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Dr. Yaneer Bar-Yam sobre la pandemia COVID-19 y una estrategia para eliminar el virus

El Dr. Yaneer Bar-Yam es un científico estadounidense nacido en Boston, Massachusetts, que recibió su Bachiller de ciencias y su doctorado en física en el Instituto de Tecnología de Massachusetts. Es el presidente fundador del Instituto de Sistemas Complejas de Nueva Inglaterra. Su investigación se ha centrado en formalizar sistemas complejas e intentar relacionarlas con problemas sociales cotidianas.

Es un experto en el análisis cuantitativo de pandemias y fue asesor a los responsables políticas sobre la epidemia del virus del Ébola en África Occidental. En febrero de 2020, fundó EndCoronavirus.org, una red global de miles de voluntarios para guiar y proporcionar políticas sobre la lucha contra la pandemia de COVID-19.

Yaneer Bar-Yam (Crédito de la imagen: Yaneer Bar-Yam / Medium)

 

El 26 de enero de 2020, Bar-Yam fue coautor de un informe sobre una respuesta integral a la propagación del virus durante esas primeras semanas en las que la amenaza global del nuevo coronavirus se estaba haciendo clara. Bar-Yam y sus coautores escribieron: “Los enfoques de políticas estándares a escalas individuales, como el aislamiento, el rastreo de contactos y el monitoreo, se ven rápidamente abrumados ante la infección masiva y, por lo tanto, tampoco se puede confiar en ellos para detener una pandemia. Los enfoques de población de múltiples escalas que incluyen la reducción drástica de las redes de contacto utilizando límites colectivos y cambios de comportamiento social, y el autocontrol de la comunidad son esenciales. Juntas, estas observaciones conducen a la necesidad de un enfoque de precaución para los brotes pandémicos actuales y potenciales que deben incluir patrones de movilidad restrictivas en las primeras etapas de un brote, especialmente cuando se sabe poco sobre los verdaderos parámetros del patógeno. Costará algo reducir la movilidad en el corto plazo, pero no hacerlo eventualmente costará todo, si no de este evento, entonces uno en el futuro".

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Benjamin Mateus: Gracias por tomarse el tiempo para hablar con el World Socialist Web Site. La última vez que hablamos, mencionó que había realizado un trabajo extenso en el modelado de pandemias. Tal vez pueda explicar brevemente lo que hace a modo de introducción.

Yaneer Bar-Yam: Buenas tardes. Es un placer. Entonces, un poco de trasfondo. Soy físico y científico de la complejidad. [Detrás de esta ciencia] está que el cálculo y la estadística no describen el mundo real debido a las interdependencias [que existen]. Entonces, cuando algo aquí depende de algo allá, los marcos matemáticos no describen lo que está sucediendo. Pensarías que puedes acercarte cada vez más, pero en realidad no funciona. Existe un límite más allá del cual no se puede ir con el cálculo y la estadística.

Lo que debe hacer es desarrollar nuevas matemáticas y el tipo clave de marco fundamental para eso fue desarrollado en 1970 por Ken Wilson. Se llama grupo de renormalización. Y es un marco matemático que cambia la forma en que pensamos sobre el mundo. Y lo principal que podemos sacar de esto para los propósitos de esta conversación es que identifica cuáles son las variables más importantes en el problema que es la pandemia actual.

Lo que realmente significa es que tienes que saber que hay tres cosas que son importantes: Una es el valor R0 [el número básico de reproducción] de la transmisión, que puede ser mayor que uno [las infecciones crecen] o menos de uno [casos declinante]. En segundo lugar, están las restricciones de viaje. Si no tiene viajes, no puede tener una pandemia. Y el tercero es el número de personas infectadas y el hecho de que cero es diferente de cualquier otro número, lo que básicamente significa que si controlas el brote lo suficiente, entonces no tienes un brote, pero tiene que ser suficiente porque si todavía tener 10 o cien casos, no es lo mismo que cero, lo que corre el riesgo de perpetuar la transmisión del patógeno.

