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La gran traición del PLSS: Parte 4

Las consecuencias políticas de la traición del PLSS

Este cuarto y último artículo examina las repercusiones de la traición del PLSS y extrae las necesarias conclusiones políticas para la clase trabajadora en Sri Lanka e internacionalmente. La parte 1 de esta serie puede ser leída aquí, la parte 2 aquí, y la parte 3 aquí.

La traición del PLSS tuvo consecuencias políticas de largo alcance. En Sri Lanka, el completo abandono del PLSS del programa del socialismo internacionalista creó confusión y desorientación política entre los trabajadores y la juventud. Abrió la puerta a las venenosas políticas comunalistas que condujeron al final a la prolongada guerra civil en 1983, cobrando cientos de miles de vidas en el próximo cuarto de siglo.

En toda la región, los partidos estalinistas se encontraban en una crisis considerable luego del levantamiento de los trabajadores de Alemania Oriental en 1953; el "discurso secreto" del líder soviético Nikita Jrushov en 1956 en el que expuso algunos de los crímenes de Stalin; y la brutal represión de la rebelión de los trabajadores húngaros el mismo año. Las duras disputas entre la burocracia soviética y el liderazgo de China bajo Mao Zedong a comienzo de los sesentas condujeron a la escisión sino-soviética que sacudió a los partidos estalinistas a escala internacional.

En 1953, el PLSS se había puesto del lado de Michel Pablo y Ernest Mandel en contra del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI), el cual criticaba la falsa afirmación de Pablo y Mandel de que el estalinismo podría proyectar una orientación revolucionaria bajo la presión de masas. El PLSS, como la internacional pablista en conjunto, pronto empezó a cubrir los crímenes del estalinismo. En 1957, las delegaciones del PLSS visitaron Moscú y Pekín sin hacer mención de la represión contra la clase trabajadora húngara o el continuo encarcelamiento de los trotskistas en China.

La degeneración del PLSS y su entrada al gobierno de Bandaranaike en Junio de 1964 le dio a los partidos estalinistas un nuevo soplo de vida, particularmente en India en dónde una dañina escisión dentro del Partido Comunista de India (CPI) condujo a la formación del Partido Comunista de India - Marxista (CPM), alineado con Pekín, en 1964. La falta de una oposición trotskista ayudó a los estalinistas indios a sobrevivir la crisis y mantener su posición dominante de la clase trabajadora.

La variante maoísta del estalinismo, que se cubría falsamente con el manto del marxismo-leninista revolucionario, mientras denunciaba al "revisionismo soviético" implicaba un rechazo a la clase trabajadora y una orientación al guerrillerismo campesino. El estalinismo chino tiene una responsabilidad particular en el abyecto apoyo que el Partido Comunista Indonesio (PKI) otorgó al presidente indonesio Sukarno, lo cual condujo al sangriento golpe de estado organizado por la CIA en 1965-66 y las muertes de medio millón de miembros, trabajadores y campesinos del PKI.

La traición del PLSS era en gran medida responsable de que el maoísmo en Asia floreciera sin obstáculos, resultando en movimientos guerrilleros campesinos liderados por partidos maoístas en India, las Filipinas y Nepal.

Al mismo tiempo, la entrada del PLSS en el gobierno de Bandaranaike en 1964 produjo una respuesta diametralmente opuesta. El CICI fue el único en insistir que la degeneración del PLSS no fue producto del trotskismo, sino de su opuesto: el oportunismo pablista. Los principales arquitectos de la traición del PLSS, como explicaba el líder de la Liga Obrera Socialista (SLL, siglas en inglés) Gerry Healy, no estaban en Colombo sino en Paris en el pablista Secretariado Unido (SU).

Las acciones del PLSS fueron una poderosa vindicación de la lucha política del SLL contra la reunificación del estadounidense Partido de los Trabajadores Socialistas (SWP, siglas en inglés) con los pablistas el año anterior, la cual tuvo el rol clave en la formación del CICI en 1953,. El SU intentó suprimir cualquier crítica de la traición del PLSS dentro de sus filas. Dentro del PST, los derechos de los miembros que apoyaban al CICI fueron suspendidas por querer demandar una discusión partidaria interna. Ellos formaron el Comité Estadounidense por la Cuarta Internacional, el cual se convirtió en la Liga de los Trabajadores en 1966, la precursora del Partido Socialista de la Igualdad en los EE.UU. La intervención del SLL, en nombre del CICI, condujo también al renacimiento del trotskismo en Sri Lanka con la formación de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) en 1968. Aunque el PLSS (R) rompió con el PLSS luego de que se ratificara la traición en la conferencia de 1964, el partido continuó apoyando al pablista SU y a las políticas oportunistas que condujeron a que el PLSS entrara al gobierno de Bandaranaike.

