Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han lanzado una cínica campaña de 'derechos humanos' contra la presidenta Samia Suluhu Hassan y su gobierno del Chama Cha Mapinduzi (CCM), aprovechándose de la brutal represión electoral en Tanzania del 29 de octubre, que supuestamente ha causado la muerte de miles de personas. Su verdadero objetivo es aprovecharse de esta violencia estatal para sacar a Tanzania de la órbita china en medio de una lucha imperialista llevada adelante por el control sobre los minerales estratégicos de África.

El jueves, el Departamento de Estado de EE. UU. emitió un comunicado declarando que 'las acciones recientes del Gobierno de Tanzania suscitan graves preocupaciones sobre la dirección de nuestra relación bilateral y la fiabilidad del Gobierno tanzano como socio', citando 'la represión continua de la libertad religiosa y la libertad de expresión', 'obstáculos persistentes a la inversión estadounidense' y la 'violencia inquietante contra civiles' tras las elecciones.

La declaración llega semanas después de que los senadores estadounidenses Jim Risch, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, y Jeanne Shaheen instaran al presidente Donald Trump a revisar la relación de Washington con Tanzania. Ambos están entre los halcones anti-China más agresivos del establishment político estadounidense. Risch ha propuesto repetidamente legislación destinada a contrarrestar la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, ampliar la influencia militar y económica de Estados Unidos en África y presionar a los gobiernos africanos que profundizan sus vínculos con Pekín. Este año pidió a Trump que retirara a Kenia su estatus de aliado importante de Estados Unidos no perteneciente a la OTAN después de que el presidente keniano, William Ruto, visitara China.

El pasado mayo, durante un Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE. UU., Shaheen vinculó explícitamente a Tanzania con la escalada de la lucha geopolítica con China. Destacó el Corredor Lobito, financiado por Estados Unidos y la UE, que busca canalizar los minerales de África Central hacia el oeste, hasta la costa atlántica de Angola. Advirtió que la posición de Washington en África está siendo socavada por los proyectos de infraestructura competidores de Pekín, presentando las redes de transporte vinculadas a China en África Oriental desde finales de los años 60 como una amenaza para los intereses estratégicos y económicos de Estados Unidos. 'Mientras tanto, China tiene un proyecto ferroviario competidor en Tanzania que enviaría estos recursos naturales hacia el Este, al Océano Índico', afirmó.

La Unión Europea (UE) se ha sumado a la campaña. La semana pasada, el Parlamento Europeo votó abrumadoramente para congelar 156 millones de euros en financiación para el desarrollo a Tanzania y pidió la liberación inmediata de Tundu Lissu, líder proempresarial del CHADEMA, que estuvo seis años afincado en Bruselas y mantiene estrechos vínculos con dirigentes europeos.

La resolución sigue siendo no vinculante y existen divisiones dentro de la UE. Philippe Van Damme, exembajador de la UE en África, replicó: 'Si un régimen está preparado, como hemos visto en Tanzania, a sacrificar personas para mantenerse en el poder, nuestra [Asistencia Oficial para el Desarrollo] no tiene el peso para influir en eso', afirmó.

Los crímenes del régimen de Hassan, por horribles que sean, palidecen frente a las atrocidades diarias de las potencias imperialistas. Durante más de dos años, han armado y financiado el genocidio israelí en Gaza e instigaron una guerra contra Rusia en Ucrania en 2022 que ha costado la vida de cientos de miles de personas. Dentro de Estados Unidos, Trump intenta instaurar una dictadura, desatando redadas al estilo de la Gestapo contra migrantes mientras realiza asesinatos extrajudiciales con drones en el Caribe y amenaza con invadir a una Venezuela rica en petróleo.

El régimen migratorio de la UE llamado 'Fortaleza Europa' ha transformado el Mediterráneo en una fosa común, principalmente para africanos.