La clave es que si entendemos que las tres variables son interdependientes, podemos armar una estrategia. Tienes que saber cómo unir las cosas en la combinación correcta. Y la combinación correcta es muy sencilla una vez que la entiendes. Entonces, déjame decirte lo que no funciona. Lo que no funciona es lo que estamos haciendo ahora. A medida que aumentan los casos, aumentamos las restricciones y a medida que bajan los casos, disminuimos las restricciones, lo que básicamente garantiza que estamos constantemente en una situación en la que vemos la mayor cantidad de casos que podemos tolerar.

La estrategia correcta es lo que llamamos la estrategia de la zona verde, lo que significa que se suprime el brote. Identifica áreas que no tienen casos. Entonces, están en cero. Los protege limitando los viajes entre regiones. Recuerde, viajar es una de las variables. Si una persona infectada entra en una zona verde, esa zona ya no es "verde". Pero si ha eliminado las infecciones de una región, puede abrir las áreas a la normalidad [con marcadores de contacto y capacidad de prueba en su lugar]. Luego, abre progresivamente más áreas que se vuelven "verdes" y permiten que las personas viajen entre ellas. Y si lo hace bien, no tardará mucho. Básicamente, lleva de cuatro a seis semanas, un poco más si tiene muchos casos, pero si comienza en áreas pequeñas, puede hacerlo increíblemente rápido. Esa es la esencia de la estrategia de la zona verde, que permite de manera práctica lograr la eliminación del virus.

BM: ¿Cómo se diseñó la estrategia de la zona verde? ¿Qué es y cuándo se concibió?

YB: Lo interesante es que, en cierto sentido, esta es la forma antigua de combatir los brotes. Todo lo que he dicho se basa en estrategias bíblicas a medievales. La idea básica de transmisión restringida es algo que sabemos que es antiguo. Parte del problema es que en los últimos tiempos la gente ha menospreciado las viejas formas diciendo que ya no funcionan y que haremos algo nuevo.

Pero esta discusión matemática, que, nuevamente, está anclada en una matemática que básicamente te dice en qué enfocarte, fue algo que comencé cuando escribí un artículo hace 15 años sobre la dinámica de las pandemias. Básicamente era un artículo sobre mutaciones en patógenos y cómo la combinación de transporte global y dinámica mutacional funciona en conjunto porque el punto es que si separas cómo evolucionan los patógenos del efecto de los viajes, obtienes una respuesta, pero si los combinas, tienes una respuesta diferente. Y la respuesta es que a medida que agregamos el transporte de largo alcance, el mundo, incluso con una pequeña cantidad de transporte de largo alcance, hace una transición de los brotes locales a la extinción global [pandemia]. Y de hecho, el "régimen" [concepto matemático] en el que nos encontramos ahora con patógenos, con variantes, etc., es exactamente el "régimen" que se analizó en el artículo.

BM: El tema que está planteando es curioso. Epidemiólogos como el Dr. Michael Osterholm han estado advirtiendo que tal pandemia es inevitable. La epidemia de ébola en África occidental había suscitado gran preocupación por el hecho de que el mundo no estaba preparado para tal evento. Incluso en el verano de 2019, EE. UU. realizó un ejercicio llamado "Contagio carmesí" para probar la capacidad del gobierno federal para contener un patógeno respiratorio traído a EE. UU. desde China. Ellos predijeron que cien millones de personas se infectarían y más de 500.000 morirían, concluyendo que el país no estaba muy preparado para tal evento. Y luego vino la pandemia de COVID-19 en unos pocos meses. ¿Cómo contrastan el modelado y las matemáticas con las discusiones mantenidas por epidemiólogos y científicos?

YB: Hace quince años, comencé a tratar de dar la alarma sobre el hecho: lo que la ciencia y las matemáticas mostraron fue que no podemos esperar una situación un poco peor y luego una peor a medida que se propaga la pandemia. Se pone dramáticamente peor de repente. Y la gente no sabe cómo reaccionar ante tal catástrofe.

Sí, hubo otros que estaban dando la alarma, pero claramente nadie prestó suficiente atención. Cuando ocurrió el ébola en África Occidental, participé a nivel de políticas. Y fue entonces cuando fuimos muy explícitos sobre las estrategias necesarias para detener los brotes, y nuevamente, una de estas narrativas que se acepta en la literatura estándar es que las restricciones de viaje no funcionan porque una vez que la enfermedad llega a algún lugar, ya está fuera, y seguido.

