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Toma de control de Credit Suisse ante el temor a un colapso financiero

En una acción de emergencia destinada a tratar de evitar el hundimiento del sistema financiero europeo y mundial, el Gobierno suizo, el Banco Nacional Suizo y la autoridad financiera del país, FINMA, organizaron la venta del atribulado banco Credit Suisse a UBS.

Sede del banco Credit Suisse en Londres, el jueves 16 de marzo de 2023. [AP Photo/Frank Augstein]

El Gobierno anunció esta decisión en una conferencia de prensa celebrada el domingo por la noche, antes de la apertura de los mercados asiáticos.

Se produjo después de que la semana pasada una serie de medidas, incluida una provisión de liquidez de 54.000 millones de dólares por parte del banco central para Credit Suisse, ampliada posteriormente a unos $100.000 millones, no consiguieran frenar el flujo de salida de dinero del banco, que la semana pasada se cifró en al menos $10.000 millones diarios.

Al anunciar la decisión, en virtud de la cual UBS se hará cargo de Credit Suisse a un coste de $3.250 millones, el presidente suizo Alain Berset declaró: 'El viernes, las salidas de liquidez y la volatilidad del mercado demostraron que ya no era posible restablecer la confianza del mercado y que era absolutamente necesaria una solución rápida y estabilizadora'.

Advirtió de que un 'colapso incontrolable de Credit Suisse acarrearía consecuencias incalculables para el país y el sistema financiero internacional'.

Según el acuerdo, negociado en una serie de reuniones sobre la crisis celebradas durante el fin de semana, el Gobierno suizo proporcionará más de $9.000 millones a UBS para cubrir parte de las pérdidas en que pueda incurrir como consecuencia de la quiebra, y el banco central pondrá a disposición de UBS $100.000 millones para facilitarla.

Sin embargo, la ministra suiza de Finanzas, Karin Keller-Sutter, afirmó que no se trataba de un rescate, sino de una 'solución comercial'.

En sus declaraciones en rueda de prensa, señaló las implicaciones globales de la crisis de Credit Suisse.

'La quiebra habría tenido enormes daños colaterales en el mercado financiero suizo y un riesgo de contagio a escala internacional. EE.UU. y el Reino Unido estaban muy agradecidos por esta solución... realmente temían una quiebra de Credit Suisse'.

El mismo mensaje transmitió el regulador financiero FINMA. Dijo que Credit Suisse había sufrido una 'crisis de confianza' y que existía 'riesgo de que el banco perdiera liquidez, aunque siguiera siendo solvente, y era necesario que las autoridades tomaran medidas para evitar graves daños a los mercados financieros suizos e internacionales'.

La venta forzosa de Credit Suisse es la más importante en el sistema bancario desde la crisis de 2008 y no está nada claro que se hayan evitado mayores ramificaciones. Como señaló el Financial Times en un comentario, 'no se sabe si detendrá las corridas bancarias europeas'. La tranquilidad es un juego peligroso en una situación de pánico financiero. Puede tanto confirmar los temores de los inversores como disiparlos'.

Aunque se había visto debilitado por las pérdidas de decenas de miles de millones de dólares derivadas de la quiebra de Archegos Capital y la financiera Greensill, así como por la baja rentabilidad de algunas de sus actividades de inversión, el detonante de su desaparición no surgió del propio Credit Suisse.

Más bien, su colapso es una expresión del enorme cambio que se ha producido en el panorama financiero durante el último año, cuando los bancos centrales, encabezados por la Reserva Federal de Estados Unidos, han subido rápidamente los tipos de interés tras haber proporcionado dinero esencialmente gratis durante 15 años bajo diversas formas de 'relajación cuantitativa'.

La quiebra del Silicon Valley Bank estadounidense, el 10 de marzo, tras una corrida bancaria de $40.000 millones, desencadenó la crisis.

La semana pasada, Credit Suisse se vio sometido a una intensa presión después de que el Banco Nacional Saudí, uno de sus patrocinadores, con el 10% de sus acciones, anunciara que no iba a aportar más capital. El banco central suizo ofreció entonces un crédito de $50.000 millones, pero esto parece haber agravado la crisis en lugar de aliviarla, lo que llevó a las reuniones de emergencia del fin de semana.

Credit Suisse ha sido un banco de importancia mundial durante décadas, operando en Europa, Asia y Estados Unidos. A finales de 2022, tenía un balance de medio billón de dólares y 50.000 empleados en todo el mundo, miles de los cuales serán despedidos a causa de la adquisición de UBS.

Y es evidente que se teme que su absorción y la crisis que expresa se manifiesten en otras partes del sistema financiero. Coincidiendo con la decisión de Credit Suisse, la Reserva Federal y otros cinco grandes bancos centrales anunciaron medidas para aumentar el flujo de dólares en el sistema financiero mundial con el fin de garantizar una liquidez adecuada.

El FT informó de que una de las preocupaciones de las autoridades europeas es que las 'fuertes pérdidas impuestas a los accionistas de Credit Suisse, y a los tenedores de bonos' que poseen su deuda puedan 'aumentar la tensión en el mercado de financiación bancaria esta semana'.

En un comunicado conjunto, los bancos centrales dijeron que a partir de hoy celebrarían subastas diarias de dólares en lugar de semanales para 'aliviar las tensiones en los mercados mundiales de financiación'.

Al otro lado del Atlántico, hay indicios de que, lejos de remitir, la crisis desatada por la quiebra de SVB se está intensificando. Cuando los mercados abran hoy, la atención se centrará en el First Republic Bank, uno de los primeros en sufrir el 'contagio' de la desaparición del SVB.

La semana pasada, 11 grandes bancos, encabezados por JPMorgan Chase y su consejero delegado, Jamie Dimon, con la colaboración de la secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, decidieron depositar $30.000 millones entre todos en First Republic para aliviar la preocupación de que, al igual que SVB, tuviera problemas para hacer frente a las retiradas de los depositantes.

Pero, al menos hasta ahora, el plan no parece funcionar. A pesar de la entrada de $30.000 millones, las acciones del banco se desplomaron más del 30% el viernes, con lo que la pérdida total desde el colapso del SVB supera el 70%.

First Republic tiene el mismo problema que SVB. El valor de mercado de sus tenencias de bonos del Tesoro de EE.UU. y otros activos financieros en los que invirtió, cuando los tipos de interés eran cercanos a cero, está ahora por debajo de su valor contable debido a las subidas de tipos de interés iniciadas por la Reserva Federal. Esto significa que incurriría en pérdidas significativas si tuviera que vender estos activos para satisfacer las demandas de efectivo de los depositantes.

(Publicado originalmente en inglés el 19 de marzo de 2023)

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