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Jurado militar considera la tortura a Majid Khan "una mancha en la fibra moral de Estados Unidos"

Siete de los ocho altos mandos del jurado militar responsable de sentenciar a Majid Khan, detenido en la Bahía de Guantánamo, condenaron su tortura por parte de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) como “una mancha en la fibra moral de Estados Unidos” y dijeron que su trato por parte del personal estadounidense “debería avergonzar al gobierno estadounidense”.

Majid Kahn (Fuente: Centro para los Derechos Constitucionales)

La condena por parte de los miembros del jurado a la tortura a Khan pone en evidencia la enorme criminalidad de los programas de “entregas” e “interrogatorios mejorados” de la administración de Bush, por los cuales ningún alto cargo ha sido hecho responsable a nivel penal.

Los mandos hicieron sus declaraciones en una carta de clemencia en nombre de Khan, de 41 años, durante su condena y tras sus dos horas de testimonio en las que dio una descripción detallada de la tortura que sufrió en los “sitios negros” de la CIA a lo largo de un período de tres años, entre 2003 y 2006.

En la carta escrita a mano, de dos páginas, fechada el 29 de octubre, los siete miembros del jurado recomendaron clemencia para Kahn porque fue “sometido a abuso físico y psicológico mucho más allá de las técnicas aprobadas de interrogatorio mejorado, que en cambio se parecen más a la tortura ejercida por los regímenes más abusivos de la historia moderna”.

La recomendación de clemencia del jurado militar no es vinculante y no está claro si tendrá algún impacto en la decisión condenatoria final. Su carta ha sido enviada al más alto mando del Pentágono a cargo del caso, junto con una condena de 26 años de cárcel para Khan, entre las condenas más suaves posibles bajo las reglas de la comisión militar.

La carta extraordinaria declara que Khan fue “retenido sin el básico debido proceso bajo la Constitución estadounidense” y fue “retenido sin ser acusado y sin representación legal durante nueve años hasta 2012 y retenido sin condena firme hasta octubre de 2021”. La carta dice además que aunque el Sr. Khan fue designado como “enemigo beligerante extranjero no privilegiado”, “el completo desprecio a los conceptos fundacionales sobre los cuales se fundó la Constitución es un agravio a los valores estadounidenses y al concepto de Justicia”.

El testimonio de Khan, que incluía descripciones de la técnica del submarino por parte de la CIA, agresión sexual, privación de sueño, palizas y tortura psicológica, es la primera vez que un exprisionero de los “sitios negros” de la CIA ha descrito públicamente su tratamiento.

Las revelaciones confirman que los métodos usados con “combatientes enemigos” iniciados por la administración de George W. Bush tras los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, y en nombre de la “guerra contra el terror”, incluían violaciones sistemáticas de los derechos humanos y de la ley estadounidense y el derecho internacional. Las formas bárbaras y medievales de tortura llevadas a cabo en sitios remotos en Medio Oriente, Europa, Asia y África bajo el “programa de entrega extraordinaria” de la CIA fueron utilizadas para extraer información de detenidos que pudiera usarse para justificar las guerras del imperialismo estadounidense en Irak y Afganistán.

Según la Iniciativa de Justicia Sociedad Abierta, la inteligencia estadounidense colaboró con más de cincuenta otros países para construir un programa de detención mundial para atrapar y detener sin proceso legal a por lo menos 136 personas. Los centros de detención conocidos gestionados por la CIA han existido en Afganistán, Lituania, Marruecos, Polonia, Rumanía y Tailandia.

Es de público conocimiento que entre los “combatientes enemigos” detenidos hay muchas “entregas equivocadas” en las que la CIA ha secuestrado y detenido a las personas equivocadas. En el caso de Majid Khan, él se fue de EEUU tras el 11S, fue arrestado en su país de origen, Pakistán, y fue llevado al centro detención de la CIA en Afganistán conocido como el “Pozo de Sal”. La administración Bush afirmó que tenía conexiones significativas con Al Qaeda y lo tachó de “detenido de alto valor”.

En septiembre de 2006, Khan fue transferido a las instalaciones de detención de la Bahía de Guantánamo bajo los términos del sistema militar de tribunales gobernado por la Ley de Comisiones Militares.

Aunque el futuro de Khan no está claro —su condena a 26 años incluiría el tiempo que cumplió desde que se declaró culpable de acusaciones relacionadas con el terrorismo en 2012— ningún funcionario del gobierno estadounidense implicado en el diseño y la operación de la entrega criminal y programas de interrogatorio ha sido llevado ante la justicia.

Este hecho es una condena a los demócratas, incluso a Barack Obama y Joe Biden, así como los republicanos de la Casa Blanca y el Congreso desde que George W. Bush reconociera públicamente la existencia de las prisiones secretas de la CIA el 6 de septiembre de 2006.

El uso de la captura y tortura criminal de detenidos y el lanzamiento de guerras imperialistas fueron combinados también con la promulgación de la Ley Patriota estadounidense tras el 11S. Esta ley bipartidista autorizó un ataque del gobierno a los derechos democráticos fundamentales de los ciudadanos estadounidenses y llevó a una vigilancia electrónica secreta masiva que fue expuesta más tarde por el antiguo contratista de la NSA y analista de inteligencia, Edward Snowden, en 2013.

La negativa por parte de los dos partidos del imperialismo estadounidense o cualquier rama del gobierno estadounidense por llevar a la justicia a cualquier persona implicada en estas violaciones de la Constitución y del derecho internacional, tal como el expresidente Bush, el exvicepresidente Dick Cheney, y otros, ha revelado lo lejos que el establishment gobernante estadounidense está dispuesto a llegar para dejar de lado las formas democráticas de gobierno en la persecución de sus intereses globales.

(Publicado originalmente en inglés el 2 de noviembre de 2021)

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