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Netanyahu enfrentará cargos de soborno, fraude y abuso de confianza

El fiscal general israelí, Avichai Mandelblit, anunció el jueves su decisión de acusar al primer ministro Benjamin Netanyahu en relación con tres casos separados por cargos de soborno, fraude y abuso de confianza, en espera de una audiencia en la que Netanyahu pueda impugnar los cargos.

El anuncio de acusación, después de tres años de deliberaciones sobre recomendaciones para procesar a numerosas autoridades, se produce 40 días antes de las elecciones generales programadas para el 9 de abril. Se centra en los tratos de Netanyahu con empresarios a los que supuestamente otorgó concesiones reglamentarias a cambio de generosos regalos o cobertura de noticias favorables.

Benjamin Netanyahu [crédito de foto: Oficina del Primer Ministro israelí]

Si la audiencia, que probablemente se celebrará después de la elección, rechaza su desafío, Netanyahu, quien ha ocupado el cargo de primer ministro desde 2009 y antes de 1996 a 1999, se convertirá en el primer primer-ministro activo en ser acusado.

Si bien ser objeto de una investigación criminal no requiere que Netanyahu renuncie, lo presiona para que lo haga y parece probable que altere el curso de la elección, en la que se esperaba que su Partido Likud obtuviera el mayor número de escaños en el parlamento israelí, el Knesset.

El anuncio de acusación se produce en el contexto de las crecientes tensiones y divisiones dentro del sistema político israelí exacerbadas por la orientación cada vez más pronunciada de Netanyahu hacia la derecha, incluido el cultivo de fuerzas neofascistas tanto dentro de Israel como a nivel internacional.

Enfrentando a un desafío electoral inesperadamente serio del ex jefe del ejército Benny Gantz en la votación del 9 de abril, Netanyahu diseñó un acuerdo para apuntalar su coalición de derecha fusionando al partido fascista Otzma Yehudit (Poder Judío) con el partido de derecha más establecida de religiosos sionistas, Hogar Judío. Esto legitimó de manera efectiva a una organización que tiene sus raíces en el partido Kach de Meir Kahane, proscrito durante mucho tiempo. Ese partido fue declarado una organización terrorista por los Estados Unidos.

Al igual que Kach, Otzma Yehudit alienta la violencia contra los palestinos, pide la expulsión de los árabes de Israel y los territorios ocupados y aboga por la prohibición de los matrimonios mixtos o el sexo entre judíos y árabes. Con su fusión con Hogar Judío, esta organización podría obtener escaños en la Knesset y posiblemente formar parte del próximo gobierno.

Los dos líderes de Otzma Yehudit que pudieron obtener escaños parlamentarios, Michael Ben Ari e Itamar Ben Gvir, son cofundadores de un grupo que estuvo implicado en un ataque incendiario de 2014 en una escuela para niños judíos y árabes en Jerusalén. A Ben Ari se le negó una visa a los Estados Unidos en 2012 como miembro de una organización terrorista.

Ben Gvir reconoció haber tenido una foto en su casa de Baruch Goldstein, el partidario de Kahane que asesinó a 29 palestinos en una mezquita en Hebrón en 1994.

La alianza electoral de Netanyahu con verdaderos fascistas ha provocado indignación y repulsión dentro de Israel, así como entre los judíos en los Estados Unidos. Incluso elementos dentro de la derecha religiosa israelí están comparando la política de Otzma Yehudit con las leyes de Nuremberg de los nazis. La semana pasada, secciones influyentes del lobby israelí en los EUA que en general han apoyado a Netanyahu, incluido el Comité Judío Americano y el Comité de Asuntos Públicos de Israel (AIPAC, siglas en inglés), emitieron denuncias de la inclusión de Otzma Yehudit por parte de Netanyahu en su bloque electoral.