Pero eso es incorrecto. Si combinamos las restricciones de viaje con los cierres, entonces está trabajando para deshacerse de la enfermedad de manera más eficiente y efectiva. El punto es que es usar las cosas juntas lo que le permite superar el problema.

Y aquí es donde surge la confusión porque pensamos en las cosas de forma independiente. Permítanme usar una ilustración. Digamos que pensó en conducir un automóvil. Utiliza la combinación del volante, el acelerador y los frenos para detener el automóvil de manera segura. Usar solo uno u otro creará accidentes. No llegarás lejos. De eso se trata realmente. Existe esta comprensión estructural que nos faltaba. Las matemáticas ayudan a explicar qué parámetros de la pandemia podemos controlar.

También existe esta actitud negacionista profundamente arraigada que dice: “aquí nunca sucederá. Estamos todos listos. Podemos lidiar con cualquier cosa simplemente porque pensamos que somos geniales”, y sin darnos cuenta de que puede haber desafíos que ponen en peligro la vida y la sociedad y pueden socavar nuestra forma de vida e incluso nuestra propia existencia. Esta idea de que desde hace 50 o 100 años no hemos tenido que afrontar algo devastador no significa que no lo vamos a afrontar ahora.

Esto es lo peor que ha sucedido en, digamos, cien años en términos de pandemia. Y la gente no pensó que iba a suceder. Pero ha sucedido. Y ahora estamos entrando en el modo fatalista en el que estamos atrapados y así será para siempre, lo que tampoco es un buen modo. Tenemos que entender lo que siempre hemos tenido control sobre esta pandemia.

BM: La última vez que hablamos mencionaste que estamos viendo la pandemia desde la perspectiva de casos individuales, de una sola persona a otra. Pero dijiste, si no recuerdo mal, que una enfermedad comunitaria no es una enfermedad individual. ¿Quizás puedas ampliar eso?

YB: La formación por la que pasan los médicos es una formación orientada al individuo, ¿verdad? Hay un paciente que entra, tiene un problema. Vas a resolver el problema. Los vas a tratar. Y ese es el marco del pensamiento. Y es un marco muy importante, y funciona muy bien si alguien tiene un ataque cardíaco u otros problemas que son realmente problemas individuales, pero una enfermedad transmisible es, por definición, algo que va de persona a persona.

Aunque los síntomas individuales o sus afecciones deben tratarse como individuos, es mucho mejor evitar que las personas se infecten en primer lugar. Y esa persona infectada es, por definición, no una propiedad individual, sino más bien una propiedad de cómo las personas interactúan entre ellos.

Tenemos que pensar en el conjunto de personas que interactúan juntas y la comprensión básica con la que debemos comenzar es que se trata de una propiedad comunitaria. Tiene que ver con la forma en que las personas eligen interactuar entre ellos. Está en los hogares. Ocurre en los hogares. Pero al final del día, el pueblo es lo que necesitamos para presentarnos en el hospital o en el consultorio de un médico.

Y una de las mayores preocupaciones que he tenido ha sido el hecho de que las personas están siendo enviadas a casa con sus familias para aislarlas o ponerlas en cuarentena. Sabemos que eso conduce a muchas infecciones, infecciones en serie dentro de las familias. Se ha informado ampliamente. Para detener eso, la gente debe proteger a sus familias. Necesitan un lugar a donde ir donde estén seguros y donde puedan ser atendidos, recibir tratamiento [mientras] están enfermos, llevar comida y también apoyo [a] sus familias para que no se preocupen por tener que mantener a sus familias o lo que sea, todas las inquietudes que tendrá alguien, y terminarán siendo nuevos vectores de transmisión del virus.

Ahora, a nivel comunitario, la comunidad, como un individuo, también tiene que cuidarse cuando está enfermo; una comunidad tiene que cuidarse sola cuando hay una pandemia. Y en África Occidental, la forma en que se detuvo [el ébola] y, nuevamente, estaban esperando, las predicciones eran, millones de personas muertas, y se detuvo con 11,310 muertes. Y la forma en que se detuvo fue con personas que iban puerta a puerta, vecinos del barrio de Liberia, iban puerta a puerta, identificaban temprano los casos y aislaban y ponían en cuarentena a personas para que no transmitieran. Y eso fue suficiente para detener el ébola. Sabemos que funciona.

