Dos meses después del semestre de otoño, la reapertura de escuelas en los Estados Unidos ha sido un desastre espantoso. Tanto los niños como los educadores están muriendo de COVID-19 a una tasa de al menos tres por día en todo el país. En las últimas cinco semanas, han muerto 100 niños, según la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP). Según un rastreador no oficial en Twitter, al menos 311 educadores han muerto desde el 1 de julio, y la mayoría ocurrió desde fines de julio, una vez que las escuelas comenzaron a reabrir.

El último informe de la AAP indica que la semana pasada 225,978 niños dieron positivo por COVID-19, y los casos infantiles han aumentado considerablemente en todas las regiones del país desde julio. A nivel nacional, el promedio de 7 días de hospitalizaciones pediátricas es de 301.

En todas las regiones, desde el sur, donde varios gobernadores persiguen abiertamente la estrategia de “inmunidad colectiva” y proscriben las medidas básicas de salud, hasta el noreste y la costa oeste, donde hay tasas de vacunación relativamente altas y los medios de comunicación y los sindicatos promocionan medidas de mitigación limitadas en las escuelas—los casos pediátricos se han disparado rápidamente desde la reapertura de las escuelas.

Contrariamente a las afirmaciones de la administración Biden de que las personas no vacunadas son responsables de la cuarta ola actual de la pandemia, los datos de la AAP, combinados con informes locales, demuestran que las reaperturas de escuelas están impulsando el terrible aumento de COVID-19 en todos los rincones de los EE. UU. El coro de funcionarios del Partido Demócrata que prometieron que las escuelas serían seguras con las mitigaciones adecuadas está relajando activamente tales medidas y socavando los medios para rastrear la propagación de COVID-19 en las escuelas.

Un elemento esencial de la estrategia para erradicar el COVID-19 a nivel mundial, que es la única respuesta viable y científica a la pandemia, debe incluir el cierre de la educación presencial hasta que se elimine el virus. Combinado con el cierre de lugares de trabajo no esenciales, vacunaciones masivas, enmascaramiento y pruebas universales, rastreo de contactos, aislamiento seguro de pacientes infectados y otras medidas de salud pública, COVID-19 podría erradicarse en todo el mundo en dos o tres meses.

El sur

En Georgia, un total de 47 educadores han muerto solo este año escolar y un promedio de un educador ha muerto cada día desde el 11 de agosto. Al menos 15 niños han muerto por COVID-19 en el estado desde el inicio de la pandemia, incluidos cuatro solo en agosto. A principios de este mes, la epidemióloga estatal, la Dra. Cherie Dreznik, dijo que el 60 por ciento de todos los brotes en el estado ocurrieron en escuelas K-12.

Dos educadores en Georgia murieron el 21 de septiembre, Sharon McClellan y Joe Harris . McClellan, de 50 años, enseñó STEM en Welch Elementary. Su muerte sigue a la del oficial de recursos escolares de Welch, Frankie Guitterez, quien también murió de COVID-19 dos semanas antes. Harris, de 35 años, fue maestro en la escuela primaria Lyman Hall en Hinesville y alcalde de Riceboro.

Florida, que tiene cinco de los 10 distritos escolares más grandes de los EE. UU., una vez más está falsificando deliberadamente sus datos de la pandemia. Ayer se informó una acumulación de 1.213 muertes por COVID-19, incluidas 189 que ocurrieron antes del 26 de agosto, según el Miami Herald.

El miércoles, el Dr. Joseph Ladapo, el recién nombrado cirujano general de Ron DeSantis y signatario de la Declaración de Great Barrington, anunció cambios en los protocolos de cuarentena escolar. Con el falso pretexto de permitir que los padres decidan qué es lo mejor para sus hijos, los estudiantes que han estado expuestos al COVID-19 pueden ir a la escuela “sin restricciones” y los estudiantes que eligen la cuarentena solo pueden hacerlo durante siete días si son asintomáticos.

En agosto, al menos 15 miembros del personal escolar murieron en el distrito escolar de Miami-Dade en un período de 10 días. Del 30 de julio al 9 de septiembre, las muertes pediátricas en el estado aumentaron a más del doble, y 10 niños menores de 16 años murieron en ese período. El estado oculta los casos pediátricos al incluir a los jóvenes de 16 y 17 años en una categoría de adultos.

Desde el comienzo del semestre, más de 22,000 niños dieron positivo por COVID-19 en Mississippi. El estado superó recientemente a Nueva Jersey en cuanto a la tasa acumulada de muerte por COVID-19 per cápita más alta en los EE. UU., con aproximadamente una de cada 312 personas muertas. Ha habido siete muertes pediátricas en el estado desde el inicio de la pandemia, y cuatro de ellas han ocurrido en los últimos dos meses.

