de reabrir sus campus para clases en persona este otoño generara cientos de miles de casos confirmados, innumerables estudiantes están trayendo el coronavirus a casa con ellos. Los funcionarios de salud advierten que incluso con una prueba negativa, los viajeros aún pueden transmitir el virus.

Estudiantes de posgrado en huelga en la Universidad de Michigan, 11 de septiembre de 2020 (Crédito: World Socialist Web Site)

Mientras Estados Unidos alcanzó un récord de hospitalizaciones por decimosexto día consecutivo, el Dr. Jonathan Reiner, un exasesor médico de la Casa Blanca, advirtió que el Día de Acción de Gracias podría ser la “madre de todos los eventos superpropagadores”. El miércoles se reportaron más de 2.200 muertes por COVID-19 en los EE. UU., lo que la convierte en la cifra más alta de muertes por coronavirus en un día en el país desde principios de mayo.

La propagación desenfrenada del virus en todas partes del país representa una grave amenaza para la salud de los estudiantes y sus familias. Si bien muchas escuelas han planeado cambiar a clases remotas después de las vacaciones de Acción de Gracias, incluso esta pequeña disposición será inadecuada.

Contrario al mito de que las escuelas son entornos seguros para los estudiantes de todas las edades, los colegios y universidades de todo el país han sido caldos de cultivo para el virus.

Una encuesta del New York Times encontró que ha habido 321.000 casos en 1.900 universidades y al menos 80 muertes desde principios de marzo. Incluso este número considerable de infecciones es probablemente una subestimación considerando la propensión de los jóvenes a ser asintomáticos y la falta crónica de pruebas en muchas universidades.

Las universidades de todo el país reunieron a cientos de miles de estudiantes en campus densamente poblados este otoño, cientos de los cuales han registrado más de 100 casos. Ahora los estudiantes se apresuran a regresar a casa para las vacaciones mientras sus campus cierran en medio de grandes brotes.

Miles de estudiantes de la Universidad de Wisconsin se apresuraron a hacerse la prueba antes de volar a casa para estar con sus familias durante las próximas semanas. Muchos no tienen más remedio que volver a casa. En la Universidad Estatal de Ohio, donde más de 4,700 estudiantes dieron positivo este otoño, miles más regresarán a casa para el Día de Acción de Gracias antes de regresar a clases presenciales el 18 de enero.

Los principales funcionarios de salud pública han advertido no tener celebraciones tradicionales de Acción de Gracias en los EE. UU. En lugar de eso, instaron a las personas a quedarse en casa y celebrar solo con miembros del mismo hogar. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, sigla en inglés) de EE. UU. también recomendaron la semana pasada que las personas no deberían viajar para el Día de Acción de Gracias.

En este contexto, las universidades que envíen a los estudiantes a casa para las vacaciones estarán infringiendo todas las guías de los funcionarios de salud.

Incluso el sistema de la Universidad Estatal de Nueva York, que al menos tuvo el sentido de exigir que los estudiantes de los 64 recintos dieran negativo antes de salir del campus, sigue actuando en contra de las recomendaciones de los funcionarios de salud que advirtieron que una prueba negativa no es una licencia para viajar y que aquellos que dan negativo en la prueba aún pueden transmitir el virus.

Los CDC advierten que, si los estudiantes universitarios se van a casa para el Día de Acción de Gracias, deben ser considerados invitados y las familias deben usar mascarillas, mantenerse a una distancia de seis pies y abrir las ventanas para mitigar el riesgo de infección.

Hacer que las familias traten a sus hijos de esta manera, en su hogar, después de estar fuera en clases durante meses, será una hazaña increíblemente difícil. Por causas ajenas a ellos, seguramente habrá quienes no puedan seguir estas pautas, o que simplemente bajen la guardia después de meses de estrés e incertidumbre en sus vidas.

Para millones de familias, las vacaciones serán una época extraordinariamente difícil. Cientos de miles estarán de duelo por la pérdida de un ser querido a causa del COVID-19, millones tendrán dificultades para poner comida en la mesa. Además de esta situación ya difícil, muchas familias ahora deben sopesar los riesgos de permitir que sus hijos regresen a casa durante las vacaciones.

