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El gobernador de California cancela orden de cuarentena; sigue el ejemplo de las propuestas del presidente Biden

El lunes 25 de enero Gavin Newsom, gobernador del estado de California, declaró el fin de la cuarentena para todo el estado, medida relacionada a la disponibilidad de salas de emergencia en los condados del estado, agrupados en cinco regiones, 1: Norte de California (41,2 por ciento), 2: zona metropolitana de Sacramento (11,9 por ciento), 3: zona de la Bahía de San Francisco (23,4 por ciento), 4: Valle de San Joaquín (1,3 por ciento) y 5: Sur de California (0 por ciento). Hasta el anuncio del lunes, para las zonas 3, 4 y 5 había órdenes de cuarentena. Para las regiones 1 y 2 hay un sistema con escalas y menos restricciones (violeta: muy extenso, rojo: extenso, amarillo: moderado).

Las nuevas disposiciones imponen ese sistema de escalas (violeta, rojo, amarillo y blanco) con restricciones basadas en la tasa de casos positivos de COVID-19 en relación a la población de cada condado. Exceptuando a tres pequeños condados en el norte de California (escalas rojas y amarillas), por ahora todo el estado es violeta.

Gobernador de California Gavin Newsom (AP Photo Rich Pedroncelli, File)

Este nuevo plan permite que se abran restaurantes (para comer afuera), gimnasios y eventos deportivos este viernes.

Las condiciones en California siguen siendo muy malas. Los promedios semanales de muertes siguen en aumento; aunque las nuevas infecciones están disminuyendo. Según Worldometer el martes hubo 22.058 infecciones. El total para el estado es de 3.221.953 casos. Hubo 728 muertes, con un total de 38.255. Los hospitales admitieron 562 pacientes, con un total de 19.293. En el sur de California y el Valle Central (zonas 4 y 5; el 2/3 del territorio estatal) el porcentaje de salas de emergencia sigue casi en cero por ciento.

Con una tasa de 114 casos por cada 10.000 habitantes, California supera el promedio de Estados Unidos (80 por cada 10.000) y es el tercer estado, detrás de Arizona y Carolina del sur (138 y 115 casos). El promedio diario de muertes la semana pasada, 534, es cuatro veces más que el promedio semanal el cinco de diciembre.

Esos amargos números son la consecuencia directa de las medidas impuestas por el Partido Demócrata de California, que controla la política estatal. Son medidas que difieren sólo en apariencia de las del expresidente Donald Trump y en nada contrastan con las del presidente Joe Biden. El resultado diáfano es que el estado más rico del país más rico del mundo se ha convertido en el epicentro del mundo.

A pesar de la cornucopia de riquezas de este estado, brillan por su ausencia los serios recursos sociales necesarios para proteger la vida humana. Mientras que se duplican las fortunas obscenas de los megamillonarios de este estado, se desmoronan los recursos para la salud, más escasean equipos de protección personal y oxígeno.

Newson declaró que esta reapertura se basaba en la ciencia: “Estamos viendo que la curva se aplana,” dijo, aunque admitió que es estado todavía “no está fuera de peligro”.

El Departamento de Salud Pública del California sostiene que la cuarentena regional se ha cancelado porque se prevé mejoras en las salas de emergencia, aún cuando las regiones 4 y 5, incluyendo la megalópolis de Los Ángeles carecen casi totalmente de camas de emergencia.

Entre otras nuevas libertades, las medidas de Newsom permiten que los restaurantes del Condado de Los Ángeles sirvan servir comida al aire libre.

La decisión de recortar la cuarentena resultó de reuniones entre Newsom, algunos de sus consejeros y representantes de los restaurantes, sin que otros se enteraran. Eric Garcetti, alcalde de la ciudad de Los Ángeles declaró que él se enteró “al mismo tiempo que todos los otros”, cuando se anunció la decisión el lunes pasado.

El Condado de Los Ángeles este viernes decretará nuevas medidas que además de permitir comer al aire libre, eliminarán el toque de queda de entre las diez de la noche y las cinco de la mañana, según Bárbara Ferrer, directora del Departamento de Salud Pública de Los Ángeles.

En noviembre Los Ángeles prohibió comer en restaurantes, como resultado de una explosión de casos de COVID-19. Durante siete semanas los restaurantes sólo vendían comida para llevar. Se permitió que otros negocios, y centros comerciales permanecieran abiertos al veinte por ciento de su capacidad máxima. Ese último reglamento nunca se hizo cumplir.

Según la declaración de Newsom del lunes la capacidad de salas de emergencia en California del Sur crecerá al 33,3 por ciento para el veintiuno de febrero. Aunque no ofreció evidencia para eso, en verdad ha disminuido el número de nuevos casos, como resultado de la cuarentena, incluyendo el cierre de lugares de recreo infantil, el toque de queda y prohibiciones de que se junte mucha gente, a pesar de que varias agencias de policía en las zonas 4 y 5 se rehusaron ha hacerlas cumplir.

Newsom —bajo amenaza de ser destituido por grupos supuestamente de base, como QAnon, los Proud Boys, los Freedom Angels, los Three Percenters y la iglesia de Glad Tidings, entre otras organizaciones derechistas, evangélicas o opuestas a las vacunas— también quiere volver a abrir las escuelas públicas.

El 30 de diciembre Newsom propuso que una suma de dos mil millones de dólares en fondos escolares fuera desviada hacia modificaciones en salones de clases, pruebas de salud, y otras medidas para reabrir los salones de clases. Con todo cinismo, esas medidas llevan el nombre de “Escuelas sanas para todos”. El gobierno estatal pretende que los distritos escolares del estado presenten planes de reapertura antes del primero de febrero.

El gobernador niega que eso tenga nada que ver con la campaña de destitución. Hasta ahora se han validado medio millón de firmas para destituirlo. Se necesita un total de 1,5 millones antes del 17 de marzo.

También el lunes Newsom un nuevo enfoque para la vacunación contra COVID-19, dando prioridad a los ancianos en vez de a los obreros esenciales, haciendo peligrar a maestros, obreros de salud, de restaurantes, etcétera. Al igual que en otras regiones de EUA, la distribución de vacunas en California ha sido caótica. Sólo se han inyectado 2,6 millones de dosis; California cuenta con 39 millones de habitantes.

En verdad todas las propuestas de Newsom siguen la pauta del presidente Biden, del Partido Demócrata y de la oligarquía financiera, que sigue la misma lógica asesina de inmunidad colectiva (de la manada) del expresidente Trump y de los grupos de mando en todo el mundo. Fuera de la intervención de la clase obrera para impedir la reapertura de las escuelas, clausurar toda la producción no esencial y garantizar el ingreso de todos, las semanas venideras nos traerán otra ola de muerta y enfermedad, beneficiando una vez más a la oligarquía financiera que exige la producción sin interrupción para asegurarle creciente lucro.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 26 de enero de 2021)

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