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Perspectiva

Ante avance de pandemia en Michigan, gobernadora Whitmer se rehúsa a cerrar escuelas

El COVID-19 se salió de control en el estado de Michigan, que encabeza EE.UU. en el inicio de otra ola de la pandemia. Se necesitan acciones inmediatas para salvar miles de vidas en las próximas semanas y los trabajadores de todo el mundo deben estudiar la situación aquí y tomar las lecciones políticas para prevenir una catástrofe similar en todas partes.

El promedio móvil de siete días de casos nuevos en Michigan ya superó el pico de la ola del otoño/invierno, alcanzando su nivel más alto hasta la fecha el 9 de abril, de 7.602 nuevos casos reportados. La tasa de positividad del estado es de 16 por ciento, la más elevada en EE.UU. continental y su tasa de casos diarios de 70,2 por 100.000 habitantes es mucho más alta que la segunda mayor de 43,0 en Nueva Jersey.

En esta foto de archivo del 2 de marzo de 2021, la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer hace una declaración estatal en Lansing, Michigan (crédito: Oficina de la Gobernadora de Michigan, vía AP)

La nueva oleada en Michigan está siendo impulsada por la variante B.1.1.7, que es entre un 50 y un 75 por ciento más contagiosa que la cepa original y afecta de forma desproporcionada a los jóvenes. La B.1.1.7 es ahora la variante dominante que circula en Estados Unidos. En Michigan, se estima que representa el 70 por ciento de los nuevos casos, lo que algunos médicos han calificado de “nueva pandemia”.

La tasa de Michigan se ha multiplicado por siete desde que alcanzó un mínimo de unos 1.100 casos nuevos al día a mediados de febrero. A lo largo de este periodo, el vector número uno de transmisión fue, con creces, los edificios escolares de kínder a doceavo año, que están abiertos para las clases presenciales en todos los distritos del estado. Esto es según las propias cifras del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Michigan.

De hecho, el aumento de los brotes relacionados con las escuelas precedió al aumento de los casos en todo el estado, lo que demuestra que las escuelas están realmente conduciendo la pandemia y no simplemente reflejando su expansión. Después de que el virus se propagara rápidamente por los recintos escolares, los profesores, alumnos y trabajadores infectados lo llevaron a sus familias y a sus comunidades.

También se produjeron cientos de brotes en eventos deportivos escolares. En conjunto, las escuelas, las actividades deportivas y las guarderías han sido la fuente del 40 por ciento de los brotes registrados en el estado durante la nueva oleada. Después de las instalaciones educativas, los lugares más comunes de contagio de COVID-19 son las fábricas y las obras de construcción, seguidas de las residencias de ancianos, los comercios minoristas y las oficinas.

Los hospitales están volviendo a llenarse, como lo hicieron en la primavera y el otoño pasados, pero esta vez el mayor aumento de hospitalizaciones por COVID tuvo lugar entre los menores de 19 años. El miércoles pasado, los hospitales de todo el estado empezaron a cancelar cirugías y a poner en práctica “protocolos de aumento” para dar cabida al creciente número de pacientes con COVID. Durante el fin de semana, los pacientes sin COVID de todo tipo esperaron durante horas mientras las salas de urgencias de Detroit se veían desbordadas por la oleada.

En estas condiciones, la gobernadora Gretchen Whitmer y su asesora médica celebraron una asombrosa rueda de prensa el viernes por la mañana en la que repasaron esta catastrófica situación con todo lujo de detalles, presentaron las cifras mediante tablas y gráficos y, a continuación, procedieron a anunciar que no habría ningún cambio en la política de Michigan, ni nuevas restricciones ni cierres de ningún tipo.

“Como vemos tantos casos nuevos cada día, nuestro sistema sanitario está desbordado”, explicó la Dra. Johneigh Khaldun, asesora de Whitmer sobre el COVID. “No somos capaces de obtener información sobre muchos casos. Tampoco somos capaces de identificar a sus contactos cercanos. No sabemos dónde están todos los casos y brotes, y lo que sabemos es probablemente un recuento incompleto”, dijo.

