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El sindicato RMT es acusado de ser un "títere de Putin" tras la votación de la huelga nacional ferroviaria en el Reino Unido

La prensa derechista británica ha renovado su caza de brujas contra el Sindicato Ferroviario, Marítimo y de Transporte (RMT), declarando que sus dirigentes están actuando como los 'idiotas útiles' del presidente ruso Vladimir Putin mientras 'planean un verano de caos en nuestros ferrocarriles'.

Esta caza de brujas en los medios es un ataque preventivo tras la votación de la semana pasada donde casi 40.000 trabajadores se posicionaron a favor de la huelga. Su propósito es justificar la represión estatal contra los trabajadores ferroviarios y calificar cualquier huelga nacional en este sector como un acto de traición. La histeria bélica antirrusa está siendo utilizada de cara a reforzar los planes del gobierno de Johnson de prohibir las huelgas en los ferrocarriles a menos que se cumplan los niveles de 'servicios mínimos'.

La siniestra campaña, dirigida por el Times, Sun y el Daily Mail de Rupert Murdoch, busca calificar las huelgas de decenas de miles de trabajadores ferroviarios como una creación de agentes rusos. El RMT es descrito como un 'sindicato extremista' dirigido por una 'cábala de extrema izquierda' que 'está apoyando las aventuras asesinas de Putin en Ucrania'.

Esta campaña de prensa se basa en una montaña de mentiras.

Titular del Times que dice “Los ferroviarios de RMT defienden al Kremlin” (Crédito: captura de pantalla-thetimes.co.uk)

La contribución del Times fue un artículo titulado: 'Los ferroviarios de RMT defienden al Kremlin'. Nombró a los dirigentes del RMT Brendan Kelly, Steve Skelly, Eddie Dempsey y Alex Gordon, junto con el ex dirigente Steve Hedley, acusándolos de lanzar 'propaganda del Kremlin'.

Los reporteros del Times Ben Ellery y Charlie Parker presentaron sus revelaciones contra Kelly (un organizador regional del RMT), basándose en una entrevista de podcast que hizo con Bristol Cable el 24 de marzo.

El Times describe a Kelly como un chivo expiatorio ruso por haber 'repetido las afirmaciones del Kremlin de que el gobierno ucraniano está aliado con fuerzas fascistas'. Citan la declaración de Kelly de que 'algunos de la izquierda han hecho campaña sobre este tema ... no necesariamente a favor de Putin, sino [en contra] del uso de las fuerzas fascistas contra la población'.

En marzo, Kelly le había dicho a Neil Maggs del Bristol Cable: “El gobierno ucraniano no es fascista, pero lo que han hecho es desatar, o han estado preparándose para desatar a algunos de estos grupos fascistas para integrarlos en las fuerzas estatales”.

Las declaraciones de Kelly levantaron ampollas en el Times porque contradicen el aluvión de mentiras y propaganda de la OTAN, Estados Unidos y Gran Bretaña utilizado para justificar la mayor intervención militar en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Detrás de sus piadosas afirmaciones sobre 'defender la soberanía ucraniana', Estados Unidos y sus aliados de la OTAN han proporcionado apoyo político, financiero y militar a una red de organizaciones fascistas que sirven como tropas de choque en Ucrania, sentando las bases para la guerra y el cambio de régimen contra Rusia.

El Batallón Azov fue fundado en mayo de 2014 por Andriy Parubiy, cofundador del partido neonazi Svoboda. El comandante de Azov es Andriy Biletsky, quien se ha comprometido a 'liderar las Razas Blancas del mundo en una cruzada final ... contra los Untermenschen [subhumanos] dirigidos por los semitas'. Los uniformes del Batallón Azov llevan la insignia nazi Wolfsangel utilizada por la Wehrmacht alemana y las unidades de las SS que llevaron a cabo el genocidio contra los judíos ucranianos y polacos durante la Guerra de Aniquilación de Hitler contra la Unión Soviética.

El Times tiene un historial de blanqueo de estas organizaciones de matones fascistas. El lunes ofreció el siguiente destacado titular: 'El batallón Azov elimina el símbolo neonazi explotado por los propagandistas rusos'. Su informe señala insulsamente que la insignia nazi, 'utilizada por el batallón desde 2014', ha sido reemplazada porque 'ayudó a perpetuar la propaganda rusa sobre que Ucrania está en las garras del nacionalismo de extrema derecha'.

