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Saludos a los trabajadores y jóvenes chinos en el centenario del movimiento del 4 de mayo

El sábado 4 de mayo, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional celebró el Mitin Internacional En Línea por el Primero de Mayo de 2019, el sexto Mitin por el Primero de Mayo en línea anual celebrado por el CICI, el movimiento trotskista mundial. En el mitin se oyeron discursos acerca de diferentes aspectos de la crisis mundial del capitalismo y las luchas de la clase trabajadora internacional de 12 destacados miembros del partido mundial y sus secciones y organizaciones simpatizantes en todo el mundo.

En días sucesivos, el World Socialist Web Site estará publicando los textos de los discursos pronunciados en el mitin. Abajo está el discurso de Peter Symonds, editor nacional del WSWS (Australia). El martes, el WSWS publicó en español el informe de apertura del mitin, a cargo de David North, el director de la junta editorial internacional del WSWS y director nacional del Partido Socialista por la Igualdad (EUA).

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Con ocasión del Primero de Mayo de 2019, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional hace llegar sus saludos especiales a los trabajadores y jóvenes chinos en el centenario del movimiento del 4 de mayo en China. Esa fecha marcó un histórico punto de inflexión en la lucha contra la opresión imperialista.

El 4 de mayo, hace cien años, miles de estudiantes tomaron las calles de Beijing para protestar contra el resultado de la Conferencia de Paz de Versalles, que le entregó la Provincia Shandong al Japón. El tratado que puso fin a la Primera Guerra Mundial también mantuvo los tratados desiguales de tipo colonial que subordinaron a China a las potencias imperialistas.

La protesta desató un movimiento nacional de trabajadores y jóvenes, no solo contra la dominación imperialista, sino también contra sus colaboradores en el gobierno de Beijing. Las protestas continuaron durante semanas ante la represión policial. Fue parte de la revuelta cultural más amplia basada en los ideales de la Ilustración europea contra las anquilosadas tradiciones confucionistas que formaban la base de la rígida jerarquía de la sociedad china.

Inspirados en el internacionalismo socialista que animó la Revolución de Octubre en Rusia en 1917, una capa de estudiantes e intelectuales se volvió decisivamente hacia el marxismo y la Unión Soviética. En junio de 1921 se fundó el Partido Comunista Chino (PCC).

El Partido Comunista hoy ha repudiado todos los principios sobre los cuales fue establecido. El internacionalismo fue reemplazado hace mucho tiempo por la teoría reaccionaria estalinista del “socialismo en un solo país”. La variante china del estalinismo, el maoísmo, deformó el Estado obrero establecido tras la Revolución china de 1949 y demostró ser un callejón sin salida económico y político. La reconciliación de Mao con el presidente estadounidense Nixon en 1972 sentó las bases para la restauración capitalista a partir de 1978.

El Partido Comunista Chino no representa a la clase trabajadora, sino a los súper ricos, que han acumulado su riqueza obscena mediante el pillaje de la propiedad estatal y la explotación bruta de la clase trabajadora. Su dominio descansa ideológicamente no sobre el socialismo, sino sobre el nacionalismo chino. Lo apuntala un vasto aparato policial estatal para aplastar cualquier señal de oposición antigubernamental.

El presidente Xi utilizó su discurso esta semana para jalonar el movimiento del 4 de mayo a fin de aclamar el nacionalismo y el patriotismo. En contraste con la iconoclasia que marcó las protestas de 1919, insistió en que los jóvenes de hoy tenían que evitar los “pensamientos equivocados” y “obedecer al partido”. El Partido Comunista, que se formó en una rebelión contra el confucianismo, está promocionando su regreso para reforzar el clima intelectual sofocante en las universidades y en la sociedad en su conjunto.

La restauración capitalista en China resultó en un flujo de inversión extranjera, particularmente después de que la represión en 1989 de las protestas de la Plaza Tiananmen señalara que el aparato estalinista no se detendría ante nada para disciplinar a la clase trabajadora. La economía china se ha estado duplicando en tamaño cada ocho años, transformándola en la segunda más grande del mundo.