Whitmer declaró: “Cumplir con tu deber es utilizar tu mascarilla, es ser inteligente en cuanto al distanciamiento social y el lavado de manos”. Luego instó a las escuelas a prolongar “voluntariamente” sus vacaciones de primavera durante dos semanas y a suspender temporalmente los deportes escolares.

“Para ser muy claros, no se trata de órdenes, mandatos ni requisitos”, subrayó. En menos de 24 horas, los distritos de todo el estado comenzaron a anunciar que ignorarían los llamamientos voluntarios de la gobernadora y que continuarían los deportes y otras prácticas tal y como estaban programados, sin pausa.

La nueva consigna de Whitmer, repetida una y otra vez, es “Michigan no tiene un problema de política, tenemos un problema de cumplimiento”. Según esta increíble teoría, el Gobierno ha hecho exactamente lo necesario para combatir la pandemia, y son los trabajadores individuales y los jóvenes los que tienen la culpa por no usar mascarillas ni quedarse en casa. De hecho, la Dra. Khaldun dijo: “Solo porque algo esté abierto, no significa que sea seguro o que debas hacerlo”.

La gobernadora se negó a especificar cómo se supone que los estudiantes de las escuelas hacinadas y mal ventiladas o los trabajadores del sector automotor en las fábricas deben “cumplir” con sus directrices, o cómo se supone que los trabajadores de Amazon deben lavarse las manos cuando ni siquiera tienen acceso a un baño.

Whitmer presumió del programa de vacunación del estado, calificándolo como “la mejor manera” de detener el virus. Pero a continuación admitió que, al ritmo previsto, es probable que pasen meses antes de que se haya vacunado a un número suficiente de habitantes de Michigan para que la pandemia mengüe, y que el presidente Biden le negó la solicitud de un aumento de vacunas para contrarrestar el incremento de casos en el estado. “Vamos a tener unas semanas difíciles por delante”, dijo.

Mantener las escuelas abiertas en Michigan es fundamental para reforzar los planes igualmente peligrosos de reabrir las escuelas en las próximas semanas en los principales distritos escolares de todo el país. Hoy, el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD, siglas en inglés), el segundo más grande de EE.UU., va a comenzar a reabrir las escuelas primarias. Las primeras ecuestas indican que se espera que unos 200.000 de los 665.000 alumnos del distrito vuelvan a las clases presenciales. El 19 de abril, las Escuelas Públicas de Chicago (CPS) comenzarán a reabrir las escuelas secundarias, a pesar de que las escuelas primarias ya son focos de contagio en toda la ciudad. Portland, Seattle y otros distritos importantes también se están preparando para reabrir.

Whitmer, una demócrata, es la encargada de llevar a cabo la política del Gobierno de Biden, que consiste en reabrir la economía y las escuelas lo más rápido posible en todas partes, sin importar el número de cadáveres, para que sigan fluyendo y se aceleren las ganancias. Forbes acaba de escribir en su informe anual sobre los superricos que en el último año se produjo la “mayor aceleración de la riqueza” de la historia, gracias a que los milmillonarios en dólares aumentaron su patrimonio en un 60 por ciento desde que comenzó la pandemia, ganando $1,7 millones por cada uno de los más de siete millones de muertos por COVID-19 en todo el mundo.

En particular, Michigan es el centro de la producción automotriz norteamericana, y Whitmer actúa a instancias de estas gigantescas corporaciones, que emplean a cientos de miles de trabajadores en Detroit y en todo el estado. Ante el reto de obligar al mayor número posible de trabajadores a volver a las fábricas contaminadas, se está imponiendo la reapertura de las escuelas para que los trabajadores con hijos pequeños puedan acudir al trabajo.

