Frente a la inmensa represión policial, las protestas y manifestaciones contra el genocidio israelí apoyado por Estados Unidos en Gaza continuaron en todo el país durante el fin de semana, incluidas en los campus universitarios y durante las ceremonias de graduación.
En Austin, Texas, miles de personas vestidas con kufiyas y ondeando banderas palestinas marcharon hacia el capitolio estatal para protestar contra la continua limpieza étnica en Gaza, que ha matado oficialmente a más de 35.000 personas, una subestimación considerable. La marcha en Austin, como muchas otras protestas, se llevó a cabo en parte para conmemorar la Nakba, o la catástrofe. Marca la fundación genocida del estado sionista de Israel hace 76 años, cuando más de 750.000 palestinos fueron limpiados étnicamente y desplazados por la fuerza de sus hogares.
Aunque cientos de policías antidisturbios se reunieron fuera del capitolio estatal de Austin, hasta el momento de escribir este artículo no parece que se hayan realizado arrestos.
El domingo por la mañana en Washington D.C., docenas de estudiantes y algunos miembros del profesorado abandonaron las ceremonias de graduación celebradas en Georgetown y la Universidad George Washington. Muchos llevaban carteles pidiendo a sus universidades que desinvirtieran en empresas de armas israelíes, mientras otros señalaban el horrible número de muertos, incluidos más de 15.000 niños.
El sábado, en el barrio de Bay Ridge en Brooklyn, Nueva York, cientos de personas marcharon para conmemorar la Nakba. El vecindario alberga una gran población de árabes y musulmanes que han conmemorado el aniversario durante años. A pesar de que la marcha pacífica más reciente fue más pequeña que la del año pasado, la policía reaccionó con extrema violencia menos de 30 minutos después de que comenzara la manifestación.
Múltiples videos, filmados por los periodistas independientes Katie Smith, Josh Pacheco y otros, muestran a la policía golpeando a los manifestantes, incluso cuando están tumbados en el suelo con los brazos detrás de la espalda.
Smith informó en su cuenta de X que la policía “irrumpió y agarró a personas de la multitud aparentemente al azar. Los oficiales derribaron a varios manifestantes al suelo y luego procedieron a golpearlos”.
Varios videos grabados por Smith y otros muestran a la policía dañando deliberadamente a los manifestantes, incluso cuando estaban cumpliendo con las órdenes. Un video mostraba a un policía pisando las piernas de alguien mientras yacía en el suelo con los brazos detrás de la espalda.
El periodista de video con sede en Nueva York, thizzL, grabó múltiples instancias de la policía agarrando gente al azar, tirándola al suelo y golpeándola.
El domingo, el Departamento de Policía de Nueva York confirmó que habían arrestado a 40 personas, pero aún no han declarado de qué se les acusa.
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, un demócrata y policía de larga data, ha encabezado la represión contra los manifestantes antigenocidas. De los más de 3.000 arrestados en todo el país el mes pasado, más de 600 fueron detenidos por la policía en la ciudad de Nueva York.
La represión nacional a los manifestantes antigenocidas está siendo dirigida y alentada desde la Casa Blanca. El presidente Joe Biden, en múltiples discursos, ha vilipendiado y difamado a los manifestantes como “antisemitas” y violentos, mientras guarda silencio sobre el abuso policial.
Biden habló el domingo primero en el Colegio Morehouse en Atlanta, Georgia, y luego por la noche en una recaudación de fondos de la NAACP en Detroit, Michigan. En ambos eventos, Biden se presentó cínicamente como defensor de la “democracia” y los “derechos democráticos” e incluso como un defensor de un “alto el fuego” en Gaza, menos de una semana después de pedir otros $1.000 millones en armas militares para Israel.
El discurso estuvo lleno de mentiras y distorsiones. Quizás una de las mayores distorsiones fue la declaración de Biden de que “caminó la línea de piquetes y defendió los derechos de los trabajadores”. La administración de Biden ha intervenido contra los trabajadores múltiples veces, incluyendo bloquear a los trabajadores ferroviarios de hacer huelga en 2022.
