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Discurso del mitin del IYSSE contra la guerra

Los planes de guerra encabezados por EE.UU. contra China y la construcción de un movimiento antiguerra en el Asia-Pacífico

Este es el discurso de Evrim Yazgin, coordinador del IYSSE en Australia, en el mitin 10 de diciembre, “¡Por un movimiento de estudiantes y jóvenes para detener la guerra en Ucrania!” organizado por los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (IYSSE, por sus siglas en inglés). Para más información sobre unirte al IYSSE, visita la siguiente página .

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Evrim Yazgin | Discurso em el evento del IYSSE contra la guerra el 10 de diciembre

Mientras el militarismo envuelve el mundo, la región del Asia-Pacífico se está convirtiendo en un hervidero de los planes de guerra.

En 1957, el escritor de ficción Nevil Shute escribió On The Beach. La adaptación cinematográfica del libro en 1959 se desarrolló aquí en Melbourne.

El libro narra una catastrófica guerra nuclear en el hemisferio norte. La civilización humana fue aniquilada en todas partes excepto en Australia. Sin embargo, en cuestión de meses, la lluvia radiactiva también matará a los últimos supervivientes.

On The Beach tuvo un gran impacto. Dejó claro que nadie escaparía a las consecuencias de una guerra nuclear. Esto es aún más cierto hoy.

En la guerra que se avecina, Australia no es un participante distante y ajeno. A espaldas de sus poblaciones, Australia y Nueva Zelanda han sido colocadas en la primera línea de los planes de guerra de Estados Unidos.

EE.UU. y sus aliados ya están involucrados en una guerra imperialista contra Rusia. Sin embargo, el conflicto en Ucrania es el preludio de un enfrentamiento mucho más amplio y mortífero con China, que el imperialismo estadounidense considera la principal amenaza para su hegemonía mundial.

Los planes de guerra de EE.UU. contra China se intensificaron cualitativamente con el “pivote hacia Asia” de la Administración de Obama y luego se aceleraron aún más bajo Trump. Bajo el mandato de Biden, las tensiones con China están alcanzando un punto álgido. A pesar de esta amenaza para la humanidad, Washington sigue adelante con sus planes para convertir a las potencias nucleares de Rusia y China en semicolonias. A pesar de la amenaza de una guerra nuclear, no se detendrá.

Cada vez más, el militarismo y la guerra dominan la política de toda esta región. Los pactos imperialistas como la Quad, UKUS, y los Cinco Ojos se han establecido para cercar China por medio de una red dominada por Estados Unidos, de carácter económico, de inteligencia y militar. Cualquier Gobierno o dirigente político que se interponga en el camino del imperialismo estadounidense o incluso que entable conversaciones con China es amenazado, intimidado y tumbado del poder.

El papel protagónico de Australia en el impulso de guerra estadounidense contra China se ha preparado bajo sucesivos Gobiernos tanto de la Coalición Liberal-Nacional como laboristas. El imperialismo australiano no sigue ciegamente los planes de guerra estadounidenses. Funciona como el perro de ataque más agresivo en la confrontación con China. Esto está motivado en parte por los propios intereses depredadores de Australia en el Pacífico sur, una región que ha oprimido y explotado por más de cien años.

En 2011, Obama anunció el “pivote hacia Asia” en el Parlamento australiano, subrayando la centralidad de Australia en los planes de guerra de EE.UU. El Gobierno laborista de Julia Gillard, apoyado por Los Verdes firmó un acuerdo militar, integrando el ejército australiano en la maquinaria bélica estadounidense.

Este proceso ha sido profundizado por todos los Gobiernos en la última década, y ahora se está acelerando bajo el Gobierno laborista de Anthony Albanese. Su primer acto como primer ministro fue volar a Japón para la cumbre del Quad en mayo, y su Gobierno reveló planes para estacionar bombarderos estadounidenses B-52 con capacidad nuclear en Australia.

Australia va a adquirir una flota de submarinos de propulsión nuclear, así como misiles hipersónicos y otro armamento ofensivo que desempeñarían un papel clave en una guerra en el Indo-Pacífico.

Como en otros países, los Gobiernos de Australia y Nueva Zelanda gastarán cientos de miles de millones en el ejército mientras afirman que no hay dinero para la educación, la salud ni otros servicios sociales esenciales.

De hecho, la guerra en el extranjero va de la mano de una guerra contra la clase obrera en casa. Esto ha quedado totalmente claro con la pandemia de COVID-19.

Si bien fueron aclamados como casos de éxito en mitigar la propagación del virus en 2020 y 2021, los Gobiernos de Australia y Nueva Zelanda adoptaron plenamente las políticas asesinas de “dejarlo correr” a fines del año pasado.

Esta campaña animada por las ganancias provocó una crisis sanitaria monumental.

Casi el 90% de las más de 16.000 muertes por COVID en Australia se han producido desde principios de este año. En Nueva Zelanda, casi el 98% de las muertes por el virus han ocurrido en 2022.

Miles más sufren los graves efectos discapacitantes del COVID persistente.

Hay una oposición masiva entre los jóvenes y los trabajadores a este programa de guerra, austeridad y miseria.

La élite gobernante australiana intenta suprimir esta oposición a través de un asalto a los derechos democráticos. Esto se ve claramente reflejado en los esfuerzos por silenciar al IYSSE en los campus universitarios.

En dos universidades distintas, en dos estados diferentes, los sindicatos estudiantiles, que operan de la mano de las administraciones universitarias propatronales, han aprovechado cuestiones técnicas para desafiliar a los clubes del IYSSE.

Esto no es casualidad. Las universidades se están transformando en centros de militarismo y guerra. Todas las grandes universidades de Australia han formado vínculos con los ejércitos y los fabricantes de armas para ayudar a preparar la guerra. Y muchas albergan centros de análisis proguerra cuya única función es promover la propaganda imperialista.

Al mismo tiempo, Australia ha estado a la vanguardia de una campaña mccarthista contra la supuesta “injerencia china”. Nunca se han aportado pruebas de ella. Pero los Gobiernos y la prensa han lanzado ataques repugnantes contra los estudiantes internacionales chinos, los australianos de ascendencia china y quienes cuestionen los planes de guerra.

El IYSSE se opone inequívocamente a esta campaña reaccionaria y a los objetivos bélicos que busca legitimar.

Lo decimos alto y claro, los trabajadores y los jóvenes chinos no son nuestros enemigos. Se encuentran entre nuestros aliados más importantes en la lucha por evitar una catástrofe nuclear.

El IYSSE llama a los estudiantes y jóvenes de Australia, China y toda la región del Asia-Pacífico a que nos contacten y asuman la lucha por el socialismo internacional, contra el militarismo y la guerra.

Juntos, debemos construir un movimiento internacional contra la guerra, basado en la clase obrera y que luche por la abolición del capitalismo. Esta es la única manera de evitar el desastre que es inminente en este sistema y garantizar un futuro para la humanidad.

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