En India, durante la pandemia actual, en uno de los peores barrios marginales de Asia, en Dharavi, la gente fue de puerta en puerta, una y otra vez, un par de veces al día. Ni siquiera tenían suficientes pruebas, pero usan oxímetros y termómetros para identificar casos. Eso fue suficiente. Tenían instalaciones de aislamiento y tenían que hacerlo en contextos urbanos de alta densidad. Tienes que hacer una identificación de casos, de manera muy intensiva, para detener el brote. Pero eso es lo que funciona.

Ahora, en un suburbio de los EE. UU., tal vez puedas hacer mucho de eso por control remoto, llamando a la gente y diciendo, ¿cómo estás? ¿Necesitas ayuda? ¿Tiene síntomas? Pero la idea básica es la misma, que hay que identificar los casos rápidamente. Tienes que aislar a las personas de la familia y los compañeros de casa. Porque de lo contrario la enfermedad se transmite; está en la comunidad. Tienes que hacerlo. La forma de pensar en esto es pensar en la comunidad como si estuviera enferma y una vez que la comunidad no está enferma, si no hay ninguna enfermedad allí, entonces puedes abrirla.

Pero, en cambio, estamos atrapados en este bucle de imponer restricciones para limitar la propagación de la enfermedad, pero no hacemos lo suficiente para detenerla. Abrimos de nuevo y luego los casos vuelven a subir y luego volvemos a imponer restricciones.

BM: Quería preguntarle sobre sus pensamientos sobre cuándo estalló la epidemia por primera vez en Wuhan, China, y reconocimos que se estaba produciendo una transmisión de persona a persona, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzó a comprender el alcance del problema.. ¿Qué crees que salió bien? ¿Qué crees que salió mal?

YB: Lo que salió bien es que dijeron que esto era un problema. Esto era peligroso. Lo principal es que dijeron que había que actuar rápidamente. El principal problema fundamental, sin embargo, fue que [la OMS] no dijo explícitamente dos cosas al principio: una, no dijo que el objetivo debería ser la eliminación y, dos, no dijo que las restricciones de viaje fueran esenciales. Y esos dos van juntos. Y este fue el gran fracaso.

No hay ninguna razón por la que solo porque la enfermedad existe en el mundo, tenga que estar en todas partes. Pero para evitar que esté en todas partes, tenemos que tomar las medidas necesarias para prevenirlo. Si miras a los EE. UU., si miras a otros países como Rusia o en toda Europa o en Sudamérica, muchos países no sólo no impidieron que llegara al país, sino que permitieron que llegara a todas partes del país porque no usaron restricciones de viaje para limitarlo. Si puede confinarlo, cuanto más pueda confinarlo, más fácil será deshacerse de él. Pero si aceptas que va a estar ahí, si aceptas que se va a convertir en endémico, entonces no haces restricciones de viaje ni eliminación.

Pero una vez que sepa que puede hacer que los casos se reduzcan, y definitivamente descubrimos que podríamos hacer que los casos se reduzcan, entonces se debe aplicar la estrategia de eliminación porque cuanto más rápido lo haga, menos daño hará. Y cuanto menos daño le haga a todo, incluyendo la enfermedad, la muerte, la discapacidad, todas estas cosas, pero también, menos daño económico.

La gente tampoco entiende que el tiempo es muy importante en las pandemias. Todo el mundo piensa que una vez que tienes algo, dura para siempre. Pero si puede detenerlo, entonces lo más importante que le cuesta es la cantidad de tiempo que lleva deshacerse de él. Entonces, cuanto más lo limites, más lo confines en el espacio y en el tiempo, menor será su impacto en la sociedad.

BM: Cambiando de velocidad, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades ahora están implementando nuevas pautas que reducirán el distanciamiento físico en las escuelas de seis a tres pies. Se ha debatido mucho sobre el papel de los niños en la pandemia y la reapertura de las escuelas. ¿Puedes hablar de esto?