La decisión de acusar se lleva a cabo bajo condiciones de creciente preocupación dentro de la elite gobernante israelí y declara que las políticas de extrema derecha de Netanyahu están alienando a los judíos fuera del país y desestabilizando el régimen sionista internamente. Israel se encuentra entre las economías avanzadas económicamente más desiguales del mundo y tiene la tasa de pobreza más alta de todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Se ha visto una creciente ola de huelgas y protestas de la clase trabajadora.

En julio pasado, hubo protestas dentro de Israel por la aprobación de la "Ley del Estado-Nación", que consagró la supremacía judía como la base legal del estado.

Al mismo tiempo, Netanyahu ha solidificado al gobierno israelí con fuerzas y líderes neo-fascistas de extrema derecha en todo el mundo, incluyendo a Viktor Orban de Hungría, Matteo Salvini de Italia, Sebastian Kurz de Austria, Rodrigo Duterte de Filipinas, Jair Bolsonaro de Brasil y, por supuesto, Donald Trump en los Estados Unidos.

Nada de esto, debe notarse, ha disuadido a los medios corporativos y el establecimiento político en Gran Bretaña, Francia, Alemania y otros países de perseguir su campaña fraudulenta contra el "antisemitismo de izquierda", dirigido a aquellos que critican la opresión del estado israelí por los palestinos

Hablando en una conferencia de prensa en Hanoi, donde se reunía con el líder norcoreano Kim Jong Un, Trump declaró su apoyo a Netanyahu antes del anuncio del fiscal general israelí, diciendo que "ha hecho un gran trabajo como primer ministro".

Netanyahu se une a una larga lista de políticos israelíes que se han enfrentado a la corrupción y otros cargos. Su predecesor inmediato, Ehud Olmert, recibió una condena de seis años de cárcel por delitos de soborno cuando era alcalde de Jerusalén antes de convertirse en primer ministro. El predecesor de Olmert, Ariel Sharon, tuvo la suerte de quedar incapacitado antes de poder probar los cargos en su contra. El antecesor de Sharon, Ehud Barak, se hizo extraordinariamente rico después de dejar el cargo en 2001.

La esposa de Netanyahu, Sara, es la acusada en un juicio, estancada desde octubre pasado, acusada de fraude agravado y abuso de confianza por permitir que el personal de la residencia del primer ministro ordene comidas en restaurantes de los $100,000 entre 2010 y 2013.

De los tres casos por los cuales Mandelbit recomienda que Netanyahu sea acusado, el más importante es el caso Bezeq, conocido como Caso 4000, que se relaciona con las acusaciones de que el multimillonario de telecomunicaciones Shaul Elovitch le dio a Netanyahu una halagadora cobertura en su sitio web de noticias Walla a cambio de favores en las regulaciones.

Hablando por televisión, Netanyahu negó los cargos y dijo que colapsarían "como una casa de naipes". Se jactó de que tenía la intención de continuar como primer ministro "durante muchos años más".

Los principales miembros del Likud, mientras siguen apoyando públicamente y calificando a los cargos de "persecución política", se han estado alineando para competir por la posición de liderazgo, con su rival de mucho tiempo y ex asesor Gideon Saar, tercero en las primarias del Likud.

Según una encuesta realizada por el Times of Israel antes del anuncio de Mandelbit, la decisión de seguir adelante con un proceso judicial tendría un gran impacto en la elección, dando a su principal rival, el ex jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Gantz, una ventaja decisiva, con 44 asientos en el Knesset de 120 asientos contra los 25 de Likud.

El anuncio de la acusación también se produce inmediatamente después de la publicación del informe por parte de la Comisión Independiente de Investigación de la ONU sobre las acciones de Israel contra los palestinos en Gaza durante las protestas que comenzaron el 30 de marzo de 2018. El panel declaró: "Soldados israelíes cometieron violaciones de los derechos humanos internacionales y del derecho humanitario. Algunas de esas violaciones pueden constituir crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad".

(Publicado originalmente en inglés el 1 de marzo de 2019)

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