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Amazonians United: una nueva trampa para los trabajadores

El mes pasado, el sindicato Retail, Wholesale and Department Store Union (RWDSU) perdió su voto de sindicalización en el almacén de Amazon en Bessemer, Alabama, por un margen de más de dos a uno. El RWDSU, que contó con el respaldo de la Administración de Biden, congresistas demócratas e incluso el senador republicano de derecha Marco Rubio, fue incapaz de generar un apoyo significativo de los trabajadores.

Como explicó el World Socialist Web Site en varios artículos que analizaron la campaña de sindicalización del RWDSU, desde el principio el esfuerzo fue una operación de arriba hacia abajo, una iniciativa del Partido Demócrata y la confederación AFL-CIO, más que una expresión de la oposición de los trabajadores desde abajo. Los demócratas tomaron la decisión deliberada de que los sindicatos, habiendo demostrado ser guardianes confiables de los intereses corporativos, deben recibir más apoyo institucional, para que puedan servir mejor como un freno a la lucha de clases y evitar que se desarrolle de una manera socialista más radical.

Simultáneamente y como complemento de la campaña de sindicalización dirigida por la Casa Blanca, sectores del aparato sindical y sus aliados de la clase media están avanzando un enfoque más sutil, que afirma falsamente estar “dirigido por los trabajadores”, pero que no está menos controlado por el Partido Demócrata, la AFL-CIO y el Estado capitalista.

A raíz del desastre del RWDSU, varios comentarios en los principales medios de comunicaciones han señalado que se está discutiendo un “cambio de estrategia”. Un artículo del 9 de abril en el New York Times, titulado “La derrota sindical puede llevar a una nueva fase de la campaña contra Amazon”, cita a defensores de los dirigentes sindicales que dicen que planean “intensificar sus esfuerzos informales”, como mítines y otras protestas públicas, en lugar de centrarse en los votos de reconocimiento oficial del sindicato, combinando estos movimientos con campañas de relaciones públicas, el respaldo de celebridades y la presión política para obligar a Amazon “a la mesa de negociaciones”.

El Times cita a Ruth Milkman, directora de la Escuela de Estudios Laborales y Urbanos de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), quien se refiere a este enfoque de sindicalización como una “guerra terrestre” y una “guerra aérea”. Esta estrategia fue utilizada por el sindicato Service Employees Internatioal Union (SEIU) para sindicalizar secciones de conserjes y trabajadores de comida rápida, que sin embargo permanecen, a pesar de la “representación” sindical, entre los sectores más altamente explotados y empobrecidos de la clase trabajadora

“Casi nunca hay elecciones” en este modelo de sindicalización, dijo Milkman al Times. “Se trata de presionar a los responsables de la toma de decisiones en la cima”.

En un pasaje que revela algo de los vínculos financieros y políticos detrás de tales campañas de organización supuestamente “de base”, el artículo se refiere a la organización sin fines de lucro Solidarity Fund, “que invitó a los trabajadores de la industria tecnológica a solicitar estipendios que ayudaran a financiar sus esfuerzos de organizarse. Según Jess Kutch, el director ejecutivo del grupo, los empleados de Amazon reclamaron aproximadamente la mitad de los aproximadamente $100.000 que el grupo ha distribuido, lo que refleja el creciente activismo de sus empleados”.

Según su sitio web, el Co-Worker Solidarity Fund se creó en asociación con el Amalgamated Bank. El banco, cuyas acciones se cotizan en NASDAQ, es la institución financiera de propiedad sindical más grande de los EE.UU., con una participación mayoritaria propiedad de una afiliada del sindicato SEIU. El banco enumera el Comité Nacional Demócrata, la Campaña Biden-Harris 2020, el Ready for Hillary Super PAC 2016, los Teamsters y al sindicato AFSCME (American Federation of State, County, Municipal Employees) junto con otros sindicatos entre sus clientes.

Amalgamated Bank se presenta como un “accionista activista” de varias corporaciones importantes. A fines de 2020, sus acciones eran principalmente de Apple ($137 millones), Microsoft ($107 millones), Amazon ($89 millones), Facebook ($42 millones) y Tesla ($34 millones).

