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Perspectiva

Según inicia el otoño en el hemisferio norte, las reaperturas de escuelas alimentan la propagación global del COVID-19

Ante el comienzo del otoño en el hemisferio norte y la reapertura completa de las escuelas en todo el mundo, la pandemia de COVID-19 está alcanzando un punto de inflexión crítico.

En la actualidad, el promedio global de nuevos casos diarios es de aproximadamente 515.000, mientras que 8.336 personas fallecen por COVID-19 en promedio cada día. Estas cifras han disminuido levemente en las últimas semanas, pero debido a los niveles inadecuados de pruebas en casi todos los países, las cifras reales son mucho mayores. Un análisis del exceso de mortalidad realizado por The Economist indicó que, si bien la cifra oficial de muertes en el mundo es de 4,7 millones, la cifra real probablemente sea más de 3 veces mayor, de hasta 15,6 millones.

Los casos nuevos confirmados de COVID-19 por millón de personas (fuentes: Our World in Data)

Con solo el 31,4 por ciento de la población global completamente vacunada contra el COVID-19, con la vacunación concentrada en su inmensa mayoría en los países más ricos, miles de millones de personas siguen en riesgo de contagiarse a nivel global. Además, la propagación libre del virus crea las condiciones para la evolución de variantes más transmisibles y resistentes a las vacunas. El lunes, hubo reportes de 19 casos en Reino Unido de la variante delta, la más transmisible, con una mutación E484K vinculada a una mayor resistencia a las vacunas. Ha habido 99 casos secuenciados de delta+E484K, incluyendo 25 en Estados Unidos, 22 in Dinamarca, 21 en Turquía, 6 en Italia y 3 en Alemania.

La mayoría de los aproximadamente 1,5 mil millones de niños que pasaron a clases a distancia al principio de la pandemia ya volvieron a clases completamente presenciales, en la medida en que los Gobiernos capitalistas de todo el mundo han avanzado esta política. La gran mayoría de estos niños no ha sido vacunados y ahora representan un porcentaje cada vez mayor de casos nuevos de COVID-19 a nivel global. Se han convertido en el principal vector de transmisión viral a sus familias y comunidades, y los expertos han advertido que la reapertura completa de las escuelas causará un importante aumento de contagios en los próximos meses.

El objetivo fundamental de reabrir las escuelas siempre ha sido obligar a los padres a regresar a lugares de trabajo inseguros para aumentar las ganancias corporativas y sostener el aumento perpetuo de la bolsa de valores. Esto tan solo agrava la propagación del COVID-19, dado que las grandes fábricas son frecuentemente la segunda fuente principal de brotes después de las escuelas y las universidades.

A nivel mundial, la estrategia dominante ante la pandemia sigue siendo la “inmunidad colectiva”, que se basa en permitir que el virus haga estragos libremente en la población sin importar los niveles de contagios y muertes. Esta estrategia se refleja acentuadamente en la política de la reapertura de escuelas, que expone a millones de niños al virus con consecuencias desconocidas de largo plazo.

Si bien varios políticos y oficiales sindicales afirman que las medidas limitadas de mitigación como el uso de mascarillas pueden volver seguras las escuelas, las verdaderas condiciones de hacinamiento y mala ventilación en los recintos exponen esto como un fraude.

La única estrategia viable hacia la pandemia es una que busque la erradicación global del COVID-19, lográndolo a través de vacunaciones masivas y la implementación global de todas las medidas disponibles de salud pública, hasta que los casos nuevos caigan a cero y el virus sea eliminado en regiones geográficas cada vez más extensas. En oposición a esta estrategia, las élites gobernantes están persiguiendo en todas partes la “inmunidad colectiva”, sea abiertamente o detrás de la tapadera de “mitigaciones”.

En América Latina, que representa aproximadamente el 8 por cinto de la población mundial pero una tercera parte de las muertes por COVID-19, las escuelas reabrieron en todo el continente. La situación más crítica se produce en Brasil, donde los casos entre los niños se dispararon cuando las escuelas reabrieron completamente en todo el país. Brasil tiene la tasa más alta de muertes infantiles por COVID-19 en el mundo, después de que 1.581 jóvenes de 10 a 19 años murieran por el virus en la primera mitad del 2021 y otros 1.187 niños menores de 10 fallecieran por COVID-19 desde que comenzó la pandemia.

En toda Europa, se espera que las reaperturas de escuelas produzcan un rebrote catastrófico d la pandemia en las próximas semanas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió recientemente, a fines de agosto, que 236.000 personas más podrían fallecer por COVID-19 en Europa antes del 1 de diciembre. En Francia, en la última semana de agosto, se registraron 20.200 casos en niños de 0-19 años, más de cinco veces más que hace un año. En Reino Unido, se eliminaron todas las medidas de mitigación y el COVID-19 está haciendo estragos en las escuelas, incluyendo brotes masivos en Escocias y pronósticos de que esto golpeará Inglaterra en las próximas semanas. Los casos también están aumentando paulatinamente en Alemania, donde reabrieron las escuelas, causando brotes en todo el país.

En África, las cifras oficiales de casos y muertes están cayendo, pero las pruebas son limitadas en todo el continente. The Economist estima que el exceso de mortalidad supera por muchas veces los decesos oficiales en África, con un exceso de 1,86 millones de muertes o nueve veces más que la cifra oficial. En la actualidad, solo 50 millones de africanos, o 3,6 por ciento de la población, ha sido completamente vacunada, con un continente que se ha enfrentado a un déficit de 500 millones de dosis este año. En la medida en que reabran las escuelas y los lugares de trabajo completamente en África, el COVID-19 se propagará silenciosamente en toda la población durante las próximas semanas.

