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Amazon y la burocracia sindical española trabajan para cerrar las instalaciones de Martorelles

El gigante del comercio electrónico Amazon cerrará su centro logístico en Martorelles, al norte de Barcelona, eliminando 800 empleos. La planta de Martorelles de 30.000 metros cuadrados, inaugurada en octubre de 2017, cerrará el 22 de abril.

Esto se produce después de que Amazon anunciara el despido de 18,000 personas en todo el mundo a principios de enero. En una nota publicada en la web de noticias de la compañía, el CEO de Amazon, Andy Jassy, escribió que, incluidos los despidos anunciados en noviembre, 'Planeamos eliminar algo más de 18,000 puestos” Jassy dijo que 'la mayoría de los puestos eliminados están en nuestras organizaciones Amazon Stores y PXT'.

El cierre planeado de Martorelles es el último de un ataque global contra los empleos en los sectores de tecnología y comercio electrónico, después de que la empresa matriz de Google, Alphabet, anunciara 12,000 despidos en Estados Unidos a principios de esta semana.

Amazon tiene como objetivo despedir a los trabajadores sin los gastos asociados con un proceso de despido colectivo en España. Para ello, ofrece cínicamente a los empleados la posibilidad de trasladarse a los nuevos centros logísticos que se construirán en Girona o Zaragoza, a 100 y 300 kilómetros de distancia, respectivamente, de la planta de Martorelles. Amazon ofrecerá una cantidad fija de 3.000 euros a los trabajadores que acepten trasladarse al nuevo centro logístico que se inaugure en Zaragoza y 1.500 euros a los que se trasladen al de Figueres.

Tales ofertas vacías obligarían a los trabajadores a abandonar su residencia actual para trabajar por poco más de 1.000 euros al mes. Los pagos únicos de 1.500 o 3.000 euros ni siquiera cubrirían los gastos de vivienda y transporte asociados con este traslado. Por lo tanto, Amazon claramente espera que la mayoría de los trabajadores renuncien voluntariamente, para ahorrar costes.

A los empleados que no acepten el traslado, Amazon les ofrece el mínimo legal: compensación de 20 días por año trabajado, con un máximo de 12 meses.

El sindicato mayoritario de la empresa, la socialdemócrata Unión General de Trabajadores (UGT), cercana al gobernante Partido Socialista (PSOE), está colaborando activamente con esta política. La burocracia de UGT acepta los planes de la empresa sin objeciones, declarando cínicamente que 'la previsión es que todos los trabajadores sean trasladados'. Sin embargo, contradiciéndose rápidamente, reconocen ' que no todo el mundo aceptará las condiciones de la empresa. '.

En última instancia, la UGT no propone hacer otra cosa que rogar al Ayuntamiento de Martorelles y al gobierno catalán que busquen la forma de dar uso al centro logístico que quedará vacío.

Cualquiera que se sienta tentado por tales ilusiones debería examinar los ejemplos de los recientes despidos masivos en Nissan, donde el sindicato CCOO vinculado a Podemos y UGT firmaron un acuerdo que cerraba las tres fábricas de Nissan en Barcelona, afectando a 23,000 empleos. También en ese caso, los sindicatos alentaron los despidos voluntarios mientras prometían un plan de 'reindustrialización' después de que Nissan se fuera. El plan era un fraude total que no protegía los medios de vida de los trabajadores, sino que solo tenía como objetivo evitar una explosión de la oposición dentro de la clase trabajadora.

No hay garantías de que el almacén permanezca abierto bajo diferentes propietarios después del 22 de abril.

La burocracia de la UGT funciona como una herramienta de la dirección. Mientras trabaja con Amazon para cerrar la planta de Martorelles, en Zaragoza, donde se trasladará la actividad del centro de Martorelles, acoge con satisfacción la decisión de Amazon. El sindicato se regocija con la idea de que la nueva planta se “consolide en Zaragoza como un centro de logística, pero también como referente en condiciones laborales y cumplimiento de la legislación laboral”.

Los trabajadores de Martorelles se han negado a aceptar el cierre de la planta. El enfado va en aumento. El domingo, 500 trabajadores se reunieron en un ayuntamiento para discutir las acciones a seguir. La presidenta del comité de empresa de UGT en la planta, Esther Rodríguez, bloqueó cualquier discusión sobre una huelga, argumentando que tenían que 'seguir negociando' con Amazon.

