Ucrania y el Fondo Monetario Internacional (FMI) acordaron un paquete de préstamos por valor de 15.600 millones de dólares destinado a apuntalar al gobierno ucraniano, cuya economía se contrajo en más del 30 por ciento en 2022, incluso mientras el gobierno aumentó drásticamente el gasto militar para financiar su guerra en curso con Rusia.

El acuerdo de préstamo marca el primer crédito del FMI a un país en guerra y se espera que sea aprobado por el directorio ejecutivo del grupo en las próximas semanas.

El anuncio indica que la totalidad del imperialismo occidental, con Estados Unidos liderando el camino como el mayor accionista del FMI, está preparado para respaldar al gobierno ucraniano en los próximos años, siempre y cuando continúe la desastrosa guerra por delegación contra Rusia.

Además del paquete del FMI, en 2022 el Congreso de los Estados Unidos asignó más de 122 mil millones de dólares para Ucrania. La ayuda militar representó más de la mitad del gasto estadounidense en Ucrania.

Los detalles son escasos con respecto a los términos del acuerdo. Sin embargo, según el FMI, 'se espera que el acuerdo ayudará a liberar financiamiento a gran escala para Ucrania de parte de donantes y socios internacionales'.

'Los objetivos generales del programa de las autoridades son mantener la estabilidad económica y financiera en circunstancias de incertidumbre excepcionalmente alta, restaurar la sostenibilidad de la deuda y apoyar la recuperación de Ucrania en el camino hacia la adhesión a la UE en el período de posguerra. El programa se ha diseñado de acuerdo con la nueva política del Fondo sobre préstamos en condiciones de incertidumbre excepcionalmente elevada, y se esperan sólidas garantías de financiación por parte de los donantes, incluidos el G7 y la UE ', dijo Gavin Gray, jefe de la misión del FMI en Ucrania, sobre el acuerdo.

En octubre del año pasado, el presidente Volodymyr Zelensky pidió a sus patrocinadores occidentales 55 mil millones de dólares para cubrir una brecha presupuestaria esperada de $38 mil millones en 2023 y $17.000 millones adicionales para reconstruir la infraestructura dañada por la guerra.

Ucrania, que junto con la vecina Moldavia se encuentra entre los países más pobres de Europa, ya es la tercera nación más endeudada con el FMI en el mundo. Debido a préstamos anteriores de la agencia crediticia, Ucrania debe $360 millones solo en tasas de recargo al FMI para el año 2023.

Como es típico de los acuerdos del FMI, se culpa a la 'corrupción' generalizada de la pobreza del país. El acuerdo establece que Ucrania está 'comprometida a fortalecer su gobernanza y su marco anticorrupción'.

A principios de marzo, Zelensky nombró a Semen Kryvonos como el nuevo director de la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU), en respuesta a una serie de escándalos de corrupción dentro del régimen de Zelensky. Esto incluyó un fraude en contratos de adquisición que casi derribó al ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov.

Si bien el directos de la NABU es teóricamente un actor políticamente neutral e independiente, en realidad la oligarquía ucraniana usa regularmente acusaciones de corrupción y soborno para atacar a los oponentes políticos y ganarse el favor de sus patrocinadores occidentales en la UE y los Estados Unidos.

Los informes iniciales sugieren que Kryvonos no es diferente, ya que, según los informes, posee estrechos vínculos con el jefe de Gabinete de Zelensky, Andriy Yermak. A principios de 2014, Kryvonos fue investigado por el propio Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), después de que supuestamente exigió $120.000 a cambio de la reasignación de una parcela de tierra. El caso fue abandonado más tarde debido a la falta de pruebas.

Kryvonos, un abogado que anteriormente se desempeñó como jefe de la Inspección Estatal de Arquitectura y Planificación Urbana de Ucrania, 'no es ajeno a los círculos políticos y entre las élites políticas de nuestro país', según Olena Shcherban, experta del Centro Anticorrupción (ANTAC).

La organización que ahora dirige Kryvonos es en sí misma un resultado del golpe de 2014, organizado por los Estados Unidos y la UE con la ayuda de organizaciones nacionalistas de extrema derecha como Svoboda y el Batallón Azov, que expulsó del poder al entonces presidente electo Viktor Yanukovich.

Fundada en 2015 por el gobierno nacionalista de derechas de Petro Poroshenko, la NABU es casi en su totalidad una organización creada y dirigida por Estados Unidos y su personal fue entrenado directamente por el FBI y la UE.

En 2020, el ex fiscal general de Ucrania, Viktor Shokin, se quejó de que la NABU fue creada por orden del entonces vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, para socavar a la propia Oficina Estatal de Investigación de Ucrania y 'poner allí emisarios que escuchen a los Estados Unidos'.

Al colocar a Kryvonos en una posición política importante dentro de Ucrania y en el extranjero, Zelensky, quien ya prohibió todos los partidos de oposición el año pasado, ha solidificado su control político sobre el país con la ayuda de los Estados Unidos, mientras se prepara para la tan esperada 'ofensiva' de primavera exigida por sus patrocinadores occidentales.

Esta semana, el asesor de Zelensky, Mykhailo Podolyak, amonestó a Politico por un informe de que Ucrania comenzaría una ofensiva en mayo afirmando que tal operación 'debería ser una sorpresa para el enemigo'.

A partir de otoño del año pasado, una serie de informes han planteado la posibilidad de que Ucrania, con la ayuda de más y más asistencia militar de la OTAN, podría lanzar una demoledora ofensiva en la primavera. Marzo, abril y ahora mayo se han mencionado como fechas de inicio.

Como subrayó el informe de Politico, Estados Unidos está muy involucrado en la planificación de la ofensiva, si no directamente dirigiéndola.

'Hay un esfuerzo significativo en curso para fortalecer al ejército ucraniano en términos de equipos, municiones y entrenamiento en una serie de países para permitir que Ucrania se defienda', dijo el presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley que está en contacto constante con el comandante ucraniano Valery Zaluzhny.

Los comentarios de Milley y el préstamo del FMI dejan claro que toda la estructura política del Estado ucraniano está ahora dirigida a continuar su papel como representante de la guerra imperialista con Rusia. A cambio, la oligarquía ucraniana recibirá más fondos, armas y, finalmente, un ansiado asiento en las mesas de la UE y la OTAN.

Mientras tanto, la clase obrera ucraniana sigue soportando el peso de la guerra imperialista. Un informe publicado por el Banco Mundial justo antes del anuncio del FMI halló que, como resultado de la guerra, 8 millones de ucranianos viven ahora en la 'pobreza extrema'.

(Publicado originalmente en inglés el 24 de marzo de 2023)