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Washington da luz verde a Turquía para que ataque a fuerzas kurdas en Siria

El domingo por la noche, en un cambio importante en la política militar de Estados Unidos, la Casa Blanca dio luz verde a una invasión turca en el norte de Siria. Dejando a su suerte a las milicias nacionalistas kurdas, las cuales han luchado desde 2015 como la principal fuerza patrocinada por Washington en la guerra de la OTAN en Siria y que el Gobierno turco denuncia como terroristas. para que sean reprimidas sangrientamente.

Después de que Trump llamara al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, la Casa Blanca emitió un comunicado a las 11 p.m. el domingo que declaró: “Turquía pronto avanzará con su operación planificada durante mucho tiempo en el norte de Siria. Las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos no apoyarán ni participarán en la operación, y las fuerzas de los Estados Unidos, después de haber derrotado al ‘Califato’ territorial de Estado Islámico, ya no estarán en el área inmediata".

Ayer, cuando las tropas estadounidenses se retiraron de las posiciones a lo largo de la frontera turco-siria, Erdogan dijo que el ataque turco podría comenzar en cualquier momento: “Tomamos una decisión”, declaró, “dijimos que ‘una noche podríamos venir de repente’. Seguimos con nuestra determinación. ... Es absolutamente imposible para nosotros tolerar aún más las amenazas de estos grupos terroristas".

Vehículos acorazados turcos realizan patrullaje conjunto con las fuerzas estadounidenses en la supuesta “zona segura” del lado sirio de la frontera con Turquía cerca de la ciudad Tal Abyad, noreste sirio, viernes 4 de octubre de 2019

Con la aprobación de Estados Unidos, el Gobierno turco está preparando un baño de sangre contra las fuerzas kurdas en Siria. Washington y Ankara acordaron que las tropas turcas controlarían una zona en el norte de Siria de 30 kilómetros de longitud, a lo largo de 480 km de la frontera turco-siria. Ankara planea reasentar por la fuerza en esta zona a 1 o 2 millones de los 3,6 millones de refugiados sirios que huyeron a Turquía durante los ocho años de guerra indirecta de la OTAN en Siria, y ha amenazado con perseguir su ofensiva fuera de esta zona si es necesario.

Según los informes, las tropas estadounidenses se retiraron de un tramo de 100 km de la frontera desde Tal Abyad a Ras al-Ain para permitir que las tropas turcas ataquen a través de esta brecha. Sin embargo, la BBC informó que, a la luz de las amenazas de Ankara de una invasión más amplia, "las fuerzas especiales británicas y estadounidenses han estado preparando durante meses una retirada parcial o total de la zona si la situación se intensifica".

La milicia de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, por sus siglas en inglés) lideradas por los kurdos llamó a los kurdos a que "defiendan nuestra patria de la agresión turca", prometiendo "una guerra total a lo largo de toda la frontera". El portavoz de las SDF, Kino Gabriel, denunció la declaración de la Casa Blanca como una traición: "La declaración fue una sorpresa, y podemos decir que es una puñalada por la espalda para las SDF".

Las SDF, que solo tienen 60.000 combatientes contra los 402.000 efectivos del ejército turco fuertemente armados, agregaron que habían recibido "garantías de los Estados Unidos de que no permitiría ninguna operación militar turca contra la región".

De hecho, después de haber armado a las SDF para su guerra de cambio de régimen en Siria, Washington ahora está coordinando estrechamente con Ankara el aplastamiento y la masacre de sus "aliados" kurdos. En un aluvión de tuits comentando su decisión ayer, Trump dejó en claro que tenía la intención de tener la última palabra sobre lo que las tropas turcas que atacarán a las milicias kurdas podían y no podían hacer.

Trump escribió: "Como he dicho antes, y solo para reiterar, si Turquía hace algo que yo, con mi gran e inigualable sabiduría, considere que está fuera de los límites, destruiré y destruiré totalmente la economía de Turquía (¡lo he hecho antes!). Deben, junto con Europa y otros, vigilar a los combatientes del Estado Islámico y sus familias capturados. Estados Unidos ha hecho mucho más de lo que nadie podría haber esperado, incluida la captura del 100 por ciento del califato del Estados Islámico".

Una invasión turca de Siria respaldada por Estados Unidos para masacrar a las fuerzas kurdas sería un crimen horrible y constituiría una gran escalada de violencia en una región desangrada por décadas de ocupaciones imperialistas y guerras indirectas, desde la primera guerra liderada por Estados Unidos contra Irak en 1991 hasta las guerras de la OTAN en Libia y Siria que se iniciaron en 2011. Se produce solo unos meses después de que Trump cancelara los ataques aéreos contra Irán 10 minutos antes de que procedieran, para tomar represalias por las fuerzas iraníes que derribaron un avión no tripulado estadounidense en su espacio aéreo.

