El jueves, Amnistía Internacional publicó un informe titulado «Tortura y desapariciones forzadas en el Estado del Sol», en el que se documentan las torturas perpetradas por la Gestapo de inmigración estadounidense en los campos de detención de Florida. El informe incluye entrevistas con cuatro inmigrantes secuestrados y retenidos en el complejo de los Everglades (gestionado por el estado en colaboración con el gobierno federal), al que Trump ha bautizado con orgullo como «Alligator Alcatraz», y en el famoso centro de detención y tramitación de Krome, en Miami, una instalación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) con décadas de abusos y malos tratos documentados.

Las revelaciones más explosivas del informe describen métodos de tortura en el campo de Everglades que reflejan directamente los crímenes de guerra cometidos por el ejército y las agencias de inteligencia estadounidenses en Abu Ghraib, Irak, y en el campo de prisioneros de Guantánamo, Cuba, a principios de la década de 2000. En esos puestos avanzados imperialistas, Estados Unidos llevó a cabo palizas, posiciones de estrés forzadas, privación sensorial, humillación sexual y confinamiento en cajas y contenedores, todo ello bajo la autoridad del Pentágono y la CIA. Los mismos métodos de dominación y terror se han importado ahora en bloque al territorio estadounidense y se utilizan contra los trabajadores inmigrantes.

Los cuatro hombres entrevistados por Amnistía Internacional describieron un método de tortura empleado en «Alligator Alcatraz» llamado «la caja». Describieron «la caja» como una pequeña estructura similar a una jaula de dos por dos pies situada en el patio exterior del campo de Everglades. Las personas que se colocan dentro son encadenadas por las manos y los pies al suelo y se las deja durante horas o más tiempo sin apenas agua ni protección contra el sol intenso, la humedad, los insectos y la fauna silvestre.

Una persona entrevistada por Amnistía Internacional dijo que la gente «acababa en la «caja» solo por pedir cualquier cosa a los guardias. Vi a un tipo al que lo metieron allí durante todo un día».

Otra persona dijo que vio a dos personas metidas en la caja por intentar ayudarle a presionar a los guardias para que le proporcionaran su medicación. «Dos personas de mi celda llamaban a los guardias para decirles que necesitaba mi medicación. Diez guardias irrumpieron en la celda y los tiraron al suelo. Los llevaron a la “caja' y los castigaron solo por intentar ayudarme. Cada vez que alguien exigía que se respetaran nuestros derechos, lo castigaban».

Otro hombre confirmó que los guardias «lo llaman 'la caja' en Everglades. Es una caja al aire libre, expuesta al sol y la humedad del sur de Florida y a los mosquitos, que se utiliza como castigo». Otro concluyó sin rodeos: «Es una copia de Guantánamo. Las condiciones son inhumanas».

El uso del confinamiento en cajas pequeñas forma parte desde hace tiempo del repertorio de torturas imperialistas de Estados Unidos. Abu Zubaydah, capturado por Estados Unidos en 2002 y aún recluido en Guantánamo, fue sometido a un confinamiento prolongado en cajas oscuras y estrechas como parte del programa de tortura de la CIA.

Los mismos métodos utilizados contra los presuntos «terroristas» se están empleando ahora contra los inmigrantes y pronto se utilizarán contra los trabajadores y ciudadanos que se oponen a los continuos ataques contra su nivel de vida y sus derechos democráticos.

El campo de concentración de los Everglades abrió sus puertas en julio de 2025 con capacidad para detener a unas 3.000 personas. Es el primer campo de concentración de inmigrantes de propiedad y gestión estatal en Estados Unidos. Situado en plena zona de huracanes, el centro funciona sin tener en cuenta las normas federales, a pesar de que el Departamento de Seguridad Nacional ha aprobado recientemente más de 600 millones de dólares en subvenciones para financiar y mantener sus operaciones.

Dado que el campo es de gestión estatal, no está integrado en las bases de datos federales, incluido el Localizador de Inmigración y Aduanas. En el momento de redactar este informe, no hay registros públicos sobre quiénes están detenidos allí ni cuántos son. Los abogados informan de que no pueden ponerse en contacto con sus clientes durante semanas, lo que crea una detención efectiva en régimen de incomunicación y condiciones que se ajustan a la definición de desapariciones forzadas.

En consecuencia, no solo no existe supervisión federal de las instalaciones, sino que tampoco hay integración en los sistemas o bases de datos del ICE. La ausencia de mecanismos de registro o seguimiento de los detenidos en «Alligator Alcatraz» facilita la detención en régimen de incomunicación y constituye una desaparición forzada cuando se niega a la familia el paradero de una persona detenida allí y no se le permite ponerse en contacto con su abogado.

