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Aumenta el número de muertos a medida que se intensifica la guerra de Israel en Gaza

Los ataques aéreos han seguido golpeando la Franja de Gaza, matando a más de 100 palestinos, entre ellos al menos 27 niños, e hiriendo a más de 980 personas desde el inicio de las hostilidades.

Israel ha alcanzado más de 750 objetivos asociados con Hamas, el grupo afiliado a la Hermandad Musulmana que controla Gaza, desde el comienzo de la Operación Guardián de los Muros. Estos incluyen edificios utilizados por Hamas, su aparato de seguridad e inteligencia, bancos y un escuadrón naval de Hamas. Ha destruido tres edificios de gran altura y ha matado a unos 60 agentes de Hamas, incluyendo a 10 comandantes superiores.

Un médico palestino atiende a una niña herida en la UCI del hospital Shifa, el jueves 13 de mayo de 2021, en la ciudad de Gaza. Ella resultó herida por un ataque israelí del 12 de mayo que golpeó la casa de su familia. Hace solo unas semanas, el sistema débil de atención médica en la Franja de Gaza estaba luchando con un aumento desbocado de casos de coronavirus. Ahora, los médicos de todo el abarrotado enclave costero están tratando de mantenerse al día con una crisis muy diferente: heridas por explosiones y metralla, cortes y amputaciones. (Foto AP/Khalil Hamra)

El ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, glorificó la matanza y dijo: "Hemos atacado a muchos cientos de objetivos, las torres están cayendo, las fábricas se están derrumbando, los túneles están siendo destruidos y los comandantes están siendo asesinados".

Declaró que las operaciones militares en la Franja de Gaza continuarían hasta que se lograra una "paz completa y duradera".

Amenazando a los palestinos en un video, Gantz dijo: "Gaza arderá". Les recordó que fue jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) durante la última guerra de Israel en Gaza en 2014. Esa guerra mató a 2.192 palestinos, incluyendo 1.523 civiles, de los cuales 519 eran niños, hirió a decenas de miles más y destruyó o dañó miles de hogares y mucha infraestructura básica. Gantz advirtió: "Si Hamas no detiene su violencia, la huelga de 2021 será más dura y dolorosa que la de 2014".

El jueves, Gantz ordenó la llamada a filas de 16.000 reservistas del ejército y envió fuerzas terrestres a la frontera en preparación para "todas las eventualidades y una escalada". El portavoz de las FDI, Hidai Zilberman, dijo que se estaban preparando planes para una invasión terrestre y que las FDI habían comenzado una campaña de arrestos en Cisjordania contra miembros de Hamas. Al menos tres palestinos murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en Cisjordania y otros 27 resultaron heridos cuando los manifestantes tomaron las calles.

Los hospitales de Gaza, que ya luchan por hacer frente a la pandemia, luchan por atender a los heridos en medio de la escasez de camas, personal, equipo y sangre y problemas con el suministro eléctrico. Un coordinador de la Media Luna Roja dijo: "La situación aquí es muy difícil, no puedo describir el horror con palabras".

Esto toma lugar en una de las áreas más empobrecidas y densamente pobladas del mundo, con más de dos millones de personas viviendo en solo 140 millas cuadradas. Sujeto durante 14 años al bloqueo ilegal de sus fronteras por parte de Israel, se ha convertido en una prisión al aire libre como el gueto de Varsovia. Gaza tiene la tasa de desempleo más alta del mundo, con el 82 por ciento de la población sin trabajo. Una encuesta reciente de la organización New Family informó que el 63 por ciento de los habitantes de Gaza viven por debajo del umbral de pobreza definido por la ONU de 2 dólares al día. La electricidad solo está disponible durante unas pocas horas al día, mientras que casi toda el agua está contaminada por aguas residuales no tratadas o sal.

Las FDI dijeron que Hamas y otros grupos militantes palestinos habían lanzado más de 1.500 proyectiles hacia Israel. Los cohetes han matado a siete israelíes, incluyendo dos ciudadanos palestinos y dos niños, lo que indica la abrumadora superioridad del armamento aéreo de Israel.

El bombardeo de Israel comenzó después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu ignorara el ultimátum de Hamas de retirar las fuerzas de seguridad del complejo de la mezquita Al Aqsa y de Sheikh Jarrah, un vecindario de Jerusalén oriental, el lunes por la noche. Más de 1.000 fuerzas de seguridad interrumpieron en el recinto durante el Ramadán, atacaron a los fieles con balas de goma y granadas paralizantes e hirieron a cientos.

