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Jacobin respalda el mortal plan de reapertura de escuelas acordado por el sindicato de maestros de Los Ángeles

Durante febrero y marzo, los pseudoizquierdistas Socialistas Demócratas de Estados Unidos (DSA, todas las siglas en inglés) y su revista afiliada Jacobin guardaron un silencio completo sobre la campaña para reabrir el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), que fue rápidamente intensificada y finalmente impuesta por el sindicato United Teachers Los Angeles (UTLA) el 21 de marzo. Dos semanas después, el 4 de abril, Jacobin publicó un respaldo incondicional al acuerdo mortal del sindicato para reabrir el segundo distrito más grande de los EE.UU., una semana antes de que las escuelas primarias comiencen a reabrir el 12 de abril.

El artículo, “Los maestros de Los Ángeles ganaron una reapertura segura de las escuelas mediante la organización”, afirma: “A pesar de los obstáculos para abrir los recintos escolares en una pandemia, los miembros del UTLA se están preparando para regresar a las instalaciones escolares de una manera mucho más segura que en cualquier otro distrito escolar urbano importante en EE.UU. Este es el resultado de nuestra conducción sindical centrada en la justicia social y la organización a nivel de escuelas”.

Docentes de Los Ángeles en huelga, enero de 2019 (WSWS)

El artículo de Jacobin se publicó el mismo día en que varios funcionarios de salud pública y epidemiólogos aparecieron en los programas de entrevistas del domingo para advertir sobre la acelerada propagación a nivel nacional de variantes más infecciosas y letales de COVID-19, identificando las escuelas reabiertas como las principales fuentes de las infecciones.

Hablando en el programa “Face the Nation” de CBS el domingo, el excomisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos, Dr. Scott Gottlieb, declaró: “Lo que estamos viendo son focos de contagio en todo el país, particularmente en personas más jóvenes que no han sido vacunadas, y también en niños en edad escolar”. El Dr. Michael Osterholm y otros epidemiólogos destacados hicieron declaraciones similares.

Solo el 16,3 por ciento de los estudiantes de EE.UU. sigue tomando clases completamente a distancia, y el último aumento es directamente atribuible a las recientes reaperturas de escuelas bajo la Administración de Biden, que ha distorsionado la ciencia para reabrir prematuramente las escuelas y la economía en general.

Continúan apareciendo informes que revelan que pocas semanas después de la reapertura de un distrito escolar dado, las tasas regionales de infección por coronavirus comienzan a dispararse. El ejemplo más claro es Michigan, que esta semana registró 357 brotes en escuelas de kínder a doceavo año y otros 131 brotes en centros de cuidado infantil, lo que representa más de un tercio del total de brotes de ese estado. Illinois también ha registrado un aumento de infecciones, donde las Escuelas Públicas de Chicago (CPS) son la principal fuente de brotes en todo el estado, después de que el sindicato Chicago Teachers Union (CTU) llevó a cabo una miserable traición para reabrir las escuelas.

El último artículo de Jacobin fue escrito por Betsy Long, miembro de DSA, quien se identifica como maestra y organizadora de UTLA. Este es el primer y único artículo que figura bajo la firma de Long, y está destinado a dar la impresión de que una maestra de base respalda la UTLA en términos entusiastas. No hay ni un ápice de periodismo honesto en el artículo, que se lee como un artículo escrito por el propio sindicato.

El artículo falsifica la historia real de las negociaciones que llevaron al acuerdo para reabrir el LAUSD, con el fin de proporcionarle una cobertura política para el sindicato UTLA, cuando los casos de coronavirus aumentan inevitablemente a medida que las escuelas vuelven a abrir. Incluso la cronología básica del acuerdo se presenta de manera deshonesta. Long escribe: “El superintendente del LAUSD, Austin Beutner, anunció la reapertura gradual de un recinto de primaria el 19 de abril después de que se finalizara el ‘Acuerdo Complementario’ con United Teachers Los Angeles (UTLA), el sindicato de maestros de la ciudad al que pertenezco”.

De hecho, el acuerdo no se concretó antes de que Beutner anunciara la fecha de reapertura el 19 de abril. El acuerdo muestra una firma de la presidenta de UTLA, Cecily Myart-Cruz, fechada el 9 de marzo, el mismo día en que se anunció la fecha de reapertura el 19 de abril. Sin embargo, Beutner no firmó hasta el día siguiente, 10 de marzo, mientras que el acuerdo enumera una nueva revisión realizada el 12 de marzo.