Amazonians United

Varios esfuerzos “informales” de sindicalización, que en ocasiones se presentan como críticos del RWDSU y los sindicatos establecidos, han ganado mayor atención en los medios corporativos recientemente.

El 1 de abril y nuevamente el 7 de abril, un grupo llamado Amazonians United Chicagoland (AUC) organizó protestas en un centro de distribución de Amazon en el vecindario de Gage Park en el suroeste de Chicago contra los brutales turnos de trabajo de 10 horas y media de la compañía, conocidos como “megaciclos”.

Centro de distribución de Amazon en el barrio Gage Park de Chicago

Según el relato de AUC sobre sus orígenes en publicaciones en el sitio web Medium, se organizó por primera vez en 2019 en el almacén DCH1 de Amazon en McKinley Park en el lado sur de Chicago. Ante la falta de acceso regular a agua potable, escribió, un grupo de empleados de la instalación hizo circular una petición y la presentó a la gerencia. Después de que se proporcionó el agua, el grupo se formalizó como DCH1Amazonians United y procedió a realizar campañas para obtener tiempo libre remunerado para los trabajadores a tiempo parcial.

Luego de que comenzara la pandemia, el grupo participó en la organización de una serie de “huelgas de seguridad” en la instalación, pidiendo que el almacén se cerrara por dos semanas para limpieza y que la gerencia brindara información sobre infecciones, entre otras demandas. A medida que el coronavirus se propagó sin control y los trabajadores se vieron obligados a seguir trabajando sin las protecciones adecuadas, las acciones laborales parecen haber atraído cierto apoyo, con 70 a 80 participantes en el transcurso de cuatro huelgas, según Intercept.

El grupo afirma que fue objeto de repetidas represalias por parte de Amazon, y la compañía posteriormente anunciaría sus planes de cerrar la instalación de DCH1 a principios de este año, después de lo cual DCH1 Amazonians United cambió su nombre a Amazonians United Chicagoland. El mes pasado, Amazon llegó a un acuerdo con la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) para resolver las quejas de los miembros del grupo de que había tomado represalias contra ellos.

El grupo ha señalado problemas legítimos y significativos que enfrentan amplios sectores de los trabajadores de Amazon: condiciones de trabajo peligrosas y degradantes, falta de beneficios y abusos de la administración. Sin embargo, un enfoque serio de las luchas de los trabajadores, es decir, uno basado en el marxismo y un análisis científico de clase, requiere un examen cuidadoso de los vínculos políticos, las perspectivas y los antecedentes de las principales figuras de la organización, a fin de determinar su relación real con los intereses de la clase trabajadora.

El grupo ha recibido apoyo, tanto verbal como financiero, del Partido Demócrata, en particular sus alas de DSA y Sanders. El concejal demócrata de Chicago, Byron Sigcho-López, miembro de los Socialistas Democráticos de EE.UU. (DSA, por sus siglas en inglés), “ha sido un elemento fijo en las protestas fuera de DCH1”, según la publicación prosindical Labor Notes, y aparece regularmente en las redes sociales del grupo. cuentas. Según Fortune, Sanders, un destacado partidario de la campaña del RWDSU, ha “ayudado a recaudar dinero [para Amazonians United], dijo su oficina por un valor aproximado de seis cifras, para el fondo de ayuda mutua del grupo”.

Una entrevista en marzo en Rampant Magazine, realizada por dos exmiembros de la ahora desaparecida Organización Socialista Internacional (ISO, por sus siglas en inglés), explica las tácticas de AUC para establecer un sindicato entre los trabajadores de Amazon en Chicago.

Christian Zamarrón (también conocido como Don Zama), líder de AUC y su portavoz más frecuentemente entrevistado, se solidarizó con la campaña de sindicalización en Alabama pero criticó la campaña de arriba hacia abajo del RWDSU: “Mis compañeros de trabajo en Alabama, hasta donde yo pueda decir, no tienen un comité organizador fuerte que esté emprendiendo luchas en el lugar de trabajo. Los organizadores de RWDSU podrían estar guiándolos sobre cómo organizarse, pero no es así. Por lo tanto, no culpo a los trabajadores, culpo al personal del sindicato por guiar mal a los trabajadores”.

