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El Departamento de Estado de Estados Unidos designa a Cuba patrocinador estatal del terrorismo

El lunes, la Administración Trump anunció que volvería a colocar a Cuba en la lista del Departamento de Estado de patrocinadores estatales del terrorismo. Es uno de varios movimientos de política exterior agresivos y provocadores realizados en las semanas posteriores a la derrota de Trump en las elecciones de noviembre. La colocación de Cuba en la lista es un intento de cambiar de manera más permanente la política del imperialismo estadounidense hacia Cuba hacia una de cambio de régimen explícito y al mismo tiempo hacer retroceder la influencia de Rusia y China en el hemisferio occidental.

En un comunicado, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, uno de los miembros más reaccionarios y leales del gabinete de Trump, dejó esto en claro, escribiendo: “La Administración Trump se ha centrado desde el principio en negar al régimen de Castro los recursos que utiliza para oprimir a su propia población y contrarrestar su interferencia maligna en Venezuela y el resto del hemisferio occidental".

El secretario de Estado Mike Pompeo y el presidente Donald Trump en una rueda de prensa en marzo de 2020. (Crédito de la imagen: AP Photo/Evan Vucci)

La designación del Departamento de Estado impone más restricciones a la asistencia exterior y las exportaciones estadounidenses a Cuba. Originalmente Cuba fue colocada en la lista en 1982 por el presidente estadounidense Ronald Reagan por su apoyo a los sandinistas nicaragüenses y al Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador. Cuba fue eliminada de la lista en 2015 durante la normalización de relaciones llevada a cabo por los entonces presidentes Barack Obama y Raúl Castro.

En otro anuncio anticubano hecho el viernes, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, también anunció sanciones contra el ministro del Interior cubano, Lázaro Alberto Álvarez, por “abuso de los derechos humanos”.

Dado el endurecimiento constante de las sanciones por parte de Trump desde que asumió el cargo en 2017, el cambio tendrá poco efecto práctico inmediato, aunque dificulta que la Administración entrante de Joe Biden vuelva a la política de normalización de la era de Obama.

Una de las primeras medidas que tomó la Administración Trump después de asumir el cargo fue restringir nuevamente los viajes a Cuba de ciudadanos estadounidenses. Desde entonces, las restricciones se han endurecido aún más, con el cierre de vuelos directos a ciudades fuera de La Habana en 2019, junto con las paradas de cruceros a la isla. Solo este año, el Gobierno de Estados Unidos publicó una lista de hoteles cubanos en los que los ciudadanos estadounidenses están prohibidos debido a presuntos vínculos con el Gobierno y el ejército cubano.

Uno de los movimientos más directamente dañinos para la economía cubana ha sido el corte de remesas. Con un total de alrededor de $3 mil millones anuales, las remesas representan una parte importante de las reservas de divisas que Cuba requiere para financiar las importaciones de productos básicos. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro primero puso un límite estricto a las remesas de $1,000 por trimestre, limitado a miembros de la familia, antes de prohibir por completo cualquier envío de remesas que fluya a través de la agencia Fincimex del Gobierno cubano.

El corte de las remesas ha exacerbado la crisis económica de la isla ya golpeada por la pandemia de COVID-19 y el colapso del turismo en la isla. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, se espera que la economía de Cuba se contraiga un 8 por ciento en 2021, después de haberse contraído un 11 por ciento en 2020. Debido a que Cuba importa el 80 por ciento de sus necesidades de alimentos y combustibles, la caída del turismo ha provocado a la escasez de bienes básicos en todo el país.

Cuba está sufriendo ahora el peor brote de COVID-19 desde el comienzo de la pandemia. A pesar de que solo ha tenido alrededor de 160 muertes en total hasta ahora, uno de los totales más bajos en la región del Caribe, la isla ha establecido récords diarios de infecciones por sexto día consecutivo con 550 casos nuevos. Esto ha llevado a nuevas restricciones en toda la capital, incluido el cierre de escuelas y una limitación del movimiento y el transporte público.

Más de 14.600 personas están bajo observación por una posible infección, y el 70 por ciento de las infecciones ocurrieron después de la reapertura del aeropuerto a los viajes internacionales el 15 de noviembre.

