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La secretaria del Tesoro, Yellen, advierte que los tipos de interés podrían tener que subir

La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, ha declarado que la Reserva Federal podría tener que subir los tipos de interés para evitar la inflación en la economía de Estados Unidos.

Hizo estos comentarios en una declaración pregrabada para un evento organizado por la revista Atlantic, en un momento en el que ha aumentado la preocupación sobre si los planes de gasto de Biden conducirán a un aumento de las presiones inflacionistas.

Janet Yellen en el Congreso en 2017 (Fuente: Reserva Federal)

"Puede ser que los tipos de interés tengan que subir algo para asegurar que nuestra economía no se sobrecaliente, aunque el gasto adicional sea relativamente pequeño en relación con el tamaño de la economía", dijo Yellen.

"Así que podría provocar algún aumento muy moderado de los tipos de interés para conseguir esa reasignación. Pero son inversiones que nuestra economía necesita para ser competitiva y productiva".

Viniendo de una exjefa de la Fed, los comentarios de Yellen se apartaron un poco de la práctica anterior en la que los secretarios del Tesoro no comentan las políticas de la Fed y ésta se abstiene de comentar las políticas de la administración.

Consciente de la preocupación en los mercados financieros por la perspectiva de una subida de los tipos de interés, Yellen pareció retractarse un poco de sus declaraciones en comentarios posteriores en una entrevista en una cumbre del Consejo de Directores Generales celebrada por el Wall Street Journal.

En ese foro, dijo que una subida de los tipos de interés por parte de la Fed no era "algo que esté prediciendo o recomendando".

"No creo que vaya a haber un problema inflacionario, pero si lo hay, se puede contar con la Fed para abordarlo", declaró.

Preguntada por la posición del Gobierno de Biden sobre la valoración de Yellen, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo a los periodistas que el presidente estaba de acuerdo con la secretaria del Tesoro y que la Casa Blanca estaba vigilando de cerca los precios.

"También nos tomamos los riesgos inflacionistas increíblemente en serio, y nuestros expertos económicos nos han transmitido que creen que esto sería temporal y que los beneficios superan con creces la preocupación", dijo Psaki.

La preocupación por la inflación ha sido expresada por el exsecretario del Tesoro Lawrence Summers, quien ha dicho que las medidas de gasto de la administración Biden corren el riesgo de desencadenar el tipo de subidas de precios visto en la década de 1970.

Existe cierto nerviosismo en los mercados financieros ante la posibilidad de que, si la inflación empieza a aumentar, la Reserva Federal se vea obligada a subir los tipos. Esto tendría un impacto adverso inmediato en Wall Street, donde el dinero ha entrado a raudales debido al apoyo masivo proporcionado por la Fed: tipos bajos combinados con la inyección de billones de dólares a través de la compra de activos financieros desde la congelación del mercado en marzo de 2020.

Las señales de ese nerviosismo se hicieron evidentes ayer con la caída de los valores tecnológicos estadounidenses, que registraron su peor rendimiento diario en casi dos meses. El índice NASDAQ, de gran peso tecnológico, cayó un 1,9%, mientras que el índice S&P bajó un 0,7%.

El Financial Times informó de que "los operadores y los inversores dijeron que estaban cada vez más preocupados por el hecho de que empezara a surgir una mayor inflación", un temor subrayado por las declaraciones de Yellen.

La Fed ha desestimado en gran medida la preocupación de que la inflación esté a punto de despegar y ha mantenido que las recientes subidas de precios son "transitorias". El presidente de la Fed, Powell, ha insistido en que los tipos ultrabajos se mantendrán durante "mucho tiempo". En otras palabras, el flujo de dinero que ha enviado a los mercados a máximos históricos continuará.

Pero esta afluencia de dinero ha provocado un "rally de todo", incluso en importantes materias primas industriales.

El precio de las principales materias primas industriales, como el mineral de hierro, el paladio, utilizado para limitar las emisiones nocivas de los automóviles, y la madera, han alcanzado récords históricos.

El cobre, uno de los metales industriales más importantes, ha alcanzado su mayor nivel de precios en una década. El índice de precios de las materias primas elaborado por Bloomberg se encuentra en su nivel más alto en una década.

Uno de los temores de la clase dominante, aunque rara vez se plantea en los comentarios financieros, es que un aumento de la inflación alimente el desarrollo de la lucha de clases a medida que los trabajadores presionan para obtener mayores salarios en un esfuerzo por superar la supresión salarial que se remonta a décadas atrás y el impacto de la pandemia del COVID-19.

En lo que antes se consideraba como condiciones "normales", la Reserva Federal comenzaría a endurecer la política monetaria, sobre todo para suprimir las demandas salariales.

Pero ahora está atrapada en un marco creado por ella misma. Los mercados financieros se han vuelto tan dependientes de la entrada de dinero del banco central que incluso el más mínimo movimiento para reducir este flujo puede desencadenar una crisis de mercado.

En un comentario publicado en el Financial Times, el analista financiero Mohamed El-Erian advertía de que "los indicios de la espuma del mercado se multiplican en un "rally de todo"" y de que cada vez más empresas advierten del aumento de los costes de los insumos "y algunas señalan que esto se trasladará a los precios".

Pero, continuó, dado su marco operativo, adoptado el pasado mes de diciembre en el que dijo que no consideraría un endurecimiento de la política monetaria hasta que las subidas de precios estuvieran constantemente en torno o por encima del 2 por ciento, la Fed no tenía "ninguna opción operativa" más que atenerse a su narrativa de que las actuales subidas de precios son "transitorias".

El-Erian advirtió que la espuma y la "excesiva asunción de riesgos en los mercados", de la que hay cada vez más pruebas, como el aumento de la deuda de los márgenes de los inversores hasta máximos históricos, conducirían a una "migración al alza tanto de la inflación real como de la esperada".

Esto podría dar lugar a una situación en la que "en última instancia, la Fed podría verse obligada a pisar el freno de la política monetaria, arriesgándose a socavar lo que debería ser una recuperación duradera".

En otras palabras, las mismas políticas aplicadas para rescatar a las empresas y a los mercados financieros como consecuencia de la pandemia del COVID-19 podrían conducir a un colapso del sistema financiero y de la economía en general.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de mayo de 2021)

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