Español

Por qué deberían votar “No” los trabajadores de Smithfield en Sioux Falls al segundo contrato entreguista

Por segunda vez en dos semanas, mas de 3.700 trabajadores de frigoríficos de Smithfield en Sioux Falls, South Dakota, están votando hoy sobre un contrato que su sindicato United Food and Commercial Workers (UFCW) ha presentado falsamente como una victoria “histórica” frente a la empresa. El contrato no es nada de eso.

Los trabajadores de la carne de Sioux Falls rechazaron el primer contrato por un margen contundente de 99 por ciento el 3 de junio. Posteriormente, el 98 por ciento votó a favor de autorizar una huelga. El sindicato y la empresa pronto propusieron una nueva versión del contrato para evitar la huelga, temiendo que los trabajadores de Smithfield unan fuerzas con la ola cada vez mas grande de huelgas por todo Estados Unidos.

El interior de una planta frigorífica de Smithield (fuente: Smithfield Foods)

El contrato ha cambiado poco desde la última votación.

Aunque la mayoría de los detalles del primer contrato y del último se han mantenido en secreto, el primer contrato no ofrecía ningún aumento salarial y eliminaba un descanso de 15 minutos para los trabajadores que hacen turnos de 8 horas en condiciones extenuantes.

Los trabajadores de la planta ganan actualmente por debajo del promedio de la zona para la industria, con un salario inicial de 17 dólares por hora en comparación con los 19 dólares de una planta de carne de cerdo de JBS situada a 70 millas (110 km) de distancia en Worthington, Minnesota.

Se ha informado ampliamente en las noticias locales que el UFCW ha negociado un salario inicial de 19 dólares por hora en el nuevo contrato para “seguir siendo competitivos” con la planta de JBS. Sin embargo, cuando el WSWS llamó a la oficina del sindicato el miércoles por la tarde para pedir aclaraciones sobre los detalles del contrato, un representante del sindicato, Mustafa Kalombo, reveló a regañadientes que el nuevo salario real es en realidad de 18,75 dólares más un bono único por firmar. Además, este aumento salarial solo afectará a los trabajadores peor pagados. Los detalles de cómo se verá afectado el salario de los trabajadores con mayor antigüedad, que se dividen en “muchos” niveles según Kalombo, siguen siendo un misterio.

De hecho, si se tiene en cuenta la inflación y el aumento del coste de la vida, es probable que el escaso aumento de 1,75 dólares equivalga a un recorte salarial al final del contrato.

En el primer contrato, Smithfield exigía un aumento de aproximadamente 200 dólares al año de pagos de bolsillo para la cobertura médica. Esta exigencia debería considerarse atroz en cualquier circunstancia, pero aún más si se tiene en cuenta que estos trabajadores estuvieron en primera línea de la pandemia durante todo el año pasado sin un aumento de sueldo. En cambio, a los trabajadores se les ofreció un “bono de responsabilidad” de 500 dólares al principio de la pandemia si se presentaban a trabajar durante un mes sin una ausencia injustificada.

El nuevo contrato reduce, pero no elimina, el aumento de los gastos de bolsillo. Esto es aún más insultante si se toma en cuenta que la planta de Sioux Falls fue el lugar donde se produjo uno de los primeros brotes importantes de COVID-19 en la industria cárnica. De una plantilla de 3.700 trabajadores, 1.294 se infectaron y cuatro murieron, según la agencia OSHA. En un momento dado, el pasado mes de abril, la planta representaba la gran mayoría de las infecciones por coronavirus en el estado de Dakota del Sur.

A lo largo del último año, el UFCW ha demostrado su verdadera actitud hacia los trabajadores y su lealtad a la empresa, trabajando codo con codo con ella para mantener la planta abierta mientras los trabajadores se enfermaban y morían con el fin de mantener el flujo de ganancias. ¿Cómo podría un trabajador confiar en una organización como esta para que luche en su nombre por un salario digno, cobertura médica, condiciones de trabajo seguras y otros derechos básicos de los trabajadores?

El contrato no es más que una bofetada a los miles de trabajadores esenciales de la planta de Sioux Falls que, como parte de una red internacional de trabajadores, mantuvieron la producción de carne durante toda la pandemia pese al gran riesgo para ellos y sus seres queridos. Para “recompensar” a estos trabajadores que fueron aclamados como héroes en todo momento por la empresa y en los medios de comunicación, Smithfield, con el apoyo de la UFCW, les está ofreciendo una miseria a los trabajadores.

La realidad es que a los trabajadores de todo el mundo se les está obligando a incurrir todo el costo del rescate a Wall Street y las corporaciones por valor de un billón de dólares al comienzo de la pandemia. En el caso de Smithfield, su empresa matriz, el Grupo WH de Hong Kong, el mayor procesador de carne de cerdo del mundo, anunció el fin de semana que gastará hasta 1.900 millones de dólares en un nuevo programa de recompra de acciones con el fin de hacer subir el precio de sus acciones, una medida que beneficiará principalmente a los mayores inversores de la empresa.

Si bien los trabajadores de Sioux Falls se enfrentan al sindicato y la empresa como enemigos, también tienen poderosos aliados. La situación que se está produciendo en la planta de Smithfield se está reproduciendo en plantas, fábricas y almacenes de todo Estados Unidos y, de hecho, de todo el mundo.

Casi 3.000 trabajadores de la planta de Volvo en New River Valley (NRV), en Dublín (Virginia), están en huelga desde el 7 de junio, después de rechazar contundentemente dos contratos favorables a la empresa impulsados por su sindicato, el United Auto Workers (UAW). En el transcurso de su lucha, les quedó claro a los trabajadores que, para llevar a cabo una lucha contra la empresa y en defensa de sus medios de vida, tendrían que tomar el asunto en sus propias manos. Con la ayuda del World Socialist Web Site, los trabajadores de Volvo se organizaron de forma independiente en el Comité de Base de los Trabajadores de Volvo (VWRFC, por sus siglas en inglés).

Del mismo modo, los mineros de Warrior Met Coal en Brookwood, Alabama, rechazaron masivamente un contrato respaldado por su sindicato, el United Mine Workers of America (UMWA). Los trabajadores del acero de ATI llevan casi tres meses de huelga, mientras ExxonMobil ha sometido a 650 trabajadores de una refinería a un cierre patronal desde el 1 de mayo. Estas luchas demuestran el creciente conflicto entre los trabajadores de base y los sindicatos corporativistas, lo que indica que se avecinan luchas masivas.

No cabe ninguna duda de que existe una oposición masiva entre los trabajadores de la planta de Smithfield. En las últimas semanas ha habido enormes índices de ausentismo, con cientos de trabajadores que tomaron bajas médicas largas. Decenas más están renunciando cada semana. Instamos a los trabajadores de Smithfield a sacar las conclusiones necesarias de la situación actual y de los acontecimientos del último año y a que voten “No” a este segundo acuerdo entreguista. Los trabajadores deben entender que, para luchar por sus vidas y medios de vida, necesitan nuevas organizaciones, independientes de los sindicatos y de ambos partidos políticos.

Para obtener más información sobre la formación de un comité de base en su lugar de trabajo, visita wsws.org/workers e inscríbete hoy mismo.

(Publicado originalmente en inglés el 16 de junio de 2021)

Loading