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Epidemiólogo advierte que la cuarta ola de COVID-19 ya está en marcha en EE.UU.

El destacado epidemiólogo estadounidense, el Dr. Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas en Minneapolis, dio una grave advertencia sobre una nueva etapa devastadora de la pandemia de COVID-19 en entrevistas el domingo en dos cadenas de televisión nacionales.

El Dr. Osterholm explicó el contexto y los peligros reales sugeridos por la declaración el lunes pasado de la Dra. Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, de que tenía miedo y presentía un “desastre inminente” en cuanto a la pandemia.

Personal médico examina a pacientes de COVID-19 en DHR Health, 29 de julio de 2020, McAllen, Texas (AP Photo/Eric Gay)

El domingo, hablando con el presentador Chuck Todd en “Meet the Press”, Osterholm dijo: “En este momento, estamos en un estado de huracán de categoría cinco con respecto al resto del mundo. En este punto, veremos en las próximas dos semanas el mayor número de casos reportados a nivel mundial desde el comienzo de la pandemia ... Creo que fue una llamada de atención para todos ayer cuando Michigan reportó 8.400 casos nuevos y ahora estamos viendo un aumento en las enfermedades graves, [los casos en] UCI y las hospitalizaciones de personas de entre 30 y 50 años que no han sido vacunadas”.

Después de discutir las preocupaciones planteadas por el aumento de variantes más virulentas y que evaden el sistema inmunológico, Osterholm explicó: “Chuck, estoy aún más preocupado por lo que se avecina en los próximos años. En este momento, si observas la distribución de vacunas en todo el mundo, diez países han recibido alrededor del 80 por ciento de las vacunas. Treinta países no han visto ni una gota. Si seguimos viendo la propagación sin límites de este virus en los países de ingresos bajos y medios, en el transcurso de los próximos años van a generar variantes que pueden, en todos y cada uno de los casos, desafiar nuestras vacunas. Es por eso por lo que no solo necesitamos una respuesta de EE.UU. sino que también necesitamos una respuesta global para vacunar a la mayor cantidad de personas”.

A nivel mundial, el número de casos de COVID-19 se acerca a los 132 millones y el número de muertes supera los 2,8 millones. El promedio de siete días en casos y muertes diarias ha subido a 581.000 y más de 10.000, respectivamente. Con 40 millones de casos en total, Europa ve más de 3.000 muertes por día y el número total de muertes se acerca al millón. Polonia, Turquía y Ucrania se enfrentan a difíciles batallas en la peor fase de sus olas. Los casos de COVID-19 en India se están acelerando rápidamente y superarán los 100.000 casos nuevos por día esta semana, el total más alto de cualquier país durante la pandemia. Brasil parece haber alcanzado su punto máximo con 3.000 muertes por día.

Mientras tanto, el promedio de siete días en EE.UU. ha aumentado lentamente, con más de 66.000 casos nuevos por día. Los casos en el centro-norte y el noreste tienen preocupados a los funcionarios de salud pública. Hablando en Fox News, Osterholm fue contundente al rechazar las acciones de los Gobiernos estatales y el federal de relajar las restricciones y reabrir escuelas, particularmente a la luz de la propagación de nuevas variantes como la B.1.1.7.

“Somos el único país del mundo que experimenta en este momento cada vez más casos debido a esta variante y, al mismo tiempo, nos abrimos, no cerramos”, le dijo al presentador Chris Wallace, quien pareció desconcertado por la advertencia directa. “Básicamente, ambos van a colisionar, y veremos un número sustancialmente mayor de casos”.

Osterholm continuó: “Entiendo la resistencia absoluta en este país incluso a considerar eso y ya sabes, es como tratar de beberse un alambre de púas, pero el mensaje final del virus es que va a hacer lo que va a hacer, y vamos a tener que responder de alguna manera”. Añadió que esto podría implicar “restaurar algunas de las restricciones que hemos suavizado”.

Esta resistencia se deriva principalmente del impulso de la élite gobernante estadounidense, respaldada tanto por los partidos capitalistas como por los medios corporativos, para obligar a los niños a regresar a las aulas y a sus padres a trabajar, a fin de producir ganancias para la clase capitalista.

