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Entrevista con la Dra. Malgorzata Gasperowicz: “¡El objetivo necesita ser la erradicación global!”

Segunda parte

Se puede acceder a la primera parte aquí . Esta es la segunda y última parte.

La Dra. Malgorzata (Gosia) Gasperowicz es una bióloga del desarrollo y una científica en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Calgary. Ganó su máster en la Facultad Intercolegial de Biotecnología en Gdansk, Polonia, y su doctorado en la Universidad de Albert Ludvig en Friburgo, Alemania. Dra. Gasperowicz es cofundadora de CeroCOVIDCanadá, un miembro de COVIDEsAéreo, y una miembro de la Cadena Mundial de Salud (WHN, según sus siglas en inglés). Desde el inicio de la pandemia, ella ha estado analizando la dinámica de la propagación de SARS-CoV-2 y comunicando este entendimiento científico al público a través de las redes sociales y los medios tradicionales. También defiende mejores políticas de respuesta a la pandemia.

Dra. Gasperowicz

BM: Querría plantear una pregunta sobre la campaña de reapertura de escuelas iniciada por todos lados en Canadá, los Estados Unidos y Europa. Una investigación durante la primavera de Montreal notó que la reapertura de escuelas era un catalizador de transmisión comunitaria. ¿Podría hablar sobre esta cuestión vital?

MG: Puedo hablar sobre ella en Alberta. Ahora, durante el verano entero de 2020, las infecciones crecían aunque muy lentamente. Todavía era un crecimiento exponencial, pero el tiempo de duplicación era más de 60 días.

Luego la tasa se hizo más rápida el 17 de septiembre. El número de casos empezó a duplicarse cada dos semanas y media. Ahora, nuestras escuelas abrieron el 1º de septiembre. El crecimiento repentino de casos de COVID después de dos semanas es lo que uno habría esperado ver después de la reapertura basada en un modelo creado en jurisdicciones diferentes.

Ahora, no demuestra que la reapertura de escuelas llevó al crecimiento más rápido en Alberta, pero es acorde con, ajustado a, las conclusiones de otras investigaciones que encontraron tendencias similares. Es lo que uno esperaría de la teoría de que las escuelas son iniciadores de transmisión comunitaria rápida.

Casos diarios de COVID-19 en Alberta, Canadá, 25 de mayo de 2021

BM: Usted comentó recientemente en Twitter después de publicar un reporte importante sobre las escuelas escrito por Evan Blake, un escritor del WSWS. Usted dijo, “Estamos en el medio de una ola intencionadamente cruel”. Para mí, la palabra que eligió era fascinante. ¿Podría explicar por qué usted lo representó así?

MG: Durante el mayo de 2021, después de la cima de la tercera ola, los casos decaían de una manera aguda. El ritmo reproductivo básico estaba cerca de 0,6, y el período de reducir a la mitad estaba cerca de seis días, el descenso más rápido que habíamos visto jamás. Las escuelas en persona estaban cerradas en ese entonces. Luego, el 25 de mayo, decidieron reabrir. Ésa decisión era la raíz de la cuarta ola, la actual.

Advertimos a las autoridades de la salud pública. La variante Delta existía en nuestra provincia. Solo restaba cinco semanas de escuela en persona antes de las vacaciones de verano. No habría sido un sacrificio mayor seguir con la escuela en línea. A pesar de todo, reabrieron las escuelas e inmediatamente el ritmo reproductivo básico de la variante Delta y la original subieron por 20 por ciento. Si hubiéramos mantenido las escuelas cerradas, continuado a hacer lo que habíamos estado haciendo, podríamos haber detenido la propagación dentro de nuestras comunidades antes del fin de julio, más precisamente, para el 22 de julio, si no más temprano. Las vacunas estaban disponibles, y empezábamos las campañas de vacunación más agresivamente. Podría haber acabado por ahí.

Sin embargo, tomaron la decisión de reabrir. En ese entonces, para el fin de mayo, en vista de que sabían que Delta estaba presente con una transmisibilidad 40 por ciento más alta que la de la variante Alfa, mi modelo predecía que veríamos la cima de la cuarta ola para septiembre. Meramente por tener estos datos mínimos, saber los parámetros de Delta, era suficiente para predecir la ola actual.

Al mismo tiempo, investigadores de Columbia Británica también concluyeron que si rápidamente reabriéramos en Alberta, veríamos un crecimiento agudo de nuestra cuarta ola durante el otoño. También determinaron que si el virus evadiera las vacunas, incluso parcialmente, el brote sería todavía más vertical. Su análisis corroboró el nuestro. Y estos reportes estaban publicados y disponibles a los funcionarios gubernamentales el 31 de mayo.

Los encargados sabían que si reabriéramos demasiado rápido, llevaría a una cuarta ola. Fue una decisión consciente de su parte, abrir a pesar de nuestras advertencias. Si se había predicho, era prevenible. Por eso, escogieron no la eliminación sino, en vez, dejar que el virus siguiese propagándose.

BM: ¿Está diciendo que fue una decisión consciente, que fue intencional?

MG: Así parece.

