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“Para que disparen los rifles”: líder del partido Los Verdes de Alemania, Baerbock, aboga por un gasto masivo en armas y nuevas misiones de guerra

Antes de las elecciones del próximo año, el partido Los Verdes encabeza la campaña para el regreso del militarismo alemán. En la conferencia de su partido el fin de semana pasado, los expacifistas adoptaron un nuevo programa que aboga por una política exterior y de gran potencia germano-europea más independiente y un gasto masivo para armar la Bundeswehr (Fuerzas Armadas).

A principios de esta semana, la reelegida presidenta de Los Verdes y posible candidata a canciller, Annelena Bearbock, hizo lo mismo. En una entrevista con la Süddeutsche Zeitung (SZ), bajo el título “Baerbock quiere fortalecer la Bundeswehr”, aboga por un aumento masivo del gasto en defensa y nuevas misiones de guerra para afirmar los intereses del imperialismo alemán y competir con las otras grandes potencias en todo el mundo.

Presidenta del Partido Verde, Baerbock (Crédito: Olaf Kosinsky/CC-BY-SA 3.0)

Los Verdes han pedido durante mucho tiempo una política de guerra soberana entre Alemania y Europa. La elección de Joseph Biden como presidente electo era ahora una “oportunidad” para “remodelar las relaciones transatlánticas, como europeos en pie de igualdad con los estadounidenses”. Los europeos no deberían “esperar a ver qué sale de Washington, sino seguir adelante con una propuesta de seguridad conjunta”. Esto debe “involucrar también las capacidades de la OTAN y la distribución de cargas concretas”.

Con esto, Baerbock se refiere, sobre todo, a una cooperación más estrecha con los regímenes de extrema derecha y anticomunistas de Europa del Este y un papel europeo más fuerte en la campaña bélica de la OTAN contra Rusia. La crisis de Ucrania había “demostrado que nuestra propia defensa de la alianza es fundamental para nuestros socios polacos y bálticos. Se trata, por tanto, de unidades flexibles y de despliegue rápido en el territorio de la alianza, tanto de situaciones peligrosas como de ciberataques, una nueva forma de guerra”.

Baerbock también adoptó un tono agresivo hacia China, una potencia nuclear con la que Alemania mantiene estrechos vínculos económicos. “Mientras Europa está ocupada consigo misma, China está creando nuevas dependencias geoestratégicas”, advierte. Ha utilizado “la pandemia para vender vacunas en África y Asia” y también “para ganar acceso a la infraestructura crítica en Europa”. Sin embargo, agregó, “las áreas más sensibles de nuestra seguridad no deben dejarse en manos de un régimen autocrático”.

Para afirmar los intereses alemanes no solo contra China y Rusia, sino cada vez más contra Estados Unidos, Baerbock aboga por el establecimiento de una política económica y militar europea independiente en estrecha cooperación con Francia. Para Europa, argumenta, “no puede ser una cuestión de elegir entre la autoritaria China y las corporaciones digitales capitalistas de Estados Unidos, que, si cabe alguna duda, también violan las leyes europeas”. La UE es “uno de los mercados nacionales más fuertes del mundo” y debe “establecer sus propios estándares ... Esto haría que las empresas europeas dependan menos de corporaciones como Google”.

Cuando la SZ le preguntó sobre el llamado del presidente francés Emmanuel Macron a la “autonomía estratégica”, dijo, “sería una señal incorrecta en este momento disociarnos de Estados Unidos. Sin embargo, debemos fortalecer la soberanía europea. Europa ha estado dando vueltas en torno a esto durante años; la Administración de Trump le ha dado la espalda al mundo”. Esto “lleva a que Rusia o Turquía se vuelvan activas en nuestra vecindad, y que la UE quede fuera, como en el caso de Nagorno-Karabaj”. Esto sería “fatal para la gente de la región y el proceso democrático en Armenia, pero también para la tarea de paz que la UE alguna vez se dio a sí misma...”.

