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Perspectiva

El bloqueo en el canal de Suez y la globalización de la producción

Las implicancias colosales del encallamiento de uno de los buques portacontenedores más grandes del mundo, el Ever Given, y su bloqueo del canal de Suez en Egipto se han sentido internacionalmente.

El enorme carguero que estuvo atascado en el canal desde el martes pasado durante una tormenta de arena típica de la temporada fue liberado finalmente de la orilla en las primeras horas de esta mañana por parte de los botes remolcadores. Los esfuerzos para reflotarlo completamente continúan al tiempo de edición.

El bloqueo de una arteria vital de la economía global por un solo barco —un accidente previsible— revela aspectos fundamentales de la sociedad moderna.

El barco es propiedad de la empresa japonesa Shoei Kisen Kaisha, es operado por la empresa taiwanesa Evergreen Marine Corporation, porta la bandera panameña y carga bienes por valor de $89 millones.

La producción y la actividad económica se han internacionalizado a un nivel sin precedentes, conectado a la clase obrera de cada país en una poderosa red interconectada, a tal grado que el bloqueo de un solo centro de tránsito pronto se hace sentir en todo el globo.

En esta fotografía publicada por la Autoridad del Canal de Suez, se ve a botes remolcadores y excavadoras que intentan desencallar al buque Ever Given, con bandera panameña y propiedad japonesa, que ha estado encallado en el canal de Suez, 28 de marzo de 2021 (Autoridad del Canal de Suez vía AP)

Casi el 50 por ciento de los buques que transitan por el Canal de Suez son portacontenedores que transportan componentes de automóviles, electrodomésticos, ropa y productos electrónicos de consumo entre continentes. Las mercancías que se dirigen a Europa se integran a su vez en componentes que se envían a América y al resto del mundo, a menudo para su montaje final en otro lugar.

Sin embargo, bajo el irracional y anárquico orden social capitalista, con el mundo dividido en Estados nación rivales, no ha habido prácticamente ninguna preparación seria para un evento como el atasco del canal de Suez, que se había pronosticado desde hace tiempo, dada la enorme expansión del número y tamaño de los “megabuques” de contenedores.

Más de 450 buques esperan en ambos extremos del canal, los analistas creen que las aseguradoras podrían enfrentarse a reclamos superiores a los 100 millones de dólares. Sin embargo, la factura final, incluyendo las indemnizaciones por los retrasos, la pérdida de ingresos para la Autoridad del Canal de Suez, los posibles daños a la carga y el coste de reflotar el barco, podría incluir sumas aún mayores.

Aunque todavía no se han determinado las causas exactas del accidente del Ever Given, éste apunta a la incompetencia y la corrupción endémicas en el aparato estatal egipcio. La Autoridad del Canal de Suez (SCA, por su siglas en inglés), la corporación estatal y mayoritariamente militar responsable del funcionamiento y mantenimiento del Canal de Suez, que incluye el sistema informático de gestión del tráfico, sus pilotos y el dragado. La autoridad ha tratado de restarle importancia a la gravedad del incidente y no puede decir cuánto tiempo llevará desbloquear el canal. El jefe de la SCA, el teniente general Osama Rabie, ya ha anunciado que la agencia está discutiendo una compensación para los barcos que esperan, lo que sugiere que hubo negligencia por parte de la SCA.

Pero las implicaciones globales son mucho mayores. Los analistas advierten que el bloqueo amenaza con una grave interrupción del suministro comercial mundial, con enormes repercusiones en las cadenas de suministro globales que ahora dependen de niveles mínimos de existencias acorde con las técnicas de producción “justo a tiempo”, así como consecuencias para los empleos de los trabajadores y los precios al consumidor. Es probable que alimente aún más los antagonismos nacionales.

El canal de Suez es una de las vías navegables más transitadas del mundo, que une el océano Índico, y los mares Rojo y Mediterráneo. El canal es atravesado por 19.000 buques al año, que transportan diariamente 10.000 millones de dólares en mercancías, lo que supone un 13 por ciento del comercio mundial en volumen, y alrededor del 10 por ciento del petróleo del mundo, principalmente entre Asia, Oriente Medio y Europa.

