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Perspectiva

El desastre del condominio en Florida

Las operaciones de búsqueda y rescate continuaron por segundo día el viernes tras el colapso en la madrugada del jueves de una parte del condominio Champlain Towers South en Surfside, Florida. Según los últimos reportes, cuatro residentes fallecieron y una docena resultaron heridos, pero se espera que las cifras aumenten sustancialmente dado que 159 residentes siguen desaparecidos.

Personal de rescate en las ruinas del condominio Champlain Towers South, 25 de junio de 2021, Surfside (AP Photo/Gerald Herbert)

Los habitantes del edificio frente a la playa, justo al norte de Miami Beach, incluyen jubilados, familias de clase media y vacacionistas. Dependiendo de cuántos hayan estado durmiendo y cuántos supervivientes puedan ser rescatados de las ruinas, el desastre de Champlain Towers se convertirá en uno de los colapsos de edificios residenciales más mortales en la historia estadounidense. El incidente nuevamente expone el estado deteriorado de la infraestructura en Estados Unidos y plantea interrogantes sobre cómo es que un edificio como este puede desplomarse en el país más rico del mundo.

Uno de los desaparecidos es Edgar González, cuya esposa Angela e hija Devon de 16 años sobrevivieron una caída del noveno piso al quinto y se encuentran en condición grave en el hospital. Luis Andrés Bermúdez y su madre Ana Ortiz, quienes vivían juntos en el sétimo piso, también están desaparecidos. Según CBS Miami, un pariente reportó que Bermúdez padece distrofia muscular y no podría gritar para pedir auxilio.

El condominio contaba con doce pisos y 136 unidades. Fue construido en 1981 y estaba en medio de inspecciones eléctricas y estructurales según los requisitos estipulados por el condado Miami-Dade de que los edificios comerciales y multifamiliares deben recertificarse cada 40 años, cuando se derrumbó repentina y catastróficamente. Cincuenta y cinco unidades se vinieron abajo.

“No existe ninguna razón por la que este edificio se viniera debajo de esa manera”, le dio el alcalde Charles Burkett de Surfside al programa “Today” de NBC, “al menos que alguien literalmente haya tirado de los cimientos desde abajo o que se hayan lavado, o que haya un hundimiento o algo así, porque simplemente colapsó”.

Todavía no se ha determinado la causa exacta del fallo estructural que hizo que un piso se desplomara sobre otro, pero ya han salido a la luz informes sobre problemas en la estructura en los últimos años que podrían haber contribuido al desastre.

En 2001 y de nuevo en 2015, una propietaria presentó una demanda contra la comunidad de propietarios por no haber reparado las grietas que se habían formado en la pared exterior de su apartamento. Según la demanda de 2015, las grietas provocaron daños por agua por valor de 15.000 dólares. Estas grietas pueden ser una señal de problemas más graves en una estructura de concreto reforzado como las Champlain Towers.

Un estudio realizado en 2020 con datos de satélite realizado por Shimon Wdownski, profesor del Departamento de Ciencias de la Tierra y Medio Ambiente de la Universidad Internacional de Florida, descubrió que el edificio, construido sobre antiguos humedales, se había hundido a un ritmo de 2 milímetros por año en la década de 1990. “Vimos que este edificio tenía una especie de movimiento inusual”, dijo Wdownski a USA Today .

El ingeniero estructural Paul Zilio dijo al Washington Post que el ritmo de hundimiento pudo haber contribuido al desplome “porque si eso continuó durante los 40 años de vida del edificio, el total de más de tres pulgadas de desplazamiento pudo ciertamente contribuir al colapso”.

Los investigadores también tendrán que considerar el impacto del aerosol marino y el aumento del nivel del océano provocado por el cambio climático inducido por el ser humano en el socavamiento de la integridad de la estructura, que se encuentra a menos de 150 metros del océano Atlántico.

“Con el tiempo, el agua salada puede penetrar en el hormigón y corroer el acero de refuerzo, haciendo que éste se expanda”, explicó Zilio al Post. “Esta expansión agrieta el hormigón y finalmente se desprenden trozos de hormigón, debilitando la capacidad y haciendo que el acero de refuerzo esté aún más expuesto a la corrosión”. Señaló que el estacionamiento del nivel inferior habría estado expuesto a los efectos corrosivos del aerosol marino.

