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Europa y Estados Unidos en forcejeo por guerra económica de Washington contra Irán

La imposición de Washington de nuevas sanciones a Irán, destinadas a estrangular su economía y provocar un cambio de régimen en Teherán, está estremeciendo la geopolítica mundial.

A partir de hoy, Estados Unidos está embargando todas las exportaciones de energía iraní y está dejando a Irán fuera del sistema financiero mundial dominado por EUA, con el objetivo de paralizar el resto de su comercio y negarle el acceso a maquinaria, repuestos e incluso alimentos básicos y medicamentos.

Al hacerlo, el imperialismo estadounidense está actuando bajo ley propia. Las sanciones son evidentemente ilegales y en virtud del derecho internacional equivalen a una declaración de guerra. Violan el acuerdo nuclear de Irán respaldado por el Consejo de Seguridad de la ONU en 2015, el Plan de Acción Integral Conjunto (JCOPA, por su sigla en inglés), un acuerdo que se negoció a instancias de Washington y bajo sus medidas de presión, incluidas amenazas de guerra.

Todas las demás partes firmantes del JCOPA (Rusia, China, Reino Unido, Francia, Alemania y la UE), así como la Agencia Internacional de Energía Atómica, encargada de verificar el cumplimiento por parte de Irán, están convencidas de que Irán ha cumplido estrictamente con sus obligaciones en el acuerdo. Esto incluye el desmantelamiento de gran parte de su programa nuclear civil y restricciones abrumadoras al resto.

Sin embargo, habiendo renunciado al JCOPA, Washington ahora está imponiendo con coctel de sanciones secundarias para obligar al resto del mundo a unirse a su embargo ilegal e instigar un cambio de régimen. Las empresas y los países que comercien con Irán o incluso que hagan negocios con las entidades que comercien con Irán serán excluidos del mercado estadounidense y estarán sujetos a multas masivas y otras sanciones. De manera similar, los bancos y las aseguradoras de fletes que tengan negocios con empresas que comercien con Irán o incluso con otras instituciones financieras que faciliten el comercio con Irán estarán sujetos a castigos y sanciones secundarias por parte de EUA.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien al igual que el presidente estadounidense Donald Trump ha amenazado repetidamente con atacar a Irán y ordenó ataques militares contra las fuerzas de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán en Siria, calificó las sanciones estadounidenses como "históricas". Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, otros Estados clientelares de EUA, se están comprometiendo a aumentar su producción de petróleo para compensar las deficiencias causadas por el embargo de las exportaciones petroleras iraníes.

Pero la guerra económica de Estados Unidos contra Irán no solo está exacerbando las tensiones en Oriente Próximo. También está afectando las relaciones entre los Estados Unidos y las otras grandes potencias, especialmente Europa.

El viernes, los ministros de relaciones exteriores de Reino Unido, Francia y Alemania y la titular de política exterior de la Unión Europea (UE), Frederica Mogherini, emitieron una declaración en la que reafirmaron su apoyo al JCOPA y prometieron eludir y desafiar las sanciones estadounidenses. "Es nuestro objetivo", declararon, "proteger a los operadores económicos europeos que realizan negocios legítimos con Irán, de conformidad con la legislación de la UE y con la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU".

Declararon su compromiso de preservar los "canales financieros con" Irán, permitiéndole continuar exportando petróleo y gas, y trabajando con Rusia, China y otros países "interesados en apoyar el JCPOA".

La declaración enfatizó la "determinación colectiva e inquebrantable” de las potencias europeas de hacer valer su derecho a "ejercer un comercio legítimo" y, con ese fin, proceder con el establecimiento de un Vehículo de propósito especial (SPV, por su sigla en inglés) que les permita a las empresas europeas y de otros países, incluidos potencialmente Rusia y China, realizar transacciones comerciales con Irán utilizando el euro o algún otro medio de cambio que no sea el dólar estadounidense, fuera del sistema financiero mundial dominado por Estados Unidos.

La declaración del viernes fue en respuesta a una serie de declaraciones amenazadoras de Trump, el secretario de Estado, Mike Pompeo, y otros altos funcionarios de la administración, ese mismo día. Detallaron las nuevas sanciones estadounidenses y reafirmaron la resolución de Washington de hacer estrellar la economía de Irán e imponer castigos agresivos a cualquier compañía o país que no cumpla con las sanciones.

En respuesta a una pregunta sobre el SPV europeo, el secretario del Tesoro de EUA, Steven Mnuchin, dijo que "no tenía ninguna expectativa" de que logre convertirse en un conducto comercial "significativo" y añadió, "pero, si se realizan transacciones que tengan la intención de evadir nuestras sanciones, buscaremos agresivamente otros de nuestros remedios".

Los funcionarios de Trump también notificaron que sancionarán a SWIFT, la red con sede en Bruselas que facilita las comunicaciones interbancarias seguras, y a los banqueros europeos que conforman la mayoría de sus directores si no expulsan rápidamente a todas las instituciones financieras iraníes de la red.

A fin de subrayar el desdén de Washington por los europeos, la Administración de Trump no incluyó a ningún eEtado de la UE entre los ocho países a los que se les otorgarán "exenciones" temporales sobre la aplicación total del embargo de las importaciones de petróleo de los Estados Unidos.

Alemania, Reino Unido, Francia y la UE no son menos rapaces que Washington. Las grandes potencias de Europa se están rearmando frenéticamente, han ayudado a encabezar los enfrentamientos bélicos de la OTAN contra Rusia y en las últimas tres décadas han librado numerosas guerras e intervenciones neocoloniales en Oriente Próximo y el norte de África, desde Afganistán y Libia hasta Mali.

