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Cisjordania bajo brutal represión según Netanyahu promete mayor apropiación de tierras

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, autorizó una represión militar del territorio palestino de Cisjordania.

El asalto estuvo calculado para apelar a las fuerzas ultranacionalistas israelíes a expensas de sus socios fascistizantes de la coalición oficialista, quienes están compitiendo por quién puede implementar la política más agresiva contra los palestinos.

En los días siguientes, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevaron a cabo una serie de operaciones militares, matando a seis y arrestando por lo menos a 100 personas en manifestaciones que estallaron contra la brutalidad israelí en las ciudades de Nablus, Tulkarem, Ramala, Hebrón y al-Bireh. Uno de los arrestados e Hebrón es el legislador palestino, Mohamed Ismail Al-Tal.

El ataque comenzó después de un tiroteo realizado desde un automóvil el 9 de diciembre cerca de la ciudad cisjordana de Ofra en el que siete israelíes quedaron heridos, incluyendo una mujer embarazada cuyo bebé fue extraído mediante una cesárea, pero murió luego. Los líderes colonizadores exigieron “ver sangre terrorista”. El hijo de Netanyahu, Yair, hizo eco de los llamados de venganza, siguiendo una serie de publicaciones en redes sociales, exigiendo la expulsión de todos los palestinos y escribiendo que quisiera que los musulmanes dejaran Israel. El bloqueo temporal de Facebook por romper las normas de discurso de odio solo sirvió para convertirlo en un mártir entre fascistas israelíes.

El miércoles, las fuerzas de seguridad israelíes persiguieron a Salah Barghouti, un joven de 29 años que vivía cerca de Ramala. Abrieron fuego contra su auto antes de arrestarlo y matarlo. La familia negó que tuviera algo que ver con el tiroteo, señalando que no había intentado esconderse. El siguiente día, el conflicto escaló después de que palestinos mataran a tiros a dos soldados israelíes e hirieran a otros dos, disparando desde un carro cerca de una parada de bus en el asentamiento ilegal de Ofra. Como parte de un frenesí mediático, hubo llamados de varias figuras ultraderechistas a legalizar todo el asentamiento como represalia por el ataque.

Las FDI montaron una provocación de plena escala invadiendo el Territorio A, la cual está supuestamente bajo control completo de la Autoridad Nacional Palestina. Las FDI bloquearon la ciudad de Ramala, la sede de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), por dos días, recrudeciendo las tensiones en toda Cisjordania. Llevaron a cabo arrestos masivos de 40 palestinos, principalmente miembros de Hamas, el grupo burgués islamista que controla Gaza.

Las fuerzas de seguridad de la ANP presuntamente se escondieron durante la presencia militar de Israel en las calles. El presidente de la ANP, Mahmud Abás, condenó los ataques palestinos, mientras que culpaba estrictamente las redadas israelíes por causar el enojo popular.

El mismo día, las fuerzas de seguridad israelíes mataron a Ashraf Naalwa, de 23 años, quien sospechaban de haber disparado y atado a dos israelíes en la planta industrial del asentamiento Barkan en octubre. Irrumpieron a la fuerza en una casa en el campo de refugiados Askar al-Jadid, cerca de la ciudad norteña de Nablus, desatando un largo tiroteo. Luego, las tropas utilizaron municiones reales o balas de hierro cubiertas con goma para reprimir a multitudes de palestinos que protestaban enojadamente el asesinato de Naalwa, dejando al menos a 11 manifestantes heridos.

Cerca de una planta de aluminio en al-Bireh, soldados israelíes dispararon contra Hamdan al-Arda, un residente de 58 años de la comunidad norteña de Arraba, acusándolo de intentar atropellar a soldados con su auto. Al-Arda murió después de que los soldados se rehusaron a permitir que médicos palestinos lo atendieran. Testigos le dijeron a la agencia noticiosa Ma ’an “que el incidente fue meramente un accidente de tránsito y que, sorprendido por la presencia de soldados israelíes, quien tenía problemas de escucha, solo intentó apartarse cuando ya abrían fuego, una descripción de los hechos también respaldada por el Canal 10 de Israel. Varios reportes indicaron que las fuerzas israelíes utilizaron drones para lanzar gases lacrimógenos contra protestantes que llegaron después del asesinato.

El viernes, las FDI dispararon y mataron a Mahmud Yousef Nakhla de 18 años en el campamento para refugiados Jalazone, cerca de Ramala. Los palestinos tomaron las calles en protesta. Las FDI respondieron con granadas de concusión y balas de hierro cubiertas con goma para dispersarlos. Al menos seis palestinos fueron heridos por las balas, docenas más sufrieron de inhalación de gas y 57 fueron arrestados.