El deshielo de los glaciares y el calentamiento de los océanos ya están contribuyendo a que la subida de las mareas inunde las regiones costeras del condado de Miami-Dade, empapando regularmente los cimientos de hormigón de los edificios altos con agua salada corrosiva y erosionando las costas. El nivel del mar en la zona ha subido 30 centímetros desde el año 1900 y se prevé que suba otros 60 centímetros para el año 2060.

La ciudad de Miami calcula que se necesitarán 4.000 millones de dólares en los próximos 40 años para un plan maestro que proteja a la ciudad de la subida de las aguas, incluyendo muros marinos de dos metros de altura y tuberías subterráneas para drenar el agua. Cientos de miles de personas que viven en la costa de Florida se verán desplazadas si el nivel del mar sigue subiendo.

Se trata de un acontecimiento trágico y devastador, y podría ser un “primer indicio de un mal mayor”, declaró al Post Albert Slap, director general de RiskFootprint, una empresa que evalúa la vulnerabilidad de los edificios ante las inundaciones y las tormentas. “No se trata de un solo edificio. Puede ser algo que afecte a otros edificios”.

El derrumbe del condominio de Surfside es solo el último de una serie de desastres en Estados Unidos que son producto del deterioro de la infraestructura y el socavamiento de las regulaciones de seguridad y salud de las últimas cuatro décadas. Todos los aspectos de la sociedad estadounidense se han subordinado a canalizar todos los recursos hacia los ricos a expensas de la gran mayoría.

El último informe de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles (ASCE por sus siglas en inglés) otorga a las infraestructuras del país la pésima calificación de C-. Más de un tercio de los edificios escolares tienen sistemas de calefacción y enfriamiento, sistemas de plomería o ventanas en mal estado o deficiente. La ASCE señala que hay más de 46.000 puentes estructuralmente deficientes, pero que siguen recibiendo millones de viajes cada día. Informa que el país tiene un retraso de 125 mil millones de dólares en reparaciones necesarias para 231.000 puentes.

El puente Hernando de Soto, que conecta Memphis (Tennessee) con Arkansas a través del río Misisipi, fue cerrado en mayo después de que se descubriera una grieta en una viga de soporte crítica, que pudo haber provocado un colapso catastrófico. El puente se inspecciona solo cada dos años. Solo por casualidad se evitó otra catástrofe como el derrumbe del puente de 2007 en Minneapolis (Minnesota), en el que murieron 13 personas. Más cerca de Surfside, un puente peatonal se derrumbó sobre una autopista en Miami en 2018, matando a cuatro personas.

A pesar de la urgente necesidad de una inversión histórica en los puentes, las carreteras, las viviendas, las fábricas y las escuelas del país para arreglar lo que se está deteriorando pronto y prepararse para las implicaciones catastróficas del cambio climático, la Casa Blanca de Biden está trabajando con el Congreso en un proyecto de ley de infraestructura que será otro regalo para los bancos y las corporaciones.

Biden ha respaldado una propuesta bipartidista de 579 mil millones de dólares que se repartirán en cinco años, apenas una gota en el balde. Las propuestas de aumentar los impuestos a los ricos para pagar las nuevas inversiones ya fueron descartadas. Mientras los republicanos y los demócratas regatean sobre el gasto en infraestructuras, Biden ha solicitado 753 mil millones de dólares para el ejército en el próximo año fiscal, un récord.

No cabe duda de que la investigación oficial de la tragedia en Surfside ocultará mucho más de lo que revelará y que ninguno de los principales culpables será obligado a rendir cuentas.

Como con la pandemia de COVID-19, que ha resultado en más de 600.000 muertes en EE.UU., el desastre en Surfside pone macabramente de relieve la realidad de que los intereses de la sociedad bajo el capitalismo se encuentran totalmente subordinados a los intereses de la élite financiera, sin importar el costo en términos de sufrimiento humano y vidas. Una solución a los problemas que enfrenta la humanidad no vendrá del sistema de lucro ni de ninguno de los partidos de la oligarquía financiera. Vendrá de la transformación revolucionaria de la sociedad bajo el control democrático de la clase obrera a partir de un programa socialista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 25 de junio de 2021)

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