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Huelga de enfermeros en el Riverside Community Hospital en California

Los enfermeros del local 121 del sindicato SEIU en el Riverside Community Hospital en California se declararon en huelga y planean protestar durante 10 días hasta que la cadena hospitalaria HCA Healthcare les proporcione equipos de seguridad a los empleados y reanude las proporciones de personal acordadas el año pasado.

Desde el comienzo de la pandemia, los enfermeros de 19 hospitales HCA se han quejado ante la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, sigla en inglés) de que carecían de equipos de protección como mascarillas/respiradores y se ven obligados a reutilizar las batas médicas. Los medios The Guardian y Kaiser Health News han identificado a 679 trabajadores de la salud en los EE. UU. que han muerto por COVID-19. Los enfermeros de HCA se han quejado repetidamente por no contar con equipos de seguridad, técnicos médicos y personal de limpieza. Los ejecutivos amenazaron con despedir a miles de enfermeros si no aceptaban que les congelaran los salarios y otros recortes.

Una enfermera en un hospital de HCA en Kansas City, Missouri, Celia Yap-B, murió de COVID-19 en abril, un mes después de que sus compañeros de trabajo se quejaran ante OSHA de que tenía que tratar a los pacientes sin equipos de seguridad. En el hospital de HCA en Riverside, California, Rosa Luna murió después de limpiar las habitaciones de los pacientes y contraer el virus. Sus colegas les habían advertido a los ejecutivos en correos electrónicos que el personal de limpieza del hospital no tenía mascarillas de seguridad.

Ahora, ante el levantamiento de las medidas de distanciamiento social en California y estados de todo el país, los casos de COVID-19 se están disparando. Riverside en sí es un foco de contagio al tener el segundo mayor número de casos y muertes en California. El viernes, el condado de Riverside confirmó 501 nuevos casos de COVID y ha sido responsable de aproximadamente el 10 por ciento de los nuevos casos en todo el estado durante las últimas dos semanas. Los esfuerzos de los enfermeros y el personal del hospital para prepararse para esta tormenta se han visto perjudicados por los recortes de gastos de HCA.

A medida que surge una nueva ola de casos y las camas disponibles de cuidados intensivos en todo el condado se redujeron a solo 86, los ejecutivos de HCA amenazaron con despedir al 10 por ciento de sus trabajadores a menos que los sindicatos Service Employees International Union (SEIU) y National Nurses United aceptaran congelaciones salariales, la eliminación de las contribuciones de la empresa a las pensiones de los trabajadores y otros recortes.

En lugar de convocar una huelga en todo el sistema para enfrentar esta amenaza contra todos sus miembros en los hospitales HCA, el SEIU ha tratado de aislar la huelga, solo convocando a huelga a las instalaciones de Riverside. El local 121 solo representa ostensiblemente a miembros en otros dos hospitales HCA cercanos. A pesar de enfrentar los mismos recortes y condiciones inseguras en todo el país, el sindicato no convoca ni a una huelga en todo el sistema de HCA. Esto le permite a HCA emplear a rompehuelgas a su gusto sin un gasto significativo.

El hospital ya ha traído al menos a 400 enfermeros de otros hospitales para compensar por la huelga. HCA Healthcare recientemente les ofreció a las enfermeras que cruzaron la línea de piquete hasta $980 por turno, un bono de “presentación” de $150 y un desayuno continental.

En una muestra de la incapacidad de la salud privada a responder a la pandemia con algo que no sea avaricia personal, HCA recibió casi $1 mil millones de los fondos de rescate para la industria hospitalaria entregados por el Gobierno federal, parte del paquete de estímulo económico mal llamado Ley CARES. Muchas cadenas de hospitales continúan despidiendo o recortando los salarios de decenas de miles de trabajadores mientras compensan generosamente a sus ejecutivos con millones. Colectivamente, las cadenas de hospitales están acumulando miles de millones de dólares en reservas de efectivo. La cadena HCA obtuvo más de $7 mil millones en ganancias en los últimos dos años y su director ejecutivo ganó $26 millones en 2019. La compañía tiene un valor de $36 mil millones.

El director ejecutivo de HCA, Samuel Hazen, ha respondido a las críticas de avaricia donando su salario de dos meses a un fondo para ayudar a los trabajadores despedidos. Esto equivaldría a $237.000, menos del 1 por ciento de su pago anual de $26 millones.

Erin McIntosh, una enfermera y miembro del local 121RN de SEIU le dijo a The Guardian: “Cuando la pandemia golpeó, pensé que HCA, nuestro hospital, estaría aumentando los recursos, que tendríamos más recursos, más personal, pero desafortunadamente fue todo lo contrario. Comenzaron a hacer recortes, y estamos trabajando con equipos de esqueleto”, agregó McIntosh. “Nos están reduciendo al mínimo”.

El sindicato y el hospital llegaron a un acuerdo el año pasado que limitó el número de pacientes por enfermero, que oscila entre dos y cinco pacientes. Ese acuerdo expiró el 31 de mayo, obligando a los enfermeros a atender a pacientes adicionales, así como asumir otras tareas, como la limpieza.

Aunque el Riverside Community Hospital no ha despedido a ningún trabajador debido al COVID-19, han dejado de llamar a los enfermeros por contrato diario, que generalmente cumplen el horario trabajando solo un día a la semana. El hospital también ha comenzado un programa de pago pandémico, que les paga el 70 por ciento de su pago regular por las horas no trabajadas, sin embargo, requiere que estén de guardia.

El SEIU tiene la intención de regresar al trabajo después de 10 días de huelga, se cumplan o no las condiciones. Los enfermeros que buscan proteger a sus pacientes y a sí mismos deben superar al SEIU. La semana pasada, el local 1000 del SEIU aceptó un recorte salarial del 11 por ciento exigido por el gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, para 96,000 enfermeros, custodios y administradores empleados por el Gobierno estatal.

Para llevar adelante la lucha, los enfermeros deben organizar comités de base y emprender una lucha política. Los trabajadores deben tomar la lucha en sus propias manos, formando comités de base para exigir equipos de protección completos para combatir la pandemia, una compensación completa para todo el personal, sin la suspensión de trabajadores. Esto debe combinarse con una ofensiva política de toda la clase trabajadora para reemplazar la medicina con fines de lucro con un sistema socializado de medicina basado en las necesidades humanas, no en las ganancias corporativas.

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(Publicado originalmente en inglés el 27 de junio de 2020)

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