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Conflicto con Irán exacerba tensiones transatlánticas

La intensificación de las sanciones contra Irán por parte de Estados Unidos ha producido fuertes tensiones transatlánticas. En una declaración conjunta, la representante de política exterior de la Unión Europea y los ministros de relaciones exteriores de Alemania, Francia y Reino Unido condenaron la expansión de las sanciones.

"Nos referimos con pesar y preocupación a la decisión de los Estados Unidos de no extender las exenciones con respecto al comercio de petróleo con Irán", afirma la declaración. Los firmantes señalaron su determinación "a permitir la continuación del comercio legítimo con Irán" y apelaron explícitamente a Rusia y China "a que realicen sus mejores esfuerzos para lograr el comercio legítimo que permite el acuerdo, a través de pasos concretos".

Pero, a diferencia de 2003, cuando representantes de los Gobiernos de Alemania y Francia declararon públicamente su oposición a la guerra en Irak, y millones de personas salieron a las calles en ambos lados del Atlántico para oponerse, los Gobiernos europeos hoy están haciendo todo lo posible para evitar una movilización más amplia contra el peligro de la guerra.

En cambio, exigen incluso más que antes que se acelere el rearme militar europeo. En el Süddeutsche Zeitung, Stefan Kornelius exigió un "programa para desarrollar el poderío europeo" para defender a Europa contra la arbitrariedad de ambos, los Estados Unidos e Irán. "Lo que falta hasta ahora es una estrategia creíble para la disuasión o incluso para un contraataque, en el sector financiero, con la ayuda de sanciones comerciales, pero en última instancia también militarmente".

"Disuasión" y un contraataque militar: este es el lenguaje no disimulado del militarismo. Comentarios como estos subrayan que la única diferencia entre la Administración de Trump y los Gobiernos europeos es que estos últimos se están quedando atrás en la carrera de rearme.

El año pasado, Alemania, Francia y Reino Unido se opusieron a los Estados Unidos cuando canceló unilateralmente el acuerdo nuclear con Irán. Estuvieron de acuerdo con Irán sobre continuar respetando el acuerdo y desarrollar mecanismos financieros y comerciales para eludir las sanciones impuestas por los Estados Unidos.

Sobre todo, estaban motivados por sus propios intereses económicos en un país con grandes reservas de petróleo y gas y una población de alrededor de 80 millones de personas bien educadas. Ellos ven las amenazas de guerra de Trump contra Irán como un ataque a sus intereses imperialistas en la región.

Sin embargo, el intento de eludir las sanciones de los Estados Unidos no sirvió de nada. Ante el ultimátum de perder el acceso al mercado de los Estados Unidos si seguían haciendo negocios con Irán, casi todas las grandes empresas y bancos europeos se retiraron de Irán.

La última decisión de Washington, el retiro de las exenciones para China, Corea del Sur, Japón, India y Turquía, a quienes se les permitió seguir comprando petróleo de Irán, solo aceleró esta tendencia. Los comentarios de la prensa europea están dominados por la ira hacia Trump y la falta de poder de Europa, combinados con promesas de rearmar y establecer a Europa como una potencia mundial.

El británico Financial Times se quejó de que los Gobiernos europeos "tienen pocas opciones: por más que los funcionarios los urjan a hacerlo, los bancos y las empresas no puedan operar fuera del sólido régimen de sanciones de Washington. No elegirán a Irán sobre Estados Unidos... El Sr. Trump nunca le dio una oportunidad al acuerdo, incluso cuando busca con entusiasmo un acuerdo similar con Corea del Norte".

Klaus-Dieter Frankenberger suspiró en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, "Es doloroso reconocer la impotencia de uno mismo ... El camino hacia el poder mundial aún es largo".

Daniel Brössler comentó en la Süddeutsche Zeitung que la amistad germano-estadounidense ha quedado "destrozada". "En muchos casos, EUA ya no es un aliado, sino un oponente, contra quien se deben trazar alianzas", continuó. Quedan “muchos intereses comunes, en Ucrania, por ejemplo, en Venezuela y Siria”. Pero incluso después de Trump, Estados Unidos nunca “volverá a ser el poder protector en el que Alemania confió durante tanto tiempo”. Brössler concluyó con la llamada a Alemania a aumentar su gasto militar.

El exministro de Relaciones Exteriores, Sigmar Gabriel (Partido Socialdemócrata; SPD) habló de manera similar en una entrevista con Deutschlandfunk. Describió como un problema que “la Unión Europea, desde su fundación, nunca fuera una potencia mundial. En cambio, siempre se suponía que debíamos mantenernos al margen. Y nos pusimos cómodos y pensamos que eso era bueno". Gabriel concluyó:" Tenemos que aprender a desempeñar un papel en el mundo".

La oposición europea a las sanciones estadounidenses y las amenazas de guerra contra Irán no está motivada por ninguna preocupación sobre la defensa de Irán contra el trato injusto o el chantaje, o para prevenir una guerra. Esto quedó claro después de que Teherán respondiera a las amenazas de Trump al anunciar que dejaría el acuerdo nuclear a menos que las partes restantes del acuerdo, Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia y China, implementaran el acuerdo nuclear en un plazo de 60 días levantando las sanciones al petróleo y el sector bancario.

Los ministros de asuntos exteriores de Alemania, Francia, Reino Unido y la Unión Europea respondieron emitiendo una declaración en la que denunciaron a Irán. "Hacemos un llamado urgente a Irán para que cumpla plenamente con sus obligaciones en virtud del JCPoA como lo ha hecho hasta la fecha, y que se abstenga de cualquier escalada", se lee en el comunicado. También señaló que se revisaría el cumplimiento por parte de Irán de sus obligaciones.

El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas (SPD), declaró que Alemania quiere evitar que Irán se apodere de un arma nuclear. "Por lo tanto, esperamos que Irán aplique plenamente el acuerdo, sin ninguna desviación". La ministra de Defensa francesa, Florence Parly, anunció que se implementarán nuevas sanciones contra Irán si Teherán viola las disposiciones del acuerdo. El ministro de Relaciones Exteriores británico, Jeremy Hunt, advirtió sobre las "consecuencias" si Irán dejaba de cumplir con sus obligaciones.

El aumento de las tensiones entre las principales potencias, las amenazas y el chantaje en la política exterior y la escalada de la carrera armamentística, todo esto recuerda las condiciones previas a las dos guerras mundiales del siglo pasado. Como fue el caso entonces, la amenaza de guerra no surge de las características de uno u otro líder político, sino de las contradicciones irreconciliables de la sociedad capitalista. La lucha por la hegemonía en la economía global y el intento de redirigir las tensiones sociales hacia el exterior están empujando inevitablemente a los Estados capitalistas hacia la guerra.

El peligro de una tercera guerra mundial con armas nucleares solo puede ser detenido por un movimiento internacional independiente de la clase obrera que luche por derrocar al capitalismo y por la construcción de una sociedad socialista.

(Publicado originalmente en inglés el 11 de mayo de 2019)

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