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España: El partido ultraderechista Vox a punto de entrar en la Junta de Castilla y León

El partido español de extrema derecha Vox está a punto de entrar en el gobierno autonómico de Castilla y León después de obtener su mejor resultado histórico en las elecciones autonómicas del 13 de febrero. El derechista Partido Popular (PP), actualmente en el gobierno, aumentó en dos sus escaños totales, pero no logró obtener la mayoría parlamentaria.

Vox obtuvo el 17,6 por ciento de los votos y 13 escaños, un aumento espectacular sobre su 5,5 por ciento y un escaño en las elecciones de 2019. Si bien el PP consiguió 31 representantes en un parlamento de 81 escaños, superando a todos los demás partidos, su porcentaje de votos disminuyó ligeramente, del 31,5 por ciento al 31,4 por ciento. Fue el peor resultado electoral del partido en Castilla y León, históricamente un bastión del PP.

El Partido Socialista (PSOE) obtuvo el 30,1 por ciento de los votos y 28 escaños, siete menos que en 2019. El partido derechista Ciudadanos, que había gobernado en coalición con el PP desde 2019, se derrumbó de 12 representantes a uno. El 'populista de izquierdas' Podemos también ganó un solo escaño. Los partidos regionales Soria ¡Ya!, la Unión del Pueblo Leonés y Por Ávila obtuvieron siete escaños entre los tres.

El voto a Vox en las elecciones de Castilla y León es otra fuerte advertencia a la clase trabajadora del peligro neofascista en España. Cuarenta y cuatro años después de la Transición de 1978 del régimen fascista establecido por Francisco Franco durante la Guerra Civil Española, la extrema derecha está una vez más a punto de tomar el poder en partes de España.

En 2020, en medio de la pandemia de COVID-19, importantes dirigentes de extrema derecha que se oponen a las medidas de salud pública emitieron llamamientos a un golpe de Estado y a ejecutar asesinatos en masa, que fueron minimizados por el gobierno del PSOE y Podemos. En los chats de WhatsApp filtrados, los generales de extrema derecha, respaldados por Vox, llamaron a matar a '26 millones' de españoles, el 55 por ciento de la población española, a quienes ven como imposible ganar para el fascismo.

Las elecciones anticipadas en Castilla y León se convocaron después de que el presidente regional del PP, Alfonso Fernández Mañueco, expulsara a Ciudadanos de su gobierno en diciembre, alegando que ya no podía confiar en su lealtad.

Las tensiones habían ido en aumento en el gobierno del PP y Ciudadanos durante meses debido a las diferencias tácticas sobre el manejo de la pandemia del coronavirus y las dificultades para impulsar el presupuesto del PP. Las elecciones anticipadas se precipitaron por una moción de censura presentada por la oposición del PSOE en marzo de 2021. Aunque la moción fue rechazada, la diputada de Ciudadanos María Montero desertó del partido antes de la votación, dejando a la coalición PP-Ciudadanos a un miembro de la mayoría absoluta.

Mañueco esperaba obtener suficientes votos para gobernar sin Ciudadanos, y las encuestas de opinión inicialmente pronosticaban una cómoda victoria del PP. Pero con el colapso de Ciudadanos y los decepcionantes resultados del PP, es probable que Mañueco ahora se vea obligado a depender de los votos de Vox para formar un gobierno e impulsar la legislatura. Esta sería la primera vez que Vox entraría en un gobierno regional.

Si bien Vox ha apoyado previamente al PP en sus administraciones autonómicas desde fuera del gobierno, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha exigido que el PP entre en coalición con su partido en Castilla y León, afirmando que Mañueco no obtendría el apoyo de Vox 'de forma gratuita'.

“Vox tiene el derecho y el deber de formar gobierno en Castilla y León,” Abascal declaró tras las elecciones. “Hemos conseguido salvar a la región de la amenaza de socialistas y comunistas,” continuó. Abascal luego exigió que el principal candidato de Vox en la región, Juan García-Gallardo, fuera nombrado vicepresidente autonómico.

