English

Reducciones en el presupuesto de California ponen en peligro la atención médica a los residentes del condado de Los Angeles

Utilice esta versión para imprimir | Envíe esta conexión por el email | Email el autor

Las reducciones en el presupuesto que el gobernador Gray Davis ha puesto en marcha plantean un grave peligro a la atención de la salud que se le presta a los residentes del mayor estado de la nación. 6.3 millones californianos, inclusive 1.6 millones de niños, que no gozan de seguro médico serán las peores víctimas.

El gobierno Demócrata del estado ha puesto en práctica las reducciones para limitar el enorme déficit del presupuesto del estado, que alcanza $38,000 millones. Las reducciones sobretodo han afectado al Condado de Los Ángeles, que alberga una gran parte de las personas que no tienen seguro médico en California, así como también una gran población inmigrante.

En mayo, el Concilio de Supervisores del Condado de Los Ángeles cerró 16 clínicas en los vecindarios. También va a cerrar High Desert Hospital en la ciudad de Lancaster para convertirlo en clínicas para pacientes de consulta externa. El condado actualmente se encuentra luchando contra una demanda civil que quiere prohibir el cierre del Hospital Nacional Rancho los Amigos para la Rehabilitación.

El cierre de las clínicas ha forzado a 2.5 millones de residentes del condado sin seguro médico a depender de los dos hospitales que todavía ofrecen servicios médicos completos: el USC Medical Center [USC County] y el Martin Luther King, Jr./Drew Medical Center[Martin/Drew]. Los dos hospitales también serán afectados por las reducciones presupuestarias. King/Drew, ubicado en el sur de Los Ángeles, ya ha perdido 79 doctores médicos, 159 enfermeras y 210 miembros del personal administrativo. Los pacientes del hospital por lo regular son de las minorías e inmigrantes. Otra demanda civil temporariamente ha evitado que se ejecute un plan para deshacerse de 100 camas en el USC County

King/Drew abrió sus puertas en 1972, principalmente debido a la presión pública luego de publicarse el informe de una comisión establecida para investigar la rebelión que reventó en el distrito de Watts en 1966. La comisión, con el ex director de la CIA, John McCone, a la cabeza, averiguó que una de las necesidades más urgentes de dicha comunidad de Los Angeles era el acceso a la atención de la salud. En esa época, el hospital más cercano era el USC County, ubicado al este de la ciudad a lejanas millas de distancia.

Las reducciones continuas y la escasez de fondos cada vez más hacen más difícil ofrecerle a los pacientes la atención médica mínima. En el 2000, el Concilio para la Acreditación de la Educación de Médicos Postgraduados (ACGME) recientemente le dio al hospital King/Drew unas calificaciones desfavorables. Y ya va em marcha otro estudio crítico emn contra. Si el hospital recibe otra opinión negativa, podría perder sus doce programas de residencia. El hospital depende de los médicos residentes para una gran parte de la atención médica que se le ofrece a los pacientes. Todavía no está claro si el hospital podrá continuar funcionando sin esos residentes.

Recientemente, el Concilio del Condado ha catalogado a seis de los 18 programas para médicos residentes de King/Drew de no cumplir con los requisitos profesionales. El programa de radiología perderá su certificación de competencia en junio; es decir, cerrará sus puertas. Según un artículo del Los Angeles Times, fechado el 7 de septiembre de este año, ACGME ha castigado al King/Drew "por no ofrecer suficiente supervisión a los médicos residentes, obligándolos a trabajar demasiado y usándolos para oficios que no son pertinentes a sus deberes".

De acuerdo al mismo artículo, King/Drew le ofrece atención médica al 25% de personas caídas víctimas de las armas de fuego y de las armas blancas, así como también al 11% que han sufrido incidentes que ponen a la vida en peligro, tales como los accidentes automovilísticos y los atracos violentos.

Un médico internista en el Drew/King habló con la WSWS acerca de los peligros a que el hospital se enfrenta: "El impacto será enorme. Afectará a mucha gente. Servimos a muchos trabajadores indocumentados, que son el 20% de nuestros pacientes. Cuando vienen aquí es porque han tomado el primer paso para cuidar su salud.

"No puedo concebir lo profundo que afectará a toda la población. Si a los adultos no se les cuida la salud, no pueden trabajar. Y si no pueden trabajar, no pueden mantener a sus familias.