Osterholm, quien se había desempeñado como miembro de la junta asesora sobre COVID-19 del equipo de transición del presidente Biden, fue eliminado después de su clara advertencia en enero de que la caída en los casos de coronavirus era “el ojo del huracán” y no un progreso genuino. Esta advertencia ahora se confirma trágicamente.

El epidemiólogo concentró gran parte de su discusión en el peligro de que el B.1.1.7 fuera más peligroso para los niños que la forma inicial del virus. “Ahora bien, los niños se infectan al mismo ritmo que los adultos”, explicó. “Son muy eficaces para transmitir el virus. Solo en Minnesota, en las últimas dos semanas, hemos tenido 749 escuelas con casos”, dijo.

Según el rastreador de vacunas del Washington Post, aproximadamente 106 millones de personas han recibido al menos una dosis de la vacuna COVID-19, lo que representa solo el 32 por ciento de la población. El diecisiete por ciento se ha vacunado por completo. En comparación, Europa apenas ha vacunado al diez por ciento de su población.

El fuerte aumento de casos en el centro y noreste del país se debe principalmente a los casos de COVID-19 en niños, que ha sido impulsado por la frenética campaña de reapertura de escuelas.

Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Michigan, los casos entre los niños más pequeños han aumentado en un 230 por ciento desde el 19 de febrero. La epidemióloga estatal de Minnesota, la Dra. Ruth Lynfield, confirmó que el B.1.1.7 tenía una tasa de ataque más alta entre los niños en comparación con las versiones anteriores. “Ciertamente tenemos la sensación de que la juventud es lo que podríamos llamar la vanguardia de la propagación de las variantes”, dijo.

El departamento de salud de Massachusetts informó que el número más significativo de nuevas infecciones por COVID-19 en las últimas dos semanas se produjo entre niños y adolescentes. También se ha expresado la preocupación de que las infecciones por la variante B.1.1.7 provoquen una mayor carga de enfermedad entre los niños.

En la actualidad, se han detectado 12.505 casos de variantes de B.1.1.7 en todos los estados y territorios de EE.UU. (Esto se refiere solo a los casos identificados mediante pruebas genéticas, que representan solo una pequeña fracción del total de casos). Los CDC ahora estiman que la versión B.1.1.7 del coronavirus es la cepa predominante en áreas que representan dos tercios de la población de EE.UU. Bloomberg declaró el viernes: “Los CDC identificaron cinco de las 10 regiones el viernes, diciendo que incluyen gran parte de la costa este, desde el sur de Nueva York hasta Florida, así como el centro y la mayor parte del Cinturón del Sol. Aproximadamente 220 millones de personas, o dos tercios de la población de EE.UU., viven en esas cinco regiones”. Esto representa el 26 por ciento de los casos a nivel nacional. Además, también debe tomarse en cuenta que se han detectado 353 casos de la variante B.1.351 que se vio por primera vez en Sudáfrica en 31 estados, mientras que la variante P.1 que se vio por primera vez en Brasil se ha extendido rápidamente en 22 estados con 224 casos detectados.

Durante todo el mes de marzo, Osterholm advirtió que el pueblo estadounidense “está entrando en la boca de este monstruo viral como si de alguna manera no supiéramos que está aquí, y está aquí”. Ésta es una descripción adecuada de un crimen histórico, cometido contra el pueblo estadounidense por la clase dominante estadounidense y sus servidores políticos.

El coronavirus es una amenaza existencial que trae consigo nefastas consecuencias para la clase trabajadora. Es fundamental comprender que la aparición de las nuevas variantes no es simplemente una intensificación de la pandemia actual, sino el surgimiento de una nueva pandemia con características más peligrosas.

Las élites gobernantes han demostrado repetidamente que su preocupación por las ganancias determina su respuesta a la pandemia. No les importa nada la vida de los trabajadores.

Es fundamental que los trabajadores asimilen las lecciones y experiencias adquiridas durante el último año y reconozcan que son la única fuerza capaz de poner fin a esta pandemia, librándose de los grilletes del modo de producción capitalista, que en última instancia es la causa de esta pandemia actual. Esto significa la construcción de un movimiento independiente de la clase trabajadora por el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de abril de 2021)

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