Zamarrón continuó: “Estamos construyendo un sindicato real, no un sindicato patronal inútil que sea simplemente una organización que cobre cuotas del personal como un abogado que los trabajadores pueden llamar. No nos interesa entregar nuestro poder colectivo a algún burócrata que se presenta cada tres años para ‘negociar’ un contrato entreguista a través de acuerdos secretos con nuestros jefes. No necesitamos el reconocimiento de la NLRB ni Amazon para formar nuestro sindicato, hacer crecer nuestro sindicato o luchar como sindicato. Nuestro sindicato consiste en los trabajadores organizados, actuando colectivamente, construyendo unidad, creciendo en solidaridad, luchando como uno”.

Los trabajadores ciertamente necesitan organizaciones que estén libres del control burocrático de los ejecutivos de la confederación AFL-CIO. Es por eso por lo que el World Socialist Web Site, la Voz Internacional de los Trabajadores de Amazon y el Partido Socialista por la Igualdad instan a los trabajadores de Amazon a formar comités de base, independientes de los sindicatos corporativistas, para luchar por las demandas que satisfagan sus necesidades, como salarios sustanciales. aumentos y auténticas medidas de seguridad en sus lugares de trabajo. Tal iniciativa solo puede tener éxito en la medida en que se base en una lucha política de la clase trabajadora contra el Partido Demócrata, el Partido Republicano y el desarrollo de un poderoso movimiento político de la clase trabajadora a nivel internacional contra el capitalismo y por el socialismo.

Eso no es lo que propone Zamarrón. Esto queda claro por la propia historia política de Zamarrón y sus conexiones con el Partido Demócrata y lo que él llama la AFL-CIO “inútil, extractora de cuotas”.

Escuela de Relaciones Laborales e Industriales de Cornell

Zamarrón se presenta en varias entrevistas como un “trabajador de almacén en Chicago” (Atlantic) y uno de los “héroes del confinamiento” (Financial Times). Sin embargo, un examen más detenido de los antecedentes de Zamarrón revela una amplia formación por parte del aparato del AFL-CIO y el Partido Demócrata.

Según un currículum vitae de Zamarrón en alumnius.net, trabajó como organizador de campo para la candidatura del demócrata Jesús “Chuy” García a la alcaldía de Chicago en 2015. García, quien actualmente es diputado federal en el cuarto distrito para Illinois, ayudó a imponer $400 millones en recortes y miles de despidos cuando era comisionado del condado Cook, donde se encuentra Chicago. Intentó sin éxito competir contra Rahm Emanuel para la alcaldía de la ciudad, en una campaña respaldada por la dirigencia pseudoizquierdista del sindicato magisterial de Chicago (CTU).

Zamarrón también trabajó para el local 521 del sindicato SEIU en San José, California y el sindicato AFSCME.

Sin embargo, lo más significativo y revelador es la educación de Zamarrón. Zamarrón se graduó de la Escuela de Relaciones Industriales y Laborales (ILR, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Cornell en 2011. La foto de Zamarón aparece de manera destacada en un folleto del ILR de Cornell, que lo cita diciendo: “Lo que aprendes es cómo liderar una organización, cómo organizar a las personas, cómo trabajar en grupo, cómo negociar colectivamente, cómo pensar críticamente y cómo formar y respaldar un argumento convincente”.

Fotografía de Zamarrón en el panfleto del ILR en Cornell (Archivo web, ilr.cornell.edu)

De hecho, el ILR fue creado por la asamblea legislativa estatal dirigida por los demócratas de Nueva York en 1945 para proporcionar “un programa de capacitación común” para los representantes sindicales y gerentes basado en un “análisis mutuo y cooperativo de los problemas comunes a ambos grupos”, escribió el Comité Legislativo Conjunto del Estado de Nueva York sobre Condiciones Industriales y Laborales en ese momento. A lo largo de las décadas, el ILR ha producido a los burócratas y ejecutivos más prominentes de la AFL-CIO, las empresas estadounidenses y el Departamento de Trabajo de los EE.UU.

