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Nissan anuncia despidos de 1.000 trabajadores automotores mexicanos

El jueves pasado, Nissan anunció que despediría a 1.000 trabajadores en sus plantas en Aguascalientes y Morelos, situadas en el centro de México, por lo que la compañía llamó “condiciones difíciles de mercado”. Los recortes surgen después de casi 15.000 despidos por parte de General Motors (GM) y amenazados cortes labores por parte de Ford como parte de una nueva reestructuración de la industria automotriz.

Dada la compleja cadena logística de autos, los despidos tendrán un efecto devastador para decenas de miles de trabajadores automotores a lo largo de Norte América. Actualmente, Nissan vende uno de cada cinco autos en México y emplea a unos 17.000 trabajadores en el país. En Aguascalientes, Nissan tiene tres armadoras que emplean a 8.000 obreros y a 37.000 más de manera indirecta por medio de cientos de plantas de partes que suministran las plantas. La armadora CIVAC en Cuernavaca cuenta con alrededor de 3.500 obreros y es el empleador directo e indirecto más importante de Morelos.

Junto con los recortes, los cuales tomarán efecto en enero, Nissan anunció que disminuirá la producción de dos plantas como resultado de una desaceleración en los mercados estadounidenses y mexicanos. Las ventas de la empresa cayeron por un 14 por ciento de enero a diciembre de este año, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA). La compañía no ha especificado cuantos trabajadores serán despedidos en cada planta.

Los recortes laborales dejarán a miles de familias ya vulnerables por una nueva fuente de ingresos bajo condiciones de una gran necesidad social. Según las figuras del gobierno, Aguascalientes tuvo una taza de pobreza de un 30 por ciento en 2016, y casi la mitad de la población tuvo por lo menos una carencia social, definida por la falta de alimentos adecuados, educación y otros servicios sociales. En Morelos, casi la mitad de la población vive en pobreza y alrededor del 75 por ciento tiene por lo menos una deficiencia social.

Los recortes deben ser vistos no como un evento estatal o nacional, sino como parte de un ataque internacional contra la clase obrera. Mientras que ganan beneficios masivos, las corporaciones están tomando la ofensiva al exigir más concesiones en salarios y condiciones laborales. Los fondos liberados serán utilizados para continuar un programa de recompras de acciones para enriquecer los portafolios de los accionistas acaudalados.

Hace cuatro semanas, GM anunció que cerraría cinco plantas en EE.UU y Canadá, eliminando unos 15.000 empleos en áreas ya muy desindustrializadas. Esto fue seguido por el banco de Wall Street Morgan Stanley previendo que Ford hará 25.000 recortes. Anteriormente este año, unos 950 trabajadores automotores mexicanos de Volkswagen y Audi fueron despedidos, así como 500 obreros en la planta Nissan CIVAC en Morelos.

Los mercados financieros han celebrado los despidos anunciados, con las acciones de la empresa aumentando por casi 7 por ciento después del anuncio de la empresa. Este ataque contra los trabajadores toma lugar bajo condiciones en las que las empresas siguen amasando miles de millones en beneficios, con GM esperando ganar 10 mil millones de dólares y Nissan 4,5 mil millones de dólares en beneficios en 2018.

En respuesta a estos recortes despiadados, los sindicatos nacionalistas en cada país han defendido el “derecho” de las empresas a destruir empleos y atacar las condiciones laborales para maximizar los beneficios de los inversionistas. Lejos de una lucha organizada para defender empleos, la respuesta del Sindicato Independiente de los Trabajadores de Nissan después de la última ronda de recortes en marzo fue simplemente una promesa de añadir a los obreros a una lista para ser contratados primero por la empresa.

Las políticas procapitalistas de los sindicatos son combinadas con un chauvinismo tóxico para convencer a los trabajadores que sus enemigos no son las élites que acumulan toda la riqueza de la sociedad, sino los trabajadores pobres en otros países que son explotados por las mismas empresas en diferentes segmentos del proceso de producción.

El gobierno de Aguascalientes, como su contra parte en Morelos, aunó esfuerzos para atraer a las armadoras al estado. Nissan abrió su primera planta en Aguascalientes en 1992 y su segunda en el 2013. Su tercera planta, operando en conjunto con Daimler, comenzó operaciones en diciembre de 2017. La planta CIVAC en Morelos abrió sus puertas en 1966 y les paga a los trabajadores automotores entre los salarios más altos en el país con casi USD$21 por día (419 pesos mexicanos).

Ahora, el gobierno estatal de Aguascalientes busca contener el enojo al anunciar apoyo limitado para las miles de familias afectadas. La gobernadora Alma Hilda Medina Macías anunció una feria de trabajo en enero, la cual, como saben los trabajadores, no es una promesa de seguridad laboral o de ganar un salario igual, sin hablar de uno más alto.

Los trabajadores automotores son un motor clave de la economía. México es el séptimo productor de autos más grande del mundo, con la industria automotriz contribuyendo un 3,7 por ciento del PIB en 2017. El sector automotor es el cuarto empleador más grande de México y cuenta entre sus fuerzas unos 700.000 trabajadores automotores.

Los trabajadores automotores deben usar su objetiva fuerza económica y social para ponerle fin a los ataques a sus condiciones de vida. Deben unirse con otros sectores de trabajadores, en México e internacionalmente, que encaran las mismas dificultades y tienen los mismos intereses de clase —trabajos seguros y bien remunerados, pensiones totalmente financiadas, un fin al ataque contra los inmigrantes, y billones para la infraestructura, la salud y la educación.

Como lo demuestra este último ataque contra los puestos de empleo, la crisis del sistema capitalista afecta a trabajadores en cada país. Nissan, GM y Ford con corporaciones internacionales que no pueden ser enfrentadas con una estrategia nacional. Todos los trabajadores automotores deben estudiar la resolución que fue aprobada por trabajadores automotores en Detroit, Michigan para formar comités de acción de las bases, independientes de United Auto Workers (UAW) y Unifor en Canadá, para coordinar y expandir la lucha.

La resolución declara que el comité directivo, el cual fue formado después de la reunión, debe “movilizar a los trabajadores con base en sus propias demandas” y “establecer líneas de comunicación y colaboración con todos los trabajadores —incluyendo los trabajadores de partes automotrices, el magisterio, los trabajadores de Amazon, los trabajadores del sector de servicio, entre otros— y lucharán por la unidad de los trabajadores estadounidenses con sus hermanos y hermanas de clase en Canadá, México y el resto del mundo”.

Los trabajadores automotores mexicanos, los cuales son frecuentemente culpados por los sindicatos estadounidenses y canadienses, deben conectarse con sus hermanos y hermanas de clase internacionales para establecer tal colaboración y formar sus propios comités de acción de las bases. El Partido Socialista por la Igualdad incita a los trabajadores que estén interesados a contarnos en inglés o en español en autoworkers@wsws.org .

[Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de diciembre de 2018]

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