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Partido Socialista por la Igualdad (PSI) respalda campaña de John Christopher Burton en California

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El Partido Socialista por la Igualdad [Socialist Equality Party] recibe con entusiasmo la campaña de John Christopher Burton en las elecciones que han de celebrarse en el estado de California para destituir al gobernador. El Sr. Burton es socialista y abogado defensor de los derechos civiles. Cuenta con una larga y destacada historia como partidario de los derechos democráticos en la región de Los Ángeles. Es militante activo del PSI y ha contribuido con numerosos artículos a la World Socialist Web Site (WSWS) [Sitio de la Malla Mundial Socialista].

Como aclara la declaración de candidatura presentada al secretario de estado de California [ver “Declaración de candidatura de John Christopher Burton” en la WSWS], el Sr. Burton se ha postulado a base de principios. Llama al electorado a que vote “NO” a la llamada “recall election”; o sea, elecciones para destituir al gobernador. Pero al mismo tiempo, Burton no le da ningún apoyo ni a la política de Davis, ni a la del Partido Demócrata. Su campaña se ha consagrado a presentarle al pueblo trabajador de California un programa totalmente opuesto a la política de los Demócratas y los Republicanos que favorece a las grandes empresas.

Recibimos con júbilo que Burton abogue por una política socialista y que insista en que el peso de la crisis económica que azota el estado principal del país no caiga sobre los hombros de la clase trabajadora, de la juventud o de los pequeños negociantes. Burton debidamente aboga por la transformación de las grandes empresas y bancos en compañías públicas, bajo control democrático, para satisfacer las necesidades humanas—no la acumulación de las ganancias empresariales—y que éstas formen la base económica de California.

El Partido Socialista por la Igualdad rotundamente se opone a estas elecciones para destituir al gobernador y tratará de movilizar al pueblo trabajador de California para derrotar la medida. Esta campaña ha sido financiada y organizada por elementos de la extrema derecha del Partido Republicano, que desea explotar las frustraciones y la ira que la poblaciónde California siente por el colapso de los servicios sociales básicos: la atención médica, la educación y el aumento del desempleo. Es además una campaña para anular las elecciones del noviembre pasado, cuando Davis fue reelegido por segunda vez como gobernador del estado. Si los elementos de la extrema derecha logran un voto afirmativo, impondrán un programa social reaccionario peor que el de Davis y de los Demócratas.

El plan secreto de los multimillonarios que han dirigido esta campaña, tales como el diputado ante la asamblea legislativa de California, Darrell Issa, es hacer desaparecer todas las restricciones legales y morales a la acumulación de la riqueza privada y a las ganancias y beneficios de las empresas. Para sacar al gobernador, quien no cuenta con mucho apoyo popular, han disfrazado esta campaña como si fuera un movimiento de las masas, pero en realidad la derecha Republicana busca poner en práctica una política a la cual la mayoría de los votantes de California se oponen.

Tienen en mente la destrucción de necesidades tan básicas como la educación escolar pública y la atención médica—ambos servicios públicos—y la ayuda económica para la vivienda y otros beneficios que los programas que el bienestar social brindan. Quieren anular todas las leyes que protegen al ambiente y a la seguridad y salud de los trabajadores. Y también quieren reducir aún más los impuestos que se le cobran a las empresas y a los ricos.

La ironía de todo esto—que la prensa trata de tapar—es que estas mismas fuerzas del mundo subterráneo empresarial político jugaron un papel importantísimo en la desestabilización económica de California. No es ningún secreto que Kenneth Lay, de la Enron y por años uno de los principales patrocinadores financieros de George W, Bush y confidente del vicepresidente Dick Cheney, fue de las principales figuras que precipitaron la crisis de energía que azotó al estado durante 2001. Su empresa redujo los abastecimientos de energía para aumentar los precios y las ganancias mientras la vida económica y social del estado llegaba al borde del caos. Durante toda la trayectoria de la crisis energética, el gobierno de Bush defendió y protegió a Lay.

El fraude en la contaduría y otros métodos criminales de las empresas principales en la telecomunicación, la energía y la tecnología avanzada, junto con sus socios bancarios—muchos vinculados al Partido Republicano—también jugaron un papel importante en la subida especulativa de la burbuja del mercado de valores y luego en su baja. Fue un desastre cuyo impacto sobre la economía de California fue devastador.

La campaña actual para destituir a Davis es la continuación de los esfuerzos de los derechistas Republicanos para socavar los derechos democráticos—inclusive el derecho a votar—y tergiversar los procesos políticos democráticos. Este fue el verdadero contenido de la campaña para enjuiciar a Bill Clinton, seguida por el fraude electoral en la Florida y el robo de las elecciones del 2000. Todas estas confabulaciones, a fin de cuentas, son dirigidas contra los derechos democráticos de la clase obrera.

De la misma manera que el Partido Socialista por la Igualdad se opuso a las investigaciones de Kenneth Starr para enjuiciar a Clinton y al fraude electoral del 2000—a base de una perspectiva socialista, no en apoyo del Partido Demócrata—hoy también se opone a este último intento de dar un golpe político, esta vez en el estado principal del país.

Y exactamente de la misma manera que los Demócratas se mostraron indispuestos e incapaces de desenmascarar las fuerzas que impulsaron la campaña para enjuiciar a Clinton y el fraude electoral del 2000, ahora también rehúsan organizar una seria batalla contra las elecciones para quitar al gobernador de su cargo. Ya es evidente que los Demócratas no tienen ninguna intención de desenmascarar el significado político de estas elecciones. Le temen más a un movimiento verdaderamente popular contra la política de la extrema derecha que a los esfuerzos de los Republicanos por apoderarse de la cámara legislativa.

Si los Demócratas logran derrotar el objetivo de estas elecciones, sólo será para intensificar sus propias agresiones contra la atención médica, la educación escolar y otros servicios básicos, pues tienen que obedecer las órdenes de las empresas que los respaldan.

La crisis político-económica de California—cuya economía, si fuese un país independiente, estaría entre las diez principales del mundo—tiene grandes insinuaciones no sólo para el país, sino para el mundo entero. La World Socialist Web Site tiene toda intención de utilizar sus recursos para reportar y analizar estas elecciones de la manera más amplia. Nuestro personal editorial será utilizado para cubrir las campañas de los candidatos principales—Republicanos, Demócratas, Verdes e independientes—y aprender las lecciones políticas más importantes de esta experiencia, por la cual la clase obrera ha de atravesar.

Continuaremos nuestra cobertura de la campaña de John Christopher Burton, la cual creemos será un paso fundamental en la concientización política y en desarrollar las bases para un partido socialista de masas de la clase obrera.

Le rogamos a todos los lectores de la WSWS y a todos los partidarios del Partido Socialista por la Igualdad que asistan a nuestro comité de redacción en llevar a cabo esta labor política de crítica importancia. Le instamos a nuestros lectores a que contribuyan artículos acerca de los acontecimientos de la campaña electoral y los desarrollos políticos de California. También les instamos que nos contribuyan monetariamente para que podamos alcanzar el nivel de cobertura y análisis político que estas elecciones merecen.