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Perspectiva

La clase obrera internacional necesita luchar por la erradicación del COVID-19

La discusión en línea organizada por el WSWS el domingo, “¡ Por una estrategia global para detener la pandemia y salvar vidas! ”, presentó un caso científicamente fundamentado a favor de una política de eliminación y erradicación del virus del COVID-19. Los científicos que contribuyeron al evento explicaron de manera clara y convincente qué se debió hacer desde el principio pero no se hizo, y qué hay que hacer ahora pero no se está haciendo.

Los tres científicos que participaron —el profesor Michael Baker de la Universidad de Otago en Wellington, Nueva Zelanda; la Dra. Malgorzata Gasperowicz de la Universidad de Calgary en Canadá; y el Dr. Yaneer Bar-Yam del Instituto de Sistemas Complejos de Nueva Inglaterra en EE.UU.— son todos expertos líderes en sus campos y tienen décadas de experiencia analizando y respondiendo a pandemias y otras enfermedades infecciosas. En su conjunto, sus presentaciones de los hechos son una condena impactante de las políticas adoptadas por la mayoría de los países en los últimos diecinueve meses.

La presentación del profesor Baker dejó en claro que es posible perseguir una política diferente. Recordó su cálculo “a grandes rasgos” de enero de 2020, al inicio de la propagación global del virus, de que “más de 30 millones de personas en todo el mundo” podrían morir si no se detenía la pandemia. Se refirió al reporte de la Organización Mundial de la Salud de febrero de 2020 —cuando la cifra global de muertes era menor a 3.000 — documentando el éxito de China en contener el virus y mostrando la posibilidad de una política de eliminación y erradicación.

No obstante, particularmente en EE.UU. y los mayore países europeos, las medidas promovidas por los científicos fueron rechazadas. “Simplemente asumí”, dijo el Dr. Baker, “que los Gobiernos de todo el mundo seguirían el consejo [de un enfoque de eliminación]… y no hicieron nada al respecto, la mayoría de los países”.

En su propia presentación, la Dra. Gasperowicz demostró que haber emprendido acciones de emergencia y coordinadas al inicio de la pandemia habría eliminado exitosamente el virus en un periodo relativamente corto de tiempo. Sus datos muestran que, incluso sin las vacunas, las medidas agresivas de salud pública —los confinamientos, las restricciones de viaje, las pruebas universales, el rastreo de contactos y el aislamiento de los individuos infectados— pudieron haber reducido los casos a cero en 37 días. Si se hubieran implementado estas medidas a inicios de 2020, la cifra global de muertes podría contarse en miles y no millones.

Sin embargo, no se tomaron las acciones científicamente necesarias y las horrendas consecuencias son evidentes en todo el mundo. Casi 4,5 millones de personas han muerto, según las cifras oficiales, y 10.000 fallecen a diario. Millones y millones sufrirán de las aún poco entendidas consecuencias del “COVID largo”. Con la propagación de la variante más infecciosa delta, las hospitalizaciones y las muertes están repuntando. Estados Unidos nuevamente está en el epicentro de la pandemia global, con casi 1.000 muertes y casi 150.000 casos nuevos cada día.

Lo que es más espantoso, la nueva cepa del virus está impactando gravemente a los jóvenes, abrumando los hospitales de niños, que se están quedando sin camas de UCI para cuidar a los enfermos y moribundos.

Las presentaciones establecen claramente que la implementación de las acciones de emergencia ya permitiría controlar esta terrible enfermedad. Con la asistencia de las poderosas vacunas, la Dra. Gasperowicz explicó, las medidas agresivas de salud pública pueden erradicar el virus en cuestión de dos meses. Pero las vacunas por sí solas no son suficientes. “La variante delta es nuestra llamada de advertencia”, dijo. “Necesitamos todas las herramientas que tenemos a disposición para detenerla, para ralentizarla”.

Los mayores Gobiernos, no obstante, no están haciendo uso de esas herramientas de salud pública, sino que están replegando las medidas inadecuadas que han adoptado. En vez de implementar cierres y otras medidas de distanciamiento social, están reabriendo las escuelas, enviando a los niños a aulas atiborradas que prácticamente garantizan que contraerán y transmitirán el coronavirus.

Durante la reunión, varios docentes de EE.UU., Brasil y Australia describieron de primera mano las terribles opciones que enfrentan los educadores en todo el mundo. “A diferencia del año pasado, no hay planes ni protocolos para proteger a los maestros, el personal, los estudiantes y la comunidad de contagiarse, cuando se espera que los casos nuevos superen el peor momento del aumento en el invierno”, explicó Donna, una maestra de Tennessee. “La desesperación, la resignación y el enojo son temas comunes en mis conversaciones con colegas”.

Lisa, una madre de estudiantes, describió la situación catastrófica en Reino Unido que el profesor Baker describió como “prácticamente un experimento barbárico con la población británica”. No solo están reabriendo las escuelas, sino que les están diciendo a los niños que no pueden usar mascarillas y amenazan a los padres con multas e incluso penas de cárcel si no envían a los niños a las aulas. “Cuando digo que no existe ninguna mitigación en las aulas en Inglaterra”, dijo Lisa, “no hay nada. NO hay mascarillas, no hay distanciamiento social, no hay ventilación, no hay filtros de aire HEPA”.