Rodríguez afirmó que su primera reunión del jueves pasado 'fue solo para entregar documentación' y que quieren esperar a la reunión convocada para hoy 'para ver cómo fluyen las negociaciones'. Ha admitido que el ambiente entre los trabajadores 'está muy caliente' porque ' lo que ofrece la empresa es una minucia '. Por esta razón, admite que los trabajadores 'están dispuestos a hacer movilizaciones'. Si finalmente toman medidas de huelga, dijo, empezaría el 31 de enero y se alargaría durante el periodo en el que duren las negociaciones, que está previsto que sean 30 días.

De este modo, la UGT se prepara para aislar y desgastar a los trabajadores de Martorelles afectados por el cierre de la planta, con una huelga prolongada aislada de otros trabajadores de Amazon tanto en toda España como internacionalmente. Estos trabajadores sufren sistemáticamente bajos salarios, condiciones de trabajo precarias y la total indiferencia de Amazon hacia sus vidas y su salud.

Esto se mostró de una forma cruda y mortal en diciembre de 2021, cuando seis trabajadores estadounidenses murieron en el centro de almacenamiento de Edwardsville, Illinois, al negarse Amazon a detener el trabajo a pesar de las advertencias de tornado. 'Amazon no nos dejará ir', decía el último mensaje de texto enviado por uno de los trabajadores fallecidos.

La burocracia de la UGT ni siquiera ha intentado pedir apoyo a los 7.000 trabajadores de Amazon en Cataluña, 3.000 de ellos en su centro de El Prat, el más grande de España. En el centro logístico de Trápaga, en la provincia vasca de Vizcaya, los trabajadores realizaron cuatro huelgas de un día, de octubre a diciembre, contra la precariedad, por mejores condiciones de trabajo y por salarios más altos. Al igual que la UGT, los sindicatos nacionalistas vascos LAB y ELA se negaron a convocar una movilización más amplia coordinada con los trabajadores de otros centros de Amazon.

Para los trabajadores de Martorelles, sus mejores aliados son sus compañeros en España e internacionalmente, y las masas de trabajadores que entran en la lucha por salarios más altos y mejores condiciones de trabajo, incluidos maestros, trabajadores de la salud, tripulaciones de cabina o controladores aéreos.

En el Reino Unido, donde cientos de miles de trabajadores están involucrados en huelgas, Amazon ha anunciado el cierre de sus tiendas en Doncaster, Hertfordshire y Gourock, afectando a 1.300 empleados. Al igual que en Martorelles, Amazon busca llevar a cabo recortes de empleos encubiertos cerrando centros y ofreciendo traslados a trabajadores que no pueden aceptarlos.

Steve Garelick, un dirigente del sindicato GMB en Gran Bretaña, reprodujo los argumentos contradictorios de la UGT en Martorelles cuando dijo “No se puede esperar que los trabajadores de Amazon en dificultades de repente levanten el campamento y se trasladen a un centro de trabajo diferente que puede estar a muchas millas de distancia. Es posible que los trabajadores locales no estén en posición de realizar su cometido tan lejos de donde viven”.

Los cierres de plantas y los despidos en Amazon no son eventos aislados, sino parte de una ofensiva global de la clase dominante para poner el coste de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. Para detener esta ofensiva, es necesario dar una respuesta global, rompiendo con el estrecho marco nacionalista impuesto por las burocracias sindicales como la UGT o GMB a la lucha de clases.

El camino a seguir para los trabajadores de Amazon en España, el Reino Unido e internacionalmente radica en la formación de comités de base para liderar la acción coordinada en toda la compañía a nivel mundial y en el sector de logística y distribución en general. Amazon utiliza su estatus financiero global para aprovechar acuerdos favorables con gobiernos nacionales y locales para hacer cumplir condiciones dictatoriales en sus almacenes.

Sus empleados deben aprovechar su propia posición, como una de las plantillas más grandes globalmente, para defender empleos y condiciones y luchar contra el ataque de los bancos y los empresarios. Esta es la única manera de garantizar subidas salariales acordes al coste de la vida, la regulación de las horas, las cargas de trabajo y la seguridad en el lugar de trabajo, y beneficios completos, incluidos el pago por enfermedad, la licencia de maternidad y las pensiones.

Para ayudar en esta lucha, el World Socialist Web Site publica el boletín informativo Voz Internacional de los Trabajadores de Amazon, informando y conectando a los trabajadores de todo el mundo. Regístrate y pónte en contacto hoy.

(Publicado originalmente en inglés el 24 de enero de 2023)

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