Porcentaje de la población completamente vacunada contra el COVID-19 (fuente: Our World in Data)

En Asia, los casos y las muertes oficiales también están disminuyendo, pero el exceso de mortalidad diaria asciende a 20.300 decesos, casi siete veces la cifra oficial y, por mucho, la más alta de cualquier continente en términos absolutos. Es significativo que se estén produciendo repuntes importantes en Malasia, Vietnam y Tailandia, países que anteriormente habían eliminado el COVID-19 pero que, tras levantar las restricciones de viaje y las medidas de salud pública, se convirtieron en centros de transmisión. China, que ha mantenido la estrategia de eliminación, ha tenido que restringir severamente los viajes internacionales y movilizar vastos recursos para contener los repetidos brotes de la variante delta introducida en el país.

En Australia, que también había eliminado previamente el COVID-19, los casos están volviendo a aumentar a medida que las escuelas vuelven a abrir sus puertas. En Nueva Zelanda, se teme que la variante delta se esté propagando por las escuelas de las afueras de Auckland, la ciudad más grande, que permanece en un confinamiento “nivel 4”. Destacados expertos en salud pública, entre ellos el epidemiólogo de la Universidad de Otago, Michael Baker, advirtieron en una entrada de blog del 10 de septiembre que “los niños están volviendo a clases presenciales con poca o ninguna protección contra la posible propagación de infecciones por Covid-19 en las escuelas”.

El centro de la pandemia mundial se encuentra ahora en América del Norte, donde Estados Unidos, Canadá y México están experimentando importantes aumentos de nuevos casos impulsados principalmente por la reapertura de las escuelas. En Alberta, Canadá, el aumento se está acercando a los picos alcanzados en el invierno, con un promedio diario de 1.646 nuevos casos en la provincia.

Los estudiantes llegan a la primaria 811 en la ciudad de Nueva York el 13 de septiembre de 2021 (AP Photo/Richard Drew)

En EE.UU., hay ahora un promedio de 134.972 nuevos casos de COVID-19 y 1.582 muertes cada día. En la última semana, la asombrosa cifra de 844.718 personas se infectó oficialmente y 10.568 personas murieron a causa del COVID-19. La cifra oficial de muertos acumulada asciende a 691.880, mientras que la cifra real se estima entre 800.000 y 890.000, mayor que el número total de estadounidenses muertos durante la Guerra Civil y la pandemia de gripe española de 1918.

La situación es catastrófica en todo el país. Aproximadamente una cuarta parte de los hospitales informan que sus unidades de cuidados intensivos están al límite de capacidad o casi. Como resultado de la reapertura de las escuelas, aproximadamente un millón de niños se infectaron oficialmente con COVID-19 en las cinco semanas que van del 5 de agosto al 9 de septiembre. Las hospitalizaciones y muertes de niños están en niveles récord en todo Estados Unidos, con un promedio de 354 niños hospitalizados cada día.

Después de que el Gobierno de Biden declarara prematuramente la “independencia” ante la pandemia el 4 de julio, se sigue minimizando la magnitud de la actual oleada y los peligros que supone la reapertura total de las escuelas. En los medios de comunicación corporativos ha desaparecido toda conversación sobre las medidas de mitigación.

Un importante ensayo fotográfico publicado el viernes en el New York Times es un ejemplo de ello. Titulado “Miradas de cómo EE.UU. volvió a la escuela en pandemia”, el artículo glorifica la reapertura de las escuelas en los Estados Unidos y expone el fraude de las llamadas mitigaciones en las escuelas. Casi todas las fotografías muestran a los estudiantes, al personal o a ambos sin mascarillas.

La periodista Dana Goldstein escribe que la reapertura de las escuelas “ha sido emocionante, provocadora de ansiedad y a veces incluso divertida”. Afirma falsamente que “las escuelas han podido, en general, funcionar de forma segura durante la pandemia, con solo una limitada transmisión in situ del virus”.

En realidad, solo en la última semana se ha informado de cientos o miles de infecciones de estudiantes y personal en escuelas de West Virginia, Tennessee, Kentucky, Alabama, Georgia, Minnesota, California, Ohio, Pennsylvania, Texas, Florida y otros estados. Según un rastreador informal, aproximadamente 250 empleados de escuelas han muerto a causa del COVID-19 desde la última semana de julio, lo que supone aproximadamente 35 por semana o cinco por día durante agosto y septiembre.

El estado global de la pandemia y el papel que desempeñan las escuelas como centros de transmisión viral dejan claro que deben cerrarse todas las escuelas para eliminar y finalmente erradicar el COVID-19. Esto debe combinarse con el cierre de todos los lugares de trabajo no esenciales, el uso universal de mascarillas, la vacunación rápida de la población mundial, las pruebas masivas, el rastreo de contactos, el aislamiento seguro de los pacientes infectados y todas las demás medidas de salud pública necesarias para cortar la cadena de transmisión. Todos los trabajadores y propietarios de pequeñas empresas afectados por estas medidas deben recibir los recursos necesarios durante los confinamientos, que los científicos subrayan que no necesitarían durar más de dos meses.

Estas medidas solo se aplicarán mediante la movilización masiva de la clase trabajadora. En todos los países, los sindicatos han demostrado ser herramientas dóciles de las élites gobernantes, siendo los sindicatos de profesores los más fervientes defensores de la reapertura de las escuelas. Para luchar por la estrategia de eliminación-erradicación necesaria para acabar con la pandemia, los trabajadores de todas las industrias y países deben crear comités de base independientes de los sindicatos y de todos los partidos capitalistas. La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-BC), creada el 1 de mayo de 2021, se estableció el 1 de mayo de 2021, servirá como el nexo central para unir y coordinar estos comités en todo el mundo.

(Publicado originalmente en inglés el 19 de septiembre de 2021)

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