Los alumnos de ILR incluyen a Randi Weingarten, presidente de la Federación Estadounidense de Maestros y miembro del Comité Nacional Demócrata (promoción de 1980), al presidente de UNITE HERE, Bruce S. Raynor (promoción de 1972) y a Seth Harris (promoción de 1983), secretario de Trabajo interino del expresidente Obama y actual asesor laboral del presidente Biden. Los exalumnos también incluyen una larga lista de exdirectores de recursos humanos de algunas de las principales empresas corporativas de Estados Unidos, incluidas IBM, JP Morgan Chase, Coca-Cola, Archer Daniels Midland, Northrop Grumman y General Dynamics NASSCO.Entre los miembros del personal docente del ILR se encuentra Andy Stern, expresidente del SEIU. Stern se destacó por expandir la afiliación al sindicato firmando contratos favorables a las empresas de hogares de ancianos que involucraron al SEIU sin que los trabajadores lo supieran.

También en su personal docente está Lee Adler, un exabogado del United Mine Workers of America. En 1989-90, tuvo un papel despreciable en la traición del UMWA de la huelga de Pittston y el abandono de mineros militantes que fueron encarcelados o incluso asesinados en el piquete, como John McCoy, el 16 de enero de 1990. Adler fue el abogado defensor líder en el caso de los Nueve de Milburn, un grupo de mineros en huelga de West Virginia que fueron incriminados por el Gobierno por cargos de atentado y conspiración, y presionó a siete de ellos para que se declararan culpables. El carácter falso del caso quedó al descubierto cuando un minero de Milburn que se negó a declararse culpable fue absuelto cuando su caso fue a juicio.

Significativamente, durante el apogeo de la Guerra Fría, la Escuela ILR de Cornell tenía un historial traicionero de colaborar con la CIA, una agencia conocida como “Asesinatos, Inc.”, por su papel en la realización de asesinatos, torturas y operaciones de cambio de régimen para el imperialismo estadounidense. Según el artículo de 1967 “La CIA y las universidades”, publicado en la revista académica Minerva, “El 26 de febrero se informó que la Fundación Marshall de Houston, Texas, que había recibido fondos supuestamente pasados por otras fundaciones de la CIA, había contribuido con $289.500 a la Escuela de Relaciones Industriales y Laborales de la Universidad de Cornell durante los años 1961 a 1963.… La subvención se utilizó para brindar capacitación universitaria a dirigentes sindicales interesados en asuntos internacionales”.

A continuación, el artículo señala: “La Universidad de Cornell publicó el 11 de marzo una lista de ocho organizaciones que 'han contribuido con fondos a Cornell durante los últimos 10 años [y] aparecen en la lista de organizaciones que según la prensa han tenido apoyo de la CIA'. La subvención más grande fue de $436.000, otorgada entre 1960 y 1963 a la Escuela de Relaciones Industriales del Estado de Nueva York”.

Las fuentes de financiación más recientes para el ILR son difíciles de rastrear. Según el sitio web Influence Watch, el ILR no revela a sus donantes y no publica un informe financiero anual. El informe financiero anual de la Universidad de Cornell tampoco muestra fuentes de financiación para el ILR.

Sin embargo, un grupo de trabajo interdepartamental de la Universidad de Cornell publicó un informe en julio de 2017 que examina los esfuerzos de “extensión y alcance” entre las universidades por contrato de Cornell, incluido el ILR. El informe proporciona un desglose general de las fuentes de ingresos dirigidas al “servicio público/extensión y divulgación”. Para estas actividades, el ILR tuvo ingresos de $31.822.526 en el año fiscal 2016, con “subvenciones y contratos gubernamentales” que representan el 46,36 por ciento de ese total, o aproximadamente $14,7 millones, frente a una participación del 38,59 por ciento en el FY2015. El informe señala: “Las tarifas por servicio (incluidas en actividades educativas y otras) y las subvenciones/contratos son componentes críticos de los ingresos. En el caso de ILR, estas fuentes representan aproximadamente el 85% -95% de los ingresos”.