La semana pasada, la Junta de Síndicos de las Instituciones de Aprendizaje Superior de Mississippi se convirtió en el primer organismo rector de educación superior del país en prohibir a las universidades y colegios públicos exigir la vacunación COVID-19 para profesores, personal y estudiantes.

Se registraron 6.382 casos de K-12 la semana pasada en Alabama. El estado no publica un recuento acumulativo de casos durante el año escolar, lo que evita que las cifras semanales se examinen con el tiempo.

Los protocolos de cuarentena y rastreo de contactos vigentes el año escolar pasado se han reducido o eliminado. El año pasado, los funcionarios escolares tuvieron que notificar a las familias cuando sus hijos entraron en contacto con alguien que dio positivo en la prueba. Este año, las escuelas solo deben informar los casos conocidos al estado.

La Dra. Karen Landers, del Departamento de Salud Pública de Alabama, dijo sin rodeos a las noticias locales: “Basado en la transmisión comunitaria generalizada y la cantidad de casos de COVID-19 positivos diarios y contactos cercanos ... el Departamento de Salud Pública no puede investigar, seguimiento de contactos o emitir órdenes de cuarentena para todos los casos positivos y contactos cercanos”.

Según el Dr. Scott Harris, oficial de salud estatal, una reciente caída en las hospitalizaciones se debe en gran parte a un aumento en las muertes, que excedieron las 100 por día esta semana. El estado también fue noticia nacional después de un anuncio no oficial de que hubo más muertes que nacimientos en 2020, una novedad en el registro del estado que se remonta a 1900. Un estudio de la Escuela de Políticas Públicas Carsey de la Universidad de New Hampshire, publicado en mayo, encontró que las muertes superaron los nacimientos en veinticinco estados en 2020, frente a solo cinco en 2019.

Casi la mitad de las 16 muertes pediátricas de Luisiana se han producido en los últimos dos meses. El séptimo niño en morir desde mediados de julio se anunció el miércoles, solo cinco días después del sexto.

Días antes del huracán Ida, se informaron 453 casos en las Escuelas Públicas de Nueva Orleans, lo cual llevó a 4.657 estudiantes y personal en cuarentena, o el nueve por ciento de la población combinada de estudiantes y personal. Después de regresar a la escuela luego de un cierre de tres semanas, hay 34 casos activos en el distrito.

Ha habido al menos 126,687 estudiantes y más de 25,000 educadores infectados desde el 8 de agosto en Texas. Hay brotes importantes en todo el estado, incluidas más de 4,400 infecciones en total en el distrito de Fort Bend en Houston.

Medio Oeste

En Michigan, donde alrededor del 60 por ciento de los estudiantes asisten a distritos que requieren máscaras, se informaron 98 nuevos brotes en escuelas K-12 el lunes, lo cual representa el 56 por ciento del total de brotes en el estado. Otro 14 por ciento de los brotes ocurrieron en una categoría que incluye cuidado de niños, programas extracurriculares y deportes para jóvenes. Las escuelas solo han estado abiertas durante un mes.

En todo Illinois, ha habido 206 brotes en las escuelas K-12 durante el último mes. Los casos pediátricos han aumentado constantemente desde julio, con infecciones en las edades de 5 a 11 años pasando de 391 la semana que termina el 17 de julio a 3.300 la semana que termina el 11 de septiembre, un aumento del 843 por ciento.

En Minnesota, ha habido más de 1,600 casos en entornos K-12 en las primeras dos semanas de clases y los funcionarios de salud anunciaron el jueves que dos miembros del personal de la escuela murieron en el mismo período.

Noreste

La ciudad de Nueva York, el distrito escolar más grande del país con 1,1 millones de estudiantes, tiene algunas de las medidas de mitigación más sólidas del país. Sin embargo, el alcalde demócrata Bill De Blasio anunció el lunes que no se requerirá que los niños no vacunados se pongan en cuarentena después de un contacto cercano con un estudiante que dio positivo si ambos estaban enmascarados y a tres pies de distancia.

La Sala de Situación, el organismo interinstitucional que se encarga de rastrear casos y decidir sobre cuarentenas y cierres en el distrito, ha recortado sus horas de funcionamiento desde el año pasado, lo que ha provocado un peligroso desfase entre las infecciones y las cuarentenas.