El presidente criminal de guerra luego declaró que apoyaba “protestas pacíficas y no violentas”, y que “sus voces deben ser escuchadas, y los prometo que los escucho”.
Biden no dijo nada sobre los miles de estudiantes que han sido arrestados por protestar pacíficamente contra las guerras imperialistas lideradas por él y ambos partidos grandes del capital. En lugar de adherirse a las demandas de los manifestantes para que termine el genocidio, Biden ha financiado la masacre israelí en Gaza y ha intensificado la represión policial en casa.
Stephen Semler, cofundador del Security Policy Reform Institute y autor del Speaking Security Substack, informó a principios de este mes que desde que Biden asumió el cargo, los departamentos de policía de Estados Unidos han recibido equipo de combate militar adicional valorado en otros $150 millones a través del programa 1033.
El programa 1033 permite al Pentágono, con la aprobación del presidente, transferir equipo militar a los departamentos de policía sin costo alguno. Semler estima que hasta este año, la policía ha adquirido equipo por valor de $1.600 millones a través del programa, algunos de los cuales se han utilizado contra manifestantes en campus universitarios.
Semler encontró que “68 agencias de policía de colegios y universidades actualmente tienen equipos militarizados que recibieron a través del programa 1033”. Esto incluye grandes universidades con miles de estudiantes, como la Universidad de Clemson; la Universidad Estatal de Michigan; la Universidad Estatal de Ohio; la Universidad Purdue; la Universidad del Sur de Texas; la Universidad de Akron; la Universidad de Wisconsin-La Crosse; la Universidad de Michigan Occidental y decenas de otras.
Consciente de su popularidad en caída libre con prácticamente toda la población, incluidas grandes secciones de jóvenes indignados por el genocidio en Gaza, Biden dijo que era una “crisis humanitaria” pero no asignó responsabilidades por esa crisis. Biden es consciente de que la destrucción de Gaza y la transferencia forzosa de sus habitantes es una política conjunta de Israel y Estados Unidos.
Concluyó sus comentarios sobre Gaza pidiendo una “solución de dos estados”, afirmando que es la “única solución para que dos pueblos vivan en paz y dignidad”.
Durante su discurso, varios graduados del colegio histórico de hombres exclusivamente negros (HBCU) se retiraron, mientras que varios más se fueron después de que a Biden se le otorgara un título honorífico de la universidad. Una presencia masiva de la policía mantuvo a un grupo de alrededor de 100 manifestantes, incluidos algunos estudiantes y profesores, alejados del acto.
Después de terminar su discurso en Atlanta, Biden voló a Detroit para asistir a una recaudación de fondos de la NAACP. Más de 200 personas protestaron por la presencia de Biden en Detroit, pero quedaron eclipsadas por la masiva presencia policial, que incluía cientos de policías antidisturbios y un helicóptero.
A pesar del carácter pacífico de las protestas, al menos dos personas fueron arrestadas por la policía de Detroit. Reflejando las actitudes racistas y retrógradas endémicas en los departamentos de policía de Estados Unidos e internacionalmente, en un video, se escucha a un policía racista de Detroit diciendo a un manifestante palestino que “regrese a México”.
El candidato del Partido Socialista por la Igualdad a la presidencia de Estados Unidos, Joseph Kishore, hizo campaña en la protesta de Detroit. Docenas de manifestantes disgustados con ambos partidos del capital y interesados en una perspectiva socialista y antiguerra firmaron peticiones para poner a Kishore y su compañero de fórmula, Jerry White, en la boleta en Michigan. Desde el exterior del centro de convenciones, Kishore denunció a Biden por librar “una guerra en el extranjero mientras libra una guerra contra la clase trabajadora en casa”.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 19 de mayo de 2024)