Long omite el hecho de que una vez que los maestros votaron a favor del acuerdo, Beutner anunció que más de 60 escuelas primarias volverían a abrir una semana antes, el 12 de abril, una medida que produjo una enorme ira entre los maestros pero ni un murmullo de oposición por parte de los líderes del UTLA.

Long señala que el 91 por ciento de los maestros de Los Ángeles votaron a favor de tres medidas de seguridad que luego se incorporaron al plan de reapertura, que incluyen “vacunas completas para el personal de las escuelas, el regreso solo cuando el condado de Los Ángeles este fuera del nivel púrpura y condiciones y protocolos de seguridad aplicables en todas las escuelas”. No menciona que no existen mecanismos aplicables para tener condiciones seguras y que el condado manipuló las categorías de contagios para afirmar falsamente que estaba fuera del “nivel púrpura” el 9 de marzo, el mismo día en que se anunció el acuerdo tentativo.

Si bien presenta la votación sobre el acuerdo final como algo muy popular, Long no informa a sus lectores que más de 12.000 miembros de UTLA se abstuvieron de votar sobre el plan final. Teniendo en cuenta estas abstenciones, solo aproximadamente la mitad de todos los miembros de UTLA aceptaron regresar.

La votación en sí tuvo lugar después de que UTLA presentara la reapertura como un hecho consumado, diciéndoles explícitamente a los maestros que tenían que votar “sí” para regresar a las escuelas en las condiciones inseguras que negociaron o que el distrito reabriría independientemente de ello. En palabras de la jefa negociadora y secretaria de UTLA, Arlene Inouye, a los profesores enojados en la página de Facebook de UTLA, “la [única] opción es regresar a la escuela”.

Según el cuento al revés presentado en el artículo, UTLA luchó con uñas y dientes por las condiciones “seguras” descritas en el acuerdo, y solo los maestros tienen la culpa si las escuelas se convierten en nuevos focos de infecciones por coronavirus. Además, es responsabilidad de los profesores impulsar el mito de una “reapertura segura” para que los padres y los estudiantes indecisos vuelvan a las aulas inseguras.

Long escribe: “El siguiente paso para los miembros de UTLA como yo es preparar nuestras escuelas y aulas para que sean el entorno más seguro posible. Menos de la mitad de los estudiantes planean regresar a las escuelas este semestre, lo que significa que tenemos mucho trabajo en los próximos meses en desarrollar esa confianza. No solo estamos abogando por nosotros mismos, también estamos abogando por nuestros estudiantes y la comunidad”.

Luego declara: “La seguridad de las escuelas y la lucha continua por las escuelas que merecen nuestras comunidades dependen de nuestra capacidad para mantener y continuar construyendo una base de miembros fuerte y militante. Esos miembros ahora tienen que enfocarse en hacer cumplir el Acuerdo Complementario”.

Uno se ve obligado a preguntarse si este acuerdo es tan “fuerte” y el “estándar de oro” de los planes de reapertura de escuelas, como afirman Jacobin y la UTLA, entonces ¿por qué se les pide a los maestros que hagan cumplir las disposiciones del acuerdo ellos mismos? Básicamente, Jacobin les está diciendo a los maestros que se aseguren de que haya inventarios adecuados de mascarillas, desinfectante de manos y filtros de aire para sus habitaciones. Los educadores deben desinfectar las superficies, asegurarse de que los estudiantes sean sometidos a pruebas de coronavirus y que sus contactos sean rastreados de manera regular mientras mantienen una distancia de seis pies (1,8 m) entre ellos en todo momento, todo esto mientras brindan modelos complejos de clases a distancia y presenciales a los estudiantes.

El artículo de Jacobin presenta la pandemia como una cosa del pasado que ya no debería tener un papel en la toma de decisiones políticas. El artículo menciona la actitud imprudente de los Gobiernos de las ciudades y los condados el año pasado al “mantener abiertos los centros comerciales, mantener los viajes nacionales e internacionales y permitir que las condiciones de trabajo inseguras persistieran durante el pico del virus”. Señala las más de 23.000 muertes por COVID en el condado de Los Ángeles junto con un aumento alarmante en el número de niños con el mortal síndrome inflamatorio multisistémico relacionado con COVID-19 en niños (MIS-C).