El “Solidarity Center” de la AFL-CIO y el imperialismo estadounidense

Una de las actividades de “extensión y divulgación” realizadas por el ILR son las pasantías en el Solidarity Center de la AFL-CIO, también conocido como Centro Estadounidense para la Solidaridad Laboral Internacional. El Centro de Solidaridad recibe más del 96 por ciento de su financiamiento del Fondo Nacional para la Democracia del Departamento de Estado de EE.UU. y desempeña un papel fundamental en el cumplimiento de los objetivos de la política exterior de EE.UU.

El Solidarity Center y su predecesor, el Instituto Estadounidense de Desarrollo Laboral Libre (AIFLD, por siglas en inglés), han estado involucrados durante mucho tiempo en la subversión de los sindicatos de izquierda y las luchas obreras y, significativamente, en golpes de Estado respaldados por la CIA o intentos de golpe en Guatemala (1954), Chile (1973), Honduras (2009) y Venezuela (2002, 2019).

Según su perfil de estudiante del ILR, Zamarrón viajó a México para trabajar en el Solidarity Center de la AFL-CIO en la Ciudad de México en la primavera de 2010. En su relato de su paso por el Centro, escribe: “Como investigador estratégico para el Solidarity Center, llevé a cabo investigaciones 'encubiertas', investigaciones y análisis estratégicos de operaciones de propiedad mexicana y corporaciones multinacionales. También escribí, actualicé y traduje con frecuencia informes sobre las luchas laborales mexicanas que se utilizaron en la planificación de campañas sindicales en todo el mundo y que también se utilizaron para obtener el apoyo de los sindicatos internacionales”.

La información sobre la actividad de los trabajadores recopilada por Zamarrón finalmente habría sido incorporada en los informes presentados por la oficina del Centro en México al Departamento de Estado y otras secciones del aparato de política exterior. Una publicación de trabajo actual en el sitio web del Solidarity Center para un Director de Programa de País para la oficina de México establece que el director “educa e informa al USAID [la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional] y a la Embajada [de los Estados Unidos] sobre el papel de los sindicatos en el proceso de desarrollo y cómo los programas del Solidarity Center contribuyen a sus objetivos estratégicos [énfasis agregado]”. La propia USAID ha estado ampliamente vinculada a los esfuerzos de cambio de régimen de la CIA y los Estados Unidos, incluida una operación encubierta bajo la administración Obama para establecer una red de redes sociales destinada a desestabilizar al G obierno cubano.

La principal actividad del Solidarity Center en México ha consistido en la promoción de los supuestos “sindicatos independientes” que esperan evitar que la rebelión de los trabajadores mexicanos contra la corrupta Confederación de Trabajadores de México (CTM) tome una dirección anticapitalista y amenace los intereses. de las multinacionales con sede en Estados Unidos y el imperialismo estadounidense. Esto incluye los esfuerzos del Solidarity Center para contener las huelgas salvajes contra la CTM que estallaron en la ciudad fronteriza de Matamoros a principios de 2019.

En su perfil de alumno del Solidarity Center, Zamarrón agradece especialmente a su profesor de Cornell, Clete Daniel. Según colegas que enviaron sus condolencias después de su muerte en 2010, desde 1989, el profesor Daniel había estado colocando a sus estudiantes de Cornell como pasantes en la sede del Solidarity Center y las oficinas de campo en todo el mundo.

Zamarrón también agradece a la profesora Lois Spier Gray, sin cuyo “generoso apoyo” su pasantía en el Solidarity Center no hubiera sido posible, afirma. Según un obituario de 2018 en el Cornell Chronicle, durante la Segunda Guerra Mundial, Gray “fue reclutado para un trabajo secreto de inteligencia militar en el Pentágono”, trabajando en una unidad que luego se convirtió en parte de la CIA. Posteriormente, “persiguió su interés en los sindicatos y trabajó con la Junta Nacional de Relaciones Laborales en Búfalo en 1945. Un año después, Gray fue contratada por el ILR, que ayudó a dar forma a medida que crecía de una escuela con pocos estudiantes a una que inscribe a alrededor de 1200 estudiantes”.