BM: Volviendo al tema de las vacunas contra COVID-19. Recientemente leí en un artículo que las vacunas no sirven para una estrategia de mitigación. Las medidas de salud pública–el aislamiento social, la trazabilidad de los contactos, el aislamiento, la cuarentena, el cierre de escuelas y empresas no esenciales–son las medidas de mitigación primarias, y vacunas deben usarse de una manera secundaria para prevenir la infección o una enfermedad grave. ¿Es cierto? ¿Podría hablar sobre el papel de la vacunación en la mitigación?

MG: Hay dos aspectos de la vacunación. Primero, hay la protección individual, donde el virus evade las medidas de mitigación e infecta a una persona. Las vacunas pueden protegerle a esa persona, hasta cierto punto, de resultados severos.

Pero otra función de vacunas es ser una medida de mitigación, una parte de las medidas totales para reducir la transmisión comunitaria. Y en mis estudios de modelo, me concentro en este aspecto de las vacunas por preguntar hasta qué punto pueden reducir el ritmo reproductivo básico, hasta qué punto pueden desacelerar la propagación del virus.

Encontré que puede reducir la propagación. Pero de por sí, no la puede detener. Por sí sola, es menos potente que usar una mezcla de las medidas de sanidad pública que hemos estado empleando durante la pandemia. Cada vez que aplicamos el cóctel de medidas de la salud pública, incluso sin las vacunas, podemos bajar la curva y reducir la propagación y alcanzar un descenso exponencial. Con sólo las vacunas, no podríamos hacerlo durante la fase de la variante Delta de la pandemia. Medidas de salud pública pueden reducir el ritmo reproductivo básico mucho más efectivamente que las vacunas por sí solas.

La prueba de esto viene de la investigación en el mundo real, cuando comparamos a Israel con Nueva Zelandia. Israel tiene más de 60 por ciento de su población totalmente vacunado. Cerca de 30 por ciento han recibido la inyección de refuerzo. Y a pesar de una tasa de vacunación tan alta, veían un crecimiento exponencial de infecciones. Más recientemente, las curvas se han bajado un poco, pero alcanzaron 11.000 casos nuevos en un país con una población de solo nueve millones de personas.

En comparación, Nueva Zelandia, que sólo tiene 28 por ciento de su población totalmente vacunado, recientemente implementaron una cuarentena de Nivel-De-Alerta-4 [ el nivel más alto del Sistema de Alerta de COVID-19 en Nueva Zelandia ] y bajaron la curva de Delta. El descenso fue rápido; el ritmo reproductivo básico calculado estaba cerca de 0,4 o 0,5. Pero fueron las medidas de salud pública comprensivas con unas vacunaciones que lo hizo. En resumen, la estrategia de eliminación fue más exitosa que las que se confiaban solamente en las vacunas.

Y hay una idea peligrosa que se perpetúa por los que se confían en vacunas cuando dicen que quieren desvincular las infecciones de la severidad de enfermedad. Estos encargados sugieren que es aceptable permitir que el virus se propague porque no nos hará daño si estamos vacunados. Pero al final, el virus lo hará. Incluso ahora, unas personas vacunadas se infectan y se enferman mucho o se mueren de la infección, aunque con un ritmo más bajo que entre gente no vacunada. Pero el virus muta constantemente. Tal vez esta vez yo no me enfermo porque estoy vacunada. ¿Pero que pasa la próxima vez, especialmente mientras el virus sigue mutando?

Comparación de casos diarios de COVID en Nueva Zelandia e Israel

BM: Entonces, ¿qué hacemos ahora? ¿Cómo podemos acabar esta pandemia?

MG: No hay otra alternativa. Debemos tener el objeto de la erradicación global del virus. Y si tomamos esta decisión, tendremos una oportunidad de eliminarlo, al menos en algunos lugares. Quizás nunca pudiéremos erradicarlo, pero al menos podremos pararlo en muchas áreas, y, en otras regiones, podemos bajar los casos hasta un punto muy bajo. Pero todo empieza con esa decisión. Y la mejor decisión es una decisión global donde todos los países adoptan una política de erradicación internacional. Pero también puede comenzar con países individuales que optan eliminar el virus. Podría crear un efecto dominó, en que los otros países adoptan las mismas estrategias. Y una vez que empleemos estas herramientas para detener el virus, la eliminación puede proceder muy rápidamente, como en Nueva Zelandia.

La variante Delta ha sido la cepa más peligrosa del coronavirus. Por eso, los eventos en Nueva Zelandia son una noticia excelente. Yo temía que sería mucho más difícil bajar la curva de Delta porque era más transmisible que la Alfa, o la original. Ahora, sin embargo, hemos visto que descensos exponenciales son posibles, y que serían posibles por todos lados. Pero tomar esa decisión es lo más importante. Y al tomarla, dentro de sólo unas cuantas semanas detendríamos la transmisión en la comunidad enteramente. Y si en todas las regiones se contuviera la transmisión comunitaria, ya no tendríamos un problema gigante.

