Español

Rashida Tlaib defiende la colaboración del Partido Demócrata con Trump en inmigración

Una manifestación proinmigrante celebrada el pasado fin de semana en la Facultad de Derecho de la Universidad Estatal de Wayne en Detroit se rompió en confusión después que la congresista demócrata de Michigan, Rashida Tlaib, miembro de los Socialistas Democráticos de América (DSA), fuera interrogada sobre cómo ha trabajado el Partido Demócrata con la administración Trump para perseguir a los inmigrantes que huyen de las condiciones en sus países de origen devastados por la guerra y la pobreza.

Tlaib es una de las cuatro congresistas demócratas de primer año (conocidas en los medios de comunicación como “El Escuadrón”, incluyendo las representantes de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar de Minnesota y Ayanna Pressley de Massachusetts) quienes han sido elevadas por el establecimiento político y los principales medios de comunicación como la cara de una llamada “revuelta progresiva” dentro de las filas del Partido Demócrata. Tlaib y sus asociadas han sido blanco de las diatribas fascistoides del presidente Trump en Twitter después que expresaron críticas sobre las condiciones en los centros de detención de migrantes a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.

La reunión “Inmigración 101 para aliados con Rashida Tlaib” fue organizada por el grupo de activistas comunitarios 1Michigan. El evento promovió la opinión—basada en la perspectiva de la política de identidad—que el asalto sin precedentes de Trump contra los inmigrantes y los derechos democráticos es una expresión del racismo supuestamente inherente entre la población blanca en Estados Unidos.

A pesar de esto, el ambiente de hostilidad entre los trabajadores y sectores de la clase media hacia las políticas de derecha de los partidos demócrata y republicano encontró cierta expresión en la discusión.

José Franco, el fundador de 1 Michigan, habló extensamente sobre el asalto bipartidista contra inmigrantes llevado a cabo por demócratas y republicanos. Franco relató su propia experiencia personal al reunirse con el líder de la minoría del Senado demócrata Charles Schumer, quien le dijo al joven activista que “a nadie le importa” la difícil situación de los inmigrantes. Terminó su alocución, con aplauso de la audiencia, al declarar que “ambos partidos son culpables”.

Sin embargo, la perspectiva del evento, esencialmente pro-Partido Demócrata, fue proporcionada por Tlaib, orador principal. Si bien la congresista hizo referencias pasajeras a cuestiones más amplias que afectan a la clase trabajadora, afirmando que “esto no se trata de la comunidad de inmigrantes indocumentados, se trata de todos nosotros” y calificando el aparato de deportación estadounidense como un “sistema roto”, sus críticas se enmarcaron dentro de la jerga del liberalismo establecido, pidiendo simplemente un “movimiento de responsabilidad” para la policía de fronteras e inmigración.

Tlaib dijo que también estaba tratando de “humanizar” a los agentes de ICE [Inmigración y Control de Aduanas] y de la Patrulla Fronteriza [CPB], de quienes dijo que “me habían llevado a un lado [y me susurraron]” sobre las condiciones en los campamentos fronterizos. “También se trata de ellos, los agentes, que están cansados de esto”, dijo, y agregó “yo quería humanizarlos—a pesar que algunos de ellos nos deshumanizaron a mí y a otros miembros del Congreso en su página de Facebook ”. Tlaib se refería al grupo de redes sociales “Tengo 10-15” en el cual los agentes habían intercambiado comentarios racistas y fascistas sobre inmigrantes y legisladores demócratas.

Los llamamientos de Tlaib a la “rendición de cuentas” y “más capacitación” para los agentes que infligen graves violaciones de los derechos humanos a los migrantes, exponen a la congresista y a los DSA, como una facción dentro del Partido Demócrata, y facilitadores de las políticas de derecha y autoritarias de la administración Trump.

Solo dos días antes, Tlaib y Alexandria Ocasio-Cortez emitieron sus votos apoyando la resolución presupuestaria de dos años del presidente republicano, que otorgó la pantagruélica suma de $738 mil millones de dólares a la máquina de guerra del Pentágono para el año fiscal que comienza el 1 de octubre. Este ha sido el más alto monto entregado a los militares en la historia de los Estados Unidos. El proyecto de ley también comprometió al Partido Demócrata a abandonar cualquier esfuerzo legislativo para detener la construcción del muro fronterizo de Trump.