Ocultar el pedigrí fascista de sus aliados ucranianos ha sido una prioridad para Estados Unidos y Gran Bretaña, empeñados en representar su desenfreno militarista como una 'guerra por la democracia'. A principios de marzo, Gran Bretaña, Estados Unidos y las potencias de la UE cerraron la emisora estatal rusa RT, mientras que YouTube prohibió el contenido de video de grupos separatistas en las regiones de Donetsk y Lugansk, hogar de una población mayoritariamente de habla rusa que votó a favor de separarse de Ucrania en 2014. La purga de YouTube eliminó 70.000 videos y 9.000 canales. El intento del Times de retratar a Kelly como el títere de Putin se contradice en su propio artículo, con sus reporteros admitiendo que 'Kelly describió a Rusia como un 'estado capitalista gánster dirigido por Putin' y dijo que no era partidario de la invasión rusa'.

Estas declaraciones transparentes no son suficientes para los Torquemadas antirrusos de Gran Bretaña. Cuando Maggs le preguntó si apoyaba a la OTAN o a Rusia en la guerra actual, Kelly respondió: 'Tratar con Putin es el papel del pueblo ruso'. El Times está indignado por esta sugerencia, y por las críticas de Kelly a la OTAN por 'poner un cañón en sus fronteras [de Rusia]' y por decir que los líderes de la OTAN 'habían sido conscientes de los riesgos para el mundo que estaban creando al hacer eso'.

Para responder a Kelly, el Times cita a James Nixey, director del programa Rusia-Eurasia en Chatham House, el principal grupo de expertos en política exterior de Gran Bretaña. Nixey responde: 'Es tan patético y grotesco que simplemente no sé por dónde empezar. Como no es un comentario sensato, no tengo una respuesta sensata'.

Al Dr. Ben Noble, profesor asociado de política rusa en el University College de Londres, le va un poco mejor, afirmando que: 'Bien puede ser que el Kremlin esté utilizando a estas personas como 'idiotas útiles', es decir, como vehículos involuntarios para la propaganda'. Al igual que con Nixey, no se ofrece ni un solo hecho para refutar lo que es un secreto a voces: que Gran Bretaña y sus aliados de la OTAN están cortejando a los neonazis.

Titular del Times que dice “El batallón Azov elimina un símbolo neonazi explotado por propagandistas rusos” (Crédito: captura de pantalla-thetimes.co.uk)

Representar a los fascistas como luchadores por la libertad requiere que la historia sea reescrita. Los crímenes cometidos por los antepasados fascistas del Batallón Azov, como la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN), deben ser suprimidos, mientras que la memoria de los 27 millones de víctimas soviéticas del nazismo debe ser eliminada.

El 27 de mayo, el Daily Mail lanzó un ataque contra el ex líder del RMT Steve Hedley en esta línea. Bajo el titular, 'EXPUESTO: Los jefes del sindicato más extremista de Gran Bretaña y sus rabiosas simpatías por el dictador ruso Vladimir Putin', el periodista Guy Adams describe un piquete en el metro de Londres, 'solo cuatro días después de la invasión rusa de Ucrania.

'Y lo más inusual del jefe de RMT que lo está dirigiendo se puede encontrar en su gabardina. No muy lejos de su brazalete del sindicato RMT y un par de insignias socialistas, Hedley lleva una llamativa cinta negra y naranja. Para aquellos que lo saben, que podría incluir a cualquiera que siga la política soviética o báltica, es una Cinta de San Jorge'.

Adams explica que la cinta 'está prohibida en Ucrania y muchos estados bálticos, donde se considera un desagradable símbolo de la agresión militar rusa'. Cita al 'analista' canadiense Michael MacKay, (un miembro del Congreso Ucraniano Canadiense cuya historia y actividades el WSWS haexpuesto exhaustivamente), describiéndolo como 'un símbolo de odio anti-ucraniano ... tan profundamente ofensivo como la esvástica'.

La declaración de MacKay es obscena. En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, la Cinta de San Jorge apareció en las medallas otorgadas a los veteranos militares soviéticos que ayudaron a derrotar al nazismo. La Guerra de Aniquilación de Hitler contra la Unión Soviética tenía como objetivo la destrucción del 'judeobolchevismo', es decir, la destrucción física del marxismo y de los judíos europeos. Hitler buscó subyugar a la URSS y transformar sus territorios en colonias del Tercer Reich. El punto central de esta perspectiva era la 'Solución Final' planteada por los nazis, que llevó al asesinato de seis millones de judíos en el Holocausto.

Comparar la cinta de San Jorge con la esvástica es revisionismo histórico destinado a rehabilitar el fascismo. Pero la comparación corresponde a un periódico conocido por los trabajadores británicos en la década de 1930 como el Daily Heil debido a su respaldo al nazismo y a las camisas negras de Sir Oswald Mosley.

