Casi un millón de niños estadounidenses se infectaron con COVID-19 la semana pasada, según las estadísticas publicadas el martes por la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, todas las siglas en inglés). Los 981,488 nuevos casos pediátricos rompen todos los récords anteriores. Esta cifra es cuatro veces más alta que la registrada en el pico del invierno del año pasado, triplica el número de casos nuevos de las dos semanas anteriores y muestra un incremento del 69 por ciento durante la semana que terminó el 6 de enero, cuando los casos aumentaron en un asombroso número de 580,000.
El salto exponencial en los casos pediátricos estuvo acompañado por casi 2,000 nuevas hospitalizaciones infantiles la semana pasada, el doble de niños que ahora luchan por sus vidas en camas de hospital con respecto a la semana anterior. A medida que los estudiantes se vieron obligados a regresar a los edificios escolares después de las vacaciones de Navidad, los casos previsiblemente se dispararon, pero la escala sin precedentes ha hecho colapsar los sistemas de salud a nivel nacional. Durante dos breves semanas, EE.UU. ha experimentado el 11 por ciento de todas las infecciones infantiles por COVID-19 en la pandemia.
La muerte de un niño es el horror más indescriptible, uno que ahora golpea a varias familias estadounidenses todos los días. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el total de muertes pediátricas ahora es de 1,127, mientras que la AAP tiene un conteo significativamente más bajo de 762. Los conjuntos de datos de los CDC y la AAP sufren debido a la falta deliberada de informes por parte de los estados y de los departamentos de salud locales y la negativa de la Administración de Biden a hacer obligatorios estos números.
En respuesta a la horrible realidad de escuelas hacinadas y mal ventiladas que ahora son focos de infección, los estudiantes se han organizado para salvar sus vidas y las de sus familias, maestros y comunidades haciendo huelgas por todo EE.UU., desde Nueva York a Chicago, Boston, Oakland y Redondo Beach, California durante la última semana.
Tras la protesta a favor de clases a distancia de los valientes maestros de Chicago, los educadores también exigen cada vez más el cierre de las escuelas inseguras y la creación de comités de seguridad de base de los educadores en todo el país. Cada vez más docentes buscan romper la camisa de fuerza de los sindicatos magisteriales American Federation of Teachers (AFT) y National Educators Association (NEA), que han exigido el cumplimiento pasivo de las políticas de reapertura escolar de la Administración de Biden.
Entre los niños cuyas vidas se vieron truncadas prematuramente la semana pasada se encontraba Taigan Bradford, de 17 años. Alumna del último año de la Escuela Secundaria Central de Kalamazoo, murió el martes 11 de enero, después de una lucha de casi dos meses contra el COVID-19. Taigan tenía planes de asistir a Kalamazoo Valley Community College para estudiar enfermería después de graduarse.
Después de su muerte, la madre de Taigan, Omeka, instó al distrito a cerrar edificios y volver a las clases en línea. Relató al medio de comunicación local MLive que su hija le decía con frecuencia que otros estudiantes no usaban sus mascarillas correctamente en la escuela ni en el autobús. Omeka Bradford señaló que las escuelas no pueden mantenerse al día con la cantidad de casos positivos ni mantener los edificios limpios adecuadamente. Las Escuelas Públicas de Kalamazoo informaron 64 nuevos casos de estudiantes y 13 del personal el 17 de enero, lo que eleva el total de casos a 875.
En Dakota del Sur, un segundo niño murió de COVID-19 en las últimas dos semanas. Un niño de entre cero y nueve años del condado de Minnehaha falleció el martes 18 de enero. La semana anterior murió un bebé de menos de un año del condado de Pennington. El estado solo ha registrado 27 casos de ómicron, pero ya ha perdido dos almas jóvenes.
No solo existe un registro crónicamente incompleto de casos y muertes en los EE.UU., sino que estas muertes a menudo se reconocen solo semanas o meses después. Entre los reportados la semana pasada estaba la muerte en octubre de una niña de Houston, catalogada como “menor de 10 años” y la víctima más joven del virus en la ciudad. Ella es una de los 4,000 residentes de Houston que han muerto por COVID-19.
Se acaba de informar el fallecimiento de Stephen Wagner, de 10 años, un estudiante de cuarto grado de Maryland que tocaba la viola en el grupo de cuerdas y coros de su escuela primaria y disfrutaba de los camiones, la pesca y los bolos. Stephen murió el 27 de diciembre por complicaciones relacionadas con COVID. “Hizo amigos con mucha facilidad, tenía muchos amigos. [Era] muy querido por todos sus maestros y el personal de la escuela”, dijo el portavoz de las Escuelas Públicas del Condado de Anne Arundel, Bob Mosier.
La familia, como tantas otras, tuvo dificultades para pagar los gastos del hospital y del funeral y publicó un pedido de ayuda en GoFundMe. Según el Departamento de Salud de Maryland, ha habido cuatro muertes por COVID-19 en niños de cero a nueve años y nueve muertes en niños de 10 a 19 años. Durante el último mes, los casos de COVID-19 en niños de cero a nueve años aumentaron en 40 por ciento, con 17,379 casos en ese período, y los casos de niños de 10 a 19 años aumentaron en 38 por ciento a 25,102 casos.
El martes, el Departamento de Salud de Erie, Pensilvania, también anunció que un adolescente murió de COVID-19, la primera muerte pediátrica de COVID-19 en el condado. El hospital que trató al adolescente no identificado ha admitido a 13 niños con COVID-19 en lo que va de enero, más que en meses anteriores, mientras que los hospitales del condado de Erie en general están tratando a más pacientes con COVID-19 ahora que en cualquier otro momento durante la pandemia. El promedio móvil de 14 días del condado de hospitalizaciones diarias por COVID-19 estableció un récord el miércoles en 126.1.