El análisis del CICI llegó a las manos de un grupo de estudiantes y jóvenes trabajadores que se consideraban trotskistas y eran hostiles no sólo al PLSS, sino también al PLSS (R). Luego de hacer contacto con el SLL en 1966, el grupo sistemáticamente estudió los documentos de la lucha del CICI contra el Pablismo y comenzó a publicar el periódico Virodhaya.

Dentro del PLSS (R), Wilfred "Spike" Perera -quién había sido miembro del Partido Bolchevique Leninista de India (PBLI)- se opuso a la orientación del liderazgo del partido y colaboró con el grupo Virodhaya. Durante una visita de Ernest Mandel a Sri Lanka en 1967, Spike acusó al SU de ser "responsable directo de la degeneración y del debacle final del PLSS". Posteriormente fue intimidado por sus ideas y abandonó al PLSS (R) luego de realizar una resolución para que el partido se adhiriera al CICI.

Desde el comienzo, la LCR tuvo que nadar contra la corriente. En medio de la guerra de Vietnam y la creciente acción de la clase trabajadora internacional, los sesentas y setentas fueron marcados por la efusión de diversas formas de radicalismo de clase media, incluyendo a Sri Lanka. Con el aval de los pablistas, figuras como el Che Guevara, Mao Zedong y Ho Chi Minh se volvieron íconos populares.

La característica primordial de todas estas tendencias políticas era su rechazo de la movilización independiente de la clase trabajadora y su giro hacia otras fuerzas clasistas; sea el campesinado en los países capitalistas atrasados o los estudiantes y los varios movimientos basados en la política de identidad en los principales centros imperialistas.

El LCR ejerció una lucha consistente y determinada por el trotskismo en circunstancias difíciles en las que el PLSS y el PLSS (R) aún dirigían una influencia considerable en la clase trabajadora y nuevos partidos basados en políticas radicales comunalistas parecían tener más éxito. Encabezado por su jovencísimo secretario general Keerthi Balasuriya, elegido al puesto en 1968 a la edad de tan sólo 19, el LCR se diferenció de todos aquellos que afirmaban representar al marxismo.

La traición del PLSS abrió la puerta a la formación del Janatha Vimukthi Peramuna (JVP), o el Frente de Liberación Popular, en 1966. Su mezcla ecléctica del maoísmo, el castrismo y el populismo cingalés obtuvo el apoyo de la descontenta juventud rural cingalesa al sur de la isla. Balasuriya escribió una larga serie de artículos sobre la naturaleza y política de clase del JVP, en las que desacreditaba a sus teorías antimarxistas, exponía su hostilidad a la clase trabajadora y advertía de que su retórica antitamil presagiaba su posible degeneración en una organización de corte fascista.

Basándose en su teoría de la "lucha armada", el JVP lanzó un "levantamiento" aventurista contra el segundo gobierno de coalición del PLSL - en que participan el PLSS y el estalinista Partido Comunista- que llegó al poder en 1970. El gobierno aplastó brutalmente la revuelta en abril de 1971, matando a un estimado de 15,000 jóvenes rurales y encarcelando a otros 30,000. A pesar de sus fundamentales diferencias políticas con el JVP, el LCR tomó una posición de principios y se opuso a la represión estatal. Sus publicaciones fueron prohibidas y el partido obligado a operar clandestinamente. Dos miembros del LCR fueron arrestados y murieron en custodia policial.

Tras aplastar al levantamiento del JVP, el gobierno del PLSL, en el cual tres ministros del PLSS tenían puestos claves, promulgó medidas discriminatorias contra la minoría tamil, personificadas en una nueva constitución comunalista que consagraba al cingalés como el lenguaje del estado y al budismo como la religión del estado. En medio de la amplia revulsión hacia el gobierno de "izquierda" y sus ministros "trotskistas", la descontenta juventud tamil giró hacia las organizaciones armadas separatistas, como los Tigres de Liberación del Tamil Eelam (TLTE) quienes citaban a la traición del PLSS para denunciar al trotskismo y al marxismo.

