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Irán, Rusia y China realizan simulacros navales conjuntos en el océano Índico ante amenazas de guerra de EE. UU.

Los buques de guerra iraníes, rusos y chinos están terminando hoy un ejercicio naval de cuatro días en el golfo de Omán, cerca de la costa iraní y el golfo Pérsico, una región rica en petróleo. El ejercicio marcó la primera vez que Moscú y Beijing enviaron buques de guerra para maniobras conjuntas con las fuerzas iraníes en el océano Índico.

Un buque de guerra se acerca al puerto sureste de Chahbahar, golfo de Oman. La Armada iraní inició sus ensayos militares con Rusia y China en el norte del mar Índico. (Ejército iraní, via AP)

El jefe de la flota iraní que participó en el ejercicio, el contralmirante Gholamreza Tahani, dijo que su propósito era demostrar las estrechas relaciones entre Irán, Rusia y China. "El mensaje de este ejercicio es paz, amistad y seguridad duradera a través de la cooperación y la unidad, y su efecto será mostrar que Irán no puede ser aislado", dijo Tahani. Añadió: "Nosotros, los anfitriones de estas potencias, demostramos que nuestras relaciones han alcanzado un punto significativo y pueden tener un impacto internacional".

De hecho, los ejercicios fueron una señal enviada a los círculos gobernantes en Washington y en las capitales imperialistas de Europa de que una guerra liderada por Estados Unidos con Irán podría convertirse rápidamente en un conflicto directo y total que involucre a las principales potencias nucleares del mundo.

En junio, después de que Irán derribara un avión no tripulado estadounidense sobre sus aguas territoriales en el golfo Pérsico, Trump tuiteó que había abortado los ataques con misiles estadounidenses diez minutos antes de que comenzaran. Con Irán, Rusia y China enfrentando amenazas militares intensificadas y la presión de Washington, Beijing y Moscú decidieron enviar buques de guerra a aguas estratégicas frente a las costas de Irán para indicar que una guerra de Estados Unidos o la OTAN con Irán no permanecería confinada a Oriente Próximo.

El ejercicio en sí se desarrolló a la sombra de las crecientes amenazas de guerra de Estados Unidos e Israel contra Irán, que se han intensificado desde que Washington eliminó unilateralmente un tratado nuclear de cinco países con Irán el año pasado y volvió a imponer sanciones devastadoras a la economía iraní.

Cuando los buques de guerra rusos llegaron a Irán el miércoles, el kefe de Estado Mayor del Ejército de Israel, Aviv Kohavi, pidió una acción militar contra Irán. "Sería mejor que no fuéramos los únicos que les responderemos", dijo Kohavi, en lo que el Times de Israel llamó una reprimenda a Washington, la monarquía saudita y otros jeques petroleros del golfo Pérsico por no atacar a Irán antes. Kohavi agregó que las fuerzas israelíes operarían abierta y clandestinamente en el área, "incluso ante el riesgo de guerra".

El vicecomandante del ejército iraní para asuntos de coordinación, Habibollah Sayyari, advirtió a su vez que los barcos involucrados en el ejercicio dispararían contra cualquier barco que intentara espiarlos. “Muchos países definitivamente buscan saber cuál es el problema. Los espías también han tomado medidas", dijo. "Impactaremos cualquier nave de espionaje en la zona del ensayo de guerra".

Varios funcionarios rusos y chinos expresaron cautelosamente su preocupación por la posible guerra y su apoyo a Irán. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, dijo: “Estamos lidiando con los problemas de mantener la estabilidad en la región, la seguridad y la lucha contra el terrorismo. Esta cooperación e interacción se construyen tanto sobre una base bilateral como multilateral, pero exclusivamente sobre una base legal".

El portavoz del Ministerio de Defensa de China, Wu Qian, dijo: "El ejercicio profundizará el intercambio y la cooperación entre las armadas de los tres países". Wu calificó los ejercicios como "cooperación militar normal", y agregó que "no están necesariamente relacionados con la situación regional", una referencia aparente al riesgo de una guerra de agresión estadounidense contra Irán.

Sin embargo, la identidad de los barcos involucrados en el ejercicio desmintió las afirmaciones oficiales de que solo apuntaba a practicar operaciones de antipiratería y rescate. El buque de guardia de la flota báltica rusa Yaroslav Mudry, el petrolero Yelnya. el remolcador Viktor Konetsky, y el destructor de misiles guiados chinos Xining están involucrados. El Xining es apodado el "asesino de portaaviones", ya que transporta muchos misiles de crucero antibuques y de ataque terrestre diseñados para hundir grandes buques de guerra hostiles, como portaaviones estadounidenses, en ataques de largo alcance.