La entrevista de Baerbock deja en claro que esta propaganda sobre la democracia y la paz solo sirve como tapadera para una política agresiva de guerras de la UE. Cuando se le preguntó qué pensaba sobre el llamamiento de Francia a emprender “operaciones militares europeas más sólidas en el extranjero”, respondió: “Es hora de responder con seriedad a las propuestas de Macron, incluso si no compartimos todo. Y eso también significa hablar de misiones militares extranjeras. No será fácil. Pero no debemos agacharnos”.

Ese es claramente el caso. Bajo la apariencia de algunas frases humanitarias, un Gobierno federal que incluyera a Los Verdes lanzaría nuevas guerras de agresión en violación del derecho internacional. “Existe una responsabilidad internacional de proteger. La comunidad internacional no puede ignorar el genocidio. Este es el dilema que enfrentamos Los Verdes. Y lo enfatizamos hoy más que en el pasado”, dijo Baerbock. Uno “ha experimentado cómo el 'Estado Islámico' en Irak ha secuestrado deliberadamente a mujeres y niños yezidíes para acabar con ellos. Habría habido una ventana de dos, quizás tres días para prevenir un genocidio. Pero los europeos hemos hecho muy poco”.

El concepto de “responsabilidad internacional de proteger” es un fraude. No tiene nada que ver con la protección de los derechos humanos, sino que sirve únicamente para “proteger” los intereses imperialistas. En Libia, la OTAN justificó el bombardeo de dicho país rico en recursos y el brutal asesinato del jefe de Estado, Muamar al-Gadafi, aludiendo a la “responsabilidad de proteger” y a un genocidio presuntamente inminente en 2011.

Decenas de miles de civiles murieron y el país aún enfrenta una sangrienta guerra civil en la actualidad. Asimismo, la misión anti Estado Islámico de las potencias de la OTAN en Siria no se trata de objetivos humanitarios, sino de la subyugación militar y política de la región rica en recursos y de importancia geoestratégica.

Para poner en práctica los planes exhaustivos de guerra, Baerbock pide un aumento adicional en el gasto de defensa. Dijo que Alemania había “aumentado su presupuesto de defensa en diez mil millones de euros desde 2016. Sin embargo, el equipamiento y la seguridad de los soldados no han mejorado notablemente”. Los soldados fueron enviados a Malí, “a pesar de que no pudieron prepararse lo suficiente: hay una falta de equipo de visión nocturna para el entrenamiento, sin mencionar las horas de vuelo. Debemos ser honestos sobre esto. Sí, en algunas áreas hay que invertir más para que los rifles disparen y los dispositivos de visión nocturna funcionen”.

La entrevista de guerra de Baerbock subraya el giro brusco hacia la derecha de Los Verdes, que en su fundación oficial en 1980 todavía se presentaban como “de izquierda” y “pacifistas”. Sin embargo, siempre han rechazado a la clase trabajadora y una perspectiva socialista, y en su lugar se han referido a las teorías antimarxistas de la Escuela de Frankfurt y el posmodernismo, así como a diversas formas de políticas de identidad. Después de haber coorganizado las primeras operaciones de combate de Alemania desde la Segunda Guerra Mundial en Kosovo y Afganistán, de 1998 a 2005, en una coalición de Gobierno con el Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes ahora claman nuevamente a favor de la guerra.

El libro de David North Un cuarto de siglo de guerra, publicado recientemente en alemán como 30 años de guerra por la editorial Mehring Verlag, examina los procesos sociales y políticos más profundos detrás de este desarrollo.

En la declaración, “Después del baño de sangre: lecciones políticas de la guerra de los Balcanes”, escrita ya en 1999, North escribe: “Los precios de las acciones en constante aumento, especialmente la explosión en las valoraciones del mercado desde 1995, han dado a una parte significativa de la clase media —especialmente entre la élite profesional— acceso a un grado de riqueza que no podrían haber imaginado al comienzo de sus carreras”.

Cuando Baerbock pide ahora con tanta fuerza el rearme y la guerra, trata de defender estos beneficios. En respuesta a la extrema desigualdad social y los crecientes conflictos entre las potencias imperialistas, las clases medias ricas, por las que hablan Los Verdes, están reaccionando con un giro brusco a la derecha y creando una nueva base social cada vez más directa para el militarismo y la dictadura.

(Publicado originalmente en inglés el 3 de diciembre de 2020)

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