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Perspectiva

Facebook censura artículo del WSWS que expone teoría conspirativa del “laboratorio de Wuhan”

Desde el miércoles por la tarde, Facebook ha prohibido que sus usuarios compartan el artículo de perspectiva del World Socialist Web Site “La teoría conspirativa del Washington Post sobre el ‘laboratorio de Wuhan’ queda expuesta”.

La censura comenzó menos de doce horas después de que el artículo fuera publicado inicialmente. En el momento en que Facebook intervino, el artículo había sido visto 1.500 veces.

Una notificación de Facebook de que un artículo del WSWS fue censurado porque la empresa no “permite información falsa que ha sido repetidamente desmentida”.

Varios lectores confirmaron que, al intentar compartir el artículo, recibieron un mensaje de que “nadie más puede ver tu publicación” porque Facebook no “permite información falsa que ha sido desmentida repetidamente”, lo que implica que el artículo contiene “información errónea sobre el COVID-19”. Algunos lectores informaron de que inmediatamente después de compartir el artículo, sus cuentas de Facebook fueron suspendidas durante tres y, en algunos casos, siete días.

El artículo del WSWS no contiene nada erróneo, falso ni engañoso. El artículo en cuestión se basaba en la posición de la Organización Mundial de la Salud, que ha descartado investigar un origen no natural del COVID-19 señalando que no hay pruebas que respalden tal explicación.

El artículo del WSWS llamó la atención sobre la concesión a hurtadillas del Post en su editorial del 22 de febrero, en el que admitió que, a pesar de las declaraciones anteriores del periódico en el sentido de que la enfermedad fue hecha por el hombre es una “explicación plausible”, no se ha hecho pública ninguna prueba que respalde tal afirmación y, en cambio le pidió al Gobierno estadounidense que hiciera pública cualquier información que tuviera.

Dado que el artículo cumple plenamente con las normas comunitarias de Facebook, ¿qué ha motivado este acto de censura? Hay dos explicaciones que se entrelazadas.

Es difícil evitar la conclusión de que hubo una comunicación directa entre el Washington Post y Facebook. No cabe duda de que el Post estaba enfadado por la exposición de su vergonzoso repliegue.

Pero no es solo una cuestión del ego herido del propietario del Washington Post, Jeff Bezos. El artículo del WSWS socavó una narrativa que es fundamental para los intereses de la política exterior e interior de la clase dirigente estadounidense: la afirmación de que Beijing es el culpable de la pandemia del COVID-19.

La declaración del WSWS expuso muy claramente, con base en un análisis del propio editorial del Washington Post, el carácter fraudulento del cuento del “laboratorio de Wuhan”, que es una mentira propagandística fundamental para la campaña contra China. El Gobierno de Biden ha seguido impulsando esta mentira que fue promovida agresivamente por Trump.

La ironía es que el WSWS está siendo acusado precisamente de lo que expusimos, es decir, de afirmaciones falsas sobre el origen de la pandemia de COVID-19. De manera orwelliana, se acusa de mentir cuando se exponen las mentiras.

A lo largo de la historia, la guerra siempre ha ido acompañada tanto de mentiras como de censura. Estados Unidos ha dejado en claro que su principal objetivo militar es prepararse para un “conflicto de grandes potencias”, en particular con Rusia y China, lo que implica la necesidad de controlar y suprimir cualquier información que interfiera con las operaciones bélicas.

Desde 2016, se ha puesto en marcha en Estados Unidos un régimen de censura gubernamental muy avanzado. Lo aplican las corporaciones como Google, Facebook y Twitter. Pero el impulso del régimen de censura proviene de los niveles más altos del Estado, utilizando una poderosa tecnología para eviscerar lo que queda de los derechos de la Primera Enmienda a la Constitución.

Facebook emplea a decenas de miles de personas en su departamento de moderación de contenidos. En una comparecencia ante el Senado de Estados Unidos en enero de 2018, la jefa de contraterrorismo de Facebook, Monica Bickert, se jactó de que la empresa ha contratado a decenas de miles de moderadores, muchos de ellos con formación militar, de inteligencia o policial. Señaló que Facebook cuenta con “un equipo dedicado a la lucha contra el terrorismo” de “exfuncionarios de inteligencia y de las fuerzas policiales”.

La intersección del aparato militar/de inteligencia y las corporaciones es tan completa que es imposible decir dónde empieza uno y termina el otro.

El régimen de censura es asombroso en escala y capacidad. Con solo pulsar un botón, cualquier exposición del militarismo estadounidense puede ser retirada de la circulación en Internet. Apenas el Estado identifica un artículo, hecho o declaración que considera inconveniente, envía instrucciones a Facebook y Google para que lo supriman. Como demuestra la censura de Facebook, no solo actúa contra los que publican el material, sino también contra los que lo leen y distribuyen.

Cada acto de censura sienta las bases para el siguiente, creando las condiciones para la supresión no solo de las redes sociales, sino de los sitios web, los correos electrónicos y otras formas directas de comunicación. La amenaza es para todas las organizaciones socialistas, de izquierdas y progresistas, y debe haber una lucha común en oposición a esto.

La cuestión más crítica es movilizar el apoyo en la clase trabajadora, que, en última instancia, es el objetivo central del ataque. El acceso a la información sobre el COVID-19 es una cuestión de vida o muerte. La clase obrera necesita conocer la verdad para poder armarse en defensa de la vida de los trabajadores.

La exposición de la propaganda militar es igualmente una cuestión de vida o muerte. La guerra de EE.UU. en Irak, que provocó la muerte de más de un millón de personas, se justificó y preparó sobre la base de mentiras. Una guerra con China tendría consecuencias mucho más catastróficas.

La decisión de Facebook de censurar el artículo del WSWS que desmiente la falsa narrativa de Washington sobre los orígenes del COVID-19 es una advertencia sobre el gran alcance de sus preparativos de guerra.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 26 de febrero de 2021)

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