Los funcionarios del Departamento de Estado de EE. UU. contactados por el Financial Times denunciaron el simulacro y advirtieron a Irán que debería "pensar dos veces" sobre los ejercicios militares conjuntos. Refiriéndose al hecho de que aproximadamente un tercio del petróleo comercializado internacionalmente en el mundo pasa por el golfo de Omán, los funcionarios estadounidenses agregaron hipócritamente que estos juegos de guerra "deberían preocupar a todas las naciones interesadas en salvaguardar la libertad de navegación en la región".

Sin embargo, el principal peligro para la región han sido las guerras iniciadas por el imperialismo estadounidense y sus aliados europeos desde que el régimen estalinista disolvió la Unión Soviética y restableció el capitalismo en 1991. Las décadas de guerra en Irak, Afganistán, Libia y Siria reclamaron millones de vidas, obligaron a decenas de millones a huir de sus hogares y generaron amargos conflictos por poder en toda la región. Las sanciones de Trump y las amenazas de guerra contra Irán continúan con esta política de tratar de dominar la región por la fuerza.

Irán, Rusia y China se movilizaron para apoyar al presidente sirio Bashar al Asad contra la guerra con fuerzas indirectas lanzada por la OTAN en Siria en 2011, comprometiendo a las fuerzas militares o de inteligencia a apoyar a Asad incluso cuando la guerra de la OTAN se cobró cientos de miles de vidas. Ahora, frente a una acumulación militar de la OTAN en Europa del este y la intensificación del "pivote hacia Asia" de Estados Unidos y las amenazas de guerra comercial contra China, Moscú y Beijing están indicando que ofrecerían un apoyo similar a Irán.

Las amenazas de una acción militar de Estados Unidos contra Irán y los aranceles propios de una guerra comercial también han intensificado las tensiones entre Washington y sus supuestos aliados en Asia y Europa, y ahora está en curso una escalada militar imperialista en el golfo Pérsico. Las mismas rivalidades interimperialistas por el control de los recursos, los mercados y las ganancias que estallaron dos veces en la guerra mundial en el siglo XX amenazan nuevamente con estallar en la guerra en el siglo XXI.

En medio de las crecientes tensiones en el golfo Pérsico después de que Washington eliminara el tratado nuclear con Irán, el petrolero japonés Kokuta Courageous fue bombardeado. Los funcionarios iraníes negaron enérgicamente las acusaciones estadounidenses de que habían lanzado el misil y, significativamente, los funcionarios japoneses se negaron a respaldar estas acusaciones estadounidenses. La semana pasada, Tokio anunció que enviaría buques de guerra al golfo Pérsico para proteger el envío de mercantes japoneses en el área.

El 19 de diciembre, los oficiales militares franceses confirmaron que la fragata Courbet se uniría a buques daneses y holandeses en una fuerza europea que patrulla las vías fluviales del golfo Pérsico. En medio de la crisis del brexit, Reino Unido no se ha unido a la misión europea, sino que ha comprometido sus barcos a una fuerza liderada por Estados Unidos en la región, junto con Australia.

Si bien Irán, Rusia y China son blanco de la agresión imperialista, esto no hace progresistas las maniobras militares de Teherán o los regímenes capitalistas postestalinistas en Rusia o China. Oscilando entre los intentos de cerrar acuerdos con Washington y amenazando con lanzar un conflicto catastrófico que podría escalar a una guerra nuclear total, ni pueden ni quieren apelar al creciente sentimiento antiguerra y anticapitalista en la clase trabajadora internacional. Están aterrorizados por la creciente amenaza que sienten desde abajo.

El año 2019 ha visto un aumento histórico de huelgas y protestas sociales de masas en las plantas automotrices y minas de EE. UU., los chalecos amarillos y huelgas del sector público en Francia, la huelga nacional de maestros en Polonia y las protestas masivas en Argelia, Líbano, Irak y Hong Kong. La ira explosiva contra la desigualdad social va de la mano con la creciente oposición a las guerras imperialistas. Dentro de estas luchas en desarrollo, es fundamental construir un movimiento internacional contra la guerra en la clase trabajadora.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 30 de diciembre de 2019)

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