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Protestas masivas en Haití contra poderes autoritarios del presidente

Decenas de miles de personas protestaron el domingo en Puerto Príncipe y otras ciudades haitianas contra el presidente Jovenel Moïse, quien ha tomado medidas durante las últimas dos semanas para consolidar una dictadura presidencial. Los manifestantes corearon “abajo la dictadura”, mientras que la policía respondió con gases lacrimógenos y balas de goma.

Con el respaldo total de Washington y de las instituciones lideradas por el imperialismo como las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA), Moïse está violando la Constitución de Haití al permanecer en el poder después de que expiró su mandato de cinco años el 7 de febrero.

Un manifestante sostiene una copia de la Constitución de Haití durante una protesta para exigir la dimisión del presidente Jovenel Moïse en Puerto Príncipe, Haití, 10 de febrero de 2021 (AP Photo/Dieu Nalio Chery)

Se prepara para celebrar un referéndum en abril para establecer una presidencia más poderosa sobre la base de que el país es actualmente ingobernable. Los cambios propuestos incluyen: abolir el cargo de primer ministro, quien es responsable ante el poder legislativo; sustituir el actual Parlamento bicameral por uno unicameral; y eliminar la prohibición constitucional de que un presidente sirva dos mandatos consecutivos. Esta última medida se introdujo como una garantía democrática tras la caída de la dictadura de Duvalier

Las protestas del domingo denunciaron a Estados Unidos y otras potencias extranjeras por respaldar a Moïse. La ruta de la protesta incluyó paradas frente a la oficina de la OEA en Pétion-Ville en las colinas de Port-au-Prince y la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (también conocida por su acrónimo en francés BINUH) en la cercana Juvenat.

Tres periodistas resultaron heridos en los enfrentamientos y un manifestante fue quemado vivo por presuntos miembros de una banda armada que se cree que tiene vínculos con Moïse.El presidente ha permitido que la policía y las bandas armadas hagan estragos contra las protestas populares en las últimas semanas. Dos periodistas locales, Alvarez Destiné y Meus Jeanril, fueron baleados mientras cubrían las protestas en el Champ de Mars frente a los terrenos del Palacio Nacional. Según los informes, Jeanril permanece en estado crítico.

El presidente respaldado por Estados Unidos ha ampliado enormemente sus poderes autoritarios durante el último año. En enero de 2020, derrocó efectivamente al Parlamento del país al permitir que los mandatos de la mayoría de los diputados expiraran sin organizar elecciones parlamentarias por mandato constitucional. Ha gobernado por decreto desde entonces y ha destituido a todos los alcaldes electos del país y ha impuesto reemplazos cuidadosamente seleccionados. La ausencia de un poder legislativo, que según la Constitución haitiana tiene la tarea de aprobar los nombramientos para los órganos independientes y la policía, le permitió a Moïse llenar estos puestos con partidarios cercanos.

También llenó de partidarios el comité que está preparando su reforma constitucional antidemocrática y la Comisión Electoral con sus propios designados.

Entre las iniciativas más controvertidas de Moïse se encuentra la creación de un servicio de inteligencia que responde directamente a él. También ha ampliado la definición de “terrorismo” para incluir incendios y cortes de carreteras, que son formas comunes de protesta popular.

En la última ronda de ataques a sus opositores políticos, Moïse ordenó la detención de 23 personas, incluido un juez de la Corte Suprema, a quien acusó de planear un golpe de Estado porque se oponían a sus acciones inconstitucionales. Además, ha ordenado la destitución de tres magistrados de la Corte Suprema nombrados por la oposición como posibles candidatos presidenciales. Según el artículo 177 de la Constitución, se supone que los magistrados de la Corte Suprema son inamovibles.

Moïse ha justificado su toma de poderes autoritarios con la engañosa afirmación de que su mandato presidencial no comenzó hasta el 7 de febrero de 2017 y que, por lo tanto, todavía le queda un año de servicio. En realidad, su mandato comenzó un año antes, cuando su predecesor y mentor político, Michel Martelly, dimitió y le entregó el poder a un presidente provisional tras las elecciones de 2015, que se vieron empañadas por fraude.

Tanto Martelly como Moïse están estrechamente asociados con la facción dominante de la clase dominante haitiana que respaldó la dictadura de Duvalier, que oprimió salvajemente al pueblo haitiano hasta que fue derrocado por una revuelta popular en 1986.

Moïse ha recibido el respaldo del ejército, que solo fue reconstituido por él en 2017 después de su disolución formal en 1995. En una entrevista con una estación de radio local, Jean Baptiste Joseph, un comandante del ejército haitiano, dijo que estaba “listo para hacer cualquier cosa” para asegurar que Moïse permanezca en el poder.