La información y el conocimiento compartidos por los científicos en el foro del World Socialist Web Site deberían aparecer, según cualquier medida objetiva, en la primera plana de todos los periódicos y ser destacados en los programas televisivos de todo el mundo. No obstante, no ha habido nada que ni siquiera se acerca a la discusión del foro del WSWS en los medios tradicionales.

En la prensa, el espectro del debate oficial se limita a los que promueven la “inmunidad colectiva que, para los políticos capitalistas, significa rechazar incluso las precauciones más básicas de salud pública como el uso de mascarillas— y la “mitigación”, que promueve reabrir las escuelas y la economía, junto a la vacunación, las mascarillas y otras medidas. Ambas posturas arrancan de un rechazo de los confinamientos y los cierres de escuelas, es decir, de lo que los científicos dicen que es necesario para frenar la propagación del virus, eliminarlo y erradicarlo.

En Estados Unidos, el New York Times, representando al Partido Demócrata y el Gobierno de Biden está avanzando agresivamente una campaña por la reapertura de las escuelas. Mientras que los estados gobernados por los republicanos buscan prohibir incluso el requisito de que los niños utilicen mascarillas, el director de los Institutos Nacionales de Salud, Francis Collins manifestó el martes: “Lo que no queremos son confinamientos, cierres, cierres de escuelas”.

El titular el martes del diario sueco Tages Anzeiger informó: “Las organizaciones empresariales quieren prevenir un nuevo confinamiento a toda costa”.

En Alemania, el Gobierno de la canciller Angela Merkel anunció que dejaría de utilizar la tasa de infecciones del coronavirus en la toma de decisiones sobre las restricciones para las actividades económicas, a fin de no tener que implementarlas del todo. “Se necesita evitar otro confinamiento en cualquier caso en aras de tener una economía en funcionamiento”, declaró el ministro de Hacienda alemán, Wolfgang Tiefensee del Partido Socialdemócrata.

En Australia, el primer ministro Scott Morrison dijo el lunes que se tenían que levantar todas las restricciones que buscan detener la rápida propagación del virus en el país cuando se alcance el objetivo de vacunación de 70 por ciento de la población elegible (que no incluye a los niños). “Tenemos que aceptarlo; de lo contrario permaneceremos en esta cueva por siempre”.

Las presentaciones en el evento del domingo dejaron claro que estas afirmaciones son una mentira. Si las acciones necesarias se hubieran implementado al principio, se hubiera evitado la catástrofe en marcha. Y la única manera de detener la pandemia y salvar millones de vidas en todo el mundo es implementarlas ahora. El virus puede y debe ser eliminado y erradicado, pero la vacunación no es suficiente.

La contradicción evidente entre lo que dice la ciencia que es necesario y lo que los Gobiernos están implementando casi universalmente solo puede entenderse en relación con las causas más fundamentales. En sus comentarios finales en el evento del domingo, el presidente del Consejo Editorial Internacional del WSWS, David North, señaló que “todo lo dicho ha argumentado poderos y abrumadoramente a favor de una política de eliminación y erradicación”.

No obstante, añadió North, “Hay un refrán viejo, ‘Si los axiomas de la geometría afectaran los intereses materiales, se intentaría refutarlos’. Ahora tenemos la verdad científica presentada de forma clara, contundente, que nos obliga a reconocer que existen poderosos intereses materiales, sociales y económicos, que han prevenido la implementación de estas políticas”.

Como sucede con toda gran problemática y crisis —y la pandemia global de coronavirus es una de las más grandes— salen a la superficie las cuestiones de clase. La fuerza social que está bloqueando un enfoque racional y científico a la pandemia es la élite gobernante capitalista. Y es necesario que la clase obrera —educadores, padres, trabajadores automotores, de logística, salud y todos los trabajadores internacionalmente— se organice y movilice para poner fin al sufrimiento innecesario producido por la pandemia.

En “ La erradicaci ón del COVID-19 es la única manera de detener la pandemia”, el WSWS declaró:

Los principios básicos que guían la estrategia de erradicación se basan en la ciencia y en la insistencia de que no puede haber límite en los montos gastados para erradicar el COVID-19 en todo el mundo. Los intereses sociales de las masas globales interactúan poderosamente con la verdad científica.

Para que esta estrategia tenga éxito, sus defensores en cada país necesitan empaparse con un entendimiento científico profundo de la pandemia. La clase obrera valora y depende del apoyo de los científicos, y el programa científico necesario para erradicar el COVID-19 solo puede implementarse en la medida en que masas grandes de la población asuman esta lucha.

El evento del WSWS el domingo fue una demonstración práctica de esta perspectiva. Ahora debe ser avanzada a través del desarrollo de un movimiento poderoso, internacional y unificado de las masas obreras que luche por su realización.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de agosto de 2021)

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