El Partido Socialista por la Igualdad, la sección británica del Comité Internacional de la Cuarta Internacional, tiene diferencias fundamentales con el liderazgo del RMT sobre la guerra en Ucrania. Muchos de los líderes del sindicato son miembros pasados o presentes del Partido Comunista Estalinista de Gran Bretaña, y reflejan su política nacionalista. Dempsey, por ejemplo, estuvo apoyando a líderes separatistas prorrusos como Aleksey Mozgovoy, fundador de la Brigada Prizrak. Mozgovoy, quien murió en una emboscada al borde de la carretera en 2015, disfrutó de vínculos con los principales políticos de la oposición rusa, incluido Sergey Mironov, ex presidente de la cámara alta del parlamento ruso y fundador del nacionalista Partido Ruso de la Vida.

A pesar de nuestras diferencias insalvables con el RMT, lo defendemos inequívocamente contra la prensa derechista británica. La clase dominante británica, está sumergida hasta el cuello en sucias intrigas en Ucrania y, con la sangre de un millón de iraquíes y afganos todavía en sus manos, no está en condiciones de dar lecciones a nadie sobre moralidad política. Es una medida de la putrefacción de la democracia británica que los ataques al sindicato ferroviario más grande de Gran Bretaña se basen en una defensa de los fascistas ucranianos, los herederos políticos de Stepan Bandera, Andriy Melnyk y otros cómplices criminales de Hitler.

Sin embargo, nuestra defensa de la RMT no cede ningún terreno a sus pretensiones de representar una oposición militante y de izquierda para los trabajadores ferroviarios. No se puede confiar al RMT ni la defensa de los puestos de trabajo y las condiciones de los trabajadores ferroviarios, ni la lucha contra la guerra. Para eso, se necesita un programa de clase independiente, basado en una perspectiva socialista e internacionalista.

Esto significa rechazar cualquier apoyo a la intervención de la OTAN en Ucrania y oponerse al papel de Gran Bretaña como perro de presa en una guerra por delegación contra Rusia que amenaza con la Tercera Guerra Mundial. La clase obrera debe oponerse a la invasión rusa de Ucrania, que ha facilitado los planes de guerra de la OTAN al proporcionar el desencadenante largamente buscado para la intervención mientras abre una brecha entre la clase obrera rusa y ucraniana. La única estrategia viable para oponerse a la guerra es una basada en la unidad de la clase obrera rusa, ucraniana e internacional en la lucha contra el capitalismo.

La guerra y la lucha de clases están indisolublemente unidas. Gran Bretaña está invirtiendo miles de millones en armas y apoyo militar para Ucrania. La clase trabajadora pagará la factura a través de una austeridad salvaje, incluida la destrucción del Servicio Nacional de Salud, el transporte y la infraestructura, la atención social, la educación pública y el bienestar. El belicismo de la OTAN contra Rusia, incluida su imposición de sanciones, también está alimentando una crisis inflacionaria global, sumiendo a millones de personas en dificultades, pobreza y hambre.

Sobre todo, la clase dominante teme una erupción de la lucha de clases. los ataques de la prensa de derecha contra el RMT están dirigidos contra los miles de trabajadores ferroviarios que han manifestado su disposición a luchar.

Mick Lynch (WSWS Media)

El domingo, el secretario general de RMT, Mick Lynch, apareció en Sky News. Con el gobierno de Johnson azotado por la crisis y sectores poderosos de la clase trabajadora entrando en batalla, incluso en el metro de Londres, Royal Mail y British Telecom, Lynch describió la lucha en los ferrocarriles como una 'disputa defensiva'. Le dijo a Sophy Ridge: 'Han puesto sus tanques en nuestro césped. No los estamos amenazando, están amenazando a nuestra gente'.

Lynch estaba aludiendo a las palabras del primer ministro laborista Harold Wilson, quien, en 1969, enfrentado a una creciente ola de huelgas, exigió al líder sindical Hugh Scanlon: 'Saquen sus tanques de mi césped'. Más de medio siglo después, los sindicatos se han convertido en socios corporativistas de los empresarios empleadores y del Estado. No representan tal amenaza.

El martes, el Comité Ejecutivo Nacional de RMT anunció que estaban dejando de lado las huelgas y reiniciando conversaciones con el Grupo de Recuperación de la Industria Ferroviaria (RIRG). Este organismo corporativista, que une a sindicatos ferroviarios y empleadores, fue creado por el gobierno de Johnson durante la pandemia, y está encargado de elaborar planes para ejecutar el mayor asalto a los empleos, las condiciones laborales y las pensiones en décadas, parte del boom privatizador de los Grandes Ferrocarriles Británicos por parte de los conservadores.

La clase dominante británica está utilizando la guerra de la OTAN en Ucrania como un ariete, exigiendo la unidad nacional contra la lucha de clases. Esto sólo muestra que la lucha contra la guerra imperialista en el extranjero y la defensa de la clase obrera en casa, son una y la misma. Este combate debe librarse en unidad con la clase obrera internacional en una lucha por el socialismo.

(Publicado originalmente en inglés el 2 de junio de 2022)

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