Además de la tortura, los detenidos describen condiciones inhumanas e insalubres. Los retretes se desbordan con materia fecal que se filtra en las zonas donde duermen las personas. El acceso a la atención médica es limitado o inexistente. La comida y el agua son de mala calidad. Los insectos son constantes. La privacidad es inexistente.

Amnistía Internacional concluye que las personas detenidas en «Alligator Alcatraz» están recluidas en jaulas de aproximadamente 93 metros cuadrados, con 32 personas por jaula y ocho jaulas por tienda. «Las luces son como las de un estadio; siempre están encendidas, nunca se apagan ni se atenúan. Hace mucho frío, el aire acondicionado es muy fuerte. Hay muchos mosquitos», dijo un hombre.

Otro describió las condiciones de los baños: «Hay tres baños en cada jaula. No hay privacidad; hay cámaras encima de los baños. Los baños se atascaban mucho y la mierda se desbordaba. Vi una serpiente grande. A un amigo le picó una araña que le puso huevos dentro».

Un hombre informó de que alguien murió mientras estaba recluido allí. «Oí muchos gritos», dijo. «Pero no hay forma de saber qué le pasó realmente a esa persona porque no estamos registrados en el sistema del ICE». Aunque el estado de Florida está obligado a llevar un registro de las muertes y los incidentes médicos graves, la División de Gestión de Emergencias de Florida no proporcionó dicha documentación a Amnistía Internacional.

Se encontraron condiciones similares de hacinamiento y crueldad en las instalaciones de Krome, en Miami. El centro de detención y tramitación con ánimo de lucro, gestionado actualmente por Akima Global Services, LLC, lleva décadas en funcionamiento. Los cuatro hombres entrevistados por Amnistía Internacional fueron trasladados del campamento de Everglades a Krome. Los cuatro dijeron que estuvieron esposados durante horas durante el transporte.

En Krome, los inmigrantes se enfrentaron a muchos de los mismos tratos crueles, inhumanos y degradantes. Un hombre contó que, después de que un guardia le diera un puñetazo en el cuello, lo obligaron a permanecer en régimen de aislamiento durante 24 días seguidos. «Pasé nueve días sin recibir ningún tipo de atención médica», dijo. «Me dolía el cuello; no podía moverlo. También me dolían las costillas y la oreja. Al final, solo me dieron una pastilla. Solo salí al exterior una vez en 24 días. Básicamente, estuve incomunicado».

Otro hombre describió cómo lo habían colocado en una tienda de campaña abarrotada. «Somos 126 personas allí dentro. Solo hay tres teléfonos que podemos usar durante cinco minutos al día. Nos cuentan al menos dos veces al día. Cuando esto ocurre, tenemos que sentarnos en nuestras camas. Los baños están cerrados durante el recuento, que dura más de una hora».

Otro detenido dijo: «La gente está muy estresada. Lo están pasando mal, están tristes, están ansiosos. Los guardias son racistas y hostiles. Es casi como si les repudiáramos».

Las condiciones de ambas instalaciones son deliberadamente crueles y mortales. Durante el año fiscal 2025 (del 1 de octubre de 2024 al 30 de septiembre de 2025), al menos 25 presos han muerto bajo la custodia del ICE, más del doble de las 12 muertes registradas en el año fiscal 2024. De estas 25 muertes confirmadas, seis se produjeron en el estado de Florida, incluidas cuatro en Krome: Ramesh Amechand, Genry Ruiz-Guillen, Maksym Chernyak e Isidro Pérez.

Los horrores descritos en el informe de Amnistía Internacional no son aberraciones ni el producto de una sola administración. La tortura, las desapariciones forzadas y las condiciones inhumanas de detención en «Alligator Alcatraz» y Krome expresan una política bipartidista desarrollada y ampliada a lo largo de décadas. Los métodos de tortura iniciados bajo George W. Bush y reconocidos por Obama con su infame admisión, «Torturamos a algunas personas», se han trasladado ahora al territorio estadounidense y se han vuelto contra los trabajadores inmigrantes.

Esto solo ha sido posible gracias a la complicidad criminal del Partido Demócrata. Lejos de oponerse a los ataques fascistas de Trump contra los inmigrantes, los demócratas los han facilitado. Se unieron a los republicanos para aprobar la «Ley Laken Riley», que amplía la detención y deportación masiva de inmigrantes. Figuras destacadas del Partido Demócrata, entre ellas Bernie Sanders, han elogiado la operación de deportación masiva de Trump y se han hecho eco de sus afirmaciones de que los inmigrantes suponen una amenaza para la nación y los trabajadores estadounidenses.

A medida que crece la resistencia a las redadas contra los inmigrantes, las condiciones en los Everglades y en Krome son una advertencia para los trabajadores y los estudiantes de que los métodos de tortura imperialista en el extranjero se están trayendo a casa para utilizarlos contra la clase trabajadora.

(Publicado originalmente en ingles el 05 de diciembre de 2025)