Publicación del Solidarity Center en Facebook en 2011, anunciando cuando Zamarrón dejó Mexico (Facebook)

Por decir lo menos, los capacitados por el ILR y el Solidarity Center de la AFL-CIO no son simplemente “trabajadores de base de Amazon” que participan en una pequeña “organización sindical”.

Durante muchas décadas, la AFL-CIO, trabajando bajo la dirección del Departamento de Estado y otras ramas del Estado capitalista, ha “perfeccionado” el arte de cultivar operativos en países de todo el mundo, individuos que tienen la tarea de pacificar los disturbios laborales y dirigirlo en canales seguros. A medida que el carácter corporativista, antiobrero y de derecha de los sindicatos se ha vuelto cada vez más explícito, los sindicatos han sido defendidos con cada vez más vehemencia por los partidos y tendencias políticas pseudoizquierdistas. Grupos como el DSA incluyen en sí a muchos individuos de la clase media-alta que han encontrado puestos de alto rango y generosamente pagados en el aparato sindical. Quizás el más prominente sea Jesse Sharkey, presidente del sindicato de maestros de Chicago, CTU.

En mayor o menor grado, este proceso ha tenido lugar tanto en Estados Unidos como en otros países. En su sitio web, AUC declara que tiene organizaciones hermanas en Sacramento, California y la ciudad de Nueva York y que están afiliadas a la “Amazon Workers International” (AWI), que afirma tener simpatizantes en Alemania, Polonia y otros países europeos. Aquellos presentados como los cofundadores de AWI en los informes de prensa tienen antecedentes en los sindicatos europeos y la pseudoizquierda. Uno de ellos, Christian Krähling, era funcionario del sindicato Ver.di en una instalación de Amazon en Bad Hersfeld, Alemania, hasta que murió a fines del año pasado. Krähling estaba estrechamente asociado con el Instituto Rosa Luxemburg, mal llamado y afiliado al partido La Izquierda, según un obituario en el sitio del Instituto. En 2018, se postuló en las elecciones estatales de Hesse por el partido La Izquierda, una organización formada por exestalinistas y socialdemócratas descontentos que ha promulgado dolorosos recortes sociales donde ha estado en el poder.

Por comités de base independientes, no frentes sindicales

Amazonians United y sus afiliados no son una expresión de un movimiento desde abajo de los trabajadores de Amazon ni una organización que sea capaz de poner fin a la explotación de los trabajadores por parte de la empresa. En cambio, es parte de las maniobras cada vez más desesperadas de la clase dominante estadounidense para detener las principales luchas y subordinar a la clase trabajadora a las necesidades políticas internas y exteriores del imperialismo estadounidense. En esto, la burguesía y sus representantes políticos cuentan con el apoyo de la pseudoizquierda, cuyos miembros de la clase media-alta buscan someter a los trabajadores a la disciplina de los sindicatos, mientras buscan posiciones privilegiadas y altamente remuneradas para ellos mismos en su aparato.

Los trabajadores de Amazon quieren luchar. Pero necesitan nuevas organizaciones, genuinamente controladas por la base, dirigidas por los trabajadores más militantes, confiables y con conciencia de clase, completamente independientes de los sindicatos controlados por las corporaciones y guiados por una perspectiva y estrategia internacionales.

Es por eso que la Voz Internacional de los Trabajadores de Amazon y el Partido Socialista por la Igualdad llaman a los trabajadores de Amazon a unirse a la creciente red de comités de base, la Alianza Obrera Internacional de Comités de Base (AOI-CB), con el fin de preparar y llevar a cabo una contraofensiva contra la clase dominante y todo el sistema capitalista.

Si necesitas ayuda para formar un comité en tu lugar de trabajo, comunícate hoy mismo con la Voz Internacional de los Trabajadores de Amazon.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 de mayo de 2021)

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