La toma de poder de Moïse ha sido respaldada por Estados Unidos y otras potencias imperialistas. Subrayando la total hipocresía de sus afirmaciones de defender la democracia y el estado de derecho, vale la pena recordar que cuando se trataba de Jean-Bertrand Aristide, argumentaron exactamente lo contrario. Cuando Washington bajo Bill Clinton reinstaló a Aristide, quien había sido depuesto en 1991 por un golpe respaldado por la Administración de Bush, a la Presidencia, insistió en que los tres años que Aristide había vivido en el exilio se contaran como parte de su mandato presidencial de cinco años.

Washington no tiene tales escrúpulos con Moïse. “Él asumió el cargo el 7 de febrero de 2017 por un período de cinco años, que por lo tanto está programado para finalizar el 7 de febrero de 2022”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, el 5 de febrero. “De acuerdo con la posición de la OEA sobre él, debe proceder con la transferencia democrática del poder ejecutivo, un nuevo presidente electo debería suceder al presidente Moïse cuando su mandato finalice el 7 de febrero de 2022”.

Price, portavoz del Departamento de Estado, menospreció las recientes protestas masivas y apoyó implícitamente la violenta respuesta de la policía, comentando: “La notable falta de respuesta popular a los llamados a protestas masivas en las últimas semanas indica que los haitianos están cansados de cierres interminables [los cierres en la capital causados por las protestas masivas] y las peleas por el poder”.

Este cheque en blanco para Moïse y sus aliados corruptos emitido por la Administración de Biden está totalmente en línea con los crímenes históricos del imperialismo estadounidense contra el pueblo haitiano, que se remontan a más de un siglo. Además de respaldar incondicionalmente la cruel dictadura de Duvalier durante tres décadas, Washington y sus aliados, incluido Canadá, han enviado repetidamente tropas para ocupar Haití y reprimir al pueblo haitiano, incluyendo en múltiples ocasiones en los 35 años desde el derrocamiento de Baby Doc Jean-Claude Duvalier. (Ver: Haití y el feo rostro del imperialismo de los “derechos humanos” de Biden)

El corrupto y ampliamente despreciado régimen de Moïse, que se ha enfrentado a repetidos estallidos de protestas masivas desde 2018, solo es capaz de aferrarse al poder gracias al continuo apoyo incondicional de Washington. Bajo el presidente de extrema derecha Trump, Washington respaldó a Moïse durante semanas de protestas que involucraron a decenas de miles de personas durante el otoño de 2019, que fueron provocadas por el empeoramiento de la situación social y la participación de Moïse en un escándalo de corrupción masivo que provocó la desviación de unos $4 mil millones en ayuda de Venezuela por parte de sus compinches en la élite burguesa venal de Haití.

El hecho de que la Administración de Biden haya reafirmado de manera tan decisiva su respaldo al régimen, incluso cuando Moïse intensifica sus políticas autoritarias, se burla de la afirmación del demócrata de que la política exterior estadounidense se basará en la defensa de los “derechos humanos” y la “democracia” bajo su Administración.

La alianza entre el imperialismo estadounidense y una serie de Gobiernos títeres corruptos en Puerto Príncipe ha presidido un mayor deterioro de la ya catastrófica situación social en Haití.

Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, tiene un producto interno bruto per cápita de solo $797 y ocupa el puesto 169 de 189 países en el Índice de Desarrollo Humano. El régimen de Moïse ha supervisado un agravamiento de esta crisis social, con una fuerte devaluación de la moneda y una inflación galopante que ha dejado las necesidades básicas fuera del alcance de grandes sectores de la población. Al mismo tiempo, ha garantizado las ganancias de los principales intereses de la agroindustria, la manufactura textil, el turismo y la minería que saquean sin piedad el país.

Estas horribles condiciones sociales se han visto agravadas por la pandemia de coronavirus. Aunque los casos notificados son relativamente bajos en comparación con otros países, esto se debe en gran parte a la ausencia de infraestructura de atención médica para rastrear el progreso del virus mortal. Según el Banco Mundial, se espera que la inflación supere el 20 por ciento y el déficit fiscal se duplique a más del 6 por ciento del PIB en comparación con un pronóstico pre pandémico del 3 por ciento.

La oposición burguesa oficial a Moïse no tiene nada que ofrecerles a las masas empobrecidas de Haití. Mientras critican el creciente autoritarismo del presidente, los políticos de la oposición se han concentrado en hacer llamamientos patéticos a las potencias imperialistas para defender la democracia en Haití, es decir, las mismas potencias que han impuesto condiciones sociales desesperadas en el empobrecido país durante décadas. Como comentó el líder de la oposición, André Michel, “Claramente, Jovenel Moïse ha dejado de ser el presidente constitucional de Haití. Depende de la población seguir movilizándose, inducirla a dimitir del poder ... Pedimos a la comunidad internacional que tenga en cuenta la decisión del poder judicial haitiano, que señaló el fin del mandato constitucional de Jovenel Moïse. Debe ayudar a Haití a que haya una transición exitosa”.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 18 de febrero de 2021)

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