La muerte de la adolescente de Erie sigue a la de la estudiante de secundaria de Pensilvania Alayna Thach, de 17 años, quien murió el 13 de diciembre, lo cual provocó una huelga entre los educadores en el área de Filadelfia.
El aumento de infecciones y hospitalizaciones infantiles ahora se está produciendo en todo EE.UU., El occidente experimentó el aumento más dramático en casos la semana pasada. Según CALmatters, California ha registrado casi 850,000 casos de COVID entre niños de 0 a 17 años desde el comienzo de la pandemia. De ellos, 44 han muerto, el equivalente a un autobús escolar lleno de niños. Las hospitalizaciones pediátricas han superado los récords establecidos durante el aumento del invierno pasado, alcanzando un máximo de 90 ingresos pediátricos en un día el 4 de enero, según el Departamento de Salud Pública de California.
Las muertes infantiles también están aumentando a nivel internacional. Un niño de Calgary, Canadá, de entre cinco y nueve años sin condiciones preexistentes, sufrió una de las 23 muertes relacionadas con COVID-19 en los últimos tres días reportadas por la provincia de Alberta, donde las hospitalizaciones se han disparado a más de 1,000. Los médicos dicen que la variante altamente infecciosa de ómicron está enviando a más niños al hospital que las olas anteriores. UNICEF ha publicado un total de 12.300 muertes pediátricas en todo el mundo, reconociendo que el registro es sumamente incompleto debido a la falta generalizada de informes a nivel global.
Es cruel y criminal que la Administración de Biden, los sindicatos y los medios ofrezcan al público mentiras interminables sobre “escuelas seguras”, “enfermedad leve” y la afirmación que “no hay dinero” para apoyar financieramente a la población durante un confinamiento para detener la propagación del virus.
La necesidad de exponer la verdad fue destacada por el Dr. Mark Kline, médico jefe del Hospital de Niños de Nueva Orleans, quien le dijo a NBC News: “Parece que la gente ha tratado de minimizar la importancia de la enfermedad en los niños. Hemos pasado dos años refutando los mitos relacionados con COVID y los niños, que es ‘inofensivo’ para los niños. No lo es”.
Según un estudio reciente del cual Kline fue coautor, aproximadamente la mitad de los niños hospitalizados con COVID-19 necesitaban ayuda para respirar, y casi un tercio fueron colocados en cuidados intensivos. El estudio también señaló que un tercio de los 915 pacientes estaban sanos, sin ningún problema de salud subyacente que los hubiera puesto en mayor riesgo.
Se estima que la degradación de la salud a largo plazo asociada con el COVID persistente afecta hasta uno de cada siete niños infectados. El 14 de enero, los CDC también publicaron un estudio sobre el aumento del riesgo de diabetes para los niños sobrevivientes de COVID-19, el cual encontró que “el aumento del riesgo de diabetes entre las personas menores de 18 años después del COVID-19 destaca la importancia de estrategias para la prevención del COVID-19 en este grupo de edad”. Esta es una advertencia ominosa debido a las implicaciones a largo plazo de la diabetes para la salud en general.
Los médicos de todo el país están haciendo sonar las alarmas. Las breves declaraciones que siguen pintan una imagen de la prevalencia de la enfermedad y la intensidad de la lucha de los trabajadores de la salud que buscan salvar vidas frente a muchos desafíos:
- El Dr. David Kimberlin, codirector de la división de enfermedades infecciosas pediátricas de la Universidad de Alabama en Birmingham, dijo a NBC News: “La tasa de casos en mi parte de Alabama sube como un cohete. Refleja cuánto virus hay en la comunidad. Con eso, vamos a ver un aumento en el número de hospitalizaciones”. La cantidad de niños hospitalizados con COVID-19 en Alabama continúa alcanzando récords, mientras los casos en las escuelas de prescolar a la secundaria se han disparado. Hubo 16,035 casos nuevos en las escuelas de Alabama la semana pasada, un aumento del 445 por ciento con respecto a la semana anterior.
- El Dr. Chethan Sathya, cirujano pediátrico del Centro Médico Infantil Cohen en Nueva York, le dijo a NBC que “literalmente todos los niños” a quienes él y su equipo operaron o trataron durante el fin de semana dieron positivo en COVID-19.
- En el Texas Children's Hospital en Houston, los casos positivos entre los pacientes pasaron de cero a principios de diciembre a 70 un mes después, dijo el patólogo en jefe, el Dr. Jim Versalovic, al Texas Tribune. Agregó que las hospitalizaciones de niños rompieron todos los récords pandémicos anteriores y a una “velocidad vertiginosa”. Advirtió que no hay que asumir que ómicron es menos grave para los niños y afirmó: “No podemos decir que esto es más leve para los niños porque, francamente, es temprano”.
La lucha por cerrar escuelas y salvar vidas está ahora en el centro de la lucha de clases en los EE.UU. e internacionalmente. Los sindicatos han demostrado ser fieles cómplices de los demócratas y republicanos en la implementación de la campaña homicida de reapertura de escuelas. Para detener las infecciones, hospitalizaciones y muertes innecesarias de niños, educadores, sus familias y sus comunidades, la creciente red de comités de base construidos independientemente de los sindicatos y los partidos políticos capitalistas debe expandirse a todas las escuelas y distritos. Regístrate para participar.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 19 de enero de 2022)