Cuando un reportero del World Socialist Web Site le preguntó a Tlaib sobre su apoyo al Partido Demócrata, a pesar de su historial de deportaciones y votos para financiar las agencias fascistas de ICE y la Patrulla Fronteriza, la congresista se volvió apopléjica.

Tlaib afirmó falsamente que no había usado la manifestación para pedir apoyo para el Partido Demócrata, poco antes de hacer exactamente eso: “Déjeme decirle que el Partido Demócrata nos pertenece a todos nosotros. Es como la familia [cuando] tiene a una persona que está fuera de control, pero la supera en número, ¡bueno, vaya a superarla en número! ¡Tome el control de su partido, señor!”, declaró demagógicamente. “Si quieres ser independiente, sé independiente, pero no estoy dispuesta a renunciar al partido del pueblo”.

En realidad, millones de trabajadores ya han renunciado al “partido del pueblo”, reconociendo que no hay una diferencia genuina entre los demócratas y los republicanos, y que ambos partidos representan los intereses de las empresas estadounidenses y los hombres de dinero de Wall Street.

Tlaib trató de distraer la atención de su propio voto para el presupuesto de guerra de Trump, declarando que nadie debería “confiar en un proyecto de ley, o lo que sucede en la Cámara del Congreso, o en la Casa Blanca”, sino que los “movimientos por los derechos laborales o en contra la pobreza” se pelearon en “las calles”. Inmediatamente se contradijo a sí misma, afirmando: “Prefiero estar en la mesa ... que ser alguien en el exterior que diga ‘vamos a quemarlo todo’. No estoy lista para eso”.

De hecho, desde la elección del presidente Trump en 2016, los demócratas han estado trabajando para evitar que tal movimiento “en las calles” se desarrolle. Los demócratas se han involucrado en un esfuerzo por atrapar a la oposición masiva a la administración de extrema derecha, detrás de los llamamientos para “trabajar” con los republicanos fascistizantes, incluyendo los fondos para ICE y Aduanas y Protección Fronteriza, y al tratar de desviar toda oposición a las políticas antiinmigrantes y fascistas de Trump detrás de su campaña contra Rusia.

Mientras que el propio Trump destripa la Constitución de los Estados Unidos al declarar una emergencia nacional en la frontera de los Estados Unidos para movilizar recursos militares para hacer cumplir su persecución antiinmigrante, la respuesta del Partido Demócrata es mirar hacia otro lado, enmarcando su oposición a Trump sobre la base de su consciente “suavidad” contra Rusia y otros adversarios extranjeros del imperialismo estadounidense.

Tlaib reveló el contenido real de sus tácticas de presión de “base” en un discurso dirigido a “activistas y líderes de base” en el Cobo Hall en el centro de Detroit solo unas horas antes de su aparición en el mitin de 1Michigan. De acuerdo con el Detroit News, Tlaib promocionó su “juego externo, interno, que es tan importante” para que la Cámara vote por un proyecto de ley de salario mínimo de $15 dólares por hora, declarando que era “una herramienta de organización para todos nosotros ... para conseguir al [líder de la Mayoría del Senado] Mitch McConnell [para apoyarlo también]”. En buena medida, Tlaib declaró que ella “a veces” sentía que McConnell “trabaja más para el gobierno ruso que para su propia gente, pero todo ese trabajo no sucede sin todos ustedes liderando el camino”.

Los esfuerzos de los demócratas “progresistas” como Tlaib no son para “reformar” el Partido Demócrata, sino para disfrazar el giro hacia la derecha del sistema capitalista, que Tlaib, los DSA y toda la camarilla de “críticos de izquierda” del Partido Demócrata apoyan y defenderán sin piedad frente a un movimiento real de la clase trabajadora.

(Publicado originalmente en inglés el 3 de agosto de 2019)

Loading