Dado que Irán y Rusia ya están involucrados en Siria para respaldar el régimen del presidente Bashar al Asad contra las milicias patrocinadas por la OTAN, el peligro se mantiene a más largo plazo de una escalada militar hacia un conflicto directo entre las principales potencias mundiales. El Gobierno sirio ha denunciado repetidamente los planes turcos de invadir y ocupar territorio soberano sirio. El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Javad Zarif, también criticó los planes turcos y declaró: "La seguridad no se puede crear mediante una acción militar contra la integridad y soberanía territorial de Siria".

Sin embargo, Moscú señaló que por ahora tiene la intención de colaborar con Ankara, incluso si el ejército turco invade Siria para aplastar a los kurdos. Al afirmar que Turquía y Rusia tienen una posición común sobre la integridad territorial siria, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró suavemente: "Esperamos que nuestros colegas turcos se adhieran a esta posición en todas las situaciones".

La traición de Washington contra sus aliados kurdos es otra amarga lección sobre la bancarrota del nacionalismo kurdo como estrategia para promover los derechos democráticos y culturales de los kurdos en Oriente Próximo. Con una población diseminada por Turquía, Siria, Irak e Irán, el único medio viable para promover estos derechos radica en la unificación internacional de la clase trabajadora en una lucha revolucionaria contra el imperialismo.

Históricamente, sin embargo, el movimiento nacionalista burgués kurdo, mientras adoptaba una retórica "socialista", ha buscado reiteradamente avanzar su agenda mediante alianzas con varias fuerzas imperialistas y burguesas-nacionalistas, que van desde la CIA hasta el sha de Irán e Israel, junto con apelar a la burocracia estalinista de Moscú. El resultado ha sido una serie de traiciones y debacles.

A raíz de la invasión estadounidense de Irak en 2003, los partidos kurdos en el norte de Irak respaldaron la ocupación estadounidense. Después de que el régimen sirio, con ayuda de Rusia e Irán, derrotara a las milicias vinculadas a Al Qaeda respaldadas por la OTAN, las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG, por sus siglas en kurdo) se convirtieron en la principal fuerza patrocinada por Washington en su intervención directa en Siria en nombre de una guerra contra Estado Islámico de Irak y Siria.

Esto no solo implicó a las milicias kurdas en crímenes de guerra estadounidenses en Irak y Siria, sino que también provocó conflictos cada vez más amargos entre Washington y el régimen turco. Ankara ha oprimido históricamente a la población kurda y ha librado una sangrienta guerra civil de décadas contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Aterrorizado de que la consolidación de un Estado kurdo dentro de las fronteras de Siria podría azuzar el secesionismo kurdo dentro de la propia Turquía, Ankara se enfrentó cada vez más con Washington por la política siria.

Desde que Washington y Berlín respaldaron un golpe de Estado fallido en 2016 que intentó derrocar al Gobierno turco y asesinar a Erdogan, estos conflictos han alcanzado una intensidad extraordinaria.

Ya en diciembre pasado, consciente del profundo sentimiento antibélico en Estados Unidos y temiendo un colapso devastador de las relaciones con Turquía, Trump anunció la retirada de los pocos miles de soldados estadounidenses que trabajan con las SDF en Siria. Su decisión fue revocada por el Pentágono y provocó una tormenta de críticas por parte de republicanos y demócratas por igual en Washington. Finalmente, las tropas estadounidenses permanecieron en Siria, y los conflictos entre Ankara y Washington continuaron escalando.

Trump ahora ha llegado a otro acuerdo con Erdogan, ya que la crisis de guerra y la crisis interna de su administración han alcanzado nuevas profundidades. Después de que Trump suspendiera los ataques contra Irán y despidiera al principal defensor de la guerra con Irán, el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, fue atacado por poderosas facciones de la clase dominante y la cúpula de la política exterior, lideradas por el Partido Demócrata.

La crisis derivada de la última orden de Trump de retirar las tropas de Siria refleja el conflicto reaccionario sobre la política exterior que subyace al impulso de juicio político. La orden provocó una amplia condena por parte de los opositores de Trump e incluso de algunos de sus partidarios republicanos, como el senador Lindsey Graham. Brett McGurk, quien renunció como coordinador de la política estadounidense sobre el Estado Islámico para protestar contra la orden de retirada de Trump de 2018, calificó la orden de hoy como un "regalo para Rusia, Irán y el Estados Islámico".

En cuanto a Trump, está respaldando las políticas políticamente criminales de Ankara. Esto incluye un intento de poblar por la fuerza la franja de territorio sirio que ocuparía con millones de refugiados sirios, la mayoría de los cuales son árabes. Este plan reaccionario, destinado a evitar la consolidación de un Estado kurdo dentro de Siria, implica forzar a millones de civiles árabes a una zona de guerra y corre el riesgo de crear un conflicto duradero entre ellos y la población kurda local.

(Publicado originalmente en inglés el 8 de octubre de 2019)

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