Mientras tanto, en Gaza, las FDI dispararon e hirieron a 75 palestinos, incluyendo cinco paramédicos y dos fotoperiodistas, durante las protestas semanales el viernes— realizadas la semana pasada bajo la consigna del “derecho legítimo a la resistencia”— que comenzaron en marzo contra el bloqueo israelí del territorio. Desde su inicio, las fuerzas israelíes han matado a 235 palestinos y herido a 7.000 con balas reales. Al menos 1.000 sufrirán discapacidades permanentes.

En las primeras horas del sábado, 700 efectivos de las FDI sitiaron el campamento de refugiados al-Amari y demolieron un edificio de cuatro pisos, donde vivía Umm Nasser Abu Hmeid después de echar a los residentes a la calle sin darles siquiera la oportunidad de que se pusieran ropa caliente o alistaran sus posesiones. Esto fue un castigo por el asesinato de un soldado israelí en mayo, presuntamente por el hijo de Umm Nasser, Islam. En al menos tres ocasiones detuvieron a ambulancias de la Media Luna Roja palestina cuando intentaban evacuar a una mujer embarazada que había entrado en trabajo de parto.

Una corte israelí dio luz verde a la demolición como “medida disuasoria” de ataques futuros, una violación flagrante del derecho internacional, el cual prohíbe los castigos colectivos. Umm Nasser se ha enfrentado a décadas de opresión israelí. Tras dar luz a 12 hijos, 10 hombres y 2 mujeres, seis de ellos, incluyendo Islam, están en cárceles israelíes, y cuatro de ellos bajo cadena perpetua. En 1994, soldados israelíes asesinaron a otro hijo. Como le dijo al Middle East Eye, “No hay hogar en Palestina que no se haya visto afectado de alguna manera por la ocupación. Mi familia ha pasado por todo con la ocupación israelí y también sobrellevaremos esto”.

Los palestinos no solo se han enfrentado a las FDI, sino también a colonizadores israelíes, quienes han atacado carros y civiles dentro de Cisjordania desde el jueves, disparando e hiriendo al menos a un palestino. Los colonizadores de Ofra llevaron a cabo una embestida contra todo el pueblo de Ein Yabroud, al noreste de Ramala, disparando contra hogares palestinos y provocando enfrentamientos. Muchos de los ataques se llevaron a cabo a plena vista de soldados israelíes que no hicieron nada para detenerlos. Un grupo ultraderechista colocó pósteres por toda Cisjordania exigiendo el asesinato del presidente de la ANP, Mahmud Abás.

Los palestinos que protestaban en la ciudad Hebrón también se enfrentaron con la violencia de las fuerzas de seguridad de la ANP, las cuales atacaron a los manifestantes, detuvieron a varios y previnieron que los periodistas filmaran lo que acontecía.

Netanyahu siguió la brutal represión con una promesa de expandir los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén del Este, que Israel anexó ilegalmente después de invadirlo durante la guerra de junio de 1967. El jueves, anunció su intención de legalizar miles de hogares judíos construidos en asentamientos en Cisjordania que previamente fueron declarados ilegales bajo leyes israelíes. Además, está ejecutando planes para redefinir las fronteras de Jerusalén para excluir a los residentes palestinos. Netanyahu declaró que aceleraría las demoliciones de residencias familiares de palestinos sospechados de atacar a israelíes.

Durante un viaje a Cisjordania, dijo, “Reforzaremos los asentamientos aún más, como lo hemos hecho ahora, y tomaremos todos los pasos necesarios contra el terrorismo”. Añadió: “No toleraremos el terrorismo, ni de Gaza ni de Cisjordania. Lo derrotaremos con un puño fuerte”.

Luego, enalteció a “los residentes de los asentamientos, quienes muestran fuerza y perseverancia en cara a un terrorismo asesino, y los comandantes y soldados de las FDI que protegen a todos los ciudadanos del país a todas horas y todo el año”.

Netanyahu se enfrenta a la posibilidad de ser enjuiciado por varios cargos de aceptar sobornos y corrupción. Encabeza una coalición ultraderechista sumida en conflictos y que apenas cuenta con una mayoría de un legislador en la Knéset tras la renuncia de Avigdor Lieberman, su ministro de defensa y líder del partido Israel Beiteinu (Israel es Nuestro Hogar). El religioso Agudat Yisrael, el cual forma parte del partido Yahadut Hatorah (Judaísmo Unido de la Torá), ha amenazado con dejar la coalición si Netanyahu promulga un proyecto de ley que incluye a los ultraortodoxos en el servicio militar obligatorio, como lo requirió la Corte Suprema con la fecha límite del 16 de enero.

Al mismo tiempo, Netanyahu encara un malestar social cada vez mayor dentro de Israel, alimentado por la desigualdad social, las alzas de los precios y las protestas de los “chalecos amarillos” en Francia, las cuales llevaron a cientos de manifestantes a tomar las calles de Tel Aviv la semana pasada.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 20 de diciembre de 2018)

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