Las potencias imperialistas han trabajado durante más de sesenta años con el régimen del TANU/CCM para saquear los recursos del país, reforzando su control mediante la deuda, la “ayuda al desarrollo” y concesiones mineras y energéticas, al tiempo que han mostrado una indiferencia total hacia los derechos democráticos y las condiciones sociales de las masas. Su invocación de los 'derechos humanos' está impulsada por una nueva carrera hacia África que se ha convertido en otro frente más de una Tercera Guerra Mundial en desarrollo.

Tanzania está dotada de vastos depósitos de níquel, cobalto, grafito, uranio, titanio y minerales de tierras raras, junto con importantes reservas de oro, diamantes, tanzanita, carbón y gas natural. Estos minerales son esenciales para baterías de ion de litio, drones, electrónica avanzada, aleaciones de motores a reacción, sistemas de misiles y la infraestructura tecnológica más amplia que sustenta el complejo militar-industrial de Estados Unidos y Europa. El Departamento de Defensa de Washington clasifica el níquel, el cobalto y el grafito como críticos para la preparación militar.

La UE está intensificando su asociación con Tanzania sobre la base de la Ley de Materias Primas Críticas, adoptada en 2024 para diversificar las cadenas de suministro y reducir la dependencia de China. Bruselas colabora con el gobierno del CCM para ampliar los estudios geológicos, cartografiar reservas minerales, formar mineros artesanales para su incorporación a cadenas de suministro formales y apoyar la inversión en la producción de grafito y níquel.

Lo que alarma a Estados Unidos y la UE es que China se está consolidando rápidamente como principal socio económico de Tanzania. Aunque Hassan reabrió aún más la economía a las corporaciones occidentales después de que su predecesor John Magufuli fuera denunciado por Occidente por su “nacionalismo de recursos”, la influencia económica china sigue creciendo.

China se ha convertido con diferencia en el mayor socio comercial de Tanzania, con casi 9.000 millones de dólares en comercio anual, muy por encima de los 2.000 millones de la UE y los 800 millones de Estados Unidos. El dominio de China se debe a la exportación de bienes asequibles como maquinaria barata, electrónica y textiles. La UE, históricamente un mercado importante para las exportaciones tanzanas como café, anacardos, algodón y pescado, ha visto su cuota caer en comparación con los mercados asiáticos (India, China). Estados Unidos es un destino de exportación menor.

Durante los años 2000 y principios de los 2010, el sector minero de Tanzania estuvo abrumadoramente dominado por empresas occidentales. Más de 1.000 millones de dólares en inversión minera extranjera durante el periodo de privatización dictado por el FMI a finales de los años 90 y principios de los 2000 se destinaron casi por completo a grandes operaciones de oro gestionadas por empresas canadienses, británicas, sudafricanas y australianas. En 2016, Acacia Mining, que pertenecía al 63 por ciento a Barrick de Canadá, representaba el 58,2 por ciento de la producción nacional de oro y generaba el 37 por ciento de los ingresos minerales de Tanzania. La mina Geita de AngloGold Ashanti, en funcionamiento desde el año 2000, siguió siendo una de las mayores de África.

Sin embargo, a medida que la Inversión Extranjera Directa (IED) global de China aumentó bruscamente, el panorama comenzó a cambiar. Para 2021, las empresas chinas habían acumulado 3.400 millones de dólares en acciones de IED, superando al Reino Unido y representando alrededor del 23 por ciento del total de la IED, convirtiendo a China en uno de los principales inversores en la economía. En 2011, Tanzania firmó un acuerdo de 3.000 millones de dólares con China Sichuan Hongda para los proyectos de carbón de Mchuchuma y mineral de hierro de Liganga. En 2019, el gobierno anunció la financiación china para una fundición mineral de 100 millones de dólares en Buzwagi y dos refinerías de oro por un valor aproximado de 500 millones de dólares. Las empresas chinas también están posicionadas en tierras raras mediante acuerdos de financiación y compra en el proyecto Ngualla.

