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Perspectiva

La guerra de clases en Volvo y la lucha por los comités de base

El domingo, el sindicato United Auto Workers (UAW) anunció que había ordenado una nueva votación del acuerdo tentativo que los trabajadores en huelga de Volvo Trucks en Dublin, Virginia, ya habían rechazado con un voto del 60 por ciento.

La acción extraordinaria del UAW se produjo después de una declaración de la empresa donde anuncia un “impasse” en las negociaciones contractuales y que procederá a imponer unilateralmente el acuerdo rechazado por los trabadores.

Volvo les está declarando la guerra a los trabajadores y el UAW está ofreciendo una tapadera para su operación rompehuelgas. El presidente del Local 2069 del UAW, Matt Blondino, publicó una declaración reconociendo que la empresa estaba intentando romper la huelga, pero dejó en claro que el UAW no tomará ninguna acción más allá de presentar una demanda bajo “cargos de práctica laboral injusta” que, según el sindicato, “podría tomar meses o años en resolverse”.

Es decir, el UAW les está diciendo a los trabajadores que, independientemente del resultado de su “nueva votación” el miércoles, los obligarán a volver al trabajo bajo el acuerdo que ya rechazaron.

Trabajadores de Volvo Trucks en huelga en Dublin, Virginia (foto: Local 2069 del UAW)

De hecho, no existe ningún “impasse” entre la empresa y el sindicato, sino entre los trabajadores, por un lado, y Volvo y el UAW, por el otro. A lo largo de toda la lucha en Volvo, el UAW se ha dedicado sistemáticamente a aislar a los huelguistas para imponer las demandas de la gerencia. Les ha negado el derecho a los trabajadores incluso de ver los acuerdos completos que votaron. Además, aplicaron un apagón de información efectivo sobre la lucha, rehusándose a informarles a sus miembros sobre la huelga en curso, y ha hambreado a los trabajadores con un sueldo de huelga de apenas $275 por semana.

El desafiante voto en contra de los trabajadores de Volvo el viernes se produce después del rechazo de dos acuerdos tentativos previos por 90 por ciento. Es parte de una intensificación de la rebelión y militancia de la clase obrera que está enfrentando a los trabajadores directamente contra las organizaciones que afirman representarlos.

  • Casi 600 trabajadores en la gigante planta de aperitivos de Frito-Lay en Topeka, Kansas, están en huelga después de rechazar un cuarto contrato apoyado por el sindicato Bakery, Confectionary, Tobacco Workers and Grain Millers (BCTGM). El sindicato está aislando la huelga y hambreando a los trabajadores en huelga con un sueldo de $105 por semana.
  • En Terre Haute, Indiana, el sindicato Workers United afiliado al SEIU anunció el 3 de julio que estaba imponiendo unilateralmente un contrato entreguista que los 460 trabajadores de envasado de Amcor habían votado en contra.
  • Unos 1.300 trabajadores de Allegheny Technologies (ATI) en Pennsylvania y cuatro otros estados han estado en huelga por más de tres meses, en una lucha que el sindicato United Steelworkers (USW) ha aislado. La semana pasada, el USW anunció que había alcanzado un acuerdo que eliminaría cientos de empleos y cuyos aumentos salariales son menores a la inflación. Los trabajadores votarán sobre el acuerdo el martes.
  • En Alabama, 1.100 mineros del carbón han estado en huelga por más de 100 días tras rechazar un contrato vendido y promovido por el sindicato United Mine Workers of America (UMWA), que ha dejado a los mineros aislados en los piquetes de huelga y ha recurrido a la violencia física para intimidar la oposición.

Este proceso se internacional. En Bélgica, los trabajadores de Volvo Cars (con distinto propietario a Volvo Trucks) emprendieron una huelga salvaje para frenar la producción a partir del jueves contra un acuerdo entre la empresa y el sindicato para ampliar la semana laboral. En Canadá, 2.450 mineros de Vale en Sudbury, Ontario, han estado en huelga por seis semanas tras rechazar un acuerdo entreguista respaldado por el sindicato. Miles de trabajadores eléctricos en Turquía iniciaron una serie de huelgas salvajes para protestar los acuerdos vendidos que acordó el sindicato Tes-İş.

El desarrollo de la lucha de clases refuta completamente los esfuerzos de los grupos pseudoizquierdistas para presentar los sindicatos como la única forma legítima de organización obrera.

