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Perspectiva

Cómo poner fin a la pandemia: el caso a favor de la erradicación

El 24 de octubre, el World Socialist Web Site y la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) estarán auspiciando un seminario en línea para explicar la necesidad urgente de adoptar una política de erradicación del COVID-19. Un panel de científicos y epidemiólogos ofrecerá el conocimiento crítico necesario para desarrollar un movimiento amplio e internacional para acabar con la pandemia.

El seminario web se produce en una etapa crítica de la pandemia. Por un lado, crece la demanda de los trabajadores de una acción efectiva para poner fin a la pesadilla de la pandemia. El 1 de octubre, una huelga escolar convocada por la madre británica Lisa Díaz para oponerse a la irresponsable reapertura de las escuelas que ha puesto las vidas de los niños bajo un enorme peligro, generó una importante respuesta de los trabajadores de todo el mundo.

Por el otro lado, los Gobiernos, bajo la inmensa presión de los intereses corporativos y financieros globales, están abandonando cualquier medida que hayan colocado para detener la propagación de la pandemia.

El lunes, la primera ministra neozelandesa Jacinda Ardern anunció la reapertura de las escuelas y los negocios en Auckland, la mayor ciudad del país. Nueva Zelanda había sido uno de los pocos países que había implementado una estrategia de “cero Covid”.

No están levantando las restricciones porque fracasaron, sino porque han tenido éxito. En Nueva Zelanda, solo 27 personas han fallecido por COVID-19 desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, el éxito en salvar vidas a través de políticas diseñadas por científicos conscientes ha sucedido a costa del lucro empresarial. Ante una crisis económica y de cadenas de suministro cada vez más profunda, las gigantes transnacionales y bancos están exigiendo la eliminación de todas las restricciones a las operaciones empresariales, sin importar las infecciones y muertes que esto conllevará inevitablemente.

Se está siguiendo un camino similar en Australia, donde las restricciones a viajes fueron eliminadas después de una carta abierta de grandes corporaciones denunciando los “grandes errores” de las autoridades federales y estatales al intentar contener la propagación del virus.

Se ha sometido a los países de Asia-Pacífico a una presión enorme, alimentando un fuerte repunte en la pandemia en toda la región. Las demandas de un giro se dirigen asimismo contra China, el país más poblado del planeta que, a través de medidas agresivas de salud pública, ha limitado la cifra de muertes a menos de 5.000 en una población de 1,4 mil millones.

En Estados Unidos y las mayores potencias europeas, ya fue abandonada cualquier pretensión de que están implementando medidas serias para detener la transmisión. Las escuelas fueron reabiertas para clases presenciales, conduciendo a un fuerte aumento en los casos y muertes en niños, además de las consecuencias desconocidas para una generación entera que se enfrenta a la posibilidad de un “Covid largo”. Los niños han regresado a las aulas para contraer y propagar el virus a fin de que sus padres puedan regresar al trabajo para generarles ganancias a la élite corporativa.

La línea de argumento que sigue la prensa estadounidense es que es “necesario vivir con el virus” y que hay que abandonar más medidas de salud pública.

“El Covid-19 nuevamente se repliega”, escribió David Leonhardt del New York Times el lunes, alegando que una leve caída en los casos indica que lo peor de la pandemia ya pasó. La pandemia continuará, reconoce, pero se debería permitir que se convierta endémica en la población. “El Covid tampoco desparecerá pronto. Seguirá circulando por años, según creen muchos científicos. Pero las vacunas pueden transformar el Covid en una enfermedad manejable, que no es diferente a la gripe o al resfriado común… Independientemente de lo que traiga el otoño, lo peor de la pandemia ciertamente ya pasó”.

Esto es una mentira. No solo sigue sin vacunarse la mayor parte de la población mundial, incluyendo todos los niños menores de 12, sino que la propagación continua del virus garantiza la evolución de nuevas cepas, incluyendo posiblemente algunas que sean más transmisibles y resistentes a las vacunas. El COVID-19, además, es muy diferente al “resfriado común”. Es un virus sumamente letal que, si se le permite volverse endémico, podría matar a millones de personas más.

La eliminación de todas las restricciones a la propagación de la pandemia arroja una luz crítica sobre los intereses sociales y económicos que han determinado la política gubernamental desde el principio. La respuesta a la pandemia ha sido impulsada por las prerrogativas de la élite gobernante, reflejadas en el dictado de que salvar vidas necesita balancearse con “la economía” y que “la cura no puede ser peor que la enfermedad”.

El WSWS ha identificado tres estrategias básicas para responder al virus: 1) la “inmunidad colectiva”, es decir, esencialmente impulsar la propagación del virus con base en el argumento de que, si suficientes personas se contagian, esto finalmente conducirá al fin de la pandemia; 2) la mitigación, que alega que un conjunto de políticas a medias en combinación con la vacunación controlará la pandemia; 3) la erradicación, la implementación universal de todas las armas en el arsenal para combatir el COVID-19, coordinada a nivel global.

El estado actual de la pandemia y el abandono sistemático de las restricciones que se han implementado dejan en claro que el único método viable para poner fin a la pandemia es la erradicación. La vacunación, si bien es una herramienta efectiva, solo puede detener la transmisión si se combina con medidas agresivas de salud pública, incluyendo el cierre de la producción no esencial y las escuelas, junto a pruebas masivas, el rastreo de contactos, y el aislamiento de los individuos infectados.

Sin una intervención de la clase obrera para forzar un cambio de política, el virus seguirá propagándose y evolucionando, mientras cobra un pasmoso precio en vidas humanas.

El cimiento de las acciones políticas debe ser el conocimiento y el entendimiento. En cara a una campaña incansable de propaganda de los Gobiernos y la prensa, es vital y urgente armar al público con la verdad científica.

La clase obrera no puede avanzar en la lucha contra la pandemia sin la ayuda de la ciencia y la implementación de las medidas científicamente necesarias para frenar la pandemia depende de la construcción de un movimiento en la clase obrera. Los científicos dedicados a la salud pública necesitan resistir a las enormes presiones ejercidas por los bancos y las corporaciones y asumir una postura de defender la vida humana.

Ya se perdieron millones de vidas y millones más se perderán sin un cambio de política. La pandemia puede y debe ser detenida. La implementación coordinada y agresiva de medidas de salud pública a nivel global puede sofocar el virus de una vez y por todas. El seminario web del 24 de octubre presentará a una audiencia global el caso científico a favor de la erradicación. Llamamos a todos nuestros lectores a que se registren al webinario hoy, a que les hablen a sus compañeros de trabajo al respecto y que lo promuevan de la forma más amplia posible en redes sociales.

(Publicado originalmente en inglés el 5 de octubre de 2021),

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