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Ford cierra las operaciones en Brasil, destruyendo decenas de miles de puestos de trabajo

Ford anunció el 11 de enero que pondrá fin a su producción de automóviles en Brasil, cerrando sus tres plantas en las ciudades de Camaçari, en el estado de Bahía; Taubaté, en el estado de São Paulo; y Horizonte, en el estado de Ceará. Según Ford, 5.000 trabajadores serán despedidos en Brasil. Pero decenas de miles de puestos de trabajo más están directamente asociados a su cadena de producción, y se espera una ola de despidos.

En una declaración a sus clientes brasileños, Ford declaró: "Como saben, la industria automotriz mundial está experimentando un proceso de transformación impulsado por las nuevas y emergentes tecnologías en servicios conectados, electrificación y vehículos autónomos, con las demandas de los consumidores y los artículos de regulación que están remodelando el mercado".

Trabajadores brasileños de Ford en el exterior de la planta de Taubate, Brasil, el martes 12 de enero de 2021, al día siguiente de que Ford Motor Co. anunciara que cerrará tres plantas en Brasil y dejará de producir automóviles en el país sudamericano donde opera desde 1919. (Foto AP/Andre Penner)

Esta reestructuración de la producción es, en otras palabras, una destrucción masiva de puestos de trabajo y recortes salariales a nivel mundial que está siendo promulgada por Ford y toda la industria automotriz. La última ola de recortes de empleos y costos comenzó hace varios años, y se intensificó en 2018 y 2019 con una importante caída en la industria automotriz ya entonces en el horizonte.

En 2018, Ford anunció una reestructuración mundial con el objetivo de reducir los costos en varios miles de millones de dólares. "El objetivo es racionalizar la organización. Es un proceso en cascada. Significará una reducción de la fuerza de trabajo", explicó Mark Truby, el vicepresidente de comunicaciones globales de la compañía. Al año siguiente, la compañía despidió a 7.000 trabajadores de cuello blanco y despidió a 12.000 trabajadores al cerrar cinco plantas europeas.

En Brasil, Ford cerró una de sus principales instalaciones, una fábrica de camiones en São Bernardo do Campo, en el área metropolitana de São Paulo, en octubre de 2019. En esa ocasión, se despidió a 3.000 empleados directos y 1.500 trabajadores subcontratados, sin mencionar los aproximadamente 20.000 trabajadores de las plantas de autopartes correspondientes.

La reducción de puestos de trabajo promovida ahora por Ford sigue a otros miles de despidos en la industria automotriz de Brasil que ocurrieron el año pasado.

En diciembre pasado, Mercedes-Benz anunció que cerraría su producción de automóviles en Brasil, despidiendo a los 370 trabajadores de su planta de vehículos de lujo. Renault-Nissan redujo más de 1.000 puestos de trabajo en 2020, y Volkswagen anunció que recortaría un tercio de su plantilla, habiendo abierto el lunes un programa de despido voluntario para este fin.

El anuncio de Ford del cierre de sus plantas fue respondido por los trabajadores con protestas. El martes, los trabajadores contratados y subcontratados del Complejo Industrial Nordeste de Ford en Camaçari se manifestaron en las puertas de la fábrica exigiendo mantener sus puestos de trabajo. Al día siguiente, una nueva protesta tuvo lugar frente a la Asamblea Legislativa de Bahía (Alba), donde representantes del Sindicato de Metalúrgicos de Camaçari se reunieron con el presidente del Alba, Nelson Leal.

En Taubaté, donde Ford produce motores y transmisiones, se realizó una manifestación el martes. Los trabajadores votaron a favor de establecer una vigilia para bloquear tanto a las personas como a los materiales para que no entren y salgan de la fábrica por un período indefinido.

Los sindicatos, a su vez, ya están preparando una traición a la resistencia de los trabajadores a los recortes de personal y al cierre de plantas.

El Sindicato de Metalúrgicos de Camaçari, vinculado a la federación sindical CTB y al Partido Comunista Maoísta de Brasil (PCdoB), ya da por sentado los cierres de Ford. Según el presidente del sindicato y activista del PCdoB, Júlio Bonfim: "La salida para que miles de trabajadores no pierdan sus empleos... es la construcción de un parque industrial de autopartes... o bien la llegada de otra empresa automotriz que garantice el empleo, las inversiones y, en consecuencia, el intenso flujo de la economía de la Región Metropolitana".