YB: Este asunto de que los niños no transmiten o no se enferman es simplemente incorrecto. Los niños transmiten y pueden enfermarse gravemente. La razón principal por la que hubo cierta confusión es que los niños tienen casos menos graves. A menudo, son asintomáticos. Pero las consecuencias para los niños siguen siendo importantes.

Obtienen COVID prolongado, hay implicaciones de discapacidad a largo plazo para los niños. Y permitir que eso les suceda a los niños es algo muy incorrecto, obviamente. Y claro, los niños también, porque transmiten, aunque la mayor parte del tiempo están asintomáticos, transmiten de regreso a la comunidad, de regreso a sus familias, de regreso a sus escuelas, y muchos docentes han sufrido las consecuencias de ser contagiados por sus estudiantes.

La idea general de que esta no es una enfermedad importante para los niños es incorrecta. Pero, además, ahora estamos viendo las nuevas variantes y eso es todo un tema de discusión, que puede aportar casos más graves. De hecho, la situación que vemos es que las personas que han sido previamente infectadas pueden infectarse con la nueva variante. Al menos algunos de ellos, definitivamente las variantes brasileñas en particular, pueden ser más fatales. Incluso puede disminuir la eficacia de las vacunas. No estamos seguros de cuánto, pero la pérdida de la eficacia de la inmunidad parece ser significativa. Y si esa variante tiene la propiedad de evadir la inmunidad, entonces existen muchas otras variantes que también evitan la inmunidad.

Básicamente, si ahora permite que las personas vacunadas se reúnan en las escuelas, en eventos y reuniones, y mientras existan estas variantes que evitan las vacunas, comenzarán a crecer. Pero la gente no está prestando atención a estos problemas.

A medida que estas variantes que evitan el sistema inmunológico conducen a otros brotes, las personas comenzarán a reclamar otra vacuna. Pero lo que la gente no entiende es que cuando tienes muchas variantes, entonces tienes muchos tipos genéticos diferentes y luchar contra muchos tipos genéticos diferentes es muy diferente a luchar contra un tipo genético.

Las vacunas son específicas de un tipo y ahora tenemos varios tipos. ¿Vas a tener 10 vacunas? ¿Vas a tener cientos? ¿Cuánto tiempo funcionará esta estrategia de solo vacunas? Y si seguimos teniendo olas y olas de diferentes variantes, ¿qué hay de los continuos daños a la sociedad, a la economía? Estos simplemente se van a multiplicar. Y lo que estamos viendo es que Estados Unidos y algunos otros países del mundo están tomando decisiones que probablemente no tendrán resultados muy positivos.

BM: ¿Qué piensa sobre la distribución actual de vacunas? Estados Unidos está acaparando las vacunas. La UE está atravesando su propia confusión con la pérdida de confianza en la vacuna AstraZeneca, la vacilación de la vacuna y la lenta implementación. La OMS ha estado pidiendo una distribución equitativa, pero muchos países de bajos ingresos aún no han visto ni siquiera una dosis. En el contexto del COVID cero y la estrategia de eliminación, ¿puede hablar de las vacunas COVID-19?

YB: En primer lugar, la vacuna es claramente una herramienta poderosa. Como cualquier otra herramienta, tiene sus puntos fuertes y sus limitaciones. Si lo usamos de manera efectiva, puede ser increíblemente útil. Pero si confiamos en él exclusivamente, entonces se convierte en una estrategia peligrosa y es probable que nos falle.

La gente espera que sea la solución mágica, pero no suele funcionar de esa manera. La forma más eficaz de usar una vacuna es un método muy tradicional llamado vacunación en anillo, lo que significa que lo usa como parte del rastreo de contactos, vacunando a las personas que tienen más probabilidades de infectarse. Ahora, por supuesto, queremos vacunar también a aquellas personas que tienen más probabilidades de resultar perjudicadas por la enfermedad. Pero primero tenemos que detener la transmisión de la enfermedad, detener la enfermedad y punto. Entonces, la estrategia ideal es apuntar a la eliminación del virus.