A medida que el comercio marítimo ha crecido, el tamaño de los portacontenedores también ha aumentado, impulsado por la necesidad de reducir los costes de transporte y lograr economías de escala. El tamaño promedio de los portacontenedores es ahora cinco veces mayor que hace apenas 20 años, lo que ha permitido reducir el número de buques y los costes, hasta el punto de que los buques son capaces de transportar 20.000 contenedores de 6 metros y se operan con una tripulación de solo 20 personas. Pero estos buques son demasiado profundos y grandes para transitar por algunas rutas marítimas, como el canal de Panamá, o para atracar en algunos muelles portuarios, lo que exige una importante inversión para acomodar los buques, manejar su carga y descarga y gestionar la planificación para evitar congestiones portuarias.

Con el canal de Suez bloqueado, algunos barcos empezaron a rodear el extremo sur de África, una ruta mucho más peligrosa, que añade hasta dos semanas al viaje y con mayores costes de mano de obra y combustible. Esto, a su vez, agravará la escasez de contenedores y cargueros y creará retrasos, escasez de mercancías y precios más altos. El precio del petróleo subió un siete por ciento en respuesta a la noticia del bloqueo. Un informe publicado por la aseguradora alemana Allianz Global estimó que el embotellamiento podría costar al comercio mundial entre $6.000 y $10.000 millones a la semana.

Los buques cisterna más pequeños y los productos petrolíferos, como la nafta (un combustible líquido) y las exportaciones de fueloil de Europa a Asia, alrededor del 20 por ciento de la nafta de Asia se suministra por el Mediterráneo y el mar Negro a través del canal de Suez, también se verán afectados si el canal permanece bloqueado durante varias semanas.

El atasco en el Suez, cuando finalmente se libere, provocará a su vez una mayor congestión y desorganización al inundar puertos de barcos que ya están sobrecargados debido a las consecuencias de la pandemia de coronavirus.

El suceso del canal de Suez se produce además en medio de graves dificultades en las cadenas de suministro, como la escasez generalizada de semiconductores, un componente clave en automóviles, teléfonos inteligentes, ordenadores personales, tabletas y televisores, la brutal tormenta de invierno del mes pasado en Texas, que ha ralentizado la producción de artículos de plástico, y el gran retraso de los cargueros en los puertos del sur de California.

El bloqueo del canal de Suez amenaza con una nueva agudización de las tensiones geopolíticas en unas condiciones en las que existen numerosos focos de tensión que se han ido multiplicando. Los buques que se ven obligados a desviarse del mar Rojo hacia el cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, se enfrentan a la amenaza de la piratería frente a las costas de África oriental y occidental, que han visto un aumento de los secuestros de piratas en los últimos meses, lo que ha llevado a varias compañías navieras a solicitar la escolta de la Marina estadounidense.

Un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Nikolai Korchunov, argumentó que es necesario desarrollar nuevas rutas marítimas, incluida una ruta marítima del norte a través del océano Ártico, que se ha convertido a su vez en el foco de crecientes conflictos geopolíticos a medida que los países adyacentes tratan de hacer valer sus reivindicaciones territoriales para garantizar su acceso a las vastas reservas de energía y materiales raros que se cree que hay en la región del Ártico.

Hoy en día, la naturaleza global del capitalismo está fuera de toda duda, al igual que el reaccionario sistema de Estados nación que está conduciendo a las principales potencias capitalistas del mundo hacia una guerra global y un aumento de la desigualdad social en casa, mientras preparan formas de gobierno dictatoriales.

El capitalismo ha demostrado una y otra vez que es impermeable a la ciencia y a la razón, criminalmente irracional y totalmente opuesto a abordar cualquier problema social, mientras exige ganancias cada vez mayores. La pandemia, que ya ha matado a 2,7 millones de personas en todo el mundo, no hace más que confirmar la necesidad de abolir el sistema capitalista y sustituirlo por un sistema de planificación económica coordinado internacionalmente, racional y científicamente dirigido, basado en la igualdad y la satisfacción de las necesidades humanas: el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 29 de marzo de 2021)

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