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Los mártires de Haymarket y los orígenes del Primero de Mayo

El siguiente discurso fue pronunciado por Joseph Kishore, secretario nacional del Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.), ante el Acto Internacional en Línea del Día Internacional de los Trabajadores de 2024, llevado a cabo el sábado 4 de mayo.

Acto Internacional en Línea del Día Internacional de los Trabajadores de 2024. Active los subtítulos en la configuración del video.

Estoy cerca del monumento histórico a los mártires de Haymarket, líderes de la clase obrera de Chicago que, en la década de 1880, fueron inculpados y ejecutados por un delito que no habían cometido.

El Comité Internacional de la Cuarta Internacional celebra el Primero de Mayo, Día Internacional de la Solidaridad de Clase. Pero lo que muchos trabajadores no saben es que el Primero de Mayo tuvo su origen aquí, en Haymarket, y en el movimiento por la jornada de ocho horas que surgió tras la Guerra Civil.

Durante la Guerra Civil, Karl Marx había predicho el surgimiento de la clase obrera estadounidense. En 1864, en nombre de la Primera Internacional Obrera, escribió para felicitar a Abraham Lincoln por su reelección, en plena Guerra Civil.

“Los trabajadores de Europa están seguros de que, así como la Guerra de Independencia Estadounidense inició una nueva era de ascenso de la clase media”, escribió Marx, “la guerra contra la esclavitud estadounidense hará lo mismo para las clases trabajadoras”.

Karl Marx y Abraham Lincoln

El pronóstico de Marx no tardó en confirmarse. En 1867, ya pudo escribir en Capital que fue “de la muerte de la esclavitud de donde brotó una nueva vida”. El primer fruto de la Guerra Civil, continuó, “fue la agitación por las ocho horas que corrió con las botas de siete leguas de la locomotora del Atlántico al Pacífico, de Nueva Inglaterra a California”.

En aquellos años, Chicago personificó el colosal crecimiento del capitalismo y la clase obrera estadounidenses. Creció de unos 100.000 en 1860 cuando Lincoln aceptó por primera vez la nominación para presidente, a 500.000 en 1880, y era una mano de obra internacional. En la década de 1880, la población de esta ciudad era un 80% extranjera o hija de extranjeros.

En 1886, la demanda volvió a popularizarse entre estos trabajadores para la jornada de ocho horas: “Ocho horas para trabajar, ocho horas para dormir, ocho horas para lo que queramos”, era su lema.

El 1 de mayo estallaron huelgas y protestas en todo el país. En Chicago, una marcha congregó a 80.000 personas. El 4 de mayo la policía atacó violentamente una concentración de seguimiento en la plaza de Haymarket. Estalló una bomba. En la explosión y la refriega policial murieron siete oficiales y cuatro civiles.

Las autoridades sometieron a los líderes de la clase trabajadora de Chicago a un juicio fraudulento. Cuatro de los falsamente acusados fueron ejecutados el 11 de noviembre de 1887: George Engel, Adolph Fischer, Albert Parsons y August Spies.

Los condenados cantaron La Marsellesa mientras eran conducidos a la horca. Las últimas palabras de Spies fueron: “Llegará el momento en que nuestro silencio será más poderoso que las voces que hoy estrangulan”.

Un quinto mártir, Louis Lingg, fue asesinado o se suicidó en la cárcel un día antes.

El ahorcamiento de los mártires de Haymarket incriminados falsamente, 11 de noviembre de 1886

Dos años más tarde, en 1889, se fundó en París la Segunda Internacional, en el centenario de la Revolución Francesa.

Un delegado francés impulsó una resolución para “una gran manifestación internacional” del Primero de Mayo para conmemorar los recientes acontecimientos estadounidenses. En 1890 se celebraron manifestaciones en toda Europa y Norteamérica. A partir de entonces, el aniversario se celebró cada año. Los trabajadores rusos lo observaron por primera vez en 1891, Los trabajadores chinos en 1927.

Ya es hora de recuperar las tradiciones socialistas e internacionalistas del Primero de Mayo.

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