Los defensores del aparato burocrático (incluyendo a organizaciones pseudoizquierdistas como los Socialistas Democráticos de Estados Unidos [DSA] y su revista afiliada Jacobin ) tildan de “sectario” al Partido Socialista por la Igualdad. Su primera prueba es nuestro llamado a formar comités de base. Por “sectarismo”, no hablan de una supuesta falta de trabajo entre los obreros en los sindicatos. De hecho, no existe ninguna organización fuera del PSI que asiste a los trabajadores en los sindicatos a desarrollar su propia iniciativa independiente.

Por el contrario, los oponentes de los comités de base están horrorizados por el crecimiento de un movimiento insurgente contra la burocracia. Están alineados con sectores poderosos de la clase gobernante, incluyendo el Gobierno de Biden, que ven correctamente a los sindicatos como instrumentos esenciales para suprimir la lucha de clases. Representan a sectores privilegiados de la clase media-alta y buscan perpetuar un “movimiento obrero” integrado en el Estado y la gerencia corporativa. ¿Cómo más se puede explicar el hecho de que no han escrito nada sobre la huelga en Volvo, que sin duda es una de las luchas obreras más importantes en décadas?

Una contraofensiva de la clase obrera requiere la formación de organizaciones independientes de lucha, una red de comités de base controlados por trabajadores y que respondan a los trabajadores.

En abril, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional lanzó una iniciativa por una Alianza Obrera Internacional de Comités de Base. La AOI-CB, escribió, “buscará desarrollar el marco para nuevas formas independientes, democráticas y militantes de organización de las bases de trabajadores en las fábricas, las escuelas y los lugares de trabajo a una escala internacional. La clase obrera está lista para luchar. Pero se encuentra amarrada por las organizaciones burocráticas reaccionarias que suprimen toda expresión de resistencia”.

Los últimos dos meses y medio han confirmado que esta iniciativa es correcta. En el caso de los trabajadores de Volvo, su capacidad para resistir los dictados de la empresa y los esfuerzos del UAWW para imponer una derrota se han vinculado al desarrollo en la planta de New River Valley de un Comité de Base de los Trabajadores de Volvo. Los obreros también se han fortalecido enormemente por las declaraciones de apoyo de los trabajadores internacionalmente y por la huelga salvaje en Volvo Cars, que estalló en vísperas del último voto contractual.

La lucha en Volvo tiene implicancias de gran alcance. El letargo por décadas de la lucha de clases impuesto por los sindicatos corporativistas está llegando a su fin. La pandemia y la respuesta de la clase gobernante a ella, que ha resultado en muertes masivas acompañadas por una transferencia inaudita de riqueza hacia los ricos, han desacreditado profundamente todo el sistema capitalista y creado las condiciones para un levantamiento revolucionario de los trabajadores en todo el mundo.

Muchos de los involucrados en el comité de base aún no se consideran socialistas. Quieren ganar su huelga, que puede y debe ser ganada. Son parte de una clase obrera cada vez más militante que ya no está dispuesta a seguir aceptando los ataques constantes a sus empleos y condiciones de vida.

La responsabilidad de los socialistas no es mantenerse al margen, sino es asistir a los trabajadores en el desarrollo de su organización e iniciativa independientes mientras procuran un entendimiento más profundo de las implicancias sociales y políticas de las luchas en las cuales están involucrados.

El Partido Socialista por la Igualdad y el World Socialist Web Site llaman a la movilización más amplia posible de la clase obrera en apoyo a los trabajadores en huelga de Volvo. Han asumido una postura valiente al desafiar tanto a la gerencia de Volvo como al sindicato UAW.

Pero no pueden combatir esta batalla solos. Ante la amenaza de reabrir la planta en Dublin, Virginia y romper la huelga, los trabajadores necesitan responder paralizando las operaciones de Volvo en todo Estados Unidos e internacionalmente. La lucha necesita expandirse a toda la industria automotriz y más allá. Si pueden imponer condiciones de esclavitud industrial en Dublin, Virginia, lo pueden hacer en Detroit, Chicago, Gante y Sudbury.

Toda la clase obrera necesita responder a la guerra de clases en Volvo construyendo la Alianza Obrera Internacional de Comités de Base.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 11 de julio de 2021)

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