Durante la última semana, el mundo alcanzó dos hitos horrendos. Las muertes globales oficiales por COVID-19 superaron los cinco millones y el total de casos cruzó los 250 millones. Se sabe que estas cifras son mucho menores que las reales.
“Ni siquiera creo que el mundo ha comenzado a hacer duelo por tantas muertes”, declaró la jefa técnica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Maria Van Kerkova. “Y sabemos que son muchas, muchas más”.
“En este momento, estamos viendo aumentos donde no lo debería haber”, añadió. “Ha habido un aumento de más de 55 por ciento en casos durante las últimas semanas en Europa, donde existe un suministro amplio de vacunas, donde hay un suministro amplio de herramientas”.
Esta semana, las tasas de COVID-19 llegaron a nuevos máximos en Rusia y Alemania. Y los casos están aumentando astronómicamente en Eslovenia, Estonia, Georgia y Letonia del Europa del este, que ahora reportan los mayores casos per cápita del mundo.
La semana pasada, la OMS advirtió que otro medio millón de personas podrían morir para febrero debido a la ola de COVID-19 en Europa y el director para Europa de la OMS expresó “grave preocupación”.
Globalmente, los casos han estado aumentando por tres semanas, anticipando un gran aumento invernal de contagios en el hemisferio norte que advierten los expertos. En Estados Unidos, que ha seguido la trayectoria de Europa con un atraso de varias semanas a lo largo de la pandemia, el declive de casos en medio de un incremento en las vacunaciones ya se acabó.
“¿Cuántas personas más necesitan morir?”, inquirió Van Kerkove. “¿Cuántos países más necesitan ser puestos en situaciones graves nuevamente antes de que entremos en acción?”. EE.UU. respondió esta pregunta de manera muy clara: “Muchas, muchas más”.
Actualmente, el país está poniendo fin a las restricciones a viajes internacionales y los desplazamientos por tierra que estuvieron vigentes por 20 meses, anticipando un aumento masivo en los viajes al país. Delta Airlines espera un aumento de 50 por ciento en los vuelos hacia EE.UU., reportando que está percibiendo una “alta demanda”. El CEO de la aerolínea dijo, “Va a ser un poco desordenado”.
En todo EE.UU., todas las restricciones a la propagación de la pandemia están siendo eliminadas. El distrito escolar de Miami-Dade, el más grande de Florida, anunció recientemente que estaría eliminando su exigencia de mascarillas en las escuelas intermedias y secundarias, sumándose a otros distritos floridanos. En el estado de Georgia, varios distritos como el condado de Fulton que incluye Atlanta han eliminado sus órdenes de uso obligatorio, mientras que los distritos escolares de Míchigan anunciaron planes de hacer lo mismo.
ABC News reportó, “Según Burgio, una empresa que monitorea las políticas de COVID-19 en las escuelas, más de una docena de los 200 mayores distritos escolares en EE.UU. han abandonado sus exigencias de mascarillas en las últimas semanas”.
Para EE.UU., este va a ser un invierno de muertes masivas. Según el recuento oficial, 775.000 estadounidenses han muerto, con más de 1.200 decesos diarios en promedio desde que inició la pandemia. Incluso cuando se abandonan todas las medidas para frenar la pandemia, más de mil personas están muriendo cada día.
Las muertes masivas están siendo normalizadas para que se perciban como ruido de fondo.
Las horrendas cifras de muertos en EE.UU., lejos de ser un ejemplo instructivo de lo que hay que evitar a toda costa, están siendo imitadas en todo el mundo. El mes pasado, Nueva Zelanda abandonó su política de “Cero Covid”, enviando a cientos de miles de vuelta a sus puestos laborales y reabriendo parcialmente las escuelas en Auckland. Los resultados eran predecibles. Durante el último mes, los casos nuevos de COVID-19 en el país aumentaron cinco veces.
Los países en Asia, incluyendo Singapur y Vietnam, que abandonaron sus esfuerzos para eliminar el COVID-19 han sufrido aumentos en casos. Sin acatar estos desastrosos precedentes, Japón está aflojando más sus restricciones, recortando la cuarentena obligatoria para viajantes por negocios de 10 días a 3 días.
Al acercarse el invierno en el hemisferio norte, hogar de 87 por ciento de la población mundial, el mundo está nuevamente en un punto de inflexión en la pandemia. El capitalismo está decidido a permitir la muerte de incontables seres humanos, madres, padres, niños y adultos mayores, en una pandemia completamente prevenible.
¡Esta horrenda masacre diaria debe acabar! Como lo explicaron los reconocidos científicos en el webinario del 24 de octubre auspiciado por el World Socialist Web Site y la Alianza Internacional Obrera de los Comités de Base, la humanidad posee los medios para poner fin a la pandemia en cuestión de meses a través de una estrategia de eliminación global, la cual constituye la base para la erradicación final del virus. Esto exige el cierre de las escuelas y los negocios no esenciales, acompañado por una inversión masiva en pruebas, cuarentenas y rastreo de contactos, y un apoyo económico pleno para los empleados de los negocios cerrados por razones sanitarias.
No obstante, la lucha por estas políticas exige un ataque frontal a la riqueza y el poder de la riqueza financiera.
La pandemia, con todos sus horrores, ha sido una bonanza para los milmillonarios de todo el mundo que se han enriquecido enormemente a través de la intervención masiva del Gobierno para apuntalar los mercados bursátiles, mientras que los trabajadores se han visto obligados a regresar a centros laborales inseguros que se han vuelto focos de contagio del COVID-19.
A inicios de 2020, los milmillonarios estadounidenses tenían un patrimonio neto de $3,4 billones. Se disparó desde entonces a $5,3 billones. Elon Musk, la persona más rica del mundo, ha acumulado $300 mil millones desde que inició la pandemia. Jeff Bezos tiene $75 mil millones más. Y el cofundador de Google, Larry Page, recibió más de $64 mil millones.
Bezos lucraba cuando incontables trabajadores se contagiaban y morían tras contraer enfermedades en sus almacenes. Musk, desafiando a las autoridades californianas, reanudó la producción ilegalmente en su planta de Tesla en California, por lo que no ha tenido que rendir cuentas.
De hecho, la clase gobernante está implementando una política de eliminación, no de la pandemia, sino de seres humanos. Bajo el statu quo ante político, la pandemia seguirá por toda la eternidad, cobrándose su sombría cosecha mes tras mes.
Pero la fuerza social que puede terminar y terminará las políticas homicidas ya está apareciendo en el escenario. En EE.UU., miles de trabajadores están en huelga como parte de un movimiento huelguístico global. El World Socialist Web Site está luchando por armar este movimiento de la clase obrera con la perspectiva socialista y el conocimiento científico necesarios para poner fin a la pandemia.
(Publicado originalmente en inglés el 7 de noviembre de 2021)