El 16 de marzo de 2020, Michigan se convirtió en el decimotercer estado en cerrar sus escuelas en respuesta a la aparición inicial y repentina de la pandemia, pero las fábricas se mantuvieron en funcionamiento. Los días 17 y 18 de marzo, los trabajadores del sector automotor de Detroit se declararon en huelga, desafiando a su sindicato, el UAW, y frenaron la industria automotriz durante dos meses. Whitmer instituyó entonces un confinamiento limitado el 24 de marzo, pero eximió explícitamente a las fábricas de automóviles como “infraestructura crítica” que debía reabrirse lo antes posible.

Tras los cierres parciales de marzo, la clase dominante se entregó a sí misma billones de dólares a través de la Ley CARES, firmada el 27 de marzo. Esto fue seguido inmediatamente por la exigencia de que los trabajadores volvieran a sus puestos de trabajo. La Administración de Trump incitó a fuerzas fascistas, incluso en Michigan, a exigir el fin de las mínimas restricciones a la propagación de la pandemia.

El 30 de abril del año pasado, en un ensayo para la intentona golpista de Trump del 6 de enero en Washington, los integrantes de las milicias fascistas se concentraron en el Capitolio del estado de Michigan, en Lansing, para exigir una reapertura total. Algunos de ellos entraron en el edificio con rifles de asalto. Menos de un mes después, se permitió a las tres grandes empresas automovilísticas reanudar la producción.

El 8 de octubre de 2020, el FBI reveló la existencia de un complot de gran alcance por parte de los activistas anticonfinamientos para secuestrar y matar a Whitmer y derrocar el Gobierno estatal. Su principal demanda era poner fin a todas las medidas de contención de la pandemia. Siete meses después, en medio de un desastroso avance de la pandemia, Whitmer ha adoptado esta demanda central de los conspiradores de Michigan.

Entre agosto y noviembre, a medida que los distritos escolares de todo Michigan volvían a las clases presenciales en el transcurso del semestre de otoño, el COVID-19 explotó en el estado, alcanzando un pico durante la semana de Acción de Gracias. El 16 de noviembre, Whitmer ordenó que solo las escuelas secundarias pasaran a clases totalmente a distancia durante las últimas semanas del semestre. A pesar de que en ese momento había más de 100 brotes en curso en las escuelas de kínder a octavo año, se permitió que siguieran las clases presenciales para que los padres de los niños pequeños pudieran acudir al trabajo.

El cierre normal de las escuelas en las vacaciones de invierno redujo la tasa de casos en Michigan a menos de 1.100 por día. Pero, como era de esperar, la reanudación de las clases presenciales a partir de enero ha hecho que la pandemia vuelva a alcanzar proporciones catastróficas, esta vez con una variante aún más contagiosa.

Las mismas políticas pandémicas aplicadas por Trump se han continuado sin trabas bajo Biden. Y la política de Trump/Biden/Whitmer de anteponer las ganancias a las vidas se lleva a cabo, en su esencia, en todos los estados del país y, de hecho, en todos los países del mundo.

Pero el último año no se ha vivido en vano, y los trabajadores están empezando a sacar conclusiones políticas de esta trágica experiencia.

Durante la pandemia, los trabajadores de Michigan, incluidos los educadores y los trabajadores automotores, han formado comités de seguridad de base en las escuelas y las fábricas. Estos comités deben ampliarse y extenderse a todos los sectores de la clase obrera, en Michigan, todo EE.UU. y el mundo.

Estos comités están uniendo la oposición a las condiciones mortales en las escuelas y los lugares de trabajo y luchando por políticas basadas en los intereses de la salud pública y no en el lucro privado. Esto incluye el cierre inmediato de la producción no esencial; el cierre de todos los edificios escolares, con un cambio a clases virtuales de alta calidad; ingresos completos para los trabajadores; y un apoyo real a las pequeñas empresas.

Hay mucha riqueza en la sociedad para mantener y proteger a todo el mundo hasta que se contenga la pandemia. Pero para que los trabajadores se apoderen de ella es necesario luchar no solo contra el virus, sino contra el sistema capitalista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 11 de marzo de 2021)

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