No hay duda de que muchos decidirán, o por circunstancias difíciles, se verán obligados a correr el riesgo, lo que se traducirá en un aumento de casos en todo el país.

La responsabilidad de este desastre recae en los políticos del Partido Republicano y el Partido Demócrata de todos los estados, y los burócratas universitarios con los que tienen fuertes vínculos políticos. Ningún estado se ha librado de la avalancha de casos que han arrasado los campus este otoño a causa de la campaña para reabrir las escuelas emprendida por políticos capitalistas de todo tinte.

La reapertura de las universidades, colegios, escuelas y prescolares ha sido una piedra angular de la política bipartidista de “inmunidad colectiva” que ha permitido que el virus se propague sin control con el fin de mantener los lugares de trabajo y el flujo de ganancias abiertos.

En Nueva York, el gobernador demócrata Andrew Cuomo, quien ha sido aclamado por los medios de comunicación y la élite política por su respuesta a la pandemia en la primavera a pesar de presidir el mayor número de muertes por COVID-19 en cualquier estado hasta la fecha, se refirió a los estudiantes universitarios como el “canario en la mina de carbón” y comentó que los brotes que estaban ocurriendo apenas unos días después del inicio del semestre también se esperaban en los recintos de prescolar a doceavo grado.

El efecto de esta política ha sido devastador. El 26 de agosto, el New York Times informaba de 26.000 casos en universidades. Un mes después, el número se había más que triplicado a 88.000 y después de dos meses el número había pasado los 178.000.

El Times también ha informado de 5.000 infecciones relacionadas con el atletismo universitario. A pesar de esto, el fútbol americano universitario continuará hasta el Día de Acción de Gracias. La Universidad Estatal de Florida ha solicitado que los estudiantes que regresen a casa durante las vacaciones permanezcan allí, pero permitirá que su equipo de fútbol continúe practicando esta semana y juegue contra Virginia el sábado.

La propia Universidad de Virginia les ha dicho a los jugadores que, si viajan para celebrar el Día de Acción de Gracias con sus familias y no emplean el distanciamiento social y el uso de mascarillas, tendrán que ponerse en cuarentena. Sin embargo, se les permite visitar a la familia si las reuniones son pequeñas o solo por un día y se sigue el distanciamiento social y el uso de mascarillas.

Mientras tanto, en la Universidad Estatal de Ohio, no se permite que los jugadores viajen a casa y tendrán una cena de Acción de Gracias entre ellos.

Que cada universidad tenga sus propias pautas ha sido parte del manejo de las universidades de la pandemia. Cada estado y cada escuela han desarrollado sus propias pautas y políticas internas, algunas más efectivas que otras, pero la mayoría han sido sumamente inadecuadas para prevenir brotes de manera efectiva.

Una de las características definitorias de la política de inmunidad colectiva ha sido que no importa cuántas personas se enfermen siempre que la tasa de infección no supere el umbral arbitrario establecido por algún órgano rector.

El último aumento de casos en todo el país, que produce las peores cifras diarias de casos de toda la pandemia, presenta una grave amenaza para la salud y la vida de decenas de millones de trabajadores y estudiantes en los Estados Unidos y en todo el mundo.

Con las escuelas planeando regresar para la primavera, a pesar de las advertencias de los CDC de que las muertes podrían superar las 400.000 para el comienzo del próximo semestre, un peligro claro y presente amenaza a los estudiantes, el personal, la facultad y los miembros de la comunidad en todas partes del país.

La única solución a la pandemia es la movilización política independiente de estudiantes y trabajadores para mantener cerradas las escuelas y los lugares de trabajo no esenciales hasta que sea seguro regresar. Todos los estudiantes y trabajadores que deseen luchar contra la política capitalista de inmunidad colectiva en las escuelas deben registrarse aquí para unirse al Comité Nacional de Seguridad de Base de Educadores hoy.

(Publicado originalmente en inglés el 26 de noviembre de 2020)

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