Pero se resienten y temen las consecuencias de la ofensiva provocativa del Gobierno de Trump contra Irán. Se resienten porque el retiro de Washington del acuerdo nuclear ha socavado los planes del capital europeo de capturar una posición privilegiada en el mercado interno de Irán y explotar las ofertas iraníes de concesiones masivas de petróleo y gas natural. Y temen porque la confrontación de Estados Unidos con Irán amenaza con iniciar una guerra que invariablemente detonaría una conflagración en todo Oriente Próximo que provocaría una nueva crisis de refugiados, un aumento masivo en los precios del petróleo y, por último, un nuevo reparto de la región bajo condiciones en las que las potencias europeas aún carecen de los medios militares necesarios para determinar independientemente el resultado.

Hasta la fecha, la Administración de Trump ha tomado una actitud altanera, incluso arrogante, ante las declaraciones europeas de oposición a las sanciones estadounidenses. Trump y los otros halcones militaristas antiiraníes, como Pompeo y el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, quienes dirigen la Administración, se sienten alentados por el hecho de que numerosas empresas europeas han votado a favor de y ya han cortado los lazos con Irán, por temor a verse afectados por las sanciones de EUA.

El Financial Times informó la semana pasada que, debido a que temen las represalias estadounidenses, ningún Estado europeo ha aceptado albergar el SPV, que, según las últimas declaraciones de la UE, no estará en funcionamiento hasta el próximo año.

Las dificultades y vacilaciones europeas son reales, pero también reflejan la enormidad y la explosividad de los cambios geopolíticos que están en marcha.

Si bien los líderes corporativos europeos, cuyo enfoque está en maximizar la participación de mercado y las ganancias de los inversores en los próximos trimestres comerciales, se han doblegado ante la amenaza de las sanciones, los líderes políticos, encargados de desarrollar e implementar la estrategia imperialista, han llegado a la conclusión de que deben interponerse en el rumbo de Washington.

Esto se trata de Irán, pero también de desarrollar los medios para evitar que EUA imponga sanciones unilaterales para dictar la política exterior de Europa, incluido el intento de frustrar el Nord Stream 2 (el proyecto del gasoducto que transportará gas natural ruso a Alemania por debajo el mar Báltico y que Trump ha denunciado repetidamente).

Dado que la capacidad de Washington para imponer sanciones unilaterales se basa en la posición del dólar estadounidense como la moneda de las reservas mundiales y en la dominación estadounidense del sistema bancario mundial, cualquier desafío europeo a las sanciones estadounidenses implica necesariamente enfrentar estos elementos clave del poder global estadounidense.

Las potencias imperialistas europeas están tomando este camino porque, al igual que todas las grandes potencias, están sumidas en una frenética lucha por mercados, ganancias y ventajas estratégica, contra el trasfondo de una ruptura sistémica del capitalismo mundial. Al encontrarse atrapadas entre el surgimiento de nuevos poderes y un EUA que depende cada vez más de la guerra para contrarrestar la erosión de su poder económico y que está persiguiendo despiadadamente sus propios intereses a expensas de enemigos y supuestos aliados, los europeos, liderados por el imperialismo alemán está tratando de desarrollar los medios económicos y militares para hacer valer sus propios intereses depredadores independientemente de, y cuando sea necesario, contra los Estados Unidos.

Los elementos que buscan desarrollar el SPV son muy conscientes de esto y han declarado públicamente que no lo limitarán a Irán.

Hablando el mes pasado, solo unas pocas semanas después de que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, usara su discurso sobre el Estado de la UE para pedir medidas que garanticen un desempeño más global del euro, el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, proclamó la "crisis con Irán” como una “oportunidad para que Europa tenga sus propias instituciones financieras independientes, de modo que podamos comerciar con quien queramos".

El SPV, agregó la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, Agnès von der Muhll, "apunta a crear una herramienta de soberanía económica para la Unión Europea ... eso protegerá a las empresas europeas en el futuro de los efectos de las sanciones extraterritoriales ilegales".

Los estrategas del imperialismo estadounidense también son conscientes de que el SPV es un desafío que va más allá de la política del Gobierno de Trump hacia Irán. La exfuncionaria de la Administración de Obama, Elizabeth Rosenberg, quien expresó en Foreign Affairs el mes pasado su grave preocupación por las sanciones unilaterales de la Administración de Trump que están causando que la UE colabore con Rusia y China para desafiar a Washington, y está incitando un desafío europeo al dominio financiero estadounidense. Bajo condiciones en las que Rusia y China ya están tratando de desarrollar sistemas de pagos que eviten los bancos occidentales y el futuro promete mayores desafíos para la supremacía del dólar y del sistema financiero global liderado por Estados Unidos, "es preocupante", lamenta Rosenberg, "que Estados Unidos está acelerando esta tendencia".

Con sus esfuerzos para estrangular la economía de Irán y empobrecer aún más a su gente, la Administración de Trump ha desatado los perros de la guerra. Cualquiera que sea el impacto de las sanciones, Washington ha comprometido su prestigio y su poder para someter a Teherán y hacer que el resto del mundo sea cómplice de sus crímenes. El peligro de otra catastrófica guerra en Oriente Próximo es cada vez mayor, mientras que el antagonismo creciente entre Europa y EUA y el deslizamiento de las relaciones interestatales globales a un manicomio de todos contra todos está preparando el escenario, de no concretarse la intervención revolucionaria de la clase obrera internacional, de una conflagración global que empequeñecería incluso las guerras mundiales del siglo pasado.

(Publicado originalmente en inglés el 5 de noviembre de 2018)

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