"El ACGME ha estado tratando de lograr que los programas para la capacitación de los médicos sean de niveles adecuados. Es verdad que algunos programas se han quedado atrás, pero hay muchos factores que tienen que ver con eso. El hospital, por ejemplo, no puede conseguir buenos maestros porque no hay suficiente dinero. King/Drew siempre ha sido considerado como el hijo pródigo; nadie quiere venir aquí. Los sueldos son bajos y no hay incentivos.

"Yo se que la Universidad Charles Drew [vinculada al hospital] está tratando de ampliar sus investigaciones [científicas] aquí. Pusto que las investigaciones reciben subvenciones, los servicios pueden mejorar. Mi programa de becas fue por dos años, pero me quedé por tres porque quería hacer investigaciones. Pero nadie va a querer emplearme con estas reducciones. Yo me voy.

"Yo conozco gente que dice que, debido a las reducciones, se van para el norte del estado, a campos más fecundos. Yo se que la administración ha sacado a varias enfermeras que trabajan en jornada parcial y también a varias que enseñan en la facultad. Esto nos perjudica, porque nuestros esfuerzos son de equipo. Si a uno le falta una pierna, uno no se puede parar".

Es posible que la capacitación inadecuada o la fatiga excesiva del personal en el King/Drew haya sido factor en la muerte de por lo menos dos pacientes este verano. Sonia López de 33 años de edad, falleció el 4 de julio luego de sufrir un ataque cardíaco. Había ingresado al hospital el 23 de junio cuando se le sospechó de de tener meningitis. En un momento dado, entre la una y la seis de la mañana, sufrió el paro cardíaco, pero las enfermeras dijeron que el monitor había mostrado que todas las señas vitales eran normales.

Dos semanas después, una doctora, mientras hacía sus inspecciones rutinarias matutinas a los pacientes, descubrió que Robbie Bilbrew, de 52 años de edad, había fallecido. La mujer, quien sufría de diabetes, iba a ser dada de alta ese mismo día para enviarla a un programa de rehabilitación. Los médicos no pudieron aseverar por cuanto tiempo la señora había fallecido.

Una investigación que tuvo lugar después indicó que el nuevo sistema de monitores para vigilar a los pacientes había fracasado en advertirle a las enfermeras que los pacientes necesitaban atención inmediata. En cuanto a la muerte de López, es posible que se la haya asignado el monitor equivocado, lo cual puede haber confundido a las enfermeras. En el caso de Bilbrew, el mal funcionamiento del equipo aparentemente causó que la alarma tampoco funcionara.

Parientes de ambas no supieron hasta mucho después que los monitores tenían problemas y no fue hasta varias semanas después fueron sacados de las premisas antes de ACGME hacer su inspección.

Los problemas del hospital han existido por muchos años debido a la falta de fondos y a la negligencia. En 1994, en uno de los casos que mayor publicidad recibió, una mujer recibió una transfusión de sangre contaminada con SIDA durante una cirugía rutinaria. Resultó que la señora contrajo la enfermedad. Una investigación luego reveló muchas anormalidades en el banco de sangre del hospital.

Un trabajador inmigrante, recientemente paciente en el King/Drew, conversó con reporteros de la WSWS acerca del impacto de las reducciones que el Gobernador Gray ha puestas en práctica. Según él trabajador, no hacía mucho que había ido a una consulta en una de las clínicas del condado para darse con que la habían cerrado. "No estoy de acuerdo con las reducciones. Tengo familia y escasos recursos económicos. No tengo trabajo estable, y eso me afecta mucho a mí y a gente como yo".

El programa de Medi-Cal [programa del estado de California para los pobres y los que no estén asegurados] porque hace un año que mi empresa cerró. Era una compañía de plomería como con 80 trabajadores. Perdí mi seguro médico. Medi-Cal me ayuda un poquito con los costos de mi salud, pero sólo paga por las emergencias. Yo mismo tengo que pagar por mis medicinas de mi propio bolsillo. Hace dos meses que me operaron de los intestinos. Cincuenta pastillas me duran 25 días y cada vez tengo que pagar entre $130 y $150. También tengo que comprar medicina para mi niño.

"Si el gobierno no gastara el dinero en otras cosas nos podría ayudar. Nosotros pagamos los impuestos sobre la gasolina y todo lo demás que compramos. La guerra en Irak está afectando a todos los trabajadores. Los Estados Unidos invadió a Irak sin que nadie se lo pidiera. Ahí es donde se está gastando el dinero. Yo no apoyo la guerra en Irak; todos somos seres humanos".