Jerusalén del Este ha sido testigo de semanas de enfrentamientos cada vez más violentos entre los residentes palestinos de Sheikh Jarrah, que enfrentan una orden judicial que los desaloja de sus hogares, y colonos judíos y fanáticos de la derecha. Varias familias de Silwan, un barrio al sur de la Ciudad Vieja, también se enfrentan a la expulsión. Los desalojos planeados son parte de una campaña más amplia de limpieza étnica para expulsar a los palestinos, que constituyen el 40 por ciento de la población de Jerusalén, a favor de los colonos judíos.

El año pasado, Israel aumentó las demoliciones de casas en Cisjordania y Jerusalén del Este, dejando a más de 1.000 palestinos sin hogar. En los primeros cuatro meses de este año, solo en Jerusalén Oriental, Israel demolió más de 50 casas y estructuras palestinas, emitió 40 avisos de demolición adicionales y aprobó planes para casi 5.000 nuevas unidades de asentamientos.

La reacción de Estados Unidos y las principales potencias europeas a la criminalidad premeditada de Israel ha sido de asombrosa hipocresía. Durante meses, han demonizado a China por su supuesto genocidio de los uigures sin citar pruebas que respalden su afirmación. Sin embargo, en el caso de Israel, sus crímenes de guerra contra Gaza tienen luz verde con el mantra del "derecho de Israel de defenderse", mientras que sus planes de limpieza étnica en Jerusalén Oriental se describen como nada más que una disputa legal sobre la propiedad.

Netanyahu también ha declarado la guerra a los ciudadanos palestinos de Israel que se oponen a los desalojos planeados de las familias de Sheikh Jarrah, los ataques racistas contra los residentes de Jerusalén Oriental y el asalto de la mezquita de Al Aqsa. Los palestinos de Israel, alrededor del 21 por ciento de la población, son los más pobres de Israel, con casi la mitad de los hogares árabes por debajo del umbral de la pobreza. Han sufrido décadas de discriminación, oficializada en 2018 con la aprobación de la “Ley del Estado nación” que consagra la supremacía judía como la base legal del estado.

Judíos racistas junto con cientos de colonizadores de la ocupada Cisjordania han marchado por barrios árabes en pueblos y ciudades, cantando “Muerte a los árabes”, arrojando botellas y piedras y provocando violentos enfrentamientos mientras las fuerzas de seguridad hacían la vista gorda.

Mientras estos ataques se han prolongado durante mucho tiempo en la Cisjordania ocupada, los ataques que ahora tienen lugar abiertamente dentro del propio Israel se repiten de la limpieza étnica que expulsó a los palestinos de sus hogares entre 1947 y 1949.

Esta semana, en la ciudad central de Lod, estallaron disturbios, con violentos enfrentamientos entre turbas judías y palestinas, que provocaron la muerte de un palestino y más disturbios en los que los palestinos incendiaron una sinagoga, una escuela y varios vehículos. El gobierno anunció un toque de queda nocturna en toda la ciudad y declaró el estado de emergencia, la primera vez que el gobierno utiliza poderes de emergencia desde el levantamiento de la ley militar sobre las comunidades árabes en 1966.

En Bat Yam, una ciudad costera al sur de Tel Aviv, bandas de extremistas judías marcharon por las calles principales, destruyendo negocios de propiedad árabe y atacando a los transeúntes. Se turnaron para golpear y patear a un hombre presuntamente árabe, incluso cuando su cuerpo ya estaba inmóvil en el suelo, en la televisión en vivo. Cuatro de los presuntos atacantes fueron arrestados mientras cantaban "muerte a los árabes" y "que se queme tu aldea". Todos han sido puestos en libertad bajo fianza de forma anónima. Según el alcalde de la ciudad, los disturbios fueron "organizados por provocadores que venían de afuera de la ciudad".

En las redes sociales han circulado videoclips de turbas judías que intentan interrumpir en hogares y tiendas palestinas y colocar barricadas.

El presidente Reuven Rivlin advirtió que el país estaba descendiendo hacia una "guerra civil sin sentido". Netanyahu dijo que los ataques equivalían a "anarquía" y que estaba enviando fuerzas militares, incluyendo 10 unidades reservistas, para ayudar a la policía a mantener el orden en pueblos y ciudades con poblaciones mixtas.

Un factor importante en los esfuerzos calculados de Netanyahu para impulsar la limpieza étnica de Jerusalén del Este y provocar una guerra fue su determinación de poner fin a cualquier posibilidad de que el líder de la oposición, Yair Lapid, forme un gobierno. Parece haber tenido éxito. Naftali Bennett, líder del partido de derecha Yamina, dijo que a la luz de los acontecimientos recientes, un "gobierno de cambio", formado por partidos que buscan reemplazar a Netanyahu como primer ministro, ahora estaba fuera de discusión y él estaba a favor de un gobierno de unidad.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 13 de mayo de 2021)

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