La clase trabajadora, sin embargo, ha pagado un terrible precio —empleos mal pagados, condiciones insalubres y peligrosas, y propietarios que pagan tarde los salarios o que ni siquiera los pagan. No existe el derecho a protestar ni a ir a la huelga. Millones de trabajadores migrantes del campo no tienen derecho a la vivienda ni acceso a servicios urbanos.

La desigualdad social es abrumadora. China ha pasado de ser una de las sociedades más igualitarias a ser uno de los países más desiguales del mundo. Es hogar de más mil millonarios en dólares que cualquier otro país exceptuando a los Estados Unidos. Mientras los trabajadores chinos luchan por sobrevivir con $370 por mes, el individuo más rico, el director de Tencent, Pony Ma, tiene una fortuna personal de casi $40 mil millones.

Es más, el crecimiento económico de China la ha puesto en una trayectoria de colisión con el imperialismo estadounidense que amenaza con una guerra catastrófica. El Partido Comunista no tiene respuestas. Por un lado, se doblega ante Washington con la esperanza de poder ganar algo de tiempo. Por otro lado, está comprometida en una carrera armamentística con los EUA que solo puede terminar en conflicto y un desastre nuclear para toda la humanidad.

El PCC defiende el sistema de la ganancia y por lo tanto es incapaz de hacer ningún llamamiento a la única fuerza social capaz de parar el impulso hacia la guerra —la clase trabajadora internacional. Requiere una lucha unificada de los trabajadores para abolir el capitalismo y restructurar la sociedad en líneas genuinamente socialistas.

Hay señales crecientes de un resurgir de las luchas obreras en China, como está teniendo lugar a nivel internacional. Los trabajadores están yendo valientemente a la huelga y están organizando protestas para luchar por sus derechos democráticos y sociales a pesar de las medidas represivas de la policía, los matones de las compañías y los sindicatos sancionados por el Estado. En las tradiciones del movimiento del 4 de mayo, estudiantes universitarios han empezado a colaborar con trabajadores en su lucha, y se los ha encarcelado por meses por hacerlo.

La cuestión crítica es: ¿qué perspectiva política y qué programa guiarán las luchas que surgen? Una lucha por la igualdad social y los derechos democráticos significa una lucha basada en la clase trabajadora por un futuro socialista. Para ver claramente el camino a seguir, es necesario entender el pasado. Pero el aparato burocrático estalinista de Beijing ha enterrado la historia revolucionaria de la clase trabajadora china e internacional bajo una montaña de mentiras y medias verdades.

Les decimos a los trabajadores y a los jóvenes chinos: Tenéis que reclamar esa historia, porque es la única manera en que se puede construir un partido genuinamente revolucionario en China o en cualquier otra parte del mundo. Y solo hay una fuente desde la que se puede aprender la verdad —el movimiento trotskista internacional, que lleva décadas librando una lucha contra todos los crímenes y traiciones del estalinismo.

Aprended de las luchas de Chen Duxiu, la destacada figura intelectual del movimiento del 4 de mayo y director fundador del Partido Comunista Chino, y los otros trotskistas chinos que se opusieron a la traición de Stalin a la Revolución china de 1925-27. Se los persiguió, se los detuvo y se los mató por advertir a los trabajadores que Mao Zedong y sus compañeros estalinistas llevarían la Revolución de 1949 a un callejón sin salida.

El presidente Xi y sus compañeros burócratas de trajes oscuros tienen a su disposición un vasto aparato estatal de represión, que no dudarán en utilizar. Sin embargo, como explicó León Trotsky en el Programa de transición, el documento fundacional de la Cuarta Internacional en 1938, “Las leyes de la historia son más fuertes que los aparatos burocráticos”.

La clase trabajadora china, que es la más grande del mundo, y que se cuenta por cientos de millones, se rebelará contra el dominio opresor del Partido Comunista Chino. Pero antes hay que construir una dirección revolucionaria como parte del Comité Internacional de la Cuarta Internacional.

Instamos hoy —el Primero de Mayo de 2019— a los trabajadores y a los jóvenes chinos a que se inspiren en la determinación y el coraje de los que participaron en el movimiento del 4 de mayo de hace 100 años.

Leen el World Socialist Web Site, estudien cuidadosamente la historia y el programa del CICI, contáctenos, y comiencen el proceso de construir una sección de la Cuarta Internacional en China.

(Publicado originalmente en inglés el 7 de mayo de 2019)

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