Un médico, partícipe en el programa de residencia para pediatras del King/Drew, le dijo a la WSWS: "Ya han despedido a varias personas, particularmente a secretarias y a oficinistas; gente cuyo trabajo es importante y que no va a desaparecer. Simplemente significa que ahora los médicos van a tener que bregar con el papeleo. Todas estas reducciones nos afectan porque eliminan lo que se supone que estemos haciendo.

"Gente llega a este lugar desde lejos no tienen seguro médico. Esos son los que verdaderamente necesitan ayuda y aquí llegan a parar. Muchos hospitales tienen mucho más que ofrecer. El nuestro ni siquiera se puede comparar a los hospitales privados.

"Esto podría tener un gran impacto sobre el público en general. Muchos de los pacientes no tienen carro y llegan aquí en autobuses. ¿Cómo van a poder ir al Hospital de San Pedro [distrito de la municipalidad Los Ángeles]? ¿Cómo van a poder llegar al hospital de la USC?"

La WSWS también pudo hablar con miembros del personal y varios pacientes en el Hospital US,c que ahora se llama Los Ángeles County/USC Healthcare Network [Red para la Atención Médica de la Salud de USC en el Condado de Los Ángeles]. Ubicado en el Este de la ciudad, es de los mayores hospitales públicos del país. Anualmente le ofrece tratamiento a 800,000 pacientes. Esto incluye 250,000 casos de emergencia. Casi la mitad son pobres o no tienen seguro médico.

Aún antes de las reducciones más recientes, County USC ya sufría una severa escasez de personal y de recursos. De acuerdo al testimonio que varios médicos han presentado en declaraciones juradas por escrito, los pacientes en el cuarto de emergencias pueden esperar hasta cuatro días para conseguir una cama. Y a veces el tratamiento les llega muy tarde, porque mueren.

Las tensiones causadas por el gentío le dan cierto matiz de estado policial a las instalaciones. Los pacientes y los visitantes tienen que atravesar por un detector de metales antes de entrar al hospital. Un precinto de la policía se encuentra cerca de la entrada.

Una enfermera con 15 años de experiencia en el County USC le dijo a la WSWS: "Nos falta personal. Muchas veces ni siquiera tenemos a la persona adecuada para cumplir un trabajo. A veces tampoco tenemos oficinistas.

"Yo soy encargada de la entrega y repartición de todas las medicinas de mi ala. Me toma muchísimo tiempo y me causa mucha tensión nerviosa. Muchas veces nos damos con contradicciones; a veces la dosis de la receta médica está equivocada. A veces los pacientes reciben la medicina que es para otra persona. Debido a que esto es una institución educativa, la mayoría de los doctores son internos; por lo tanto, sus pedidos a veces son erróneos.

"Las reducciones han afectado a las enfermeras enormemente. Muchas veces, los pacientes psiquiátricos nos llegan al ala de medicina interna porque no hay suficiente espacio. A veces también nos llegan pacientes de otros pisos. A veces, pues, nos lleva tiempo averiguar quien es el médico a cargo. Sin embargo, puesto que esto es un hospital público, tenemos que aceptar a todo el que llega".

En junio el Concilio de Supervisores del Condado de Los Ángeles votó unánimemente ponerle paro a atención médica no de emergencia a las personas que no son residentes del condado, inclusive a inmigrantes indocumentados, quienes no tienen seguro médico.

Juana y patricia, dos inmigrantes que reciben tratamiento en el USC County se expresaron ante la WSWS. Juana dijo que "Hay gente sin dinero para pagar por su medicina. Con las reducciones, ¿qué va a hacer la gente, sobretodo los inmigrantes?

Patricia añadió que "Todo el mundo que trabaja debería ser garantizado seguro médico. Es demasiado difícil para la gente que no está asegurada. Deberíamos tener seguro y poder consultar con el médico que nos plazca para no tener que venir aquí, porque uno no puede pagar".

"Mírenme a mí", añadió Patricia. "Uno va a una sola consulta con el doctor le sale por $190, sin contar la medicina, que también hay que pagar. La vida es muy difícil para mí. Hasta las necesidades básicas cuestan caro".

Juana dijo: "Este siempre ha sido un buen hospital para nosotras. Va a ser muy duro para la gente si hay más reducciones. Es muy difícil para los trabajadores indocumentados conseguir atención médica. Lo primero que le preguntan a uno es si está aquí ilegalmente. Y si uno es ilegal, sólo lo admiten en caso de emergencia".