La vacunación en anillo, nuevamente, consiste básicamente en vacunar a las personas que tienen más probabilidades de estar infectadas para que no propaguen más la enfermedad. Y eso incluye a trabajadores esenciales, personal médico o cualquier persona que tenga muchas probabilidades de infectarse. Y más allá de eso, se podría argumentar que los países que tienen los peores brotes son los lugares donde deberíamos vacunar primero, porque son los que tienen las personas con más probabilidades de infectarse.

Pero la historia corta es lo que tenemos que hacer es tomar la decisión de que queremos deshacernos del virus. Y en este momento, continuamente estamos tomando la decisión de que queremos vivir con eso. Si decidimos vivir con un virus, acabaremos viviendo con él. Es una profecía autocumplida. Tenemos la capacidad de tomar una decisión diferente.

La pregunta fundamental, la verdadera es, ¿tomaremos esa decisión? Y las consecuencias son como el día y la noche, ¿verdad? El desafío al que nos enfrentamos es que las decisiones comunitarias son muy difíciles en un mundo donde las personas no interactúan con sus vecinos, no discuten las cosas a nivel social. Ese es el mayor desafío al que nos enfrentamos ahora mismo en gran parte del mundo industrializado, donde hemos debilitado los lazos comunitarios y familiares. Y no estamos tomando decisiones de forma compartida.

No necesitamos esperar a los gobiernos. No es una acción del gobierno. Es una acción comunitaria. Pero lo principal es que para que eso suceda, la gente tiene que hablar entre ella y ser dueña del problema. Una de las principales cosas que he hecho en mi trabajo sobre pandemias, ya sea en el Congo o en los Estados Unidos o en Europa, es que le he hecho saber a la gente que es una decisión que tienen que tomar.

BM: La última pregunta va al punto que acaba de hacer sobre las comunidades que trabajan juntas en el contexto de los problemas geopolíticos y la globalización de la economía. La lucha contra el virus también es una cuestión política. La política de inmunidad colectiva que prioriza las ganancias sobre la vida y el sustento hace que esta propuesta sea compleja. La lucha actual de los profesores y la reapertura de las escuelas es un buen ejemplo. Todo el aparato político está presionando a los profesores para que abran escuelas. ¿Cómo van a luchar las comunidades contra esto?

YB: Permítanme afirmar muy claramente que uno de los impulsores claves de la respuesta fallada es la falta de compasión de quienes están en posiciones de poder, económico y político, hacia la gente de su propio país. Ésta es una situación muy mala. Y realmente ha provocado el daño de la pandemia, pero, por supuesto, también ha provocado el daño de la pobreza y de las condiciones de trabajo y de todo lo demás que causa daño en el contexto de la función social. La principal forma de combatirlo es de la misma manera que tenemos que combatir el virus, que es hacer que las comunidades comprendan que tienen que asumir esta responsabilidad.

No es algo que podamos esperar hasta que alguien más lo haga por nosotros. Es una acción de la comunidad. Hay un fracaso del pacto social. Hay un fallo de representación. Las personas no están representadas, los deseos e intereses del público no están representados.

La prensa es un importante instrumento de confusión al amplificar el conflicto en la sociedad. Socavan nuestra capacidad de trabajar entre nosotros y su narrativa es falsa. La mayoría de las personas se preocupan por los demás. La mayoría de la gente quiere hacer lo correcto. La mayoría de la gente quiere trabajar para encontrar una solución a problemas graves. Y la prensa está ampliando el margen para beneficiarse de esa polémica en términos de llamar la atención.

Entonces, lo más importante es que las personas se acerquen entre ellos, para expresar, no solo de palabra, sino de hecho, que se preocupan por los demás. Y colaborar juntos en los desafíos que enfrentamos en el mundo y cómo tenemos que hacerlo no es lo mismo que lo que enfrentabamos en el pasado. La tecnología ayuda. Podemos colaborar, pero no podemos juntarnos en una multitud. Tenemos que aprender a usar la capacidad de hablar entre nosotros en grupos y equipos para compartir nuestro entendimiento, galvanizar nuestros esfuerzos compartidos para superar los desafíos que enfrentamos en el mundo.

BM: Dr. Bar-Yam, quiero agradecerle nuevamente por compartir sus pensamientos y su tiempo con nosotros. Ha sido muy instructivo.

YB: Ha sido un placer.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 13 de abril de 2021)

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