Por el contrario, la nueva inversión a gran escala de la década de 2020 incluye el proyecto de níquel Banga, liderado por la empresa estadounidense Lifezone Metals, con casi 1.000 millones de dólares en inversión de capital planificada, respaldado por la Corporación Internacional de Financiamiento para el Desarrollo de EE. UU. e incluido en la Asociación de Seguridad Minera de Washington.

China se ha convertido en la mayor fuente individual de inversión extranjera directa (IED) y en un financiador clave de nuevas instalaciones de procesamiento de minerales y de infraestructura. Sin embargo, las empresas europeas y norteamericanas todavía controlan la mayoría de las minas de oro heredadas. Estados Unidos llega tarde, pero con un peso significativo en minerales críticos como el níquel.

La guerra económica que se está desarrollando ahora está moldeando la geografía mineral de la transición energética, determinando si los vastos yacimientos del Cinturón de Cobre central de África pasan por una puerta atlántica controlada por EE.UU. y la UE o por un corredor del Océano Índico influenciado por China. Estados Unidos y la UE apoyan la rehabilitación y expansión del Corredor Lobito hacia el Atlántico, como ruta de exportación de cobre, cobalto y níquel que reduce la dependencia global de las cadenas de suministro dominadas por chinos. China busca mantener y ampliar sus rutas hacia el este a través del ferrocarril TAZARA y el puerto de Dar es Salaam. El Banco de Exportación e Importación de China (China Exim Bank) ha financiado con 2.150 millones de dólares la sección del ferrocarril de ancho estándar que conecta Dar es Salaam con el interior del país.

Los trabajadores de toda África deben oponerse tanto a la represión asesina del gobierno de Hassan como a las maniobras depredadoras de las potencias imperialistas. La oposición capitalista de Tanzania, CHADEMA y ACT–Wazalendo, no ofrece alternativa. Estos partidos recurren de manera habitual a la “comunidad internacional” dominada por Washington y Bruselas, defienden el sistema capitalista y temen la movilización independiente de la clase trabajadora mucho más de lo que temen a la violencia del Estado. Sus llamamientos a investigaciones, comisiones y cambios en la ley electoral solo sirven para desmovilizar la indignación popular.

El martes, jóvenes que desempeñaron un papel central en los tres días de grandes protestas que estallaron tras las elecciones están pidiendo manifestaciones a nivel nacional coincidiendo con el día de la independencia del país. El régimen de Hassan ha prohibido las celebraciones oficiales e incluso ha impuesto restricciones en la venta de combustible en las estaciones, limitándola a solo dos litros para los tuk-tuks y las motocicletas, algunos de los principales medios que los jóvenes han utilizado para movilizarse en la última ronda de protestas. Ha llevado a cabo una oleada de desapariciones, detenciones y secuestros dirigidas a los críticos del gobierno.

La lección central de la masacre del 29 de octubre es que romper el dominio imperialista sobre Tanzania y su títere del CCM requiere la movilización política independiente de la clase trabajadora y los pobres rurales en un programa socialista que ponga los vastos recursos del país al servicio de la necesidad humana, no del beneficio o la guerra.

La tarea decisiva es la construcción de un liderazgo socialista revolucionario en Tanzania, arraigado en la clase trabajadora y armado con las perspectivas internacionalistas forjadas por el movimiento trotskista en su lucha contra el estalinismo, la socialdemocracia, el socialismo africano de Nyerere y toda forma de nacionalismo y oportunismo pseudoizquierdista, como parte del Comité Internacional de la Cuarta Internacional. Estos hechos históricos se resumen en la serie de cuatro partes del WSWS, titulada ' La protesta del 9 de diciembre en Tanzania, el 'socialismo africano' de Nyerere y la lucha por la Revolución Permanente .'

(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 de diciembre de 2025)