Abascal más tarde dio ligeramente marcha atrás, afirmando: 'La exigencia de una vicepresidencia en Castilla y León fue solo un comentario. No hemos exigido formalmente todavía nada'. Sin embargo, aún condicionaba el apoyo de Vox a que fueran llevados al gobierno, declarando: 'si a Ciudadanos en la anterior legislatura le votó el 14% del electorado y a nosotros nos ha votado el 17,6 tendremos que obtener lo mismo o más que obtuvo Ciudadanos'. Los miembros de Ciudadanos habían ocupado cuatro consejerías y el cargo de vicepresidente en el último gobierno.

García-Gallardo también ha descartado que Vox se abstenga para respaldar tácitamente a un gobierno minoritario del PP, declarando: “No vamos a abstenernos y vamos a hacer valer nuestros votos'.

Mañueco inicialmente buscó evitar formar una coalición, afirmando que quiere formar un 'gobierno en solitario' basado en pactos informales con otros partidos. 'No vamos a repetir las elecciones', dijo, 'y habrá un gobierno fuerte y estable que surgirá de un acuerdo parlamentario'. Inicialmente, sin descartar específicamente una alianza con Vox, afirmó que prefería evitarla, señalando: 'No tengo líneas rojas, pero sí tengo grandes principios'.

Sin embargo, la conveniencia ha dictado nuevos 'principios' a Mañueco en los últimos días, y los informes actuales son que él y el PP están progresando rápidamente en las conversaciones con Vox sobre una alianza gubernamental. Hay 'buena sintonía' entre el PP y Vox en las conversaciones, aunque 'aún no se ha discutido el tema de las consejerías', dijo una fuente del PP a El Diario, que aseguró que cada vez es más probable que Vox obtenga la vicepresidencia regional.

Otros líderes del PP no han dudado en aliarse con Vox, y la presidenta regional de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, declaró en una rueda de prensa el pasado martes: 'Que no nos importe lo que piense la izquierda sobre nuestros pactos'. Ella misma apoyó explícitamente la entrada en coalición con Vox durante la campaña electoral de Madrid.

Por su parte, el PSOE ha abierto la puerta a un acuerdo con el PP, con el presidente del PSOE, Pedro Sánchez, declarando que su partido podría abstenerse en una votación de investidura para permitir que el PP forme un gobierno minoritario sin Vox.

Si [el PP] explica que la ultraderecha es un peligro para la democracia,” declaró Sánchez, “a lo mejor nos podemos entender; si explica que hay que poner un cordón sanitario a quienes cuestionan los derechos y libertades de las mujeres y del colectivo LGTBI, a lo mejor nos podemos entender; pero antes haga una cosa: pida a todos aquellos y aquellas que pactan con la ultraderecha en Madrid y fuera de Madrid que rompan esos acuerdos

El PP tiene actualmente acuerdos con Vox en Andalucía, Murcia y Madrid, por lo que es poco probable que rompan lazos con el partido de extrema derecha, ya que podrían perder el control de todos estos gobiernos.

Las elecciones en Castilla y León son significativas especialmente en la medida en que son ampliamente consideradas como un ensayo general para las elecciones legislativas nacionales, que deben celebrarse antes de diciembre de 2023.

Una encuesta de opinión realizada a mediados de febrero por Electomania predijo que Vox podría convertirse en el segundo partido más grande en las elecciones de 2023, después del PSOE. Sugería que Vox podría ganar hasta el 22,1 por ciento de los votos y 84 escaños, con el PP en tercer lugar con 83 escaños y el 21,7 por ciento de las papeletas. Si bien el PSOE puede ser capaz de formar una coalición inestable confiando en Podemos y una gran cantidad de partidos regionales, un gobierno nacional Vox-PP sigue siendo una clara posibilidad.

No habrá oposición significativa al ascenso de este partido fascistoide por parte de los partidos gobernantes PSOE y Podemos y sus diversos satélites políticos. Han minimizado la amenaza que representa la extrema derecha y han accedido a prácticamente todas las demandas que les impone Vox, desde su negativa a implementar medidas de confinamiento para combatir la pandemia hasta su brutal represión contra los refugiados.

La única manera de luchar contra el ascenso de la extrema derecha en España y en toda Europa es que la clase obrera luche sobre la base de su propio partido y programa. Esto requiere una ruptura con el PSOE y Podemos, como parte de una batalla por el socialismo en España e internacionalmente.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de febrero de 2022)

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