Los educadores han hecho añicos cualquier ilusión de que incluso estas medidas inadecuadas pueden mantenerse. Una encuesta interna realizada por la Federación Unida de Maestros encontró que el 92 por ciento de los encuestados dijo que los estudiantes no pueden mantener tres pies de distancia durante el día; el 89 por ciento dijo que los estudiantes no siguen los protocolos de las mascarillas; y el 98 por ciento cree que ni el alcalde ni el Departamento de Educación cuentan con un plan de seguridad adecuado.

Si bien la UFT estima que el 90 por ciento de los maestros en el distrito están vacunados, ha habido 1,689 casos confirmados entre el personal y los estudiantes y 1,294 cierres de aulas en los primeros 10 días de clases.

Ha habido brotes escolares en todo el estado de Maryland, lo cual ha provocado que miles de estudiantes hayan sido puestos en cuarentena y que al menos una escuela haya cerrado por completo. En el condado de Hartford, 1,100 estudiantes están en cuarentena o aislados después de que 158 estudiantes y 44 miembros del personal dieron positivo. En las Escuelas Públicas de la Ciudad de Baltimore, 240 estudiantes dieron positivo la semana pasada, frente a los 185 de la semana anterior. En el condado de Carroll, el 6 por ciento del alumnado está actualmente en cuarentena.

Oeste

En todo California, un estado administrado por el Partido Demócrata, se están haciendo esfuerzos para relajar los protocolos de prueba y cuarentena en las escuelas y ocultar la propagación del COVID-19 en los lugares de trabajo.

Citando una tasa baja de positividad en las pruebas, el Distrito Escolar Unificado de Long Beach ha detenido todas las pruebas de los estudiantes durante una semana. Aún así, aproximadamente 650 estudiantes y 25 miembros del personal dieron positivo en las primeras tres semanas de clases.

El director de salud del condado de Los Ángeles dijo recientemente que los distritos escolares en Los Ángeles ahora pueden adoptar protocolos de cuarentena laxos para los estudiantes no vacunados, siempre y cuando estén usando una máscara cuando estén expuestos. Los estudiantes vacunados ya no están obligados a ponerse en cuarentena. Al 17 de septiembre, había 1,465 casos activos y seis brotes en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, el segundo más grande en los EE. UU. con más de 600,000 estudiantes.

Mientras tanto, el Senado de California aprobó por unanimidad un proyecto de ley el viernes el cual permitiría ocultar los datos de los brotes a los trabajadores. El proyecto de ley ampliaría los empleadores exentos del requisito de notificación de brotes de COVID-19 a varias entidades, incluidas clínicas comunitarias, centros de salud diurnos para adultos, centros de cuidado comunitario y centros de cuidado diurno para niños. El proyecto de ley entrará en vigor de inmediato si lo firma el gobernador Gavin Newsom .

En los distritos escolares que rodean Seattle, Washington, dos semanas después del semestre ya ha habido 195 casos entre estudiantes y 73 entre el personal. Si bien Washington tiene una de las tasas de vacunación más altas en los EE. UU. (con un 62 por ciento) como en Alabama, una disminución reciente en las hospitalizaciones se debe al menos en parte a un aumento en las muertes, según la directora ejecutiva de la Asociación de Hospitales del Estado de Washington, Cassie Sauer.

Los relatos anteriores representan un resumen de la catástrofe que se desarrolla en todo el país.

Desde el dúo ultraderechista DeSantis/Ladapo en Florida hasta los liberales en Nueva York y Los Ángeles, los políticos de ambos partidos capitalistas están reduciendo los requisitos de cuarentena a pesar de que los casos pediátricos se acercan o superan los máximos históricos. En Washington, dirigido por demócratas, y en Alabama, dirigido por republicanos, las hospitalizaciones están disminuyendo en gran parte debido al aumento de las muertes.

Lejos de perseguir una política pandémica más científica y humana en comparación con los republicanos, el Partido Demócrata, respaldado por los sindicatos de maestros, está esencialmente siguiendo el mismo libro de jugadas. La estrategia de mitigación ha sido expuesta por lo que realmente es: inmunidad colectiva con cuidados paliativos.

Frente a la grotesca crueldad del campo de la inmunidad colectiva, frente a las impotentes medias tintas de los defensores de la mitigación, la clase trabajadora debe adoptar una perspectiva que demande la erradicación global del COVID-19. Los científicos han demostrado que incluso la variante Delta se puede eliminar en el espacio de dos a tres meses. Esto comienza con la lucha para detener de inmediato todo el aprendizaje presencial, que solo se organizará mediante el desarrollo de comités de base independientes de los sindicatos y grandes partidos empresariales que han hecho cumplir la reapertura de las escuelas.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de septiembre de 2021)