Sin embargo, el artículo ignora cuidadosamente el creciente número de restaurantes, gimnasios, iglesias, salones y otras áreas interiores que actualmente reabren para recibir clientes. El martes, el gobernador de California, Gavin Newsom, anunció que el estado reabriría completamente la economía y eliminaría por completo el sistema de niveles de alerta para el 15 de junio.

Si bien los dos grandes partidos empresariales, los medios corporativos, los sindicatos de maestros y la pseudoizquierda proclaman una “luz al final del túnel” a medida que más estadounidenses reciben vacunas, la realidad es que sus políticas de reapertura conducirán a más sufrimiento y muertes innecesarios, a medida que el aumento de la propagación de variantes más peligrosas amenaza con hacer que las vacunas existentes sean ineficaces.

Jacobin y el DSA hablan en nombre de sectores privilegiados de la clase media-alta que buscan sofocar la oposición de la clase trabajadora a las desastrosas políticas de las élites gobernantes. Se colocan por completo en el campo de Biden, Trump y el fascistizante presidente brasileño Jair Bolsonaro, quien se niegan a tomar medidas para contener la propagación de la pandemia cuando colapsa el sistema de salud de Brasil.

En septiembre pasado, Jacobin entrevistó a Martin Kulldorff, un destacado defensor de la reapertura de las escuelas como parte del “modelo sueco” basado en infectar a la mayoría de la población con COVID-19 para lograr la llamada inmunidad colectiva. El artículo no desafió los argumentos de Kulldorff, y el editor de Jacobin, Bhaskar Sunkara, retuiteó más tarde la afirmación de Kulldorff de que “el confinamiento es el peor asalto a la clase trabajadora en medio siglo”. Después de la entrevista, Kuldorff se regocijó de que, “En los Estados Unidos, ahora hay un segundo frente contra los confinamientos, desde la izquierda”.

En enero, Jacobin defendió la traición a la huelga del mercado Hunts Point por parte del sindicato de Teamsters, con la ayuda de la legisladora federal y miembro de DSA, Alexandria Ocasio-Cortez.

Su movilización en apoyo de las traiciones de los sindicatos Teamsters y UTLA está motivada por la preocupación por el crecimiento de los comités de base de trabajadores encabezados por el Partido Socialista por la Igualdad, así como la cobertura regular de las traiciones sindicales en el World Socialist Web Site. Para poder llevar a cabo su traición, la UTLA y sus afiliados censuraron los artículos del WSWS y las declaraciones de los Comités de Seguridad de Base de Educadores de la Costa Oeste que llamaban a votar en contra del acuerdo, para que no apareciera en sus páginas de Facebook. En el sur de California, existe una campaña coordinada de partidarios del UTLA y DSA que están utilizando el artículo de Jacobin del 4 de abril para refutar el llamado de PSI y e WSWS de mantener las escuelas cerradas y seguir las clases a distancia.

Jacobin, DSA y el UTLA ahora participan activamente en los esfuerzos para que los estudiantes y maestros regresen a las aulas en la fase más peligrosa de la pandemia, lo que conducirá a un aumento masivo de infecciones y muertes. Por lo tanto, son culpables de las políticas de asesinato social de las élites gobernantes. Los educadores y todos los trabajadores deben considerarlos sus enemigos de clase.

Existe una enorme oposición a estas políticas y debe movilizarse a través de la expansión de los comités de base que existen en Los Ángeles, San Diego y el norte de California, que son parte de una red internacional de estos comités que luchan por cerrar todas las escuelas y los lugares de trabajo no esenciales hasta que se contenga la pandemia, al tiempo que se asegura la protección total de los ingresos para todos los trabajadores afectados por los cierres.

Los Comités de Seguridad de Base de Educadores de California celebrarán una reunión este sábado 10 de abril a las 2 p.m. hora del Pacífico, para discutir el estado de la pandemia y delinear una estrategia de lucha para educadores, padres, estudiantes y todos los trabajadores. Alentamos a todos aquellos que se oponen a la campaña de reabrir las escuelas y que deseen anteponer la protección de las vidas a las ganancias a que se registren aquí e inviten a sus compañeros de trabajo, familiares y amigos.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 7 de abril de 2021)

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