Esta visión corporativista es la misma que defiende el gobernador de Bahía, Rui Costa, del Partido de los Trabajadores (PT), al que Bonfim se une en un "grupo de trabajo" que, según el propio sindicato, "está buscando empresas interesadas en invertir en el parque industrial donde estaba la sede de Ford Camaçari, considerada la mayor planta automotriz de Sudamérica".

El Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de Taubaté y Región (Sindmetau), vinculado a la federación sindical CUT y al PT, está trabajando para desviar la lucha de los trabajadores de Ford a través de reivindicaciones vacías al Estado. Para cumplir estos propósitos traicioneros, los principales dirigentes de la CUT, entre ellos el presidente de la CUT, Sérgio Nobre, se movilizaron para participar en una reunión celebrada el miércoles en Sindmetau.

La principal medida adoptada en esta reunión fue "la celebración de una audiencia pública en la Asamblea Legislativa de São Paulo", defendida por el diputado estatal del PT Teonilio Barba, quien declaró que "la intención es buscar una mayor implicación del gobierno estatal". El presidente de la CUT también declaró: "Toda la presión es necesaria en este momento. El país se está desindustrializando porque el gobierno está alentando la desindustrialización".

Los sindicatos y partidos como el PT y el PCdoB, mientras trabajan para desviar la oposición de los trabajadores hacia canales seguros dentro del estado burgués, buscan establecer una oposición a la administración del fascista presidente de Brasil Jair Bolsonaro que se basa en los intereses reaccionarios del capitalismo nacional brasileño.

Hablando con sus partidarios fuera del palacio de gobierno el martes, Bolsonaro dijo: "Siento que se hayan perdido 5.000 puestos de trabajo", pero "Ford no ha dicho la verdad". Según él, "Quieren subsidios". "¿Quieren seguir dándoles 20.000 millones [de reales], como han hecho en los últimos años?" dijo en referencia a los incentivos pagados por el gobierno brasileño a Ford desde 1999 (equivalentes a 3.850 millones de dólares).

En respuesta a Bolsonaro, el presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles (Anfavea), Luiz Carlos Moraes, declaró que estos subsidios habrían funcionado como "una forma de corregir las distorsiones del sistema tributario brasileño", según O Globo. "Llevamos años señalando las medidas que deben adoptarse para mejorar la competitividad en Brasil", dijo Moraes. Esto consiste principalmente en una reforma fiscal pro-capitalista.

Los argumentos de Anfavea no difieren en nada de los de los sindicatos y los partidos nacionalistas burgueses como el PT y el PCdoB. La CUT y otras federaciones sindicales han avanzado durante años como su programa fundamental la creación de incentivos fiscales para las empresas, especialmente en la industria automovilística. Critican a los gobiernos que sucedieron al PT en el poder por no tener un "programa automovilístico" para estimular la competitividad de la producción en Brasil.

Defendiendo la misma perspectiva de Anfavea, de reducir los impuestos a los capitalistas, el gobernador del PT, Rui Costa, declaró en una nota sobre el cierre de Ford: "Lamentablemente, hay cientos de industrias que están cerrando, semana tras semana, ya que tenemos un país que no cuida su economía, no garantiza la seguridad institucional a sus inversionistas y no hace las reformas necesarias —incluyendo la [reforma] fiscal que tanto necesitamos".

Mientras luchan por la competitividad del capitalismo brasileño, los sindicatos están empleando contra los trabajadores de Ford hoy los mismos métodos que utilizaron para suprimir la resistencia al cierre de la planta de São Bernardo do Campo en 2019.

En esa ocasión, el Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos ABC, también vinculado a la CUT, hizo todo lo posible para desgastar una huelga de 42 días, aislando a los trabajadores localmente e impidiendo acciones independientes. Terminó firmando un acuerdo que aceptaba el cierre de la planta. El sindicato actuó entonces en la práctica como representante de un grupo empresarial interesado en comprar la planta, negociando préstamos bancarios para el grupo y ofreciendo bajos salarios para atraer sus inversiones. A pesar de esto, las negociaciones fracasaron.

Los trabajadores de Ford necesitan urgentemente tomar las riendas de esta lucha y dirigirla en otra dirección. Es necesario romper con los sindicatos corporativistas, formando comités independientes de base para unificar la lucha entre todas las plantas y con la clase obrera en su conjunto.

También es fundamental superar la perspectiva capitalista y nacionalista que defienden los sindicatos. Contra los malignos planes de reestructuración mundial de las empresas transnacionales del automóvil, los trabajadores deben avanzar en su propia estrategia de lucha unificada a nivel mundial, por la que luchan el World Socialist Web Site y el Comité Internacional de la Cuarta Internacional.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de enero de 2021)

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