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La semana pasada, una bomba de 20 kilos mató a Fernando Buesa, de 53 años, portavoz del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el parlamento vasco, y a su escolta, Jorge Díez Elorza, de 26 años. La bomba, que explotó el 22 de Febrero a las 16.38 hora local, había sido colocada en una furgoneta aparcada cerca de la universidad, a 200 metros del edificio del parlamento de la ciudad vascuence de Vitoria.
Buesa y su escolta se dirigían a una reunión del comité electoral del PSE (partido hermano del PSOE en el país vasco) cuando sufrieron el atentado. Esta es la segunda bomba atribuída a ETA desde que puso fin a su tregua en Noviembre de 1999, aunque la policía alega que ha frustrado otros atentados. La primera explosión mató al teniente coronel Pedro García Blanco en Madrid hace un mes.
Buesa era ex-presidente del gobierno autónomo vasco y uno de los críticos más abiertos del grupo separatista y de los intentos de otros partidos nacionalistas vascos de incorporar a ETA en la política oficial por medio de un “proceso de paz” negociado. Solamente unos días atrás había apelado al gobierno vasco para que intensificara la persecución de ETA. Era bien sabido que ETA le tenía en el punto de mira desde 1995.
Cinco horas después de la explosión, Juan José Ibarretxe, presidente del parlamento vasco, anunció que rompía el pacto parlamentario con Euskal Herritarrok (EH - Ciudadanos Vascos) que había estado funcionando desde el 18 de Mayo de 1999. EH fue creado como un vehículo a través del cual el ala política de ETA, Herri Batasuna (HB - Unidad Popular), podría entrar en coalición con otros partidos nacionalistas. El pacto había sido ya suspendido como consequencia de la primera bomba en Madrid. Ha habido peticiones para la dimisión de Ibarretxe.
ETA lucha por la independencia de la región vasca y para establecer un estado, Euskal Herria - una región que comprende parte del Norte de España y parte del Sur de Francia. Su campaña no está dirigida a traer igualdad social y democracia a la región vasca, sino a facilitar las condiciones para que la burguesía regional establezca sus propias relaciones con la Unión Europea y los inversores internacionales y así conseguir mano libre para explotar a los trabajadores vascos en su propio beneficio.
ETA estableció una tregua unilateral en Septiembre de 1988 después de alcanzar un acuerdo con los partidos nacionalistas vascos moderados y la estalinista Izquierda Unida para una solución política que incluiría a HB. Varios años de infructuosa violencia terrorista y una pérdida de apoyo habían convencido a ETA de que tenía que buscar otra forma de lucha para conseguir más independencia política y económica del gobierno central de España. Estos propósitos no podían lograrse dentro del marco de la Constitución Española de 1978, porque la región vasca ya había obtenido prácticamente todo lo que era posible dentro the las provisiones para la delegación de poderes a las regiones.
Frustrada, después de 14 meses sin alcanzar ningún progreso con el “proceso de paz”, aparte de su propia tregua, ETA reanudó su tradicional terrorismo para asegurar sus demandas. Sin embargo, esto sólo sirvirá para fortalecer al derechista PP y a su líder y primer ministro, José María Aznar, quien ya se ha hecho famoso por “mantenerse firme” ante la violencia separatista. En la campaña electoral hasta el 12 de Marzo, Aznar espera que la oposición popular a los atentados de ETA haga revivir el menguante apoyo a su partido, el cual ganó las elecciones en 1996 justo después de Aznar salir ileso de un atentado de ETA.
Durante el pasado mes varias manifestaciones contra ETA han tenido lugar a través de toda España. Partidos que se llaman a sí mismos socialistas y los sindicatos se unieron con el gobierno, la iglesia católica, el ejército, la policía y las federaciones de empresarios, alineando a sus miembros detrás de los enemigos de los derechos democráticos y de los intereses de los trabajadores.
En una repetición del último espectáculo del pasado Enero de “unidad contra la violencia”, Aznar y el Secretario General del PSOE, Joaquin Almunia, afirmaron su determinación común de luchar contra el terrorismo “con las armas de la ley y la democracia”. El candidato de IU y Secretario General del Partido Comunista, Francisco Frutos, también condenó los atentados declarando: “ No nos dejemos paralizar con el pretexto de ideas nacionalistas o ideas izquierdistas. Esto es fascismo. Que nadie se deje engañar. Tratémoslos como portadores de la peste.” (Traducido del inglés). La campaña electoral fue suspendida durante tres días en señal de duelo.
Los partidos principales intentan utilizar la oposición pública a la campaña terrorista de ETA para intensificar la destrucción de los derechos democráticos. La violencia de ETA ha sido más que igualada por la que el gobierno emplea contra ETA. Innumerables militantes vascos han sido asesinados por la policía y el ejército y docenas de partidarios de ETA han sido acorralados y encarcelados - hoy en día hay más de 500 en la cárcel.
Inmediatamente después de la explosión del mes pasado, 300 agentes de la policía, dirigidos desde Bilbao por el juez Baltasar Garzón, “desmanteló” la organización de relaciones internacionales de ETA, Xaki. Ocho personas fueron detenidas en Madrid, Vizcaya, Navarra y Álava , incluyendo a cuatro dirigentes de HB. La policía efectuó registros en numerosas casas a través de todo el país vasco.
Esto es consequencia de una previa campaña de la policía durante dos años, que comenzó con el cierre del periódico ‘Egin', perteneciente a la organización ETA, el arresto de todo el consejo editorial y el demantelamiento de su red financiera. Esta operación también estuvo dirigida por el juez Garzón y fue la primera vez que una acción de censura política tan descarada se había llevado a cabo desde la muerte del dictador Franco. Incluso durante los 14 meses de la tregua de ETA las fuerzas gubernamentales han llevado a cabo innumerables actos violentos contra la organización tanto en España como en Francia, entre los que se cuenta el asesinato de uno de sus líderes, José Luis Geresta.
El anterior gobierno PSOE de Felipe Gonzalez, dirigió una guerra sucia contra ETA desde 1983 hasta 1987 durante la cual los llamados Grupos de Liberación Antiterrorista (GAL) perpetraron una serie de asesinatos. Veintinueve sospechosos de pertenecer a ETA fueron ejecutados y 30 heridos. Siete fueron “asesinados por error”. La mayoría de esta matanza se llevó a cabo en Francia. Evidencia de la complicidad del PSOE en estos asesinatos organizados por el Estado continúa surgiendo del presente juicio contra los responsables de la muerte de los partidarios de ETA, José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala.
El PSOE y el PC son responsables de la presente situación en la que trabajadores, sindicalistas, jóvenes e intelectuales se manifiestan en unidad con la derecha (la cual incluye a los herederos políticos de Franco), sin sentido crítico, en nombre de oposición al terrorismo. Desde el final de la dictadura de Franco estos partidos han colaborado con la burguesía española en imponer una política pro-capitalista sobre la clase obrera, empeorando las condiciones de trabajo y reduciendo los derechos democráticos. No sólo dieron la inmunidad a los antiguos franquistas sino que también les han revestido con credibilidad y respetabilidad. En ningún país ha sido la palabra “democracia” tan corrompida como en España después de 1975, donde se han hecho todos los esfuerzos posibles para enterrar el pasado en el nombre the “trabajar juntos para el futuro”.