La coalición liderada por el PLSL se vio obligada a salir del gobierno en una abrumadora derrota en 1977 en medio de la amplia hostilidad entre la clase trabajadora al desastre social y económico que presidió. El gobierno del derechista Partido de Unidad Nacional (PUN) fue uno de los primeros en el mundo en adoptar una reestructuración promercado, ocasionando una huelga general en 1980 por empleos y salarios. Con la asistencia del PLSS, el PC y el PLSS (R), el gobierno infringió una aplastante derrota a la clase trabajadora al despedir a 100,000 empleados del sector público. El JVP se opuso a la huelga y no permitió a sus sindicatos de que formaran parte.

El recurso del PNU a las provocaciones antitamiles- que culminaron en los pogromos de 1983, en los que cientos fueron asesinados- sumió a la isla en una prolongada y devastadora guerra civil. El LCR fue el único partido político en oponerse a la guerra, exigió el retiro incondicional de las tropas del Norte y del Este y defendió los derechos democráticos de los tamiles mientras que al mismo tiempo se opuso al programa separatista del TLTE y otros partidos tamiles.

Tras cinco décadas de la traición del PLSS, es instructivo extraer un balance político. Todos esos individuos y partidos que fueron ensalzados como grandes "revolucionarios" en los sesenta y setenta produjeron un absoluto desastre para la clase trabajadora.

La burocracia estalinista soviética llevó a cabo su acto final de traición en 1991 al aprobar abiertamente la restauración capitalista y la disolución de la Unión Soviética, conduciendo a un terrible retroceso social en las antiguas repúblicas soviéticas. El liderazgo maoísta en China hizo las paces con el imperialismo mediante el encuentro Nixon-Mao en 1972, allanando el camino para el restablecimiento de las relaciones capitalistas y la transformación del país entero en una plataforma masiva de mano de obra barata para las corporaciones globales.

En oposición a la ola de pesimismo universal en los círculos radicales pequeño-burgueses, solamente el CICI insistió que el colapso de la Unión Soviética no representó el fracaso del socialismo, sino del estalinismo. La globalización de la producción había socavado profundamente a todos los partidos, los estados y las organizaciones que estaban basados en el programa de la regulación y reforma económica nacional. Más aún, el CICI advirtió que el fin de la Unión Soviética, lejos de marcar un nuevo comienzo de paz y prosperidad, presagiaba una profundización de la crisis del capitalismo mundial, el crecimiento de las tensiones geopolíticas y la guerra; así como un asalto más intenso a la posición social de la clase trabajadora.

Los herederos de Castro y Ho Chi Minh en Cuba y Vietnam han seguido los mismos senderos que los maoístas en China: abrir sus economías a los inversionistas extranjeros. El PCM indio ha implementado la misma estrategia antiproletaria en los estados indios de Bengala Occidental y Kerala. Uno tras otro, los defensores de la "lucha armada" fueron acordando acercamientos con el imperialismo y su propia burguesía nacional, cambiando sus atuendos militares por trajes de negocios y asientos parlamentarios. Los maoístas de las Filipinas están completamente integrados al establishment político, mientras que sus contrapartes en Nepal asumieron las riendas del gobierno en 2008.

Dentro de Sri Lanka, el panorama político ha pasado por una transformación. El PLSS es un limón exprimido que ya no cumple alguna otra función de utilidad para la burguesía. Sólo existe como un apéndice político del PLSL, el cual sanciona todas las políticas criminales del gobierno de Rajapakse. El PLSS (R) sufrió una serie de escisiones en los setenta y, después de su rechazo a apoyar a la huelga general de 1980, perdió cualquier vinculación a la clase trabajadora y desapareció sin dejar rastro.

Las políticas del PLSS del formar coaliciones y de colaboración de clase son continuadas hoy por el Partido Nava Sama Samaja (PNSS) y sus disidentes en el Partido Socialista Unificado (PSU), cuyos líderes permanecieron dentro del PLSS por más de una década luego de la traición de 1964. Luego de haber promovido por años al PLSL como el "mal menor" en comparación con el derechista PNU, el PNSS y el PSU se encuentran ahora en una alianza de facto con el PNU, proclamándolo como la "alternativa democrática" al "dictatorial" gobierno del PLSL.