BM: Dra. Gasperowicz, muchas gracias por sus comentarios atentos. Creo que sus analogías y la discusión han sido muy fructíferas. Creo que alcanzan el corazón del asunto. Mi última pregunta–¿Qué deben hacer los científicos, especialmente en vista de que los encargados no escuchan sus advertencias?

MG: Los científicos deben hablar a todos. Deben diseminar el conocimiento y convertirse en defensores fuertes de la erradicación del virus. Deben convencer a toda la gente posible a convertirse en defensores también. Porque si hay presión a los políticos, quizás los políticos hacen algo. Si no tienen esta presión del público, probablemente no harán nada. Entonces, seguir poniendo esta presión a los políticos es esencial. Ésta es una emergencia, una crisis, un desastre natural.

BM: Tal vez, hasta cierto punto, puedo apreciar sus sentimientos. La clase dirigente ha demostrado que son incapaces o no tienen ganas de acabar la pandemia rápidamente. El Partido Socialista por la Igualdad es la única tendencia política que lucha por una respuesta correcta a la pandemia. Estamos de acuerdo. Hay que erradicar el virus. Pero lo que expone la pandemia es la naturaleza de clase inherente de la sociedad, la lucha de clase que se lleva a cabo.

Usted mencionó a una madre que tiene dos trabajos confrontando la realidad de ser expuesta al virus mientras los mismos políticos viven cómodamente en su burbuja de cero COVID.

Un artículo reciente en el Wall Street Journal notó que empleados de Microsoft, los ejecutivos y los gerentes, seguirían trabajando desde la casa a causa de la incertidumbre de la variante Delta. En contraste, están pidiendo a profesores, estudiantes y padres que vuelvan a las salas de clase y a entornos laborales peligrosos en el medio de la época de la variante Delta.

La irracionalidad tiene que ver con economía. Tiene que ver con el suministro de bienes, con la necesidad de crear continuamente las ganancias sin importar la crisis en curso, si sea el cambio climático, la pandemia, u otro desastre natural que amenace la población y la vida en este planeta.

Fundamentalmente, los capitalistas ya no pueden hacer que la vida tenga valor o que el mundo sea habitable para los seres humanos. Usted dijo que están felices al ver que los de mayor edad fallecen porque para el sistema ellos son básicamente inútiles. Son una mengua de recursos. Usted tiene razón cuando dice que están felices ver a los de mayor edad fallecer, y ellos pueden mantener el dinero de las pensiones por su propio uso. Y el trabajo del político es averiguar la mejor manera para manipular la mente del público a aceptar estas decisiones irracionales.

Los científicos deben hablar a todos. Pero más que hablar sobre las curvas y ceros, asimismo sobre la Segunda Guerra Mundial, los holocaustos y genocidios, sobre las vidas y experiencias de sus abuelas–una historia viviente. Y hablar contra el asesinato de los débiles y de mayor edad. Y luego, creo, la conexión humana, la conexión política, o la comprensión de que es un factor socioeconómico que impulsa esta insanidad, empieza a ocurrirse a la consciencia del público.

MG: Sí, estoy de acuerdo. Estoy de acuerdo con eso. Y me duele tanto porque veo la manipulación y la función de la propaganda. Y hay personas que son las víctimas de eso. Por eso, como la cita que usted mencionó de Joe Biden sobre las personas que no están vacunadas que hacen daño a los que sí están vacunados. No me gusta el punto de vista de los antivacunas, pero no es culpa suya. Están buscando culpar a los antivacunas por su política fallida por encontrar el chivo expiatorio perfecto. Es fácil desviar la ira, la responsabilidad y el odio a ellos.

Pero han sido las decisiones de encargados que han matado a gente o la han puesto en hospitales, no las de los antivacunas. Si diseño una política, tengo que considerar que los antivacunas serán una variable en este proceso. Si no lo hago, es mi propio error. No puedo culparles a ellos. Culparles es como culpar a la lluvia cuando el agua gotea en mi casa. Mi trabajo es hacer un techo estanco sabiendo cuánta lluvia puedo esperar. El punto es, yo tengo que entender que habrá personas que son antivacunas, y tengo que protegerles a ellas tanto como a los demás.

Sé que hay antivacunas y otros que son vacilantes. Pero también hay esas personas que tienen obstáculos que les previenen de ser vacunadas. No es fácil. Si tienes dos trabajos, ningún carro, no puedes tomarte el tiempo por el trabajo, y no puedes darte el lujo de perder de dos días a causa de dolor de cabeza de la vacuna, la elección se hace difícil. Por eso para muchas personas no es una prioridad vacunarse. Y ahora les culpan a ellos por los hospitales llenos.

Y a muchas de estas personas, al menos aquí en Alberta, les dicen que el virus se hace endémico y menos peligroso, que no habrá mucho daño a causa de la infección. Luego se preguntan, “Si el virus ya no es peligroso, ¿por qué me debo vacunar?”

Esta tendencia de poner a la gente en contra es un truco muy feo. Se ha empleado tantas veces durante la historia.

BM: De nuevo, gracias por su tiempo. Espero poder conversar otra vez.

MG: Fue un placer. Buenas noches.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de septiembre de 2021)

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