Al igual que en otros lugares, la pandemia de COVID-19 ha servido como un evento desencadenante para acelerar los planes que ya están en marcha. Entre los más significativos se encuentran el anuncio del Gobierno cubano sobre la flexibilización de las restricciones a la propiedad extranjera de empresas y las medidas para unificar su sistema monetario e imponer una devaluación. Ambos planes apuntan a integrar más plenamente al país en el mercado global y asegurar un futuro para los burócratas en quiebra del Partido Comunista de Cuba.

Los cambios de moneda implementados el 1 de enero han demostrado ser un gran shock. El cambio planificado durante mucho tiempo ha eliminado el peso cubano convertible (CUC), vinculado durante mucho tiempo al dólar a una tasa de uno a uno, a favor del peso cubano (CUP). El sistema de doble moneda sirvió como una especie de subsidio para las empresas estatales cubanas, ya que se les permitió cambiar el CUC y el CUP a una tasa de uno a uno, aunque el tipo de cambio oficial era de 25 CUP por CUC, lo que hace que las importaciones e insumos de producción artificialmente baratos.

Como dijo Pavel Vidal, execonomista del Banco Central de Cuba y profesor de la Universidad Javeriana Cali de Colombia, “Van con un cambio del tipo 'big bang', aunque intentarán regular los impactos con medidas administrativas y reprimiendo la inflación".

El fin del sistema de doble moneda está provocando un fuerte aumento de los precios y probablemente conducirá al fracaso de muchas empresas estatales, así como a despidos masivos. Según los informes, los precios de la electricidad han aumentado más del 500 por ciento en algunos casos. Los precios de las necesidades básicas se están poniendo fuera del alcance de la población, incluso con el anuncio de que se quintuplicarían los salarios y las pensiones. Sin embargo, esto no ayudará al 40 por ciento de los cubanos considerados "autónomos" o que trabajan para empresas privadas.

Las llamadas tiendas de dólar se han proliferado incluso cuando los dólares mismos se han vuelto mucho más difíciles de adquirir. El ministro de Economía, Alejandro Gil, ha señalado que se avecinan más devaluaciones.

En un Foro Empresarial 2020 en línea celebrado en La Habana, el ministro de Comercio Exterior e Inversiones de Cuba, Rodrigo Malmierca, anunció que ahora sería posible que las empresas estatales tomen una participación minoritaria en cualquier empresa conjunta con inversionistas extranjeros. La mayoría de los sectores industriales aparentemente se van a abrir, fuera de la extracción de recursos naturales y el servicio público.

John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, dijo: "Si la Administración de Díaz-Canel puede implementar con éxito una unificación y devaluación, las fuentes de inversión extranjera directa y los gobiernos extranjeros serán de apoyo".

En un intento por asegurar ganancias cubanas para empresas estadounidenses, el congresista de Nueva York, Gregory Meeks, dijo en relación incorporación de Cuba a lista, "Es esencial que la lista de patrocinadores estatales del terrorismo se utilice con prudencia para mantener su seriedad e integridad, y que un país nunca se agregue a la lista a menos que cumpla con los estándares legales". Meeks también instó a Biden a "agregar la reversión del fracaso de la política exterior de hoy a su larga lista de cosas por hacer cuando asuma el cargo.

Por su parte, la Administración Biden ha dicho poco, y un miembro de su equipo de transición le dijo al Wall Street Journal que Biden "emitirá un veredicto basado exclusivamente en un criterio: el interés nacional". De hecho, es muy posible que Pompeo y la extrema derecha confíen en que Biden no revierta esta medida debido a su deseo de ganarse el favor de los republicanos y su base en el sur de Florida.

Aún por ser escuchada es la propia clase trabajadora cubana la cual enfrenta una grave crisis por el crecimiento de la pandemia de COVID-19 y el asalto económico que está llevando a cabo el Gobierno. La única salida de este impasse es la creación de una nueva dirección revolucionaria, una sección cubana del Comité Internacional de la Cuarta Internacional.

(Artículo publicado el 15 de enero de 2021)

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