Confirmando los análisis que Keerthi Balasuriya había hecho, el JVP jugó un rol particularmente reaccionario en los años ochenta. Avivó una campaña de índole fascista contra el acuerdo Indo-Lanka que allanó el camino para que las "fuerzas de paz" desarmen al TLTE. Pistoleros del JVP asesinaron a cientos de opositores políticos y trabajadores que rechazaron apoyar sus huelgas y protestas "patrióticas". Estas acciones no previnieron de que el JVP sea integrado al establishment político luego de que el PLSL llegara al poder en 1994 y se uniera al gobierno dirigido por el PLSL en el 2004.

El TLTE, actuando en nombre de la burguesía tamil, buscó en varias ocasiones el apoyo del imperialismo para convertir al Norte y Este de la isla en un estado capitalista separatista tamil y una nueva fuente de mano de obra barata. Sus peticiones, sin embargo, cayeron en oídos sordos ya que India, con el apoyo de EE.UU., temía que esto conduciría a que se realicen agitaciones separatistas dentro de su nación. La derrota del TLTE en el 2009 a manos del ejército de Sri Lanka no fue un asunto primariamente militar, sino que provenía de la bancarrota de su estrategia política burguesa. El TLTE era incapaz de hacer algún llamado a los trabajadores tamiles, ni qué decir al resto de la clase trabajadora en la isla, en India o internacionalmente; la organización fue reducida a realizar impotentes llamados a EE.UU. y otras potencias que apoyaban a la guerra de Colombo.

El CICI y la LCR, ahora el Partido Socialista de la Igualdad de Sri Lanka, han sido los únicos en luchar por unir a la clase trabajadora sobre la base del internacionalismo socialista, rechazando a todas las formas de nacionalismo y comunismo. El PSI fue guiado por la Teoría de la Revolución Permanente de León Trotsky, el cual demostró la inhabilidad de cualquier sección de la burguesía en los países capitalistas atrasados para ejercer una lucha consistente contra el imperialismo o de llevar a cabo las tareas democráticas o sociales. La perspectiva del PSI está encarnada en su lucha por una República Socialista de Sri Lanka y Eelam, como parte de la lucha por el socialismo en Asia del Sur e internacionalmente.

Esta lucha política toma una significancia política particular el día de hoy. El colapso del capitalismo que comenzó con la crisis financiera global del 2008 ha exacerbado fuertemente las tensiones geopolíticas y la erupción del militarismo mientras que al mismo tiempo los gobiernos de cada país imponen estrategias de "austeridad" sobre el pueblo trabajador. El imperialismo estadounidense, que ya ha desestabilizado a la región con sus invasiones de Afganistán e Irak, ejerce ahora una nueva y más peligrosa guerra en el Medio Oriente, una confrontación con Rusia por Ucrania y un "reacomodo de Asia" cuyo objetivo es debilitar políticamente y rodear militarmente a China. Un siglo después del estallido de la Primera Guerra Mundial y 75 años después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la amenaza de una tercera confrontación global se vislumbra.

Sri Lanka se encuentra atrapada en este remolino de rivalidades geopolíticas. Como sus contrapartes internacionales, varios partidos de pseudo-izquierda que fingían ser "antiimperialistas" ahora se ponen en fila con una u otra facción de la clase capitalista a medida que maniobran por el apoyo a las potencias imperialistas. El alineamiento más revelador es el del PNSS y el PSU con el PNU, infamemente conocido por sus lazos con el imperialismo estadounidense.

El CICI es la única organización sobre la faz de la tierra que lucha por construir un movimiento antibélico unificado de la clase trabajadora internacional para terminar con el deslizamiento hacia la guerra mundial aboliendo al capitalismo, la causa primordial de la guerra. La prolongada y difícil lucha política del LCR/PSI contra las consecuencias de la traición del PLSS contiene muchas lecciones vitales para la clase trabajadora en Sri Lanka, Asia del Sur y por todo el mundo. Este registro ha sido detallado en Las fundaciones históricas e internacionales del Partido Socialista de la Igualdad (Sri Lanka). Urgimos a todos los trabajadores y jóvenes que buscan una salida de la catástrofe que está siendo preparada por el capitalismo de que estudien estas lecciones políticas y se unan para construir al CICI en Asia e internacionalmente.

Concluido.

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